A UNA SANTITA
Esa santita cantaba y al ritmo movía las caderas,
¡ay, y cómo!
Por supuesto que era hermosa o un poco más,
además era humana.
Pero así suelen ser las verdades auténticas,
bien sencillas, inefables.
Algunos creen que se murió, puras tonterías,
todavía no saben creer.
Es que así son todos los misterios, tan evidentes
y siempre del pueblo.
Yo todavía estoy muy loco por su amor:
me abre el alma.
Por simple comodidad le pusieron un nombre, único:
Gilda, como decir eternidad.
sábado, 31 de diciembre de 2016
EXCRITURA DEL DEVENIR
Nada se termina o comienza,
apenas un nuevo día.
El mismo cansado sol en el cielo,
indiferente y lejano.
El círculo de algunos brotes,
su repetición piadosa.
La mueca conocida en el espejo,
ese otro invisible.
Esta jornada ya ocurrió ayer,
o mañana o siempre.
Estos versos tampoco son nuevos,
quieren escapar del devenir.
Nada, inmóvil deviene la vida.
Todo es eternidad.
Nada se termina o comienza,
apenas un nuevo día.
El mismo cansado sol en el cielo,
indiferente y lejano.
El círculo de algunos brotes,
su repetición piadosa.
La mueca conocida en el espejo,
ese otro invisible.
Esta jornada ya ocurrió ayer,
o mañana o siempre.
Estos versos tampoco son nuevos,
quieren escapar del devenir.
Nada, inmóvil deviene la vida.
Todo es eternidad.
EXCRITURA DE BORGES
Será esa metáfora baldia
que muere otra vez y vuelve a renacer.
Las doce campanadas
y el anuncio de nuevos enigmas y azares.
O ese lejano asombro
ante la reiteración del simple milagro.
Aunque el año ya es otro
algo inmóvil perdura siempre: el tiempo.
Será que somos apenas
gotitas en aquel río irreal de Heráclito.
Será esa metáfora baldia
que muere otra vez y vuelve a renacer.
Las doce campanadas
y el anuncio de nuevos enigmas y azares.
O ese lejano asombro
ante la reiteración del simple milagro.
Aunque el año ya es otro
algo inmóvil perdura siempre: el tiempo.
Será que somos apenas
gotitas en aquel río irreal de Heráclito.
viernes, 30 de diciembre de 2016
EXCRITURA DE CHANDLER
Un hombre triste junto al mostrador del bar,
mediana edad, bien vestido y borracho;
quiere hablar y no para,
aunque no tenga deseos de hablar.
Sin dudas es amable y amistoso
y se agarra a la forma de la botella
y solo la dejará al dormir.
Así será para el resto de su vida:
su vida es solo eso.
Nunca se sabrá cómo llegó a ser así;
cuanto más, una versión
apenas distorsionada de la realidad.
Pero siempre hay un hombre triste
en cada bar tranquilo del mundo, un fantasma.
Un hombre triste junto al mostrador del bar,
mediana edad, bien vestido y borracho;
quiere hablar y no para,
aunque no tenga deseos de hablar.
Sin dudas es amable y amistoso
y se agarra a la forma de la botella
y solo la dejará al dormir.
Así será para el resto de su vida:
su vida es solo eso.
Nunca se sabrá cómo llegó a ser así;
cuanto más, una versión
apenas distorsionada de la realidad.
Pero siempre hay un hombre triste
en cada bar tranquilo del mundo, un fantasma.
EXCRITURA DE NEBBIA
Algo más de las tres y el bohemio,
solo, siempre el rumbo.
Hoy no fue buena la noche,
apenas recuerdos vino.
A veces lo ayuda la suerte
o una mujer, igual duele.
El alrededor no dice nada,
el silba una melodía.
Pero no entiende a la luna,
si borrara sus huellas.
Ya abre la puerta, otra vez,
y algo también se cierra.
Al menos en la oscuridad,
sin sueños, se olvida;
En uno de sus bolsillos ese llanto,
las notas de otra canción.
Algo más de las tres y el bohemio,
solo, siempre el rumbo.
Hoy no fue buena la noche,
apenas recuerdos vino.
A veces lo ayuda la suerte
o una mujer, igual duele.
El alrededor no dice nada,
el silba una melodía.
Pero no entiende a la luna,
si borrara sus huellas.
Ya abre la puerta, otra vez,
y algo también se cierra.
Al menos en la oscuridad,
sin sueños, se olvida;
En uno de sus bolsillos ese llanto,
las notas de otra canción.
EXCRITURA DE ARTAUD
Ya no hay salida, en cualquier lugar,
en las vidrieras, los carteles publicitarios,
las casas de cambio, los hospitales,
las funerarias, los paneles del auto,
el nuevo horno a microondas,
ese cenicero o tu radiante bidet,
en todos lados la amenaza inhumana:
la mueca dulce del horror
en el engaño opresivo de la belleza.
Así que no queda otra, a la poesía
solo le queda refugiarse en la obscenidad.
Ya no hay salida, en cualquier lugar,
en las vidrieras, los carteles publicitarios,
las casas de cambio, los hospitales,
las funerarias, los paneles del auto,
el nuevo horno a microondas,
ese cenicero o tu radiante bidet,
en todos lados la amenaza inhumana:
la mueca dulce del horror
en el engaño opresivo de la belleza.
Así que no queda otra, a la poesía
solo le queda refugiarse en la obscenidad.
EXCRITURA DE WITTGENSTEIN
Justo de lo que no se puede,
de eso se habla.
Apenas entiende, el ventilador
y otra vez el insomnio.
Además, ya empieza a sentir
el efecto de las pastillas.
Solo un cigarrillo tras otro,
de fondo la radio.
Y pronto saldrá el mismo sol,
la mañana inútil.
Ya pasada la mitad de la vida,
ahí, echado en la mesa.
No cree en sus propias promesas,
todo seguirá igual.
Mejor callar, olvidar las paredes,
quizás pueda dormir.
Pero las palabras lastiman, lo sabe,
él es lo que no.
Justo de lo que no se puede,
de eso se habla.
Apenas entiende, el ventilador
y otra vez el insomnio.
Además, ya empieza a sentir
el efecto de las pastillas.
Solo un cigarrillo tras otro,
de fondo la radio.
Y pronto saldrá el mismo sol,
la mañana inútil.
Ya pasada la mitad de la vida,
ahí, echado en la mesa.
No cree en sus propias promesas,
todo seguirá igual.
Mejor callar, olvidar las paredes,
quizás pueda dormir.
Pero las palabras lastiman, lo sabe,
él es lo que no.
jueves, 29 de diciembre de 2016
LA LENTITUD DE LOS LIMONES
Aun demasiado verdes, los tímidos limones,
alertas, esperan la llegada del tiempo.
Igual es muy agradable verlos,
y acariciar esa dureza viva en su piel.
Pobrecitos, todavía no comprenden
las rígidas reglas de este mundo.
Su velocidad sin límite, ¡ya!
la falsa necesidad inmediata del goce.
O tal vez sí, y se resisten,
ellos saben que brillarán amarillos, puros de sol.
Aun demasiado verdes, los tímidos limones,
alertas, esperan la llegada del tiempo.
Igual es muy agradable verlos,
y acariciar esa dureza viva en su piel.
Pobrecitos, todavía no comprenden
las rígidas reglas de este mundo.
Su velocidad sin límite, ¡ya!
la falsa necesidad inmediata del goce.
O tal vez sí, y se resisten,
ellos saben que brillarán amarillos, puros de sol.
EXCRITURA DE BAUDRILLARD
Ya lo saben todos,
sin dudas asesinaron a la realidad.
Ni siquiera en el colectivo;
todo es pantalla.
Casi perfecto, el gran simulacro
aun no logra ocultar el crimen.
Lástima que nadie investiga...
ni rastros del asesino.
¿O será todavía peor
y somos nosotros los únicos culpables?
Ya lo saben todos,
sin dudas asesinaron a la realidad.
Ni siquiera en el colectivo;
todo es pantalla.
Casi perfecto, el gran simulacro
aun no logra ocultar el crimen.
Lástima que nadie investiga...
ni rastros del asesino.
¿O será todavía peor
y somos nosotros los únicos culpables?
EXCRITURA DE HUIDOBRO
Cayendo, vamos cayendo,
en la memoria última de las piedras.
Afuera del universo,
sin la sorpresa de un cometa gritón.
Todas podridas
las raíces liberadoras de los pájaros.
Triste, hasta la nada
mira sin el menor de los asombros.
Vamos cayendo, Altazor,
y esta vida ya no tiene tu paracaídas.
Cayendo, vamos cayendo,
en la memoria última de las piedras.
Afuera del universo,
sin la sorpresa de un cometa gritón.
Todas podridas
las raíces liberadoras de los pájaros.
Triste, hasta la nada
mira sin el menor de los asombros.
Vamos cayendo, Altazor,
y esta vida ya no tiene tu paracaídas.
¿EXCRITURA DE LA JUSTICIA?
El verdugo irradia el verdadero crimen,
pero él nunca lo sabe,
apenas es una figura del gran espejo.
Siempre, ahora, la sevicia es pública,
invierte a las pasiones
y todas las miradas quieren ser ciegas.
Pero por hoy ya terminó esta función;
pronto, seca la sangre,
los aullidos serán el miedo de los otros.
El verdugo irradia el verdadero crimen,
pero él nunca lo sabe,
apenas es una figura del gran espejo.
Siempre, ahora, la sevicia es pública,
invierte a las pasiones
y todas las miradas quieren ser ciegas.
Pero por hoy ya terminó esta función;
pronto, seca la sangre,
los aullidos serán el miedo de los otros.
EL CANSANCIO
Ni sostener la obra de Pessoa,
tanto cansancio.
Viene del afuera, insoportable,
hasta en los huesos.
Ni la mirada puede resistir,
esa ventana ya muerta.
También el cómodo sillón,
sin forma, otra trampa..
Así que se aleja del cuerpo
y después se olvida.
Tanto cansancio, apenas
el último esfuerzo para el verso final.
Ni sostener la obra de Pessoa,
tanto cansancio.
Viene del afuera, insoportable,
hasta en los huesos.
Ni la mirada puede resistir,
esa ventana ya muerta.
También el cómodo sillón,
sin forma, otra trampa..
Así que se aleja del cuerpo
y después se olvida.
Tanto cansancio, apenas
el último esfuerzo para el verso final.
NAVIDAD URBANA
Al reparo abandonado de una esquina,
entre sus mantas y cajas viejas,
el cuerpo despierta, y esa mano
ya escarba en una bolsa roñosa:
pan duro, muerde y mira el cielo.
Yo también; una luz y no sé
si es el sol entre los edificios.
Recién ahora, lento, se incorpora
y murmura un mal chiste: nada,
ningún regalo de Papá Noel.
Algo cansado, lejos del asombro,
solo sonríen sus dientes podridos.
Me alejo, todavía no entiendo la vida.
Al reparo abandonado de una esquina,
entre sus mantas y cajas viejas,
el cuerpo despierta, y esa mano
ya escarba en una bolsa roñosa:
pan duro, muerde y mira el cielo.
Yo también; una luz y no sé
si es el sol entre los edificios.
Recién ahora, lento, se incorpora
y murmura un mal chiste: nada,
ningún regalo de Papá Noel.
Algo cansado, lejos del asombro,
solo sonríen sus dientes podridos.
Me alejo, todavía no entiendo la vida.
EXCRITURA DE PACO URONDO
La verdad, aunque no lo he pensado bien;
tengo mis dudas.
Serán tantas cosas que atropellan este mundo,
el espejo de la mañana.
Demasiados errores, torpezas, tantos olvidos;
apenas un par de fotos.
No niego el placer de los libros, casi cualquiera,
pero tampoco...
Sé que mis fuerzas son escasas, o me pierdo
al empezar el día.
Y ya ninguna victoria que sostener,
ni siquiera cansancio.
A veces, creo que vivir es una jactancia inútil;
la verdad, tengo dudas.
La verdad, aunque no lo he pensado bien;
tengo mis dudas.
Serán tantas cosas que atropellan este mundo,
el espejo de la mañana.
Demasiados errores, torpezas, tantos olvidos;
apenas un par de fotos.
No niego el placer de los libros, casi cualquiera,
pero tampoco...
Sé que mis fuerzas son escasas, o me pierdo
al empezar el día.
Y ya ninguna victoria que sostener,
ni siquiera cansancio.
A veces, creo que vivir es una jactancia inútil;
la verdad, tengo dudas.
miércoles, 28 de diciembre de 2016
EXCRITURA BORGEANA DE MÁRMOL
Una vez más, al despertar, la misma historia.
Cada vez que sueña con Manuelita
hasta la seda de las sábanas queda pegajosa.
Así que habrá que darse un baño frío
y pedir el desayuno y escribir.
Al menos así se entretiene; su odio
casi es amor cuando vive en la ficción.
Pero igual no se tranquiliza,
también lo excitan la mazorca de los machos;
esos monstruos son irresistibles:
el coraje de sus ojos es su íntima cobardía.
Además, tan inútiles, tan torpes,
que ya le dan asco sus héroes perfumados,
ni ellos creen en su falso sacrificio.
Para colmo, ya sabe el desenlace,
ese aburrido terror de su impostura romántica.
Lástima que es demasiado tarde y lejos,
que ni siquiera leerá El poema conjetural.
Demasiado, pesa demasiado la pluma,
Ay, ¿cuándo derramará su sangre el bello tirano?
Una vez más, al despertar, la misma historia.
Cada vez que sueña con Manuelita
hasta la seda de las sábanas queda pegajosa.
Así que habrá que darse un baño frío
y pedir el desayuno y escribir.
Al menos así se entretiene; su odio
casi es amor cuando vive en la ficción.
Pero igual no se tranquiliza,
también lo excitan la mazorca de los machos;
esos monstruos son irresistibles:
el coraje de sus ojos es su íntima cobardía.
Además, tan inútiles, tan torpes,
que ya le dan asco sus héroes perfumados,
ni ellos creen en su falso sacrificio.
Para colmo, ya sabe el desenlace,
ese aburrido terror de su impostura romántica.
Lástima que es demasiado tarde y lejos,
que ni siquiera leerá El poema conjetural.
Demasiado, pesa demasiado la pluma,
Ay, ¿cuándo derramará su sangre el bello tirano?
EXCRITURA DE HÖLDERIN
Sé que ahí, no tengo dudas, en lo abierto
la vida podía ser vida o poesía o magia.
En los cuerpos, el cielo y los dioses
y el sol iluminando a las palabras.
Pero en las actuales circunstancias,
después de tanto andar, más perdido...
lo lamento, apenas queda el amparo
y las últimas astillas de tu carpintero.
A veces, solo el encierro libera las almas
Sé que ahí, no tengo dudas, en lo abierto
la vida podía ser vida o poesía o magia.
En los cuerpos, el cielo y los dioses
y el sol iluminando a las palabras.
Pero en las actuales circunstancias,
después de tanto andar, más perdido...
lo lamento, apenas queda el amparo
y las últimas astillas de tu carpintero.
A veces, solo el encierro libera las almas
EXCRITURA DE FRANCISCO MADARIAGA
Aterrorizado, vuelve a sangrar poesía
por los ojos abiertos al sol.
y el brillo del palmar busca la sombra.
Yo vomito la verdad de un tigre,
las lanzas de mis muertos;
pero ya sonríen las hadas en el viento.
Lejos, en el estero, una voz
o apenas este paisaje, otra herida.
Todas las apariciones son más reales.
Nunca podré salir de este hechizo natal
Aterrorizado, vuelve a sangrar poesía
por los ojos abiertos al sol.
y el brillo del palmar busca la sombra.
Yo vomito la verdad de un tigre,
las lanzas de mis muertos;
pero ya sonríen las hadas en el viento.
Lejos, en el estero, una voz
o apenas este paisaje, otra herida.
Todas las apariciones son más reales.
Nunca podré salir de este hechizo natal
martes, 27 de diciembre de 2016
EXCRITURA DE LA PERSIANA SUDAMERICANA
A ninguna de las mañanas les importa la vida.
Casi meses sin sonar el teléfono,
y el olor a tanto pucho, sus cenizas
o las telas de araña, nadie,
ni siquiera la distorsión de una radio.
Los muebles tropiezan, inmóviles, penumbras.
Así que todavía no se anima a levantar la persiana.
A ninguna de las mañanas les importa la vida.
Casi meses sin sonar el teléfono,
y el olor a tanto pucho, sus cenizas
o las telas de araña, nadie,
ni siquiera la distorsión de una radio.
Los muebles tropiezan, inmóviles, penumbras.
Así que todavía no se anima a levantar la persiana.
POSOCRÁTICO
Al revés de Sócrates,
el "conócete a tí mismo" fue su terror.
Jamás, ni en las peores,
la metáfora del alma, el adentro.
Apenas el espejo,
un ratito y afeitarse para el trabajo.
A veces, es cierto,
alguna aventura reglamentaria.
También los viajes,
bueno, lo que importa son las fotos.
Vinieron, claro, los hijos
y, por supuesto, pronto se irán.
Siempre juntos,
él y su mujer sin tocarse el alma.
Igual vivió bien;
ya jubilado desfruta sus alrededores.
El césped del fondo,
unas rosas y el cariño de los perros.
Su único problema
solo es el estar solo, nada lo puede salvar.
Al revés de Sócrates,
el "conócete a tí mismo" fue su terror.
Jamás, ni en las peores,
la metáfora del alma, el adentro.
Apenas el espejo,
un ratito y afeitarse para el trabajo.
A veces, es cierto,
alguna aventura reglamentaria.
También los viajes,
bueno, lo que importa son las fotos.
Vinieron, claro, los hijos
y, por supuesto, pronto se irán.
Siempre juntos,
él y su mujer sin tocarse el alma.
Igual vivió bien;
ya jubilado desfruta sus alrededores.
El césped del fondo,
unas rosas y el cariño de los perros.
Su único problema
solo es el estar solo, nada lo puede salvar.
FACHADAS
Muchas nuevas peluquerías en el barrio,
gimnasios para cualquier edad,
disciplinas orientales truchas,
centros de depilación,
vidrieras sanadoras
con perfumados brebajes eternos,
hasta salones estéticos para los perros.
Y todos parecen vivir más felices;
lástima sus caras, tan parecidas, inhumanas.
Muchas nuevas peluquerías en el barrio,
gimnasios para cualquier edad,
disciplinas orientales truchas,
centros de depilación,
vidrieras sanadoras
con perfumados brebajes eternos,
hasta salones estéticos para los perros.
Y todos parecen vivir más felices;
lástima sus caras, tan parecidas, inhumanas.
EXCRITURA DE LAS PALABRAS
Compulsivas,
todavía insisten sus muecas y sus ruidos.
Rotas o perdidas,
nunca aprenden de su rutinario fracaso.
Inútiles,
simples garabatos en el aire del olvido.
Siempre,
a pesar del engaño del tiempo, ese sordo
Y resistentes
hasta en el gesto final de los cadáveres.
Sí, las palabras,
arrojadas afuera del sueño del paraíso.
Pero ¿quién sabe,
a lo mejor entre ellas aun pueden conversar?
Compulsivas,
todavía insisten sus muecas y sus ruidos.
Rotas o perdidas,
nunca aprenden de su rutinario fracaso.
Inútiles,
simples garabatos en el aire del olvido.
Siempre,
a pesar del engaño del tiempo, ese sordo
Y resistentes
hasta en el gesto final de los cadáveres.
Sí, las palabras,
arrojadas afuera del sueño del paraíso.
Pero ¿quién sabe,
a lo mejor entre ellas aun pueden conversar?
lunes, 26 de diciembre de 2016
EXCRITURA DE UNA EXCRITURA DE RICARDO PIGLIA
ARCOS, nombre curioso -le falta el arpa-, se llamaba el Café.
Eran otros tiempos, otros colores, lejanos, en Viena,
esas voces entre el humo y la inevitable penumbra,
cerca del fondo, escribían la novela, la Única.
No en papeles, solo palabras verdaderas y brutales:
las visiones últimas del mayor espanto.
Pero ninguno lo sabía, cada uno en lo suyo, y ajeno.
Muchos los conocen, y sus pasiones acorraladas por el odio.
Ahí, reales, Hitler y Kafka compartían la misma mesa.
Sin escucharse bien, entre los ruidos del ambiente,
esas lenguas contaban la misma historia: La Inhumanidad.
Después se olvidaron del otro, apenas unas charlas,
y los seres humanos se transformaron en el gran personaje.
Muertos, los dos, solo nos falta conocer el final de la historia.
ARCOS, nombre curioso -le falta el arpa-, se llamaba el Café.
Eran otros tiempos, otros colores, lejanos, en Viena,
esas voces entre el humo y la inevitable penumbra,
cerca del fondo, escribían la novela, la Única.
No en papeles, solo palabras verdaderas y brutales:
las visiones últimas del mayor espanto.
Pero ninguno lo sabía, cada uno en lo suyo, y ajeno.
Muchos los conocen, y sus pasiones acorraladas por el odio.
Ahí, reales, Hitler y Kafka compartían la misma mesa.
Sin escucharse bien, entre los ruidos del ambiente,
esas lenguas contaban la misma historia: La Inhumanidad.
Después se olvidaron del otro, apenas unas charlas,
y los seres humanos se transformaron en el gran personaje.
Muertos, los dos, solo nos falta conocer el final de la historia.
EXCRITURA DE OSCAR DEL BARCO
Ya no se parece en nada
a una pesadilla, ni de lejos.
Ahora todo es posible
y peor, y para siempre;
solo olvido de lo humano,
cualquiera, inclusive
el último orejón del tarro.
Alguien tiró la llave;
oxidado, en las puertas
el candado de lo abierto.
Ni pensar, ya fuiste,
la ilusión es la catástrofe.
Ya no se parece en nada
a una pesadilla, ni de lejos.
Ahora todo es posible
y peor, y para siempre;
solo olvido de lo humano,
cualquiera, inclusive
el último orejón del tarro.
Alguien tiró la llave;
oxidado, en las puertas
el candado de lo abierto.
Ni pensar, ya fuiste,
la ilusión es la catástrofe.
¿MANDATO?
Siempre un poco más allá y todo;
la tentación
frente al retorno de la maravilla.
Seguir por los huesos del camino,
o suplicar
la errancia inmóvil en el adentro.
Con la magia frágil de la espuma
que rechaza, así,
la tonta verdad del nombre propio.
Sin dudar, nunca, de las mariposas,
ese perfume
en el viento invisible de las voces.
Hasta olvidar el cielo y las nubes,
y soñar
con los pies hundidos en el barro.
Y justo ahí, donde espera otra luz,
hasta el fondo,
ante lo desconocido, lo más, lo vivo.
Siempre un poco más allá y todo;
la tentación
frente al retorno de la maravilla.
Seguir por los huesos del camino,
o suplicar
la errancia inmóvil en el adentro.
Con la magia frágil de la espuma
que rechaza, así,
la tonta verdad del nombre propio.
Sin dudar, nunca, de las mariposas,
ese perfume
en el viento invisible de las voces.
Hasta olvidar el cielo y las nubes,
y soñar
con los pies hundidos en el barro.
Y justo ahí, donde espera otra luz,
hasta el fondo,
ante lo desconocido, lo más, lo vivo.
domingo, 25 de diciembre de 2016
LA DESPEDIDA
Algo le dice que son los últimos;
liviano apenas pasa los días
y, de a poco, olvida alegrías y tristezas.
Pero ni siquiera le importa pensar,
aunque sin querer en la mirada
a veces se pierde o intenta un viaje.
Cualquier detalle es un llamado:
la sombra fresca del laurel,
fotos perdidas, suyas, mudas,
algunas veredas ajenas del barrio,
la ruta demasiado larga y lejana
y sus perros, siempre, caricias de cielo.
Claro que no tiene ningún sentido,
solo el estar, ahí, un ratito o eternos.
Tampoco le pesa el esqueleto,
ese final tan obvio de las razones.
Algo, al fin, le dice lo innombrable:
un alivio, ya no necesita a su nombre.
Algo le dice que son los últimos;
liviano apenas pasa los días
y, de a poco, olvida alegrías y tristezas.
Pero ni siquiera le importa pensar,
aunque sin querer en la mirada
a veces se pierde o intenta un viaje.
Cualquier detalle es un llamado:
la sombra fresca del laurel,
fotos perdidas, suyas, mudas,
algunas veredas ajenas del barrio,
la ruta demasiado larga y lejana
y sus perros, siempre, caricias de cielo.
Claro que no tiene ningún sentido,
solo el estar, ahí, un ratito o eternos.
Tampoco le pesa el esqueleto,
ese final tan obvio de las razones.
Algo, al fin, le dice lo innombrable:
un alivio, ya no necesita a su nombre.
sábado, 24 de diciembre de 2016
EXCRITURA DE BRET EASTON ELLIS
Necesitaba algo real.
Ya no le alcanzaban los dólares inacabables, cambiar una y otra vez los muebles, más y más mujeres, la mejor merca, beber, mirar porno, odiar a los miserables, la acumulación incesante de marcas sobre su cuerpo artificial; ya no podía engañarse, también era aburrido el cinismo.
Urgente, necesitaba sangre.
Necesitaba algo real.
Ya no le alcanzaban los dólares inacabables, cambiar una y otra vez los muebles, más y más mujeres, la mejor merca, beber, mirar porno, odiar a los miserables, la acumulación incesante de marcas sobre su cuerpo artificial; ya no podía engañarse, también era aburrido el cinismo.
Urgente, necesitaba sangre.
EXCRITURA DE MAROSA
Estoy en la misma, otra casa.
Sola, unas hojas y un lápiz.
Tampoco nadie en la cocina,
apenas unas ciruelas en la mesa.
Lejos, los álamos y el viento
y las voces de las hadas, sus risas.
Sueño con un príncipe,
su mano y mi vestido de luz.
Después no me acuerdo
y alguien ya escribe este poema.
Estoy en la misma, otra casa.
Sola, unas hojas y un lápiz.
Tampoco nadie en la cocina,
apenas unas ciruelas en la mesa.
Lejos, los álamos y el viento
y las voces de las hadas, sus risas.
Sueño con un príncipe,
su mano y mi vestido de luz.
Después no me acuerdo
y alguien ya escribe este poema.
EXCRITURA DE PIZARNIK
Vos sabés, siempre es la infancia y los sueños,
la muerte.
Claro que tampoco es eso,
nunca,
lo que se puede decir.
Solo pasa lo que pasa
y es invisible,
como el agua o el pan.
Apenas unas sombras,
ese perro,
esta noche en este mundo.
Pero nada se desliza,
se pierde,
ni siquiera el silencio.
Yo ya me olvidé las heridas,
mi primera persona,
su falso singular y su dolor.
No te pido ayuda,
pero, Alejandra, quedate conmigo este ratito.
Vos sabés, siempre es la infancia y los sueños,
la muerte.
Claro que tampoco es eso,
nunca,
lo que se puede decir.
Solo pasa lo que pasa
y es invisible,
como el agua o el pan.
Apenas unas sombras,
ese perro,
esta noche en este mundo.
Pero nada se desliza,
se pierde,
ni siquiera el silencio.
Yo ya me olvidé las heridas,
mi primera persona,
su falso singular y su dolor.
No te pido ayuda,
pero, Alejandra, quedate conmigo este ratito.
viernes, 23 de diciembre de 2016
A LAISECA
Varias veces -no hace mucho- lo vi por Primera Junta,
altísimo, con una bolsa vieja iba al supermercado.
Los bigotes le llegaban hasta la vereda
y ya arrastraba, también, los pasos.
Sus ojitos perdidos veían de otra manera,
casi hablaban...seguro que sí, obvio.
Solo había que tener poderes telepáticos,
y mucho delirio, para comprender, ¿no?
Así que nunca me animé a saludarlo,
o decirle adiós, bah, darle las gracias.
Lástima, alguna vez quise ser un novelista atonal.
Pero ya le voy a copiar sus bigotes y entrar a su mente.
Varias veces -no hace mucho- lo vi por Primera Junta,
altísimo, con una bolsa vieja iba al supermercado.
Los bigotes le llegaban hasta la vereda
y ya arrastraba, también, los pasos.
Sus ojitos perdidos veían de otra manera,
casi hablaban...seguro que sí, obvio.
Solo había que tener poderes telepáticos,
y mucho delirio, para comprender, ¿no?
Así que nunca me animé a saludarlo,
o decirle adiós, bah, darle las gracias.
Lástima, alguna vez quise ser un novelista atonal.
Pero ya le voy a copiar sus bigotes y entrar a su mente.
EXCRITURA DE CLARICE LISPECTOR
Solo eso: darle una forma a la nada,
encontrar mi tercera pierna.
La revelación es la profunda incomprensión,
esa entrega a lo inhumano.
Yo quería la divinidad, pero una cucaracha,
ésa, explica el enigma.
¿Hasta que punto me inventé esta piel
para esconder la otra?
Necesito estar libre de mis ojos, para ver;
pero aun tengo lo que soy.
No voy a mentirme: seré si no estoy más en mí.
quiero ser una semilla.
Solo eso: darle una forma a la nada,
encontrar mi tercera pierna.
La revelación es la profunda incomprensión,
esa entrega a lo inhumano.
Yo quería la divinidad, pero una cucaracha,
ésa, explica el enigma.
¿Hasta que punto me inventé esta piel
para esconder la otra?
Necesito estar libre de mis ojos, para ver;
pero aun tengo lo que soy.
No voy a mentirme: seré si no estoy más en mí.
quiero ser una semilla.
EXCRITURA DE TUÑÓN
Aquella cerveza del inolvidable compañero Schiltigheim,
rubia, tan fresca como el mar o los besos.
Lejos, al amparo de unas palmeras,
en el único paisaje abierto a las emociones.
Esa inmensidad de la vida tan pequeña,
apenas una línea o un verso ya puro en horizonte.
Y los soles de colores, islas, la suavidad
solidaria y solitaria que evoca este cigarrillo.
Claro que no me pertenecen estos recuerdos,
pero poco importa, sé que siempre es necesario irse y volver.
Aquella cerveza del inolvidable compañero Schiltigheim,
rubia, tan fresca como el mar o los besos.
Lejos, al amparo de unas palmeras,
en el único paisaje abierto a las emociones.
Esa inmensidad de la vida tan pequeña,
apenas una línea o un verso ya puro en horizonte.
Y los soles de colores, islas, la suavidad
solidaria y solitaria que evoca este cigarrillo.
Claro que no me pertenecen estos recuerdos,
pero poco importa, sé que siempre es necesario irse y volver.
DEL POETA FRACASADO
Ya lo sabe, hace muchos años,
que no vendrá ese poema perfecto
o al menos digno, auténtico:
un simple mariposa en el papel.
Y casi no le duele, apenas
una sorda sensación de fracaso,
como la acidez después del fernet
o ese tren perdido por un pelo.
Claro que pasó demasiado tiempo
en vano: ilusiones, la esperanza,
un par de ojos azules en el pasado.
Pero también sabe que es así,
aunque todavía no entiende
y la resignación confunde al consuelo:
a todos les toca la misma suerte.
Por eso, ahora, enciende un cigarrillo,
mira a la ventana que lo mira,
deja que el humo olvide sus razones,
sonríe, y su mano suelta otro verso.
Ya lo sabe, hace muchos años,
que no vendrá ese poema perfecto
o al menos digno, auténtico:
un simple mariposa en el papel.
Y casi no le duele, apenas
una sorda sensación de fracaso,
como la acidez después del fernet
o ese tren perdido por un pelo.
Claro que pasó demasiado tiempo
en vano: ilusiones, la esperanza,
un par de ojos azules en el pasado.
Pero también sabe que es así,
aunque todavía no entiende
y la resignación confunde al consuelo:
a todos les toca la misma suerte.
Por eso, ahora, enciende un cigarrillo,
mira a la ventana que lo mira,
deja que el humo olvide sus razones,
sonríe, y su mano suelta otro verso.
EXCRITURA DE MARTÍN BUBER
Solo amor es la palabra, cualquiera;
las más dulces y también
las amargas, las dueñas del odio;
al menos durante años,
muchos, confié en las voces..
Pero ya no es posible el diálogo,
ese encuentro con el otro.
las palabras se olvidaron el amor.
A vece se descubre una mirada,
ese temblor en el horror...
Ay, mejor callar, dejarse ir en la vida
hasta sentir junto al otro,
el Sentido de la Unidad en la ausencia..
Solo amor es la palabra, cualquiera;
las más dulces y también
las amargas, las dueñas del odio;
al menos durante años,
muchos, confié en las voces..
Pero ya no es posible el diálogo,
ese encuentro con el otro.
las palabras se olvidaron el amor.
A vece se descubre una mirada,
ese temblor en el horror...
Ay, mejor callar, dejarse ir en la vida
hasta sentir junto al otro,
el Sentido de la Unidad en la ausencia..
EXCRITURA DEL MINOTAURO
Todos creen en esa antigua historia,
pero el laberinto es irreal.
Solo existe sus horrores,
en cada pasito ante la muerte.
Un cuento de miedo para niños ,
¿acaso son otra cosa los mortales?
No dudo que sea perfecto,
pero su salida es imposible.
Algunos buscan un piolín,
un engaño y la salvación.
Por suerte son muy pocos,
la mayoría anda por sus pasillos.
Yo, por ahora, vivo feliz,
soy el famoso monstruo,
o cualquiera, y salgo a caminar,
invisible, entre mis víctimas,
a las que no necesito matar,
me alcanza con mirar sus ojos;
y solo me sorprendo, liberado,
cuando alguien me descubre en su espejo.
Todos creen en esa antigua historia,
pero el laberinto es irreal.
Solo existe sus horrores,
en cada pasito ante la muerte.
Un cuento de miedo para niños ,
¿acaso son otra cosa los mortales?
No dudo que sea perfecto,
pero su salida es imposible.
Algunos buscan un piolín,
un engaño y la salvación.
Por suerte son muy pocos,
la mayoría anda por sus pasillos.
Yo, por ahora, vivo feliz,
soy el famoso monstruo,
o cualquiera, y salgo a caminar,
invisible, entre mis víctimas,
a las que no necesito matar,
me alcanza con mirar sus ojos;
y solo me sorprendo, liberado,
cuando alguien me descubre en su espejo.
UN MUSEO PARA LAS EXCRITURAS
La verdad, solo quisiera charlar con Macedonio;
¿será pedir demasiado?
No es lo mismo conversar con sus personajes,
incluso los reales.
O apenas escuchar su voz que jamás escuché,
en una pensión o La Perla.
Entre los ruidos, reír con sus chistes dudosos,
lo inútil, la muerte.
Un ratito, al sol, porque a él no le gustaba el frío;
y después, claro, la eternidad.
La verdad, solo quisiera charlar con Macedonio;
¿será pedir demasiado?
No es lo mismo conversar con sus personajes,
incluso los reales.
O apenas escuchar su voz que jamás escuché,
en una pensión o La Perla.
Entre los ruidos, reír con sus chistes dudosos,
lo inútil, la muerte.
Un ratito, al sol, porque a él no le gustaba el frío;
y después, claro, la eternidad.
EXCRITURA DE ONETTI
Usted,
en la playa,
alejado y débil,
quizás pudo, puede, podría...
Usted
o cualquiera,
tan inmóvil,
ni en la arena su sombra.
Usted,
por las dudas,
abre más los ojos
y casi lo calma el horizonte.
Usted,
la espuma,
su brillo lejano
y ese dulce canto, las sirenas.
usted,
ahora sonríe
y al fin lo comprende:
usted no es usted, apenas el adiós.
Usted,
en la playa,
alejado y débil,
quizás pudo, puede, podría...
Usted
o cualquiera,
tan inmóvil,
ni en la arena su sombra.
Usted,
por las dudas,
abre más los ojos
y casi lo calma el horizonte.
Usted,
la espuma,
su brillo lejano
y ese dulce canto, las sirenas.
usted,
ahora sonríe
y al fin lo comprende:
usted no es usted, apenas el adiós.
jueves, 22 de diciembre de 2016
EXCRITURA DE CLARICE LISPECTOR
Difícil es perderse,
y después hablar para nada y para nadie.
Vivir no es vivible,
apenas puede aceptarse un nombre.
Ni siquiera,
ay, el amor tiene un sentido humano.
Tampoco el espanto,
ese encuentro final, ciego y secreto.
Pero igual soy yo:
el horror ante las cosas y una cucaracha.
Difícil es perderse,
y después hablar para nada y para nadie.
Vivir no es vivible,
apenas puede aceptarse un nombre.
Ni siquiera,
ay, el amor tiene un sentido humano.
Tampoco el espanto,
ese encuentro final, ciego y secreto.
Pero igual soy yo:
el horror ante las cosas y una cucaracha.
DIOSES MUERTOS
Al fin, todos ya somos famosos y felices;
el esfuerzo es minímo, casi inútil,
apenas te lleva un par de minutos.
Nadie lo duda, ni siquiera los más idiotas.
Si no estamos en la televisión
o en alguna revista, qué importa.
Solo hay que sonreír, como se pueda,
y después -tan fácil- subir la foto al facebook.
Al fin, todos ya somos famosos y felices;
el esfuerzo es minímo, casi inútil,
apenas te lleva un par de minutos.
Nadie lo duda, ni siquiera los más idiotas.
Si no estamos en la televisión
o en alguna revista, qué importa.
Solo hay que sonreír, como se pueda,
y después -tan fácil- subir la foto al facebook.
EXCRITURAS DE LA REVELACIÓN ALCOHÓLICA.
Esos temblores,
quizás sean lejana presencia de cualquier Dios.
En el bar
ninguna de las voces se refugia en la palabra.
Hay gritos,
inútiles intentos que quieran negar el infierno
Pide otro
y ahí está, en el fondo más dorado del vaso.
Sin querer,
un gesto torpe le arrebata la copa y estalla..
No entiende,
aunque se espanta frente al espejo de la barra.
No es él,
ese rostro detrás de su rostro tiene miedo.
Por suerte
nadie se acercará a limpiar su última revelación.
Esos temblores,
quizás sean lejana presencia de cualquier Dios.
En el bar
ninguna de las voces se refugia en la palabra.
Hay gritos,
inútiles intentos que quieran negar el infierno
Pide otro
y ahí está, en el fondo más dorado del vaso.
Sin querer,
un gesto torpe le arrebata la copa y estalla..
No entiende,
aunque se espanta frente al espejo de la barra.
No es él,
ese rostro detrás de su rostro tiene miedo.
Por suerte
nadie se acercará a limpiar su última revelación.
EXCRITURA DE LOS DEMONIOS
¡Maldito sea todo lo que nazca!
Proclamemos la destrucción,
el fuego,
las tinieblas,
humillación y miseria.
Fieles al mal,
al fin seremos libres:
¡basta de cobardias!,
nada de piedad,
solo el desprecio
para olvidar la vida.
Ay, Maldoror,
no alcanza tu ingenuidad,
tampoco tus letanías
melancólico Baudelaire.
Toda la poesía
es el peor de los enemigos;
diarios y televisión
son la clave del mensaje.
Alentemos las guerras,
que se derrame sangre inocente.
Lo saben los poderosos,
y ya lo aceptan los oprimidos.
Ninguna esperanza,
nuestra Fe es la indiferencia.
¿acaso no nos pertenecerá el mundo?
¡Maldito sea todo lo que nazca!
Proclamemos la destrucción,
el fuego,
las tinieblas,
humillación y miseria.
Fieles al mal,
al fin seremos libres:
¡basta de cobardias!,
nada de piedad,
solo el desprecio
para olvidar la vida.
Ay, Maldoror,
no alcanza tu ingenuidad,
tampoco tus letanías
melancólico Baudelaire.
Toda la poesía
es el peor de los enemigos;
diarios y televisión
son la clave del mensaje.
Alentemos las guerras,
que se derrame sangre inocente.
Lo saben los poderosos,
y ya lo aceptan los oprimidos.
Ninguna esperanza,
nuestra Fe es la indiferencia.
¿acaso no nos pertenecerá el mundo?
miércoles, 21 de diciembre de 2016
EXCRITURA DE UNA MÁSCARA
Apenas recuerda al único Pessoa,
los paseos imaginarios, tristes
por las callecitas de Lisboa.
y el intento de fingir o soñar
al detenerse frente a una vidriera,
acá, en el centro de San Justo.
Él no está confundido, anda,
poco le importan los lugares,
el nombre de las ciudades,
solo, disfruta su pura soledad.
Si hubiera sido algún otro...
ún heterónimo falso, un olvido
o esos versos tirados a la basura;
pero prontó llegará a la plaza,
y podrá fumar y mirar su mundo:
sí, todos usan la máscara.de su Poeta.
-
Apenas recuerda al único Pessoa,
los paseos imaginarios, tristes
por las callecitas de Lisboa.
y el intento de fingir o soñar
al detenerse frente a una vidriera,
acá, en el centro de San Justo.
Él no está confundido, anda,
poco le importan los lugares,
el nombre de las ciudades,
solo, disfruta su pura soledad.
Si hubiera sido algún otro...
ún heterónimo falso, un olvido
o esos versos tirados a la basura;
pero prontó llegará a la plaza,
y podrá fumar y mirar su mundo:
sí, todos usan la máscara.de su Poeta.
-
EXCRITURA DE FEDERICO MOURA
Flotando por la autopista,
un espejismo
o la resaca de la niebla.
Junto al mar, los gitanos.
Sus figuras,
remolinos y ausencias.
¿Tu beso es todo el mar?
Lástima, justo los dioses
cierran los ojos,
no se bancan el deseo.
Pero igual no nos importa,
esta piel se abre
con sus imágenes paganas.
Solo quiero ser tu espuma.
Flotando por la autopista,
un espejismo
o la resaca de la niebla.
Junto al mar, los gitanos.
Sus figuras,
remolinos y ausencias.
¿Tu beso es todo el mar?
Lástima, justo los dioses
cierran los ojos,
no se bancan el deseo.
Pero igual no nos importa,
esta piel se abre
con sus imágenes paganas.
Solo quiero ser tu espuma.
martes, 20 de diciembre de 2016
EL OTRO SOBREVIVIENTE
En la vida nunca le fue mal:
abogado, prestigio, muchos viajes
y pocos problemas familiares.
Tampoco lo afectó, casi nada,
la ausencia inevitable de sus padres.
Ahora disfruta cortar el pasto,
beber y, a veces, comer afuera.
Jamas imagina que cualquier día,
años más o menos, va a morir.
Siempre, solo pensó en él y vivo.
En la vida nunca le fue mal:
abogado, prestigio, muchos viajes
y pocos problemas familiares.
Tampoco lo afectó, casi nada,
la ausencia inevitable de sus padres.
Ahora disfruta cortar el pasto,
beber y, a veces, comer afuera.
Jamas imagina que cualquier día,
años más o menos, va a morir.
Siempre, solo pensó en él y vivo.
EXCRITURA DE SILVIO RODRIGUEZ
Esos momentos pocos, pasan, rápido
casi sin la felicidad.
Siempre las mismas rondas del reloj,
las horas desnudas.
Apenas un tibio amparo, una canción,
tantas fotos perdidas.
Para colmo mal nacidos para el amor
solo vemos algún amanecer.
Así que, nunca lo dudes, toma de mí todo,
y el sol y todavía más.
Esos momentos pocos, pasan, rápido
casi sin la felicidad.
Siempre las mismas rondas del reloj,
las horas desnudas.
Apenas un tibio amparo, una canción,
tantas fotos perdidas.
Para colmo mal nacidos para el amor
solo vemos algún amanecer.
Así que, nunca lo dudes, toma de mí todo,
y el sol y todavía más.
EXCRITURA DEL HASTÍO
Claro que nunca puede entender nada;
ni al mar, la luna o los celulares.
O cree que pasa por otro lado,
siempre esas boludeces del alma.
A veces juega con su mascota,
compra libros, películas viejas;
y en las tardes camina por el barrio
para comprobar la realidad.
De todas maneras las preguntas,
algún jardín descuidado,
un graffiti sin sentido,
la rutina, el tren sin pasajeros.
Pero hay un dolor que lo nombra,
la noche lo invita al insomnio...
así que se despierta sin ganas
en la oscuridad, aun más solo.
No le importa, ya le da lo mismo:
hace el tiempo con la pave y el mate;
porque lo que pasa ya pasó; hace rato
y apenas se puede el estar vivo.
Será por eso aunque nada, nunca,
ahora anda perdido por la vías del hastío.
Claro que nunca puede entender nada;
ni al mar, la luna o los celulares.
O cree que pasa por otro lado,
siempre esas boludeces del alma.
A veces juega con su mascota,
compra libros, películas viejas;
y en las tardes camina por el barrio
para comprobar la realidad.
De todas maneras las preguntas,
algún jardín descuidado,
un graffiti sin sentido,
la rutina, el tren sin pasajeros.
Pero hay un dolor que lo nombra,
la noche lo invita al insomnio...
así que se despierta sin ganas
en la oscuridad, aun más solo.
No le importa, ya le da lo mismo:
hace el tiempo con la pave y el mate;
porque lo que pasa ya pasó; hace rato
y apenas se puede el estar vivo.
Será por eso aunque nada, nunca,
ahora anda perdido por la vías del hastío.
RECAÍDAS
Apenas despierto y tirado en el comedor,
y otra vez sucio y solo y más lejos.
La mesa con vasos, botellas,
ceniceros sin fondo,
papeles rotos, trapos,
un par de fotos ajenas, mudas...
Ayer escapó del tiempo,
saltó la memoria
y caminó, sin paraguas,
sobre la soga tan deshilachada.
Imposible saber si se cayó
o cruzó ¿hacia dónde?
Todavía tiene el mismo miedo,
esa mueca de la burla
que le inventa el rostro,
los ojos frente a la pared.
Ahora no sabe, aun
tambalea ante la luz
que enloquece a sus alas
y crece otra vez el zumbido,
su moscardón ahogado.
Perdido, la ventana ciega
lo sabe, sin conocer la respuesta;
no soporta la miseria del sol,
al menos para él tampoco existe el afuera..
Apenas despierto y tirado en el comedor,
y otra vez sucio y solo y más lejos.
La mesa con vasos, botellas,
ceniceros sin fondo,
papeles rotos, trapos,
un par de fotos ajenas, mudas...
Ayer escapó del tiempo,
saltó la memoria
y caminó, sin paraguas,
sobre la soga tan deshilachada.
Imposible saber si se cayó
o cruzó ¿hacia dónde?
Todavía tiene el mismo miedo,
esa mueca de la burla
que le inventa el rostro,
los ojos frente a la pared.
Ahora no sabe, aun
tambalea ante la luz
que enloquece a sus alas
y crece otra vez el zumbido,
su moscardón ahogado.
Perdido, la ventana ciega
lo sabe, sin conocer la respuesta;
no soporta la miseria del sol,
al menos para él tampoco existe el afuera..
lunes, 19 de diciembre de 2016
EXCRITURA DE ONETTI
Nadie, en la apacible Santa María, supo la verdad de la historia de la Moncha y su vestido de novia, cagado en los bordes. Aunque tampoco ya les importa; por lo menos desde un tiempo a esta parte y hasta bien entrada la eternidad.
Ningún apellido, los notables y los otros, ni los Malabia ni el doctor con sus poco disimuladas pretensiones de narrador sospecharon esos detalles reveladores y únicos, Así que por más esfuerzo que hagan ni la más sórdida imaginación verá sus últimos ojos y la agonía de sus olores.
En verdad, cada uno, como siempre, o todos fueron cobardes. Al final se quedaron conformes con la costumbre del recuerdo inventado sobre una trastornada, una mujer más.
De todas maneras lo que importa son las ondulaciones entre las palabras para encontrar algún puerto,
ellas se dejan arrastrar por las corrientes de la narración, como si buscaran un exilio de la realidad. Una manera de capturar la incertidumbre que se trata de ocultar tras cualquier tipo de máscara, esa misterio o quieren llamarlo:eso.
Pero mucho tiempo antes, siglos, ya lo sabía el dios Brausen, antes de leer La novia robada y crear su hastío para ese pueblo sin piedad, y desde entonces ya no hay nada que hacer...Por suerte, sus secretos solo se los confía a Onetti, todavía echado en la cama, mientras duerme, sueña y olvida.
Nadie, en la apacible Santa María, supo la verdad de la historia de la Moncha y su vestido de novia, cagado en los bordes. Aunque tampoco ya les importa; por lo menos desde un tiempo a esta parte y hasta bien entrada la eternidad.
Ningún apellido, los notables y los otros, ni los Malabia ni el doctor con sus poco disimuladas pretensiones de narrador sospecharon esos detalles reveladores y únicos, Así que por más esfuerzo que hagan ni la más sórdida imaginación verá sus últimos ojos y la agonía de sus olores.
En verdad, cada uno, como siempre, o todos fueron cobardes. Al final se quedaron conformes con la costumbre del recuerdo inventado sobre una trastornada, una mujer más.
De todas maneras lo que importa son las ondulaciones entre las palabras para encontrar algún puerto,
ellas se dejan arrastrar por las corrientes de la narración, como si buscaran un exilio de la realidad. Una manera de capturar la incertidumbre que se trata de ocultar tras cualquier tipo de máscara, esa misterio o quieren llamarlo:eso.
Pero mucho tiempo antes, siglos, ya lo sabía el dios Brausen, antes de leer La novia robada y crear su hastío para ese pueblo sin piedad, y desde entonces ya no hay nada que hacer...Por suerte, sus secretos solo se los confía a Onetti, todavía echado en la cama, mientras duerme, sueña y olvida.
EXCRITURA DE PHILIP DICK
¿Androide o humano?, da igual. Peor, casi siempre, es la vida.
Y si todos los mundos son así, entonces mejor ese instante que estallan en las dudas: entre la lluvia, apenas una pistola, una mirada al vacío y, como un ángel perdido, caer.
¿Vivo o muerto? Nadie lo sabe, siempre cualquier realidad es irreal.
¿Androide o humano?, da igual. Peor, casi siempre, es la vida.
Y si todos los mundos son así, entonces mejor ese instante que estallan en las dudas: entre la lluvia, apenas una pistola, una mirada al vacío y, como un ángel perdido, caer.
¿Vivo o muerto? Nadie lo sabe, siempre cualquier realidad es irreal.
EXCRITURA DEL REMORDIMIENTO.
Ya no se soportaba más,
y al fin rompió el castigo del espejo:
chau, y a otra cosa.
Aunque a veces lo extraña,
pero apenitas,
cuando se olvida en el mero estar.
O en esa larga espera,
desesperado por un cigarrillo,
cuando ya se aburrió de la película.
También le duele su nombre,
esa uña que sangra
siempre encarnada en cualquier otro.
Pero ya puede dormir bien,
y con suerte, cada noche
los remordimientos son las pesadillas,
Ya no se soportaba más,
y al fin rompió el castigo del espejo:
chau, y a otra cosa.
Aunque a veces lo extraña,
pero apenitas,
cuando se olvida en el mero estar.
O en esa larga espera,
desesperado por un cigarrillo,
cuando ya se aburrió de la película.
También le duele su nombre,
esa uña que sangra
siempre encarnada en cualquier otro.
Pero ya puede dormir bien,
y con suerte, cada noche
los remordimientos son las pesadillas,
EXCRITURA DEL LINGÜÍSTA
El lingüísta ya no habla, con nadie.
Apenas usa dos o tres gesto,
obvios, básicos.
Ni triste ni alegre, solo vive así.
Un día se dio cuenta:
todo era inútil y exacto.
No se le cayó ninguna manzana,
solo lo supo, o comprobó,
jamas es posible una respuesta del otro.
Así que optó por la mudez,
ni una pregunta.
Y creer un poco más allá de las palabras.
El lingüísta ya no habla, con nadie.
Apenas usa dos o tres gesto,
obvios, básicos.
Ni triste ni alegre, solo vive así.
Un día se dio cuenta:
todo era inútil y exacto.
No se le cayó ninguna manzana,
solo lo supo, o comprobó,
jamas es posible una respuesta del otro.
Así que optó por la mudez,
ni una pregunta.
Y creer un poco más allá de las palabras.
EXCRITURA DEL MADRID DE MORIS
A esa parte no la vi...
pero te creo.
De fondo, la triste balada.
Hasta en los barcitos,
entre carcajadas
y los chavales locos.
Pensé, me acuerdo,
que una vieja
seguro era la Juanita.
O al mirar un taxi,
y pedir una caña
solo para imitar tu voz.
Por las callecitas,
el barrio de las letras,
tempranito y nadie.
Pobres gallegos,
tan pocos entienden
que ayer nomás y hoy.
Mucho cigarro,
tapas, las caminatas
y Atocha que bosteza.
Vi muchas caras,
distintas, idénticas
todas las de tu canción.
Todavía, no exagero,
ese oso boludo
y los diez días al mar.
Así que te creo,
digan lo que quieran
la verdad es así o casi.
Por todas partes,
la parte de tu estribillo
y volver borracho.
Además, se sabe:
con pasta, alegría;
sin pasta, como siempre.
Y algunas noches,
incluso acá,
sueno con vos y es Madrid.
A esa parte no la vi...
pero te creo.
De fondo, la triste balada.
Hasta en los barcitos,
entre carcajadas
y los chavales locos.
Pensé, me acuerdo,
que una vieja
seguro era la Juanita.
O al mirar un taxi,
y pedir una caña
solo para imitar tu voz.
Por las callecitas,
el barrio de las letras,
tempranito y nadie.
Pobres gallegos,
tan pocos entienden
que ayer nomás y hoy.
Mucho cigarro,
tapas, las caminatas
y Atocha que bosteza.
Vi muchas caras,
distintas, idénticas
todas las de tu canción.
Todavía, no exagero,
ese oso boludo
y los diez días al mar.
Así que te creo,
digan lo que quieran
la verdad es así o casi.
Por todas partes,
la parte de tu estribillo
y volver borracho.
Además, se sabe:
con pasta, alegría;
sin pasta, como siempre.
Y algunas noches,
incluso acá,
sueno con vos y es Madrid.
domingo, 18 de diciembre de 2016
EXCRITURA DE ROBERTO SANTORO
Desnudo en el adentro de mí
y perdido.
Solo con uno de los zapatos
y sin medias
Mi vereda sucia es ajena
y tantos y nada,
El cielo es la otra trampa
y amenaza.
El viaje en el bondi lleno
y tu adiós..
Claro que es un tanguito
y nadie lo silba.
La tarjeta dice que es la hora
y no llegué.
Otro día que no es ningún día
y ya muere.
Desnudo en el adentro de mí
y perdido.
Solo con uno de los zapatos
y sin medias
Mi vereda sucia es ajena
y tantos y nada,
El cielo es la otra trampa
y amenaza.
El viaje en el bondi lleno
y tu adiós..
Claro que es un tanguito
y nadie lo silba.
La tarjeta dice que es la hora
y no llegué.
Otro día que no es ningún día
y ya muere.
sábado, 17 de diciembre de 2016
viernes, 16 de diciembre de 2016
EXCRITURA DE ERNEST JÜNGER
Al llegar, entre los temblores de la niebla,
un cadáver
y ese íntimo olor dulzón.
Putrefacta su carne, aun brillaba su uniforme;
no era él único,
varios, muchos más y resecos.
Y ahí, en las trincheras, durante meses,
días y noches,
sin poder enterrarlos, apenas mirar.
Igual que en los bellos poemas homéricos,
pero sin sus dioses,
solo el espectáculo de la destrucción.
Yo decidí estar en aquella guerra...
ser un guerrero.
Y todo eso me provocaba una rara embriaguez.
Al llegar, entre los temblores de la niebla,
un cadáver
y ese íntimo olor dulzón.
Putrefacta su carne, aun brillaba su uniforme;
no era él único,
varios, muchos más y resecos.
Y ahí, en las trincheras, durante meses,
días y noches,
sin poder enterrarlos, apenas mirar.
Igual que en los bellos poemas homéricos,
pero sin sus dioses,
solo el espectáculo de la destrucción.
Yo decidí estar en aquella guerra...
ser un guerrero.
Y todo eso me provocaba una rara embriaguez.
jueves, 15 de diciembre de 2016
miércoles, 14 de diciembre de 2016
UNA VIDA
Todavía recuerdo la enorme arboleda
que flotaba, al amanecer,
sobre una línea perfecta de niebla.
Apenas llegaba a la ventanilla del auto,
casi dormido, y apareció
y apreté fuerte la mano de mi madre.
Todavía creo que eso era un poco más,
y distinto, que su imagen.
No sé si todo lo demás me importa.
Todavía recuerdo la enorme arboleda
que flotaba, al amanecer,
sobre una línea perfecta de niebla.
Apenas llegaba a la ventanilla del auto,
casi dormido, y apareció
y apreté fuerte la mano de mi madre.
Todavía creo que eso era un poco más,
y distinto, que su imagen.
No sé si todo lo demás me importa.
lunes, 12 de diciembre de 2016
UNA VARIANTE DE LA NUDA VIDA
Con el paso del tiempo -es un decir-, los días
ya se han convertido en la rutina de los barbitúricos.
De ese modo, nada puede molestar su ánimo
y mira a su alrededor y sonríe: esa es su mueca.
Ni siquiera se fastidia en el pesar del trabajo
o putea en las interminables esperas del colectivo.
Solo que, a veces, un especie de furia muda
aun palpita oscura en su sangre, ¿acaso un dolor?
Pero después pasa y todo tiene una solución,
y muy pronto desaparecerá la memoria y su piel.
Claro que se trata de durar, y lo sabe;
las recetas no fallan, son la magia de la nada.
Con el paso del tiempo, apenas la reposera
y el jardín: flotar, ajeno, en el vuelo de una mariposa.
Con el paso del tiempo -es un decir-, los días
ya se han convertido en la rutina de los barbitúricos.
De ese modo, nada puede molestar su ánimo
y mira a su alrededor y sonríe: esa es su mueca.
Ni siquiera se fastidia en el pesar del trabajo
o putea en las interminables esperas del colectivo.
Solo que, a veces, un especie de furia muda
aun palpita oscura en su sangre, ¿acaso un dolor?
Pero después pasa y todo tiene una solución,
y muy pronto desaparecerá la memoria y su piel.
Claro que se trata de durar, y lo sabe;
las recetas no fallan, son la magia de la nada.
Con el paso del tiempo, apenas la reposera
y el jardín: flotar, ajeno, en el vuelo de una mariposa.
domingo, 11 de diciembre de 2016
EXCRITURA DE TRAKL
Los pasos ciegos en el bosque,
esos lamentos del viento
y los temblores lejanos de la infancia.
Ya llega otra vez la noche
con sus lágrimas de ángeles
y los gemidos mudos en la memoria.
En las ramas de los árboles rotos
la sombra perdida de la madre
y las estrellas: el esqueleto de un niño.
Los pasos ciegos en el bosque,
esos lamentos del viento
y los temblores lejanos de la infancia.
Ya llega otra vez la noche
con sus lágrimas de ángeles
y los gemidos mudos en la memoria.
En las ramas de los árboles rotos
la sombra perdida de la madre
y las estrellas: el esqueleto de un niño.
EXCRITURA DE CAMILA, DE ENRIQUE MOLINA
Las instituciones son un fetiche para exorcizar el horror.
El arrullo cómplice de las palomas en la iglesia:
Camila ya se siente la hembra en la vida
y el cura Ladislao rompe siglos de encierro.
A uno y otro los unen las visiones, el llamado carnal.
El deseo se consagra en las verdaderas campanas
y por fin se redimen los pecados del mundo.
Después huyen, perdidos, lejos de la salvación;
pero es demasiado bello, y todos festejan su sangre.
La sociedad, como siempre, se organiza para matar el amor.
Las instituciones son un fetiche para exorcizar el horror.
El arrullo cómplice de las palomas en la iglesia:
Camila ya se siente la hembra en la vida
y el cura Ladislao rompe siglos de encierro.
A uno y otro los unen las visiones, el llamado carnal.
El deseo se consagra en las verdaderas campanas
y por fin se redimen los pecados del mundo.
Después huyen, perdidos, lejos de la salvación;
pero es demasiado bello, y todos festejan su sangre.
La sociedad, como siempre, se organiza para matar el amor.
sábado, 10 de diciembre de 2016
viernes, 9 de diciembre de 2016
EXCRITURA DE LA HOJA EN BLANCO
El sol resplandece en el mudo cristal de la ventana;
a él lo domina la hoja en blanco...
Ya lleva así un par de horas,
solo escribe para tachar palabras.
Mates y cigarrillos, cigarrillos y mates,
pero no funcionaba ningún recurso.
Recurrió, inútilmente, a Paul Valery
y sintió que era verdad:
para las viejas musas hay instantes,
esa insinuación de otro mundo.
Así que observó las paredes,
jugo a a escapar del encierro del trabajo.
Al final se dio por vencido,
él no pudo ver afuera y ni adentro, su poema era el silencio.
El sol resplandece en el mudo cristal de la ventana;
a él lo domina la hoja en blanco...
Ya lleva así un par de horas,
solo escribe para tachar palabras.
Mates y cigarrillos, cigarrillos y mates,
pero no funcionaba ningún recurso.
Recurrió, inútilmente, a Paul Valery
y sintió que era verdad:
para las viejas musas hay instantes,
esa insinuación de otro mundo.
Así que observó las paredes,
jugo a a escapar del encierro del trabajo.
Al final se dio por vencido,
él no pudo ver afuera y ni adentro, su poema era el silencio.
EXCRITURA DE ONETTI
Ya nadie en la más perdida Santa María,
ni la prosa de su doctor,
puede imaginar la soledad del Dios Brausen.
Padre y abandonado, su goce perverso
solo quiera olvidar las miserias
y el desconsuelo de cada destino, inútil.
La sucia locura de la novia eterna,
las tumbas sin nombre,
esa ilusión en los cadáveres de Larsen.
No son las imperfecciones de la creación,
sus arbitrariedades o sus milagros;
la condena es el vicio absoluto de la lejanía.
Ya nadie en la más perdida Santa María,
ni la prosa de su doctor,
puede imaginar la soledad del Dios Brausen.
Padre y abandonado, su goce perverso
solo quiera olvidar las miserias
y el desconsuelo de cada destino, inútil.
La sucia locura de la novia eterna,
las tumbas sin nombre,
esa ilusión en los cadáveres de Larsen.
No son las imperfecciones de la creación,
sus arbitrariedades o sus milagros;
la condena es el vicio absoluto de la lejanía.
EXCRITURA DE LA POST-PALABRA
A las excrituras las apenas cada día más,
esta lenta agonía de la lengua.
Así, poco a poco, se borran alrededores
y crece esa mueca muda del vacío.
La mirada no encuentra un horizonte
y los temblores olvidan a la piel.
¿Vamos a un paraíso sin nombres?
Ningún afuera, ningún adentro.
A veces es inevitable el miedo,
ante una página de Homero.
El tiempo olvidó a su antiguo logos,
es más eficaz un buen celular.
Ya perdida la lengua desaparece la vida,
apenas ausencia es el color eterno del sol.
A las excrituras las apenas cada día más,
esta lenta agonía de la lengua.
Así, poco a poco, se borran alrededores
y crece esa mueca muda del vacío.
La mirada no encuentra un horizonte
y los temblores olvidan a la piel.
¿Vamos a un paraíso sin nombres?
Ningún afuera, ningún adentro.
A veces es inevitable el miedo,
ante una página de Homero.
El tiempo olvidó a su antiguo logos,
es más eficaz un buen celular.
Ya perdida la lengua desaparece la vida,
apenas ausencia es el color eterno del sol.
jueves, 8 de diciembre de 2016
EXCRITURA DE MUSIL
Solo en la careta están los atributos;
detrás, la palabra hombre.
En ese afuera sin ningún cuerpo,
los sentidos olvidan a la piel
y repiten las mismas voces ajenas.
Simulacro de una sombra falsa,
el andar hunde sus huellas
en el destino hueco de las burlas.
Ya no le quedan rastros del yo,
sus torpes muecas mudas
ni siquiera pueden vivir la angustia.
Tampoco la desesperación ni los gritos,
irreal es la ciudad y su tiempo.
Solo en la careta están los atributos;
detrás, la palabra hombre.
En ese afuera sin ningún cuerpo,
los sentidos olvidan a la piel
y repiten las mismas voces ajenas.
Simulacro de una sombra falsa,
el andar hunde sus huellas
en el destino hueco de las burlas.
Ya no le quedan rastros del yo,
sus torpes muecas mudas
ni siquiera pueden vivir la angustia.
Tampoco la desesperación ni los gritos,
irreal es la ciudad y su tiempo.
miércoles, 7 de diciembre de 2016
EXCRITURA DE PASOLINI
¡Ah, divina mímesis!
Los compañeros se pierden en sus voces;
todos discuten, lloran y ríen consignas;
el pasado heróico los obliga a continuar:.
También estoy yo, aparte, solo y vencido:
¿acaso es conmovedor este absurdo?
Si veo la historias que son su derrota.
¡Ah, divina mímesis!
Sé que mis versos burlas a las esperanzas,
a sus bonitas banderas agitadas al viento.
La realidad ya no es lo ambiguo, la vida,
pero ellos quieren pelear... la tonta victoria,
pero el futuro será su nueva condena:
:¿por qué la asamblea solo es un simulacro?
¡Ah, divina mimesis!
Las bases aun no conocen a nuestro Dante,
la conducción evita mostrarles su infierno;
y por eso insisten, gritan la rabia y aun creen.
Quisiera ser ellos y olvidar estos apuntes:
¿para qué sirve una conciencia sin la pasión?
¡Ah, tan inútil la poesia!
Los compañeros se pierden en sus voces;
todos discuten, lloran y ríen consignas;
el pasado heróico los obliga a continuar:.
También estoy yo, aparte, solo y vencido:
¿acaso es conmovedor este absurdo?
Si veo la historias que son su derrota.
¡Ah, divina mímesis!
Sé que mis versos burlas a las esperanzas,
a sus bonitas banderas agitadas al viento.
La realidad ya no es lo ambiguo, la vida,
pero ellos quieren pelear... la tonta victoria,
pero el futuro será su nueva condena:
:¿por qué la asamblea solo es un simulacro?
¡Ah, divina mimesis!
Las bases aun no conocen a nuestro Dante,
la conducción evita mostrarles su infierno;
y por eso insisten, gritan la rabia y aun creen.
Quisiera ser ellos y olvidar estos apuntes:
¿para qué sirve una conciencia sin la pasión?
¡Ah, tan inútil la poesia!
EXCRITURA DE CARL GUSTAV JUNG
El sí mismo perdido siempre,
apenas en el mundo.
Desde las estrellas todavía brillan
nuestros dioses, inconscientes.
En el adentro del más adentro,
el origen es la luz.
Y en las aguas que corren un aviso:
somos las piedras del fondo.
El único arquetipo, la salvación,
solo es otro símbolo.
El sí mismo perdido siempre,
apenas en el mundo.
Desde las estrellas todavía brillan
nuestros dioses, inconscientes.
En el adentro del más adentro,
el origen es la luz.
Y en las aguas que corren un aviso:
somos las piedras del fondo.
El único arquetipo, la salvación,
solo es otro símbolo.
EXCRITURA DE HÉCTOR VIEL TEMPERLEY
Aunque sabía que su casa era Dios,
él cada día necesitaba nadar
o sentir en el aire de sus pulmones
al otro misterio; la transparencia del agua.
De ese modo luchaba con su ángel
hasta, aliviado, dejarse vencer;
así la bendición caía en sus versos,
los árboles que aun estallan en el paraíso.
Aunque sabía que su casa era Dios,
él cada día necesitaba nadar
o sentir en el aire de sus pulmones
al otro misterio; la transparencia del agua.
De ese modo luchaba con su ángel
hasta, aliviado, dejarse vencer;
así la bendición caía en sus versos,
los árboles que aun estallan en el paraíso.
martes, 6 de diciembre de 2016
EXCRITURA DE CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
Al compañero Sposato
El agua está podrida en este mundo
y mi mano, más sucia.
No sirve la excusa de un jabón
o un gesto.
Tampoco esconder su vergüenza,
la propia humillación.
De prisa, abrirla y cortar, ¡ahora!,
sin una queja.
Ya vendrá esa otra mano, victoriosa,
el puño de la dignidad.
Al compañero Sposato
El agua está podrida en este mundo
y mi mano, más sucia.
No sirve la excusa de un jabón
o un gesto.
Tampoco esconder su vergüenza,
la propia humillación.
De prisa, abrirla y cortar, ¡ahora!,
sin una queja.
Ya vendrá esa otra mano, victoriosa,
el puño de la dignidad.
EXCRITURA DE EDUARDO AIBINDER
Nadie duda que la inercia es la otra odisea.
El relato aburrido de los rezagados,
los que no quieren nada o al revés.
Alejados del vértigo de la aventura
viven en un estar monstruoso
y una noche, frente a un espejo,
la agonía de sus ojos galopa un caballo.
Entonces ya no se pueden detener
y olvidan a su corazón en la lejanía inmóvil,
Nadie duda que la inercia es la otra odisea.
El relato aburrido de los rezagados,
los que no quieren nada o al revés.
Alejados del vértigo de la aventura
viven en un estar monstruoso
y una noche, frente a un espejo,
la agonía de sus ojos galopa un caballo.
Entonces ya no se pueden detener
y olvidan a su corazón en la lejanía inmóvil,
EXCRITURA DE BORIS VIAN
La inocencia no es una virtud;
pero hay que andar
con mucho cuidado,
nunca se sabe
o todavía peor.
A veces la confusión
no perdona,
ni los disfreces,
un bueno pensamiento
o la tentación:
el tonto suicidio.
Si alguno tiene alguna duda,
preguntar al Sócrates;
cualquiera es una vícima
y nada detiene a la simple tristeza.
La inocencia no es una virtud;
pero hay que andar
con mucho cuidado,
nunca se sabe
o todavía peor.
A veces la confusión
no perdona,
ni los disfreces,
un bueno pensamiento
o la tentación:
el tonto suicidio.
Si alguno tiene alguna duda,
preguntar al Sócrates;
cualquiera es una vícima
y nada detiene a la simple tristeza.
lunes, 5 de diciembre de 2016
EXCRITURAS DE CARLOS CORREAS
Entre tanto ruido y soledad
él escribe para resistir la belleza,
Para que su aparición
no lo arroje, perdido, a la nada.
Solo la lengua del asco
hasta recuperar la inocencia,
Al menos un cuerpo
que aun no encerrado en la piel.
Andando en las calles
desespera amor fuera de la ley..
Sin Baudelaire
la ciudad acribilla los paseantes.
Admira la mierdita
en una pija clandestina.
Pero los días no pasan
y la muerte ya sube al colectivo.
Con la sabiduría del terror
y la bendición de todos los santos.
Entre tanto ruido y soledad
él escribe para resistir la belleza,
Para que su aparición
no lo arroje, perdido, a la nada.
Solo la lengua del asco
hasta recuperar la inocencia,
Al menos un cuerpo
que aun no encerrado en la piel.
Andando en las calles
desespera amor fuera de la ley..
Sin Baudelaire
la ciudad acribilla los paseantes.
Admira la mierdita
en una pija clandestina.
Pero los días no pasan
y la muerte ya sube al colectivo.
Con la sabiduría del terror
y la bendición de todos los santos.
domingo, 4 de diciembre de 2016
EXCRITURA DE LAS TRAMPAS DE LA BELLEZA.
A veces, inevitable, hay que resignarse
o mirar para otro lado.
Y no importan las razones:
Algo en los latidos,
otro dulzor en el aire.
Digo, al volver feliz de mi jardín,
que vale más lo inexplicable.
Yo veía ese vuelo,
su búsqueda en la tierra...
aunque quería comer las semillas,
las futuras lechugas,
el nacer de los tomates:
¿quién se anima a espantar a una torcacita?
A veces, inevitable, hay que resignarse
o mirar para otro lado.
Y no importan las razones:
Algo en los latidos,
otro dulzor en el aire.
Digo, al volver feliz de mi jardín,
que vale más lo inexplicable.
Yo veía ese vuelo,
su búsqueda en la tierra...
aunque quería comer las semillas,
las futuras lechugas,
el nacer de los tomates:
¿quién se anima a espantar a una torcacita?
viernes, 2 de diciembre de 2016
jueves, 1 de diciembre de 2016
UNA EXCRITURA OCCIDENTAL
Apenas despierta, la ducha,
un buen desayuno y el pronóstico del tiempo.
Después del trabajo,
casi todas las tardes pasa por el gimnasio.
Transpira, y le gusta
ese brillo ajeno, tenso, en los músculos.
La casa en familia,
la tarea de los chicos y la tarjeta de su esposa.
Un poco de carne, verduras,
alguna película antes del sueño reparador.
A veces recuerda la vida,
pero se olvida rápido y planea las vacaciones.
Apenas despierta, la ducha,
un buen desayuno y el pronóstico del tiempo.
Después del trabajo,
casi todas las tardes pasa por el gimnasio.
Transpira, y le gusta
ese brillo ajeno, tenso, en los músculos.
La casa en familia,
la tarea de los chicos y la tarjeta de su esposa.
Un poco de carne, verduras,
alguna película antes del sueño reparador.
A veces recuerda la vida,
pero se olvida rápido y planea las vacaciones.
miércoles, 30 de noviembre de 2016
OJOS DE LA EXCRITURA
Ya cansado o perdido
en Ciudad Evita,
a la sombra larga y breve de una vieja palmera.
La siesta se duerme
en la ausencia de las calles
y el sol estalla ciego ante cualquier referencia.
Es demasiada la luz,
ya desaparecen las casitas,
los jardines, el cielo y todos sus alrededores.
Recién ahora descubro
que los ojos
solo sirven para mirar por única y última vez.
Ya cansado o perdido
en Ciudad Evita,
a la sombra larga y breve de una vieja palmera.
La siesta se duerme
en la ausencia de las calles
y el sol estalla ciego ante cualquier referencia.
Es demasiada la luz,
ya desaparecen las casitas,
los jardines, el cielo y todos sus alrededores.
Recién ahora descubro
que los ojos
solo sirven para mirar por única y última vez.
martes, 29 de noviembre de 2016
EXCRITURA SEMINAL
Verdes aun, varios tomates insisten en el nacer;
solo necesitan del agua, el sol y apenas una pocas palabras.
Recién, entre las hojas acaricié su piel,
demasiado joven, tensa, sin marcas de ninguna historia.
A pesar del milagro, sentí algo de pena
o una inocencia ajena ante esa pura confianza de la vida.
Sé que pronto cambiará su color y su destino;
ya no serán una ilusión: caerán, ellos también, en la realidad.
Verdes aun, varios tomates insisten en el nacer;
solo necesitan del agua, el sol y apenas una pocas palabras.
Recién, entre las hojas acaricié su piel,
demasiado joven, tensa, sin marcas de ninguna historia.
A pesar del milagro, sentí algo de pena
o una inocencia ajena ante esa pura confianza de la vida.
Sé que pronto cambiará su color y su destino;
ya no serán una ilusión: caerán, ellos también, en la realidad.
EXCRITURA DE WALLACE STEVENS
Este sol de otoño
como un último poema, pasa y calla.
Apenas suspira el viento,
entre el adiós y la ausencia del adiós.
Lejana o imposible,
solo una paloma tiembla en el aire.
Ese dolor de las hojas
en el huellas frías de la otra vereda.
Todo puede ser el final,
ya las nubes grises cantan a la muerte.
Este sol de otoño
como un último poema, pasa y calla.
Apenas suspira el viento,
entre el adiós y la ausencia del adiós.
Lejana o imposible,
solo una paloma tiembla en el aire.
Ese dolor de las hojas
en el huellas frías de la otra vereda.
Todo puede ser el final,
ya las nubes grises cantan a la muerte.
ARTAUD
Vos sabías que todas las preguntas
y la pregunta,
solo responde al disparo de la locura.
No soportabas la burla de los sabios,
esa fuerza
tan negra, tan tramposa, brutal.
Menos aun la condena del cuerpo,
el espanto de vivir
y su gran chimenea para la muerte.
Y podías ver el culo de esa rata
que cuelga
entre los dientes más sucios del ser.
Vos naciste de tu propio dolor,
sin madre ni padre,
y nunca aceptaste los límites del sol.
Vos sabías que todas las preguntas
y la pregunta,
solo responde al disparo de la locura.
No soportabas la burla de los sabios,
esa fuerza
tan negra, tan tramposa, brutal.
Menos aun la condena del cuerpo,
el espanto de vivir
y su gran chimenea para la muerte.
Y podías ver el culo de esa rata
que cuelga
entre los dientes más sucios del ser.
Vos naciste de tu propio dolor,
sin madre ni padre,
y nunca aceptaste los límites del sol.
lunes, 28 de noviembre de 2016
EXCRITURA DE HAWTHORNE
No es verdadero el dulce final del relato:
Wakefield jamás volvió a su hogar.
En la ciudad, como otro simple solo,
poco a poco se acostumbró a la deriva.
Cuando aparecía su reflejo en las vidrieras
ya no se reconocía, sentía una amenaza.
Todo en él -o nada- era un vacío ajeno;
y lloraba al escribir su nombre en las paredes.
A su alrededor apenas pobres fantasmas
o espejos muertos de su ser alguien.
Sin darse cuenta, un día cualquiera,
en un baldío, desapareció de sí y para siempre.
No es verdadero el dulce final del relato:
Wakefield jamás volvió a su hogar.
En la ciudad, como otro simple solo,
poco a poco se acostumbró a la deriva.
Cuando aparecía su reflejo en las vidrieras
ya no se reconocía, sentía una amenaza.
Todo en él -o nada- era un vacío ajeno;
y lloraba al escribir su nombre en las paredes.
A su alrededor apenas pobres fantasmas
o espejos muertos de su ser alguien.
Sin darse cuenta, un día cualquiera,
en un baldío, desapareció de sí y para siempre.
EXCRITURA DE MARECHAL
Te envidio, Leopoldo,
vos podías escribir en lo más hondo a la patria.
Y veías sus metáforas,
la piel de sus tantos colores siempre vivos.
Los paisajes y sus versos:
amaneceres, llanuras, empedrados, arrabales.
Sus más viejos dolores...
hasta ese temblor enamorado de la niñez.
Te envidio, y me duele,
ahora en mis ojos solo tengo clavada su ausencia.
Te envidio, Leopoldo,
vos podías escribir en lo más hondo a la patria.
Y veías sus metáforas,
la piel de sus tantos colores siempre vivos.
Los paisajes y sus versos:
amaneceres, llanuras, empedrados, arrabales.
Sus más viejos dolores...
hasta ese temblor enamorado de la niñez.
Te envidio, y me duele,
ahora en mis ojos solo tengo clavada su ausencia.
domingo, 27 de noviembre de 2016
LA CEBOLLA DE CHARLY GARCÍA
Por lo que me tocó aprender
de lo que nadie te enseña
sobre las pequeñas delicias de la vida,
suelo caer en reivindicaciones obvias
y me atrevo, por ejemplo, a decir
que a las canciones de amor
poco le importan la verdad de la ciencia,
ni saben que es imposible dividir un átomo;
cualquier efecto inventa la causa
y así nacen, ridículas, en lo más adentro,
como si fueran una revelación tonta,
circunstancias que al menos por ahora
nadie -o casi- se ha animado a discutir.
Y entonces en el amor vuelan barcos
o llora sola esa falsa cebolla en París.
Siempre es así de simple, con estribillo
y un piano en la penumbra de un sofá,
esa copa en el borde de los labios
ante la esperada señal que sí o que no
que todos ya vimos en las películas.
Digo, desde ahí viene la canción, sin pensar,
perfecta, como el mar o la cebolla,
Solo dura poco más de tres minutos
y la mejor siempre se te ocurre a vos.
Por lo que me tocó aprender
de lo que nadie te enseña
sobre las pequeñas delicias de la vida,
suelo caer en reivindicaciones obvias
y me atrevo, por ejemplo, a decir
que a las canciones de amor
poco le importan la verdad de la ciencia,
ni saben que es imposible dividir un átomo;
cualquier efecto inventa la causa
y así nacen, ridículas, en lo más adentro,
como si fueran una revelación tonta,
circunstancias que al menos por ahora
nadie -o casi- se ha animado a discutir.
Y entonces en el amor vuelan barcos
o llora sola esa falsa cebolla en París.
Siempre es así de simple, con estribillo
y un piano en la penumbra de un sofá,
esa copa en el borde de los labios
ante la esperada señal que sí o que no
que todos ya vimos en las películas.
Digo, desde ahí viene la canción, sin pensar,
perfecta, como el mar o la cebolla,
Solo dura poco más de tres minutos
y la mejor siempre se te ocurre a vos.
EXCRITURA DE BRADBURY
Nada es posible ver ni leer en el Hombre Ilustrado,
la pena borró todas sus historias,
solo ausencia en cada figura.
Ahora sus maravillas son heridas,
su cuerpo, vacío de huesos.
Así que desnudo escapa de los hombres,
y tiembla ante la luna y el sol.
A veces contempla el fuego,
el rumor de las cenizas.
Pero hasta el espanto es inútil...
ya nunca podrá verse en el espejo.
Y ni siquiera vos, Ray, ni tu bondad
podrían inventarle la paz de una esperanza.
El Hombre Ilustrado agoniza en las palabras olvidadas.
Nada es posible ver ni leer en el Hombre Ilustrado,
la pena borró todas sus historias,
solo ausencia en cada figura.
Ahora sus maravillas son heridas,
su cuerpo, vacío de huesos.
Así que desnudo escapa de los hombres,
y tiembla ante la luna y el sol.
A veces contempla el fuego,
el rumor de las cenizas.
Pero hasta el espanto es inútil...
ya nunca podrá verse en el espejo.
Y ni siquiera vos, Ray, ni tu bondad
podrían inventarle la paz de una esperanza.
El Hombre Ilustrado agoniza en las palabras olvidadas.
sábado, 26 de noviembre de 2016
AL COMANDANTE
En ese poema te comparaban con un caballo
y era verdad, si yo te veía galopar.
Lástima que hoy no lo pude encontrar y leer,
sentir por lo menos en algunos versos
que todavía y siempre, ese viento libre.
Un caballo tan fiel y tan enorme...
más testarudo que toda la historia,
con sus dolores, humillaciones, pesares.
¿A dónde se te ocurrió ir ahora, Fidel?
Igual te entiendo, así eran esas crines y vos;
nadie pudo domarte nunca, ni la muerte.
Pero algún día voy a encontrar ese poema,
porque también eras amor y belleza
y sé que nada podrá contra tus relinchos rebeldes.
En ese poema te comparaban con un caballo
y era verdad, si yo te veía galopar.
Lástima que hoy no lo pude encontrar y leer,
sentir por lo menos en algunos versos
que todavía y siempre, ese viento libre.
Un caballo tan fiel y tan enorme...
más testarudo que toda la historia,
con sus dolores, humillaciones, pesares.
¿A dónde se te ocurrió ir ahora, Fidel?
Igual te entiendo, así eran esas crines y vos;
nadie pudo domarte nunca, ni la muerte.
Pero algún día voy a encontrar ese poema,
porque también eras amor y belleza
y sé que nada podrá contra tus relinchos rebeldes.
EXCRITURA DE UN REFUGIADO
Las maderas podridas del bote,
lejos, y el inmenso el mar
Ni siquiera un grito perdido,
¿ese llanto era verdadero?
Las sales en la garganta, azules
ya se confunden en el cielo.
Apenas puede flotar en el aire;
la esperanza es ese sol.
Al ver las burbujas tan blancas,
el tiempo olvida al tiempo.
Los ojos ciegos del refugiado,
aun miran, a la tierra de la libertad.
Las maderas podridas del bote,
lejos, y el inmenso el mar
Ni siquiera un grito perdido,
¿ese llanto era verdadero?
Las sales en la garganta, azules
ya se confunden en el cielo.
Apenas puede flotar en el aire;
la esperanza es ese sol.
Al ver las burbujas tan blancas,
el tiempo olvida al tiempo.
Los ojos ciegos del refugiado,
aun miran, a la tierra de la libertad.
A PASOLINI
En ese territorio baldío
la belleza brutal de la promiscuidad.
Un arco de fútbol, desnudo,
entre los yuyos altos, rabiosos.
Ni ruiseñores ni campanas,
solo la atroz felicidad de la pasión.
Tanto fervor, tanta furia,
la verdad escandalosa de la muerte.
Y las heridas calientes
como otro poema, él último, tu desafío.
En ese territorio baldío
la belleza brutal de la promiscuidad.
Un arco de fútbol, desnudo,
entre los yuyos altos, rabiosos.
Ni ruiseñores ni campanas,
solo la atroz felicidad de la pasión.
Tanto fervor, tanta furia,
la verdad escandalosa de la muerte.
Y las heridas calientes
como otro poema, él último, tu desafío.
viernes, 25 de noviembre de 2016
NINÍ Y PIPO
Ellos están tan cerca, a mi lado,
echados y dormidos.
No debo moverme ni hacer ruido,
solo mirarlos.
Son dos seres del puro amor,
ángeles peludos.
Y casi nada más me importa,
salvo la noche sola.
Pero es difícil resistir una caricia
y ya despertaron...
Podría decir que son Niní y Pipo,
mis perros, o mi consuelo.
Ellos están tan cerca, a mi lado,
echados y dormidos.
No debo moverme ni hacer ruido,
solo mirarlos.
Son dos seres del puro amor,
ángeles peludos.
Y casi nada más me importa,
salvo la noche sola.
Pero es difícil resistir una caricia
y ya despertaron...
Podría decir que son Niní y Pipo,
mis perros, o mi consuelo.
jueves, 24 de noviembre de 2016
EXCRITURA DEL SEÑOR K
En la calle, abajo, las bocinas de los autos.
De vez en cuando, un estruendo
en el patio o en la cocina.
Más adentro, sobre mi cabeza,
el rodar constante de una pelota.
Del otro lado, en la habitación,
una conversación desconocida y ajena,
tan real, como si yo flotara ahí,
entre las paredes y las voces.
Otra vez, algo grita en mi sangre
y solo puedo escribir: me persiguen los ruidos.
En la calle, abajo, las bocinas de los autos.
De vez en cuando, un estruendo
en el patio o en la cocina.
Más adentro, sobre mi cabeza,
el rodar constante de una pelota.
Del otro lado, en la habitación,
una conversación desconocida y ajena,
tan real, como si yo flotara ahí,
entre las paredes y las voces.
Otra vez, algo grita en mi sangre
y solo puedo escribir: me persiguen los ruidos.
GELMAN
Mientras él inventa el dulce de las palabras
que laten rotas en su corazón,
el mundo se queda quieto, olvida
por un rato tanto frío y fieras y furias;
yo también, y a veces hasta puedo resucitar
o creer en alguna calle perdida,
entonces camino entre sus huellas,
tiemblo, me vienen esas ganas de solo agradecer.
Mientras él inventa el dulce de las palabras
que laten rotas en su corazón,
el mundo se queda quieto, olvida
por un rato tanto frío y fieras y furias;
yo también, y a veces hasta puedo resucitar
o creer en alguna calle perdida,
entonces camino entre sus huellas,
tiemblo, me vienen esas ganas de solo agradecer.
EXCRITURA DE LA RUTINA
No es un comienzo;
la misma mueca ya olvidó los sueños
en el espejo.
El mate amargo,
solo y ajeno frente a la ventana ciega
y un cigarrrillo.
Los pájaros,
afuera, lejanos en el canto del amparo,
en ningún lugar.
También es única
la rutina del tiempo en la espera inútil,
el mismo poema.
Apenas esos minutos
tan adentro del vacío pleno de la vida:
otro día, su temblor.
No es un comienzo;
la misma mueca ya olvidó los sueños
en el espejo.
El mate amargo,
solo y ajeno frente a la ventana ciega
y un cigarrrillo.
Los pájaros,
afuera, lejanos en el canto del amparo,
en ningún lugar.
También es única
la rutina del tiempo en la espera inútil,
el mismo poema.
Apenas esos minutos
tan adentro del vacío pleno de la vida:
otro día, su temblor.
miércoles, 23 de noviembre de 2016
martes, 22 de noviembre de 2016
domingo, 20 de noviembre de 2016
EXCRITURA DE JOSÉ DONOSO
En un burdel, perdido en otro Chile,
otra vez aparece el ambiguo Tiresias.
Aunque tiene otro nombre y puede ver,
así que todos lo llaman La Manuela.
Los clientes le dicen bromas brutales,
necesitan insultos para ocultar su temor.
Solo los desesperados quieren la verdad,
pero ella o él...baila y agita sus collares.
Tan real como irreal, con cada gesto
confunde y perturba a las certezas,
y en su piel aspiran la incertidumbre
que los lleva al infierno y al paraíso.
Claro que nadie está seguro de nada;
salvo que Tiresias y La manuela viven
en el más allá o más acá de los sexos:
ese lugar sin límites y único: el cuerpo.
En un burdel, perdido en otro Chile,
otra vez aparece el ambiguo Tiresias.
Aunque tiene otro nombre y puede ver,
así que todos lo llaman La Manuela.
Los clientes le dicen bromas brutales,
necesitan insultos para ocultar su temor.
Solo los desesperados quieren la verdad,
pero ella o él...baila y agita sus collares.
Tan real como irreal, con cada gesto
confunde y perturba a las certezas,
y en su piel aspiran la incertidumbre
que los lleva al infierno y al paraíso.
Claro que nadie está seguro de nada;
salvo que Tiresias y La manuela viven
en el más allá o más acá de los sexos:
ese lugar sin límites y único: el cuerpo.
TERAPIA DE LAS EXCRITURAS
No hay sorpresa,
las mismas muecas heridas en la taza de té
Alrededor y adentro
la ausencia desesperada por alguna palabra.
El absurdo soñar
que inventa la confusión de una mariposa.
O la inutilidad de la brisa
entre las ramas más altas, el cielo y el laurel.
Así toda esta tarde,
ya un cuchara seca junto al borde del platito.
Pero no hay garabatos:
apenas un gesto, beber despacio, y sin pensar.
No hay sorpresa,
las mismas muecas heridas en la taza de té
Alrededor y adentro
la ausencia desesperada por alguna palabra.
El absurdo soñar
que inventa la confusión de una mariposa.
O la inutilidad de la brisa
entre las ramas más altas, el cielo y el laurel.
Así toda esta tarde,
ya un cuchara seca junto al borde del platito.
Pero no hay garabatos:
apenas un gesto, beber despacio, y sin pensar.
viernes, 18 de noviembre de 2016
UN KAFKA
El equilibrista casi arruina la función del circo.
Antes resbalar en el alambre,
con odio mordió las sogas del cielo
y gritó la última palabra viva.
Pero todo siguió como si nada:
las mismas risas y aplausos.
Eso sí, después nadie se acercó a su cadáver;
ni el hambre, desesperada, de los perros sarnosos.
El equilibrista casi arruina la función del circo.
Antes resbalar en el alambre,
con odio mordió las sogas del cielo
y gritó la última palabra viva.
Pero todo siguió como si nada:
las mismas risas y aplausos.
Eso sí, después nadie se acercó a su cadáver;
ni el hambre, desesperada, de los perros sarnosos.
LA PARED DE LAS EXCRITURAS
Una vez más los viejos ladrillos del tiempo
ya deformados en la pared del fondo.
Con la paciencia de vientos y lluvias,
poco a poco, desnudan su escasa realidad.
Ni siquiera sé si aun los puedo ver,
tan frágiles como el humo del cigarrillo.
Apenas otra metáfora inútil, ahí,
ante la inevitable disolución de las formas.
Una vez más hasta apagarse el sol,
si la noche no abusa de las tontas estrellas.
Igual, peor es el artificio del otro lado
y estas palabras gastadas para mirar la nada.
Una vez más los viejos ladrillos del tiempo
ya deformados en la pared del fondo.
Con la paciencia de vientos y lluvias,
poco a poco, desnudan su escasa realidad.
Ni siquiera sé si aun los puedo ver,
tan frágiles como el humo del cigarrillo.
Apenas otra metáfora inútil, ahí,
ante la inevitable disolución de las formas.
Una vez más hasta apagarse el sol,
si la noche no abusa de las tontas estrellas.
Igual, peor es el artificio del otro lado
y estas palabras gastadas para mirar la nada.
jueves, 17 de noviembre de 2016
lunes, 14 de noviembre de 2016
DUDAS LITERARIAS
Si fuera James Joyce, quizás escribiría que se trató de una epifanía; pero no lo sé....
Hace ya algunos años, un día de verano, caluroso, salía contento -por supuesto- del trabajo y caminaba sin preocupaciones por la trajinada Libertad, en pleno centro de Buenos Aires. Iba apurado, tal vez al cine, un bar, qué importa. Entre el hormigueo de gente creí ver y vi: un cuerpo desnudo, ahí, en la vereda, a las cinco de la tarde.
Al acercarme, sin comprender, ¿temeroso?, descubrí apenas los pellejos de una anciana, casi sin cabello, los ojos abiertos y perdidos, la caída final de sus pechos, con una mano apenas humana sostenía una manguera pública para bañarse. A sus pies, el agua sucia se deslizaba por las baldosas como un hilo de miseria hasta el cordón indiferente de la calle, Después, ya no recuerdo más, ¿para qué?
No lo sé, Joyce, aunque todavía quiero saber qué fue eso y mejor, para siempre, olvidar.
Si fuera James Joyce, quizás escribiría que se trató de una epifanía; pero no lo sé....
Hace ya algunos años, un día de verano, caluroso, salía contento -por supuesto- del trabajo y caminaba sin preocupaciones por la trajinada Libertad, en pleno centro de Buenos Aires. Iba apurado, tal vez al cine, un bar, qué importa. Entre el hormigueo de gente creí ver y vi: un cuerpo desnudo, ahí, en la vereda, a las cinco de la tarde.
Al acercarme, sin comprender, ¿temeroso?, descubrí apenas los pellejos de una anciana, casi sin cabello, los ojos abiertos y perdidos, la caída final de sus pechos, con una mano apenas humana sostenía una manguera pública para bañarse. A sus pies, el agua sucia se deslizaba por las baldosas como un hilo de miseria hasta el cordón indiferente de la calle, Después, ya no recuerdo más, ¿para qué?
No lo sé, Joyce, aunque todavía quiero saber qué fue eso y mejor, para siempre, olvidar.
EXCRITURA DE JOSEPH CONRAD
Solo una luz tenebrosa y mágica,
ese instante y la evanescencia de las palabras,
ante las burlas mudas de la miseria
y el abandono ciego de cualquier vida.
No importa el momento ni el lugar,
a veces, el verso también puede ser algo;
acaso el horror de una mirada,
siempre, apenas, el balbuceo de otra conciencia.
Solo una luz tenebrosa y mágica,
ese instante y la evanescencia de las palabras,
ante las burlas mudas de la miseria
y el abandono ciego de cualquier vida.
No importa el momento ni el lugar,
a veces, el verso también puede ser algo;
acaso el horror de una mirada,
siempre, apenas, el balbuceo de otra conciencia.
ESTRELLA SUCIA
Creo que tenía uno de los dientes negros
esa puta, tan vieja y arruinada,
en el baño apretado del barcito.
Borracha, todos se la hicieron chupar;
éramos nada más que otra noche, y siempre.
Por suerte, ya ahora tomo solo
y me olvido al mirar las estrellas.
Pero recién cruzó por el balcón
con su risa idiota, ahí, todavía más sucia.
Creo que tenía uno de los dientes negros
esa puta, tan vieja y arruinada,
en el baño apretado del barcito.
Borracha, todos se la hicieron chupar;
éramos nada más que otra noche, y siempre.
Por suerte, ya ahora tomo solo
y me olvido al mirar las estrellas.
Pero recién cruzó por el balcón
con su risa idiota, ahí, todavía más sucia.
domingo, 13 de noviembre de 2016
sábado, 12 de noviembre de 2016
EXCRITURA DE OCTAVIO PAZ
La palabra, una a una y letra a letra,
solo es un engaño para el poeta,
apenas una mueca ajena del asombro.
Siempre se dice lo que no se dice,
desde el grito antiguo al silencio.
La palabra es laberinto de la voz;
pura inocencia, ninguna ciencia,
hasta aprender la otra lengua y callar.
La palabra, una a una y letra a letra,
solo es un engaño para el poeta,
apenas una mueca ajena del asombro.
Siempre se dice lo que no se dice,
desde el grito antiguo al silencio.
La palabra es laberinto de la voz;
pura inocencia, ninguna ciencia,
hasta aprender la otra lengua y callar.
viernes, 11 de noviembre de 2016
EXCRITURA DE KARL KRAUS
¡EDICIÓN ESPECIAL!
Entre los cuerpos cae otro anuncio de guerra,
pero casi nadie puede oír el estruendo.
Permanece quieto, verás que se aproxima
otro espectáculo horroroso y enternecedor.
Las víctimas del último bombardeo
ya son un entretenimiento para juegos infantiles.
No te preocupes: en el principio fue el verbo,
y ahora la palabra será el fin del mundo.
¡EDICIÓN ESPECIAL!
¡EDICIÓN ESPECIAL!
Entre los cuerpos cae otro anuncio de guerra,
pero casi nadie puede oír el estruendo.
Permanece quieto, verás que se aproxima
otro espectáculo horroroso y enternecedor.
Las víctimas del último bombardeo
ya son un entretenimiento para juegos infantiles.
No te preocupes: en el principio fue el verbo,
y ahora la palabra será el fin del mundo.
¡EDICIÓN ESPECIAL!
UN PASEO
Ahora, a su alrededor, tan extraño,
solo el simple aire de la vida;
peor era el encierro y otra botella.
Y así andan sus pocos pasos,
sin dirección, entre las rutinas
y los movimientos de su irrealidad:
colectivos, autos, personas...
Nada puede pasar, apenas mira
y cada detalle se pierde, lo olvida.
Pero ¡ay! no puede soportar ese árbol:
altísimo, iluminado de puro sol.
Inmóvil, adentro algo le tiembla
y sus lágrimas ya buscan la sombra.
Ahora, a su alrededor, tan extraño,
solo el simple aire de la vida;
peor era el encierro y otra botella.
Y así andan sus pocos pasos,
sin dirección, entre las rutinas
y los movimientos de su irrealidad:
colectivos, autos, personas...
Nada puede pasar, apenas mira
y cada detalle se pierde, lo olvida.
Pero ¡ay! no puede soportar ese árbol:
altísimo, iluminado de puro sol.
Inmóvil, adentro algo le tiembla
y sus lágrimas ya buscan la sombra.
CONSUELO DE LA CREACIÓN
Por fin ningún verso,
ni una frase
o al menos una palabra.
Perdidos los ojos
en el viento,
del otro lado, adentro.
Lejano de mí,
en la misma silla
la misma habitación.
Sin esa impaciencia,
sus trampas retóricas
que evitan al mero estar.
Así, el tiempo no pasa;
flota en el otro,
y alivia su misterio.
Inmóvil ante el papel,
tan blanco
y sereno en su única voz.
Si pudiera seguir así;
ser un poeta,
apenas la plena ausencia.
Por fin ningún verso,
ni una frase
o al menos una palabra.
Perdidos los ojos
en el viento,
del otro lado, adentro.
Lejano de mí,
en la misma silla
la misma habitación.
Sin esa impaciencia,
sus trampas retóricas
que evitan al mero estar.
Así, el tiempo no pasa;
flota en el otro,
y alivia su misterio.
Inmóvil ante el papel,
tan blanco
y sereno en su única voz.
Si pudiera seguir así;
ser un poeta,
apenas la plena ausencia.
jueves, 10 de noviembre de 2016
HERIDAS DE LOS MUNDOS
Tampoco hay rostros amigables en el enorme supermercado internacional, solo son carritos apurados y nerviosos. Por suerte, nadie advierte la sangre partida en mis labios. Algo mareado, recorro muchos pasillos, todos tan limpios, tan alejados de cualquier mundo. Lástima que no hay ningún tacho para escupir, así que trago y otra vez me duelen los dientes.
Al fin, en el fondo, encuentro el alcohol y el paquete de vendas. Casi nadie en la fila; pocos llevan pocos productos. Al pagar la cajera me pide cambio. Yo no tengo cambio, le respondo, y no entiende la broma. Antes de irme vuelvo a mirar con más atención, desde adentro hasta evaporar los detalles: ya no veo personas, veo miles de cosas y siento ganas de emborracharme y volver a pelear.
Tampoco hay rostros amigables en el enorme supermercado internacional, solo son carritos apurados y nerviosos. Por suerte, nadie advierte la sangre partida en mis labios. Algo mareado, recorro muchos pasillos, todos tan limpios, tan alejados de cualquier mundo. Lástima que no hay ningún tacho para escupir, así que trago y otra vez me duelen los dientes.
Al fin, en el fondo, encuentro el alcohol y el paquete de vendas. Casi nadie en la fila; pocos llevan pocos productos. Al pagar la cajera me pide cambio. Yo no tengo cambio, le respondo, y no entiende la broma. Antes de irme vuelvo a mirar con más atención, desde adentro hasta evaporar los detalles: ya no veo personas, veo miles de cosas y siento ganas de emborracharme y volver a pelear.
EXCRITURA DE A. R. AMMONS
Hoy anduve de nuevo por los médanos, solo,
hasta llegar al mar.
El viejo sol, el viento más alto y constante,
la nitidez de la huellas.
Liberado por el paseo, me despojé de las formas
y mi pensamiento.
Toda cosa vida está asediada, y su riesgo:
la plenitud.
En la naturaleza hay pocas líneas definidas,
acaso desordenados órdenes.
Solo remolinos sin sentido, su errancia abierta,
esos senderos sin tiempo.
Hoy anduve en algún otro lugar, y pude ver
el paisaje en el adentro
Hoy anduve de nuevo por los médanos, solo,
hasta llegar al mar.
El viejo sol, el viento más alto y constante,
la nitidez de la huellas.
Liberado por el paseo, me despojé de las formas
y mi pensamiento.
Toda cosa vida está asediada, y su riesgo:
la plenitud.
En la naturaleza hay pocas líneas definidas,
acaso desordenados órdenes.
Solo remolinos sin sentido, su errancia abierta,
esos senderos sin tiempo.
Hoy anduve en algún otro lugar, y pude ver
el paisaje en el adentro
miércoles, 9 de noviembre de 2016
EXCRITURA DE MANUEL PUIG
Chismosas, en la lejana noche tropical,
las viejitas olvidan las penas de la ausencia.
Siempre sospechan esas otras historias
y, casi temerosas, apenas las murmuran.
Ni el menor movimiento es fortuito,
el tiempo les enseñó sus trampas secretas.
De a poco despiden a la memoria;
aunque, a veces, vuelven los mismo deseos.
Pero ellas ya viven en otro mundo,
y banales y dramáticas sueñan su eternidad.
Chismosas, en la lejana noche tropical,
las viejitas olvidan las penas de la ausencia.
Siempre sospechan esas otras historias
y, casi temerosas, apenas las murmuran.
Ni el menor movimiento es fortuito,
el tiempo les enseñó sus trampas secretas.
De a poco despiden a la memoria;
aunque, a veces, vuelven los mismo deseos.
Pero ellas ya viven en otro mundo,
y banales y dramáticas sueñan su eternidad.
EL JUEGO DE LAS EXCRITURAS
Entre lo que se puede ganar o perder,
las excrituras ya no tienen la menor duda.
Aunque respetan la astucia de Pascal,
apostar es inútil, apenas un pasatiempo.
Además, ya saben que el juego es otro,
sin reglas. el azar que dibuja la mariposa.
La realidad es una trampa perfecta,
nadie puede escapar, ni siquiera la locura.
De modo que no vale ninguna opción:
cada ficha es una vana ilusión, salvo la vida.
Entre lo que se puede ganar o perder,
las excrituras ya no tienen la menor duda.
Aunque respetan la astucia de Pascal,
apostar es inútil, apenas un pasatiempo.
Además, ya saben que el juego es otro,
sin reglas. el azar que dibuja la mariposa.
La realidad es una trampa perfecta,
nadie puede escapar, ni siquiera la locura.
De modo que no vale ninguna opción:
cada ficha es una vana ilusión, salvo la vida.
martes, 8 de noviembre de 2016
EXCRITURA DE LAS PERPLEJIDADES COTIDIANAS
Ya descolgué a la ropa de la soga:
medias, remeras, calzoncillos, la camisa y un pantalón;
anuncian vientos, tormentas y lluvias.
Pero me dan un poco de pena
esos broches inútiles ya sin ninguna razón, tan solos.
Y no se me ocurre nada, lo lamento.
Al acomdar las prendas en la cama,
llegan las nubes oscuras y mi tonto consuelo:
un trueno estalla hasta iluminar el terror natural.
Dentro de casa me preparo un café,
al beber la tibieza me lleva hasta la ventana.
Solo, envidió a la soga y los broches: ese humilde orgullo.
Ya descolgué a la ropa de la soga:
medias, remeras, calzoncillos, la camisa y un pantalón;
anuncian vientos, tormentas y lluvias.
Pero me dan un poco de pena
esos broches inútiles ya sin ninguna razón, tan solos.
Y no se me ocurre nada, lo lamento.
Al acomdar las prendas en la cama,
llegan las nubes oscuras y mi tonto consuelo:
un trueno estalla hasta iluminar el terror natural.
Dentro de casa me preparo un café,
al beber la tibieza me lleva hasta la ventana.
Solo, envidió a la soga y los broches: ese humilde orgullo.
RAMONA
Al abrir la puerta de casa, te vi escarbando la basura y me miraste. Con un buen pedazo de carne te invité a pasar y te llamé Ramona. Pero, maldito Dios, al rato vomitaste todo y ya no hubo solución, nunca.
Algo te impedía comer, y fui a varios veterinarios y nada. Aunque te trituraba los alimentos, no: no tragabas, solo tus ojos marrones y tus saltos, increíbles. A mí que nunca me gustaron los galgos, me enamoraste.
Claro, esa era la única explicación para que te dejaran, tan hermosa. Ese hocico largo, tu pelo negro y brilloso, tu suave bondad. Aun siento las caricias agradecidas de tu lengua.
Aguanté lo que pude, dos o tres meses. Y tu amor era purísimo y a veces podías correr y cada vez más flaquita. No soportaba que me vieras llorar: vomitabas, temblaba todo tu cuerpito.
No tengo perdón, Ramona. No supe qué hacer, me desesperé y decidí lo peor. Juntos una madrugada nos alejamos en el auto; me mirabas. En una calle desierta, abrí la puerta y te abandoné...y saltaste, corriste. Todavía te veo en el espejo, todavía. Me maldigo, lo merezco, y por siempre.
Al abrir la puerta de casa, te vi escarbando la basura y me miraste. Con un buen pedazo de carne te invité a pasar y te llamé Ramona. Pero, maldito Dios, al rato vomitaste todo y ya no hubo solución, nunca.
Algo te impedía comer, y fui a varios veterinarios y nada. Aunque te trituraba los alimentos, no: no tragabas, solo tus ojos marrones y tus saltos, increíbles. A mí que nunca me gustaron los galgos, me enamoraste.
Claro, esa era la única explicación para que te dejaran, tan hermosa. Ese hocico largo, tu pelo negro y brilloso, tu suave bondad. Aun siento las caricias agradecidas de tu lengua.
Aguanté lo que pude, dos o tres meses. Y tu amor era purísimo y a veces podías correr y cada vez más flaquita. No soportaba que me vieras llorar: vomitabas, temblaba todo tu cuerpito.
No tengo perdón, Ramona. No supe qué hacer, me desesperé y decidí lo peor. Juntos una madrugada nos alejamos en el auto; me mirabas. En una calle desierta, abrí la puerta y te abandoné...y saltaste, corriste. Todavía te veo en el espejo, todavía. Me maldigo, lo merezco, y por siempre.
EXCRITURA DE NIETZSCHE
En verdad, siempre es difícil demostrar el ser
y más aun que hable.
Solo las confusiones y contradicciones del yo
murmuran algo.
Incluso desgarrado, con las alas inservibles,
asume su cuerpo.
De nada sirven los delirios de las razones,
importa latir.
Quizás al aceptar su enfermedad, el destino,
logre escuchar esa voz.
En verdad, siempre es difícil demostrar el ser
y más aun que hable.
Solo las confusiones y contradicciones del yo
murmuran algo.
Incluso desgarrado, con las alas inservibles,
asume su cuerpo.
De nada sirven los delirios de las razones,
importa latir.
Quizás al aceptar su enfermedad, el destino,
logre escuchar esa voz.
EXCRITURA DEL LLANTO
Hoy no sabe por qué llora.
Las paredes mudas,
el humo del cigarrillo,
su muerte en la ventana.
Inmóvil, en su silla
apenas puede ver
el fueguito en la cocina.
Y al tomar otro mate,
quizás aun espera..
pero no hay mas espuma
El almanaque miente,
ni siquiera es real,
hace rato que ya pasó.
Claro que tampoco importa;
la tiempo es inútil;
hoy solo quiere el olvido,
el vacío del adentro:
ya no tiene sentido su llanto,
Hoy no sabe por qué llora.
Las paredes mudas,
el humo del cigarrillo,
su muerte en la ventana.
Inmóvil, en su silla
apenas puede ver
el fueguito en la cocina.
Y al tomar otro mate,
quizás aun espera..
pero no hay mas espuma
El almanaque miente,
ni siquiera es real,
hace rato que ya pasó.
Claro que tampoco importa;
la tiempo es inútil;
hoy solo quiere el olvido,
el vacío del adentro:
ya no tiene sentido su llanto,
SER COSAS
En los últimos días, de a poco, sin ganas,
el llavero, botellas, ceniceros, libros,
facturas, un paquete de yerba, monedas,
vasos sucios, fármacos, etc. etc. etc.
Todo sobre la mesa, ahí, cualquier lugar,
ni siquiera la ventana abre sus ojos.
No se sorprende, todavía es temprano;
solo se pregunta dónde están los cigarrillos.
En los últimos días, de a poco, sin ganas,
el llavero, botellas, ceniceros, libros,
facturas, un paquete de yerba, monedas,
vasos sucios, fármacos, etc. etc. etc.
Todo sobre la mesa, ahí, cualquier lugar,
ni siquiera la ventana abre sus ojos.
No se sorprende, todavía es temprano;
solo se pregunta dónde están los cigarrillos.
VALORES
¿Cuánto vale la pena?
Cualquiera, un adiós perdido
ante un pájaro ya mudo.
Esa esquina sola
que llueve y todavía espera.
El olvido de una voz
en el eco de su ausencia.
Un perro abandonado, sucio,
o esta ventana ciega.
Ni siquiera el mercado
puede dar una respuesta.
Bueno, al menos por ahora.
¿Cuánto vale la pena?
Cualquiera, un adiós perdido
ante un pájaro ya mudo.
Esa esquina sola
que llueve y todavía espera.
El olvido de una voz
en el eco de su ausencia.
Un perro abandonado, sucio,
o esta ventana ciega.
Ni siquiera el mercado
puede dar una respuesta.
Bueno, al menos por ahora.
lunes, 7 de noviembre de 2016
VERGÜENZA PROPIA
El trabajo me obligaba, una vez por semana, a caminar las veredas de la avenida Cabildo y antes de cruzar una de sus calles, echada en la esquina, la vi: una mujer mayor que se caía y volvía a caer y nadie hacía nada. ¡Gorilas!, pensé. Apenas me acerqué percibí su aliento a vino barato, a soledad y desesperación.
Cuando logré levantarla, ¡ay!, aun lo recuerdo, me dijo con una voz en ruinas:
-Sos el hombre más bueno del mundo.
Desconcertado, se me ocurrió llevarla a un bar para que pudiera calmarse y descansar. En esas pocas cuadras, sus palabras rotas me contaron parte de su historia, terrible, demasiado humana.
Al fin encontramos una mesa libre y nos sentamos, y entonces le dije, después de darle un poco de dinero, que tenía que irme a trabajar, que se tomara un café y se quedará tranquila. Pero ella se negó, casi saltó de la silla con sus pocas fuerzas y, al oído, me invitó a tomar unos vinos, en un hotel, ahí nomás, a un par de cuadras.
Aunque apenas tenía 21 o 22 años, cada vez que lo recuerdo me arrepiento; es que todavía siento su mano temblorosa aferrada a mi brazo y mis tontas excusas para alejarme, dejarla ahí, sola, a los gritos, ya en la vereda y en un mundo despiadado y tan miserable como yo.
El trabajo me obligaba, una vez por semana, a caminar las veredas de la avenida Cabildo y antes de cruzar una de sus calles, echada en la esquina, la vi: una mujer mayor que se caía y volvía a caer y nadie hacía nada. ¡Gorilas!, pensé. Apenas me acerqué percibí su aliento a vino barato, a soledad y desesperación.
Cuando logré levantarla, ¡ay!, aun lo recuerdo, me dijo con una voz en ruinas:
-Sos el hombre más bueno del mundo.
Desconcertado, se me ocurrió llevarla a un bar para que pudiera calmarse y descansar. En esas pocas cuadras, sus palabras rotas me contaron parte de su historia, terrible, demasiado humana.
Al fin encontramos una mesa libre y nos sentamos, y entonces le dije, después de darle un poco de dinero, que tenía que irme a trabajar, que se tomara un café y se quedará tranquila. Pero ella se negó, casi saltó de la silla con sus pocas fuerzas y, al oído, me invitó a tomar unos vinos, en un hotel, ahí nomás, a un par de cuadras.
Aunque apenas tenía 21 o 22 años, cada vez que lo recuerdo me arrepiento; es que todavía siento su mano temblorosa aferrada a mi brazo y mis tontas excusas para alejarme, dejarla ahí, sola, a los gritos, ya en la vereda y en un mundo despiadado y tan miserable como yo.
EXCRITURA DE JACQUES BREL
Y además tanto tiempo,
la peor trampa.
pero nos enaltece, todavía...
Yo sé tus sortilegios,
vos mis maleficios,
ambos conocemos esas trampas.
Tuvimos esas tormentas;
agarraste tus valijas
y mil veces me fui volando.
Pero mi amor,
todavía, mi tierno maravilloso,
desde el alba a la noche:
te amo.
En fin, somos adultos
sin nunca ser viejos:
y yo me desgarro y vos llorás.
Y además tanto tiempo,
la peor trampa.
pero nos enaltece, todavía...
Yo sé tus sortilegios,
vos mis maleficios,
ambos conocemos esas trampas.
Tuvimos esas tormentas;
agarraste tus valijas
y mil veces me fui volando.
Pero mi amor,
todavía, mi tierno maravilloso,
desde el alba a la noche:
te amo.
En fin, somos adultos
sin nunca ser viejos:
y yo me desgarro y vos llorás.
UNA SOLEDAD
Ahora solo puede vivir en ese encierro,
casi sin pensar, mudo, con una botella
y la desesperación por olvidar, olvidarse.
Ya no quiere -¿para qué- intentar una salida;
sabe que después de un rato y otro trago,
las paredes protegerán otra vez su vida.
Además, nadie lo puede molestar, ahí,
mientras mira, lejano, el dolor en la ventana.
Ahora solo puede vivir en ese encierro,
casi sin pensar, mudo, con una botella
y la desesperación por olvidar, olvidarse.
Ya no quiere -¿para qué- intentar una salida;
sabe que después de un rato y otro trago,
las paredes protegerán otra vez su vida.
Además, nadie lo puede molestar, ahí,
mientras mira, lejano, el dolor en la ventana.
EXCRITURA DE MARÍA ZAMBRANO
La mirada ha precedido a la visión plena.
Aunque sea superada, no se perderá nunca
y en la memoria perdurará la identidad.
Claro que la ha precedido ese olvido
que siempre viene del no buscar, y ante todo
un algo más lejano y afuera del tiempo.
Pero la lengua de fuego se mira dentro de sí,
solo tendría que volcarse en sus ojos, ver:
la identidad real entre lo visto y la visibilidad.
La mirada ha precedido a la visión plena.
Aunque sea superada, no se perderá nunca
y en la memoria perdurará la identidad.
Claro que la ha precedido ese olvido
que siempre viene del no buscar, y ante todo
un algo más lejano y afuera del tiempo.
Pero la lengua de fuego se mira dentro de sí,
solo tendría que volcarse en sus ojos, ver:
la identidad real entre lo visto y la visibilidad.
domingo, 6 de noviembre de 2016
CULPA TRAMPOSA
Claro que muchos, casi todos,
aun esperan mi llegada,
y mis mentiras vergonzosas,
¿Acaso realmente importa?
Si no cumplí las veinticuatro horas.
Y nuevamente volví a fallarles,
otra vez, al sentir el dorado.
Soy el otro, apenas peor que mi yo.
ahora ese espejo es falso,
solo refleja una botella.
Pero les fallé, traicioné mi alma.
Claro que muchos, casi todos,
aun esperan mi llegada,
y mis mentiras vergonzosas,
¿Acaso realmente importa?
Si no cumplí las veinticuatro horas.
Y nuevamente volví a fallarles,
otra vez, al sentir el dorado.
Soy el otro, apenas peor que mi yo.
ahora ese espejo es falso,
solo refleja una botella.
Pero les fallé, traicioné mi alma.
OTRA POÉTICA FALSA
Ninguno de sus versos,
apenas palabras.
Ni los lamentos o las plegarias,
solo falsos recursos.
Mal aprendido, lo traiciona
el oficio.
Para colmo, igual que la botella
ni una gota.
Eso puede ser un mariposa,
y vuela.
Pero la ventana también es ciega;
y alrededor, paredes.
Apenas otro cigarrillo,
irse con el humo.
Mejor olvidar y olvidarse:
o comprar otra botella.
Ninguno de sus versos,
apenas palabras.
Ni los lamentos o las plegarias,
solo falsos recursos.
Mal aprendido, lo traiciona
el oficio.
Para colmo, igual que la botella
ni una gota.
Eso puede ser un mariposa,
y vuela.
Pero la ventana también es ciega;
y alrededor, paredes.
Apenas otro cigarrillo,
irse con el humo.
Mejor olvidar y olvidarse:
o comprar otra botella.
EXCRITURA DE CHANDLER
¿Qué importa dónde uno cae muerto?
Si es un asqueroso sumidero
o una bella torre de mármol.
Muerto, es el sueño eterno
y no importan esas cosas.
Petroleo y agua son lo mismo
que el aire y el viento de la tarde.
Ni siquiera unas colinas
o ese último callejón oscuro.
¿El sueño eterno o la suciedad?
Bueno, yo ya soy parte de la suciedad.
¿Qué importa dónde uno cae muerto?
Si es un asqueroso sumidero
o una bella torre de mármol.
Muerto, es el sueño eterno
y no importan esas cosas.
Petroleo y agua son lo mismo
que el aire y el viento de la tarde.
Ni siquiera unas colinas
o ese último callejón oscuro.
¿El sueño eterno o la suciedad?
Bueno, yo ya soy parte de la suciedad.
EXCRITURA DE LA VERGÜENZA
No me rompieron la cara,
ni siquiera un diente.
Ese no era mi boliche,
pero quería un mostrador.
Después el fútbol, las mujeres,
los comentarios gorilas.
Aunque eran más cinco,
muy educados y furiosos.
Creo que tiré unas piñas,
y le fallé hasta al aire,
Todo demasiado oscuro,
sin el último trago.
Yo lo lamento, y aun me duele
la última vergüenza:
no haber quedado en la calle:
apenas un escombro,
para que me pisaran el alma.
Bueno, no soy Poe, ¿no?
Solo fue un momento,
las verdades de un borracho.
VERGÜENZA DE NO SER.
Ya no encontrás ninguna mentira más,
salvo la costumbre del abandono.
Y así andás, lejos y encerrado,
dándole otra vuelta a la soledad;
ni te acordás de vestirte
o darte un ducha... ninguna.
Cerca tenés la caja de pastillas,
pero gana la cobardía y tu miseria.
Hoy va a ser igual que ayer, lo sabés,
ni siquiera estás en el fondo de la vida.
Ya no encontrás ninguna mentira más,
salvo la costumbre del abandono.
Y así andás, lejos y encerrado,
dándole otra vuelta a la soledad;
ni te acordás de vestirte
o darte un ducha... ninguna.
Cerca tenés la caja de pastillas,
pero gana la cobardía y tu miseria.
Hoy va a ser igual que ayer, lo sabés,
ni siquiera estás en el fondo de la vida.
sábado, 5 de noviembre de 2016
LA VIDA DEL FRACASO
Claro que no era preocupante el fracaso;
lo extraño, rarísimo, era su sorpresa.
Recién a los cincuenta, o casi,
se daba cuenta de lo más elemental.
Tantos años había sido un iluso,
o peor: lo engañó una fe infantil
que confundía la esperanza con el sol.
Pero así era la vida, ¿no?; perder, y siempre.
Por suerte, ya disfrutaba la resignación
ante los pocos pelos, la tos, etc.
Solo que a veces, por lo que sea,
no puede evitar las burlas tristes del pasado
y entonces piensa en un revolver y chau.
Sí, todavía era el mismo estúpido,
y algo ajeno, en el adentro, lo empujaba a creer.
Claro que no era preocupante el fracaso;
lo extraño, rarísimo, era su sorpresa.
Recién a los cincuenta, o casi,
se daba cuenta de lo más elemental.
Tantos años había sido un iluso,
o peor: lo engañó una fe infantil
que confundía la esperanza con el sol.
Pero así era la vida, ¿no?; perder, y siempre.
Por suerte, ya disfrutaba la resignación
ante los pocos pelos, la tos, etc.
Solo que a veces, por lo que sea,
no puede evitar las burlas tristes del pasado
y entonces piensa en un revolver y chau.
Sí, todavía era el mismo estúpido,
y algo ajeno, en el adentro, lo empujaba a creer.
EXCRITURA DE PETER PAN
A las excrituras siempre les han fascinado las maravillosas aventuras de Peter Pan y sus amigos; no lo pueden evitar: al leer y releer sus episodios sienten que son un personaje más de la historia y comparten los mismos temores, fantasías y felicidad.
Así que desde hace muchísimo tiempo, con la ventana abierta esperan que alguna noche se produzca la magia. Solo que las excrituras no quisieran viajar al País de Nunca Jamás, si las visitara Peter Pan les dirían que les enseñe a volar, ir muy lejos, bien adentro, y vivir en el País del Ahora Siempre.
A las excrituras siempre les han fascinado las maravillosas aventuras de Peter Pan y sus amigos; no lo pueden evitar: al leer y releer sus episodios sienten que son un personaje más de la historia y comparten los mismos temores, fantasías y felicidad.
Así que desde hace muchísimo tiempo, con la ventana abierta esperan que alguna noche se produzca la magia. Solo que las excrituras no quisieran viajar al País de Nunca Jamás, si las visitara Peter Pan les dirían que les enseñe a volar, ir muy lejos, bien adentro, y vivir en el País del Ahora Siempre.
viernes, 4 de noviembre de 2016
EXCRITURA DE MALCOM LOWRY
Tenés razón, viejo y querido borracho,
nuestra vida ideal es apenas un barcito
para sentarse, charlar o pensar
sin esos horribles carteles en el mostrador
que dicen que no ahí no se fía.
Y en una mesa, locos, soltar la lengua
para imaginar otro mundo, cualquiera,
donde se puede al fin ser un humano.
Tenés razón; sin miedo a la noche,
con la puerta abierta, el viento,
y una botella gratis para toda la eternidad.
Tenés razón, viejo y querido borracho,
nuestra vida ideal es apenas un barcito
para sentarse, charlar o pensar
sin esos horribles carteles en el mostrador
que dicen que no ahí no se fía.
Y en una mesa, locos, soltar la lengua
para imaginar otro mundo, cualquiera,
donde se puede al fin ser un humano.
Tenés razón; sin miedo a la noche,
con la puerta abierta, el viento,
y una botella gratis para toda la eternidad.
DOS CONTRA EL MUNDO
Ya no los puede molestar nadie,
ni siquiera la soledad.
Ningún tonto sentimiento
o los recuerdos y sus trampas.
A su espalda, las voces;
delante el espejo: su abismo
Por suerte está en su silla,
siempre la última, aun firme.
No espera a nadie, no,
y menos esos fantasmas falsos.
Solo es demasiada la luz,
pero pronto vendrá toda la noche.
Antes de hablar, lo piensa...
hoy podría despedirse, ser afuera.
Ya le acercaron el tiempo,
toda la vida en ese simple gesto.
La mano acerca la botella
en silencio, y así olvidan el mundo.
Ya no los puede molestar nadie,
ni siquiera la soledad.
Ningún tonto sentimiento
o los recuerdos y sus trampas.
A su espalda, las voces;
delante el espejo: su abismo
Por suerte está en su silla,
siempre la última, aun firme.
No espera a nadie, no,
y menos esos fantasmas falsos.
Solo es demasiada la luz,
pero pronto vendrá toda la noche.
Antes de hablar, lo piensa...
hoy podría despedirse, ser afuera.
Ya le acercaron el tiempo,
toda la vida en ese simple gesto.
La mano acerca la botella
en silencio, y así olvidan el mundo.
jueves, 3 de noviembre de 2016
SER A DESTIEMPO
Claro como el agua, Don Heidegger, lo entiendo.¿Quién, a esta altura de la historia, podría ser tan estúpido y desconocer la sinceridad de su mensaje?
Es más que absurdo y suicida confiar en el progreso de la tecnología: el hombre jamás puede ser el amo ni la auténtica medida ante el universo. Así que hay que abandonar la soberbia; ahora se trata de aprender a preguntar o abrir senderos en el bosque.
Pero, si usted me permite, hay un pequeño problemita; hoy el señor internet sabe todas las respuestas y el bosque ya es una vieja y trillada metáfora.
Claro como el agua, Don Heidegger, lo entiendo.¿Quién, a esta altura de la historia, podría ser tan estúpido y desconocer la sinceridad de su mensaje?
Es más que absurdo y suicida confiar en el progreso de la tecnología: el hombre jamás puede ser el amo ni la auténtica medida ante el universo. Así que hay que abandonar la soberbia; ahora se trata de aprender a preguntar o abrir senderos en el bosque.
Pero, si usted me permite, hay un pequeño problemita; hoy el señor internet sabe todas las respuestas y el bosque ya es una vieja y trillada metáfora.
DON ROJAS, EL SANTO DEL BARRIO
En el refugio del 621 -ahora 620-, en la esquina de Terrada y Figueroa Alcorta, vivió durante muchos años Don Rojas con sus tres o cuatro perros flacos. A las noches colocaba una cortina de arpillera para que nadie lo molestara, y él dormía o pensaba o dialogaba con algún ángel caído. Pero no como el de García Márquez; uno de verdad, sucio y abandonado como él.
En sus gestos nunca aparecía la tristeza y hasta le gustaba hablar en inglés: good morning, decían sus dientes podridos a cualquiera, a cualquier hora. Su familia, que tenía su casa a un par de calles, no lo entendía o se avergonzaba de sus sacos destruidos y sus zapatos sin suela. Para alimentarse le alcanzaban las sobras de los vecinos del barrio, lo que sea, y andaba sin apuro y, a veces -yo lo vi- le daba miguitas a los pajaritos de la plaza.
Será por eso que a veces, a pesar del paso del tiempo, aunque tenga que caminar varias cuadras, voy a su refugio a esperar el colectivo. Ya no queda nada de sus pocas cosas, ni rastros de sus mantas pulgosas o sus medias agujereadas. Y muy pocos se acuerdan de su figura transparente y sus costras de mugre. Pero yo sé que todavía está ahí, siempre, y cuando puedo le dejo una botella de ginebra y un atado de Particulares.
En el refugio del 621 -ahora 620-, en la esquina de Terrada y Figueroa Alcorta, vivió durante muchos años Don Rojas con sus tres o cuatro perros flacos. A las noches colocaba una cortina de arpillera para que nadie lo molestara, y él dormía o pensaba o dialogaba con algún ángel caído. Pero no como el de García Márquez; uno de verdad, sucio y abandonado como él.
En sus gestos nunca aparecía la tristeza y hasta le gustaba hablar en inglés: good morning, decían sus dientes podridos a cualquiera, a cualquier hora. Su familia, que tenía su casa a un par de calles, no lo entendía o se avergonzaba de sus sacos destruidos y sus zapatos sin suela. Para alimentarse le alcanzaban las sobras de los vecinos del barrio, lo que sea, y andaba sin apuro y, a veces -yo lo vi- le daba miguitas a los pajaritos de la plaza.
Será por eso que a veces, a pesar del paso del tiempo, aunque tenga que caminar varias cuadras, voy a su refugio a esperar el colectivo. Ya no queda nada de sus pocas cosas, ni rastros de sus mantas pulgosas o sus medias agujereadas. Y muy pocos se acuerdan de su figura transparente y sus costras de mugre. Pero yo sé que todavía está ahí, siempre, y cuando puedo le dejo una botella de ginebra y un atado de Particulares.
ARLT
En su interior, siempre al acecho,
esa monstruosidad sin piedad.
Para él era apenas un juguete,
una baba seca de su rabia infantil.
Y podía respirar en la angustia
ese gas venenoso de las calles.
Jamás dudaba de sus pesadillas
ni del asco que le provocaba el mundo.
A veces era un simple comediante;
otras, un cínico o un aventurero.
Solo así podía sentarse a escribir,
y vivir y revelarse a si mismo, a todos.
En su interior, siempre al acecho,
esa monstruosidad sin piedad.
Para él era apenas un juguete,
una baba seca de su rabia infantil.
Y podía respirar en la angustia
ese gas venenoso de las calles.
Jamás dudaba de sus pesadillas
ni del asco que le provocaba el mundo.
A veces era un simple comediante;
otras, un cínico o un aventurero.
Solo así podía sentarse a escribir,
y vivir y revelarse a si mismo, a todos.
miércoles, 2 de noviembre de 2016
A CHET BAKER
Siempre quiso enamorar a su trompeta
y por eso la descuidaba, la dejaba por ahí, sola.
Trastornado, al soplar entraba a ese mudo,
cualquiera, y durante un rato era feliz.
Pero para todos -o casi- eso era demasiado,
aunque debajo de las mesas movieran los pies.
Él lo sabía, y sabía que era otra estupidez,
tan grande como la saliva y el cielo,
o la risa desafinada de tantas chicas fáciles.
Todavía, a veces, improvisa algunas frases;
pero ya dejó de cantar, prefiere escuchar al otro
y así la trompeta late perdida en su corazón.
Siempre quiso enamorar a su trompeta
y por eso la descuidaba, la dejaba por ahí, sola.
Trastornado, al soplar entraba a ese mudo,
cualquiera, y durante un rato era feliz.
Pero para todos -o casi- eso era demasiado,
aunque debajo de las mesas movieran los pies.
Él lo sabía, y sabía que era otra estupidez,
tan grande como la saliva y el cielo,
o la risa desafinada de tantas chicas fáciles.
Todavía, a veces, improvisa algunas frases;
pero ya dejó de cantar, prefiere escuchar al otro
y así la trompeta late perdida en su corazón.
EXCRITURAS DE LOS PIES
Demasiado aburridas todas las veredas,
mejor elegir el barrrito,
blando o seco, sus revelaciones.
Lejos de sí, con los ojos cerrados,
cada palabra es un charco
que pisan otros pies,
y navegan hasta encontrar un verso;
sin detenerse, mojados y sucios,
en su barrio que es otro barrio
por más que no les guste a los perros.
De todas maneras, eso tampoco
le alcanza para encontrar un poema
o escribir al menos caminito,
a ningún lugar, hasta poder pisar un sorete.
Demasiado aburridas todas las veredas,
mejor elegir el barrrito,
blando o seco, sus revelaciones.
Lejos de sí, con los ojos cerrados,
cada palabra es un charco
que pisan otros pies,
y navegan hasta encontrar un verso;
sin detenerse, mojados y sucios,
en su barrio que es otro barrio
por más que no les guste a los perros.
De todas maneras, eso tampoco
le alcanza para encontrar un poema
o escribir al menos caminito,
a ningún lugar, hasta poder pisar un sorete.
EXCRITURA DE HEMINGWAY
Acaso desesperado por nada,
cerca de la sombra del árbol de la vereda
el viejo solo y sordo
cada noche bebe su coñac.
Nadie lo quiere ver,
para los mozos es apenas un espectro.
El último cliente, siempre.
Todo lo que tiene es eso: una copa,
y ese lugar limpio y con un poco de luz.
Acaso desesperado por nada,
cerca de la sombra del árbol de la vereda
el viejo solo y sordo
cada noche bebe su coñac.
Nadie lo quiere ver,
para los mozos es apenas un espectro.
El último cliente, siempre.
Todo lo que tiene es eso: una copa,
y ese lugar limpio y con un poco de luz.
martes, 1 de noviembre de 2016
EXCRITURA DE ZAMBA DE MI ESPERANZA
Amanecida como un querer,
zamba de la esperanza.
Las vueltas de tu pañuelo
acarician mi corazón.
Soy polvareda del horizonte,
y voy con el viento.
Y el tiempo pasa y no vuelve,
pero tu cariño será, será.
Ay, estrellita de mi padecer,
deja salir su canto.
La zamba de la esperanza
solo quiere amanecer.
Amanecida como un querer,
zamba de la esperanza.
Las vueltas de tu pañuelo
acarician mi corazón.
Soy polvareda del horizonte,
y voy con el viento.
Y el tiempo pasa y no vuelve,
pero tu cariño será, será.
Ay, estrellita de mi padecer,
deja salir su canto.
La zamba de la esperanza
solo quiere amanecer.
EXCRITURA DE CAVAFY
Adentro de mí, otra vez, el luto de la tristeza.
Haber estado cerca tantas veces
de esos ojos, de esos labios,
el cuerpo soñado y único del placer.
¿Por qué se detuvieron mis deseos?
Ahora, solo anhelo un engaño
y que mi vida olvide un rato su vacío.
Pero tantas veces, tan cerca... ¡qué cobardía!
Adentro de mí, otra vez, el luto de la tristeza.
Haber estado cerca tantas veces
de esos ojos, de esos labios,
el cuerpo soñado y único del placer.
¿Por qué se detuvieron mis deseos?
Ahora, solo anhelo un engaño
y que mi vida olvide un rato su vacío.
Pero tantas veces, tan cerca... ¡qué cobardía!
EL VIRUS DE LA POESÍA
Ya resultan inútiles -o ridículos- los enormes esfuerzos de las excrituras para explicar la existencia de la poesía en el mundo actual. O mejor dicho, la persistencia de su práctica: inútil e improductiva. Según su laboratorio, al considerar los rasgos que caracterizan la cultura contemporánea, ya no se trata de una actividad humana normal, ni siquiera un juego o un mero entretenimiento. Quizás, se sugiere, debiera alertarse sobre la mutación de un viejo y peligroso virus o, simplemente, dejarla en su lugar: ninguno.
Pero ante la persistencia de esta falsa necesidad, son cada vez más insistentes los que proponen medidas más precisas y drásticas: es urgente prevención y eliminación de esa aberración humana. Sin llegar a considerar el hecho como una patología -sería políticamente incorrecto-, un grupo de especialistas han elaborado una propuesta: la creación de centros de rehabilitación para poetas, buenos o malos, da lo mismo. Sin dudas, los recientes y grandes avances en la biología y su aplicación a los problemas humanos resultarían una herramienta imprescindible para garantizar el funcionamiento eficaz de la propuesta.
De modo que si cualquier persona siente la tentación de escribir un poema o apenas un verso, podría internarse inmediatamente para su tratamiento. En casos extremos, ante las posibles resistencias, resulta fundamental la conformación de una policía parapoética. El proyecto es mucho más sencillo de lo que puede imaginarse, no hace falta leer para distinguir a la prosa de la poesía. Por lo menos en la mayoría de los casos. Aunque por el momento es solo un proyecto, tan urgente como audaz, ya se cuenta con el apoyo irrestricto de la CIA y las grandes corporaciones dedicadas a la cultura mundial. Y por supuesto, el aval festivo de las más prestigiosas editoriales.
Ya resultan inútiles -o ridículos- los enormes esfuerzos de las excrituras para explicar la existencia de la poesía en el mundo actual. O mejor dicho, la persistencia de su práctica: inútil e improductiva. Según su laboratorio, al considerar los rasgos que caracterizan la cultura contemporánea, ya no se trata de una actividad humana normal, ni siquiera un juego o un mero entretenimiento. Quizás, se sugiere, debiera alertarse sobre la mutación de un viejo y peligroso virus o, simplemente, dejarla en su lugar: ninguno.
Pero ante la persistencia de esta falsa necesidad, son cada vez más insistentes los que proponen medidas más precisas y drásticas: es urgente prevención y eliminación de esa aberración humana. Sin llegar a considerar el hecho como una patología -sería políticamente incorrecto-, un grupo de especialistas han elaborado una propuesta: la creación de centros de rehabilitación para poetas, buenos o malos, da lo mismo. Sin dudas, los recientes y grandes avances en la biología y su aplicación a los problemas humanos resultarían una herramienta imprescindible para garantizar el funcionamiento eficaz de la propuesta.
De modo que si cualquier persona siente la tentación de escribir un poema o apenas un verso, podría internarse inmediatamente para su tratamiento. En casos extremos, ante las posibles resistencias, resulta fundamental la conformación de una policía parapoética. El proyecto es mucho más sencillo de lo que puede imaginarse, no hace falta leer para distinguir a la prosa de la poesía. Por lo menos en la mayoría de los casos. Aunque por el momento es solo un proyecto, tan urgente como audaz, ya se cuenta con el apoyo irrestricto de la CIA y las grandes corporaciones dedicadas a la cultura mundial. Y por supuesto, el aval festivo de las más prestigiosas editoriales.
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