sábado, 29 de agosto de 2020

Desdicha de la Espera

en la mera carne

 las voces de cadáveres

 en algún verso

 al pasar, atento

 lo imposible de la vida

 como el número

 aun posible

 en la resta de la suma

 la misma piel

 sin cuerpo

 con el uniforme ¿irreal?

 ese único ojo, ajeno

 su vidrio sin luz

 para llegar hasta el cielo

La trillada articulación del silencio

en los modos de la espera

cuando una palabra

ya muerta

niega su herida

al eco de la sangre

para dormir en la tierra

con los yuyos secos

la grieta del sol

los signos sin otro rumbo

nada en el yo

solo la verdad herida

que cierra la mueca idiota del idiota.


jueves, 27 de agosto de 2020

Cada fragmento de lo llorado

 en un viento claro

 abierto de mar

 y orillas

 sin perfiles de ausencia

 ni un gemido

 al  caer del alma

un gorrión

y  el cielo

solo el pobre idiota

su negra sangre

el nada que decir

la muda verdad

la herida que brota en la nada

 Ese pensamiento de las gotas

 que nunca

 ni puede caer, siempre

 tan desdichado

 en la tierra ya muerta

 o peor

 si el idiota

 la babea de poesía

 con piel, sangre

 y huesos

 como gracia de la gravedad

 a cada llanto

 hasta liberar las últimas vocales.

miércoles, 19 de agosto de 2020

 El ruido filoso de la escritura

 en los bordes del ser

 su condición en el vacío

 cerca de las sombras

 los árboles del cielo

 que tienden sus raíces

 hacia la tierra del código

 la obediencia al deseo

 que deshace palabras

 para perderse en las fugas

los gritos desesperados de luz

en las hojas heridas del cuaderno

la nulidad de sus asperezas

Ay de la forma que deviene a la forma.


 Alma de la ceguera

 sin rectas

 ni círculos

su geometría nula

 no se detiene

tampoco se mueve

no está ahí

corre

dentro del aire

en el más dolor

otro rostro

aturdido por los árboles.

 Una cabeza en la nube pesada

 en el baldío del cielo

 aunque la metáfora

 también es inútil

 un residuo

 o un estorbo

 la atenta obsesión

-la carne del alma-

en el código cerrado

que solo el idiota

con su risa

y su terror 

apenas puede soportar

sin confundirlo con sus babas.

 A la huida del Significado

 su engaño vacío

 las entrañas

 en campos de sal

 con las huellas

 las señales del idiota

 que la lengua, su filo

 aun necesita morder

 salpicar con mocos

 desesperación

 y olvido

 el hambre, la belleza

 su imposible de saciar

 o el retorno al mismo sin lugar.

Ante el más lejos de sí

en la atención

su ritmo, la vuelta

hasta desaparecer

ni siquiera de ningún tipo

 ni palabras

 ni campos semánticos

 solo sangre seca

 patrias ajenas

 geografías mudas

 pasos sin rastros, luz

 hasta que venga la explosión

 su inevitable, las voces

 el griterío final

 lo que nunca

 y el falso para siempre

 o no

apenas las cenizas sin  el Nombre.

 

Humillación de la luz, encarcelada

que grita el mal

al recuerdo de la propia piel

entre tantas palabras

el arriba y el abajo

 las miradas ciegas

 la antigua cuerda del equilibrista

 el temblor del idiota

 su carcajada

 esas babas secas sin red

 la caída en el cielo

 el viento mudo en todos los vientos.

 La espina que elude el silencio

 el falso testimonio

 los alambres de la lengua

 la herida de la rosa

 el yo del no

 y la desesperanza

 en el agua de un arroyo

 para arrimar orillas

 el movimiento descendente

 hasta el sin fondo

 no muere, aspira

 a la gracia

 mientras el sol habla desde el sol.



martes, 18 de agosto de 2020

 Entre las letras de los esclavos

 la eternidad oculta la luz

esas envolturas

 figuras

 círculos abiertos

 trazos, señales, sangres

 etcétera

 pero no sirve

 no alcanza, nunca

 así que callarse la boca

 o simplemente

 ya roto

 sin ningún rastro, contemplar

 el desdichado padecer de la oscura nada.

 El calabozo del condenado a estar de pie

 con un libro falso

 que no se puede entender

 no se puede

 aunque tantas vueltas

 mareado

 ya ninguna cielo de ventanita 

 las preguntas ahorcadas

 en cuotas, sin interés

 -lo fijo-

 la palabra es otro no

 y la burla obvia del cadalso en cada sueño

 Tú eras mi piel

 el humo

 y la ventana

 al mirar

 un árbol

 los pájaros

 el cielo

 el olvido

 su ceniza

 y la oscuridad

 tú, mi piel

 una letra del idiota

 En el lugar sin Título

 una luz, santa

 sin piel

 bajo el árbol del idiota

 sus pájaros

 la ola de cielo

 como si la muerte

 -su latido-

 quisiera ser sin mí, lejos

 ciego

 los tímpanos rotos

 una baba

 pero atento

 hasta saber, ver

 a dónde arrastrar el alma.

 Una sombra sin espíritu

 esa palabra rota

 inaudible

 contra la sangre

 su mueca

 ya sin saliva

 junto al abismo

 y el viento

 los yuyos

 el cielo

con las vocales

ese eco

mudo de piel

la caída

al mirar, atento

la crisálida del fantasma

su tropo

y su engaño

hasta la nada rota en la luz

 Cerca de la respiración de la santa

 no buscar ningún refugio

 ningún consuelo

 en el eco

 el ahogo de la palabra

 o su gravedad

 ese lugar de la herida

 que llora el idiota

 sus manos de agua triste

 su ojo extraviado

 sin pies

 por la corteza

 árbol de la gracia

 hasta la raíz

 junto al pecho de luz

 con la pregunta insalvable

 en la proximidad de un par de pistas


 En el lugar del Nombre

 sin país

 ni palabra

 en el ahí

 ya casi vacío

 o lejos

 abandono, mudo

 una línea

 ¿el no?

 bajo otra sombra

 el idiota

 las babas

 la herida

 alas ciegas

  el eco, la distracción

  y seca

  la fuente de lo sagrado.

 Canto la tierra dormida de los huesos

 en el más adentro

 y alrededor

 lejos del ahí

 sin ningún sitio para la bandera

 el juramento roto

 -tanto frío-

 para la batalla ya derrotada

 ese terror

 a la luz intolerable, muda

 señales perdidas

 o desdichas

 en el desierto de la sangre sin sus voces.

lunes, 17 de agosto de 2020

Mas allá del aire en el aire

el abandono 

rota la calesita al sol

entre los ecos

las sílabas muertas

el griterío

ya no hay afuera

ni pastos

en la velocidad del mirar

y más allá, ahí

el amor

tanto a la muerte

como a la vida

alegre sufrir

o plentitud 

hasta en el acá, infinito

solo la desolación bajo otro cielo 

 La corrección de la pendiente 

 su tentación abismal

 o arroyos cristalinos

 en el lejano

 el asombro fácil del idiota

 con sus burbujas

 babas secas

 mocos

 con su hoja en blanco

 hasta la carcajada

 el llanto de cielo

 las muecas 

 ante la luz

 oculto bajo la carne

 desnudo

 o  ya muerto, inútil

 contra el ascenso en un nombre falso.

 Este trozo de tierra en tus propias manos

 sin valor metafórico

 y menos poético

 solo los dedos sucios

 abiertos para poder hundir

 el abismo de lo literal

 un soplo de vida

 al andar, ciego

 el bastón del amor

 atento el latido

 y las semillas en el todo

 pero quizás no puedas imaginar la verdad de la nada 

 Al idiota parado en la desolación 

 en la palabra estrella

 y ciega

la noche sin montura

ninguna señal de lo perdido

la voz muda

entre que lo que se aleja en cercanía

con babas y mocos

el llanto tartamudo

hasta comprender 

lo evidente

el mate, la espuma

¿vida?

siempre en el mundo apretado en su mano 


domingo, 16 de agosto de 2020

 La sangre se borra en las palabras

 cenizas de banderas

 caen

 sin huellas

 junto al barro seco

 al olvido de las tripas 

 la bota mortal

que ahoga las aguas

cada súplica

y el desapego

y la atención

hacia el porvenir

una lluvia, luz

su plegaria muda

ante la burla de los uniformes congelados.

 Me confundo con el ombligo

 el idiota del miedo

 en cada trazo

 la oscuridad

 la mirada hundida en luz

 como si

 las otras palabras

 su hueco

 esa mueca inerte

 ante la burla

 la sangre fría

 su sed

 en el dolor de la pureza

 no comprendieran la voz de la nada.

 Otra mano que se olvida de las palabras

 que salta renglones

 y se esconde

 ante el ojo del idiota

 junto al borde del muro

sin sentido

suspendido del cielo

sus pestañas heridas de letras

 y solo las babas

la desesperación

el todo es ciego

nada viaja

o la luna

ya olvido sus poemas

al convertir en mercancías la sangre de los dedos.

En el empezar lo nuevo

cada palabra

en su cueva

escondida vitalidad

la del encierro

sin fondo

ni salida

impaciencia agónica

o ecos de sangre

y el idiota

sus blandos colmillos

en el brillo de sus carcajadas.

Nada que no se pueda perder

en mí

o cualquiera

solo la desdicha

de un extremo al otro

de pie

y sin reloj

ese movimiento inútil

apenas piel

un muro mudo

el mate

la espuma irreal

llanto de un santo

la cabeza lejana dentro del pozo.

sábado, 15 de agosto de 2020

 Entre los límites de la cárcel

 con su ventanita

 ya cansado

 de golpear el muro

 la fuga del sentido

 la gravedad de los nubarrones

 ante lo sagrado

 el idiota,  la espera

con ojos de lluvia

 ¿y aquí?

 junto a la espuma

 la bombilla

 el milagro de la tibieza

 sin nombre

 a través del espejo de la nada

 Anterior al viento

 ya no cree en la ventana

 los efectos del mar

 y olvida la carne

 porque no

 nadie es un santo

 así que escupe

 sangre de palabras ciegas

 desdichas de otros

 sus frías cenizas 

 en la cima vacía del cielo raso

 sin un rastro

 al retornar

 hacia el cielo sin fondo.

 El idiota del nombre

 en el espejo

 de frente

 o perfil

 y más allá

 en la ventana

 su árbol

 mudo

 ninguna raíz

 y las ramas sin cielo

 En la palabra llanto

 tan clara

 una forma herida

 sin huellas

 ni cielo

 solo yuyos

 desdichas

 olvido

 o la belleza

 en la derrota del nunca.


 Mientras se espera la solución

 lo imposible

 el idiota

 sus muecas, al cielo

 las hebras de sol

 en su latir

 al caer las palabras

 mudas

 sin piel

 la atracción del mal

 la servidumbre

 ese jilguerito

 en su jaula

 ¿ningún sentido?

 y la gravedad que sueña su vuelo

 LA RESPIRACIÓN




 Junto a la piedra de la desdicha

 rayo

 apenas humano

 una respiración

 la plegaria, su gracia

 hasta la raíz

 como otro cielo

 o un rastro

 en el perfil del idiota

 al abrir el sí

 sus ojos mudos

 contra el espejo

 la purificación del ateo

 la gramática

 babas al sol

 y así y todo

 nada más que el devenir en el alm