sábado, 24 de diciembre de 2016

EXCRITURA DE PIZARNIK

Vos sabés, siempre es la infancia y los sueños,
la muerte.

Claro que tampoco es eso,
nunca,
lo que se puede decir.

Solo pasa lo que pasa
y es invisible,
como el agua o el pan.

Apenas unas sombras,
ese perro,
esta noche en este mundo.

Pero nada se desliza,
se pierde,
ni siquiera el silencio.

Yo ya me olvidé las heridas,
mi primera persona,
su falso singular y su dolor.

No te pido ayuda,
pero, Alejandra, quedate conmigo este ratito.

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