JOSÉ MARTÍ
A mis amigos sinceros ya no les atraen las rosas blancas, prefieren la hipocresía de esos billetes verdes.
martes, 31 de julio de 2018
lunes, 30 de julio de 2018
domingo, 29 de julio de 2018
sábado, 28 de julio de 2018
viernes, 27 de julio de 2018
EXCRITURA DE MIGUEL ÁNGEL BUSTOS
Por todo el cielo buscando el sol
o el fulgor oculto de la luna.
Entre nubes y arco iris,
azúcar de instantes,
van y vienen de lo alto.
Madres de los sueños infantiles.
viejas ausencias en las plazas.
Entre asombros y lejanías,
abiertas en cruz,
no detiene nunca el vuelo.
A veces son tan reales...
aquellas palomas de tu memoria.
Por todo el cielo buscando el sol
o el fulgor oculto de la luna.
Entre nubes y arco iris,
azúcar de instantes,
van y vienen de lo alto.
Madres de los sueños infantiles.
viejas ausencias en las plazas.
Entre asombros y lejanías,
abiertas en cruz,
no detiene nunca el vuelo.
A veces son tan reales...
aquellas palomas de tu memoria.
jueves, 26 de julio de 2018
miércoles, 25 de julio de 2018
EXCRITURA DE RIMBAUD
Después de siglos y siglos de buscar a la verdad
o resolver el secreto de los enigmas:
los cadáveres en cualquier campo,
las extremas brutalidades,
esas hogueras en las noches,
los ultrajes a los amores,
nuestras cenizas sin ningún nombre,
el terror a los cielos,
cada ahogado por la esperanza,
el poder del odio y la indiferencia...
Quizás lo mejor solo sea dormir,
completamente borracho en una playa sin horizonte,
Después de siglos y siglos de buscar a la verdad
o resolver el secreto de los enigmas:
los cadáveres en cualquier campo,
las extremas brutalidades,
esas hogueras en las noches,
los ultrajes a los amores,
nuestras cenizas sin ningún nombre,
el terror a los cielos,
cada ahogado por la esperanza,
el poder del odio y la indiferencia...
Quizás lo mejor solo sea dormir,
completamente borracho en una playa sin horizonte,
martes, 24 de julio de 2018
lunes, 23 de julio de 2018
EXCRITURA DE ESTELA DOS SANTOS
Solo quiero desaparecer afuera de tanto vacío,
tampoco habla mi sombra
Todavía me miran esos números
y quieren obligarme a dormir.
Yo solamente grito lo más gutural,
hasta que sueño en otro sueño.
Alrededor, aun duelen las paredes...
pero muevo a mis manos.
Los doctores son peores que demonios,
solo traicionan a mi pureza.
Los demás caminan sin los pies,
usan camisones de hierro.
Doblada hasta más abajo de abajo,
al fin descubro mi sexo podrido.
Igual que todas las mañanas, lejos,
el espejo rompe mi rostro.
Vencida, abro un hueco en un muro
y la claridad es un dolor del alma en la mirada.
Solo quiero desaparecer afuera de tanto vacío,
tampoco habla mi sombra
Todavía me miran esos números
y quieren obligarme a dormir.
Yo solamente grito lo más gutural,
hasta que sueño en otro sueño.
Alrededor, aun duelen las paredes...
pero muevo a mis manos.
Los doctores son peores que demonios,
solo traicionan a mi pureza.
Los demás caminan sin los pies,
usan camisones de hierro.
Doblada hasta más abajo de abajo,
al fin descubro mi sexo podrido.
Igual que todas las mañanas, lejos,
el espejo rompe mi rostro.
Vencida, abro un hueco en un muro
y la claridad es un dolor del alma en la mirada.
EXCRITURA DE JUAN L. ORTÍZ
Siempre entre las cosas fugitivas
o amenazantes o pesarosas,
la mirada ciega del poeta
apenas acaricia el espanto.
Una sombra en el humo
con pantanos, tigres, adioses;
pero él vuela sin alas,
inmóvil, ya vencido.
El alrededor es mudo,
un simulacro de sentidos,
el abismo de las formas,
voces rotas de sus muertos.
Inútil es su desesperación:
nunca le sirven las palabras,
solo asumir su condena,
cerrar los ojos, temblar... y escribir.
Siempre entre las cosas fugitivas
o amenazantes o pesarosas,
la mirada ciega del poeta
apenas acaricia el espanto.
Una sombra en el humo
con pantanos, tigres, adioses;
pero él vuela sin alas,
inmóvil, ya vencido.
El alrededor es mudo,
un simulacro de sentidos,
el abismo de las formas,
voces rotas de sus muertos.
Inútil es su desesperación:
nunca le sirven las palabras,
solo asumir su condena,
cerrar los ojos, temblar... y escribir.
domingo, 22 de julio de 2018
EXCRITURA DEL PENSAMIENTO OCCIDENTAL
Me compré los grandes libros de los grandes libros de los filósofos occidentales,
Necesitaba saber,
ser un hombre ilustrado.
Con mucho esfuerzo los puede leer,
incluso a Hegel.
Ahora no sé qué pensar,
si pensar me está permitido...
Según parece pertenezco a una raza inferior, sin historia, salvaje y muy estúpida.
Me compré los grandes libros de los grandes libros de los filósofos occidentales,
Necesitaba saber,
ser un hombre ilustrado.
Con mucho esfuerzo los puede leer,
incluso a Hegel.
Ahora no sé qué pensar,
si pensar me está permitido...
Según parece pertenezco a una raza inferior, sin historia, salvaje y muy estúpida.
EXCRITURA DE PAUL ELUARD
Sé que las calles tienen el color del hombre:
tierra y carne, savia y sangre.
El aire es un ritmo puro,
¿más fuerte que los odios?
Pero los muros no son la respuesta,
las manos tendrán que ser alas.
Y no hay que olvidar nunca
los amores de Paul Eluard.
Nada podrá derribar los puentes,
yo también viví las derrotas
y la bendición del triunfo.
Siempre crecerá la belleza de las arboledas.
Sé que las calles tienen el color del hombre:
tierra y carne, savia y sangre.
El aire es un ritmo puro,
¿más fuerte que los odios?
Pero los muros no son la respuesta,
las manos tendrán que ser alas.
Y no hay que olvidar nunca
los amores de Paul Eluard.
Nada podrá derribar los puentes,
yo también viví las derrotas
y la bendición del triunfo.
Siempre crecerá la belleza de las arboledas.
EXCRITURA DE HOMERO EXPÓSITO
Los dolores de aquella arboleda
en la calle sin nombre,
las promesas del viento,
mi cobardía y todo el pasado.
Los ceguera de los pájaros
aun cantan con tu voz,
ese mismo tango eterno
que fue perfume de naranjos.
Cada latido ya es el vacío:
sin pensamientos, a cada paso,
los pedazos de la vida en el adiós,
Los dolores de aquella arboleda
en la calle sin nombre,
las promesas del viento,
mi cobardía y todo el pasado.
Los ceguera de los pájaros
aun cantan con tu voz,
ese mismo tango eterno
que fue perfume de naranjos.
Cada latido ya es el vacío:
sin pensamientos, a cada paso,
los pedazos de la vida en el adiós,
sábado, 21 de julio de 2018
EXCRITURA DE ARTAUD
El embrujo maldito de esas palabras,
su tentación:
orden, progreso, libertad, justicia...
¿Cómo descubrir a sus engaños?
Así, la vida
pronto olvidó su razón: lo sagrado.
Desde un rincón de este encierro,
sin espíritu,
sé que el poder atrapó a mi cuerpo.
Pero un conjuro me hará desaparecer,
estallar:
solo dejaré a mi esqueleto podrido.
El embrujo maldito de esas palabras,
su tentación:
orden, progreso, libertad, justicia...
¿Cómo descubrir a sus engaños?
Así, la vida
pronto olvidó su razón: lo sagrado.
Desde un rincón de este encierro,
sin espíritu,
sé que el poder atrapó a mi cuerpo.
Pero un conjuro me hará desaparecer,
estallar:
solo dejaré a mi esqueleto podrido.
viernes, 20 de julio de 2018
EXCRITURA DEL INSOMNIO
Este insomnio es más fuerte que las pastillas, cuatro o cinco;
aunque pesan los párpados,
los brazos,
el silencio de la casa.
Será que, otra vez, necesito pensar en lo inútil;
dar y dar más vueltas,
el pasado,
lo irremediable.
Lástima que ni siquiera me molesta la lamparita sucia,
puedo escuchar música,
entrar al encierro
y hasta olvidar.
Claro que no tiene ningún sentido,
en todo el oscuro alrededor ya se terminó el azar de este juego
Este insomnio es más fuerte que las pastillas, cuatro o cinco;
aunque pesan los párpados,
los brazos,
el silencio de la casa.
Será que, otra vez, necesito pensar en lo inútil;
dar y dar más vueltas,
el pasado,
lo irremediable.
Lástima que ni siquiera me molesta la lamparita sucia,
puedo escuchar música,
entrar al encierro
y hasta olvidar.
Claro que no tiene ningún sentido,
en todo el oscuro alrededor ya se terminó el azar de este juego
EXCRITURA DE BORGES
No puedo recordar ese verso, o acaso una frase;
solo veo la incesante lluvia
y tomo mi café en el bar.
La hoja del cuaderno en blanco,
mi impaciencia seca.
Ni siquiera a su autor;
aunque sería la perfección,
justo para esta tarde.
¡Cuánto lamento no probar con un cigarro!,
sé que el humo podría ayudarme.
Pero ya el cielo se abre, tímido,
él se da por vencido.
Finalmente, pago y salgo,
aun el viento es frío
y otra mirada me detiene:
ese brillo oscuro en el asfalto,
algunos fantasmas en las veredas...
Sí, la lluvia siempre es algo que ocurre en el pasado.
No puedo recordar ese verso, o acaso una frase;
solo veo la incesante lluvia
y tomo mi café en el bar.
La hoja del cuaderno en blanco,
mi impaciencia seca.
Ni siquiera a su autor;
aunque sería la perfección,
justo para esta tarde.
¡Cuánto lamento no probar con un cigarro!,
sé que el humo podría ayudarme.
Pero ya el cielo se abre, tímido,
él se da por vencido.
Finalmente, pago y salgo,
aun el viento es frío
y otra mirada me detiene:
ese brillo oscuro en el asfalto,
algunos fantasmas en las veredas...
Sí, la lluvia siempre es algo que ocurre en el pasado.
jueves, 19 de julio de 2018
EXCRITURA DE GABRIELA CABEZÓN CÁMARA
En la boca, esta vez le puso el caño de un revólver,
y le grito que ella apretara el gatillo.
Así se mantenía la disciplina,
la diversión y las reglas.
Vos viste a su cara...
también era la tuya.
Atrapadas, las usaban como trapos sucios,
por eso el cafishio se reía,
insistía con la orden,
la agarraba de las mechas.
Había intentado huir,
no soportó tanta humillación.
Quizás no se dio cuenta que venían jueces,
diputados, banqueros, sacerdotes.
la mano temblaba,
su dedo decidía sobre una vida.
Entonces se convirtió en ella, un instante,
pero es su cabeza la que ya no puede dejar de estallar,
En la boca, esta vez le puso el caño de un revólver,
y le grito que ella apretara el gatillo.
Así se mantenía la disciplina,
la diversión y las reglas.
Vos viste a su cara...
también era la tuya.
Atrapadas, las usaban como trapos sucios,
por eso el cafishio se reía,
insistía con la orden,
la agarraba de las mechas.
Había intentado huir,
no soportó tanta humillación.
Quizás no se dio cuenta que venían jueces,
diputados, banqueros, sacerdotes.
la mano temblaba,
su dedo decidía sobre una vida.
Entonces se convirtió en ella, un instante,
pero es su cabeza la que ya no puede dejar de estallar,
miércoles, 18 de julio de 2018
EXCRITURA DE MI AMADO PASOLINI
No fue el tan deseado ruiseñor de la iglesia católica,
tampoco marxista.
No predicó la rabia,
menos la paz.
Ni heterosexual ni homosexual:
no amó el amor burgués,
solo los cuerpos,
la piel,
sus santos olores.
Nunca fue un provocador.
Solo hay que sentir a su obra:
fue un compañero peronista, y por eso lo tenían que matar.
No fue el tan deseado ruiseñor de la iglesia católica,
tampoco marxista.
No predicó la rabia,
menos la paz.
Ni heterosexual ni homosexual:
no amó el amor burgués,
solo los cuerpos,
la piel,
sus santos olores.
Nunca fue un provocador.
Solo hay que sentir a su obra:
fue un compañero peronista, y por eso lo tenían que matar.
EXCRITURA DE GIANNUZZI
Perder sin tirar los dados, apenas vivir;
esa oculta traición del tiempo.
Yo debo algo más que cincuenta años,
jornadas aburridas de tabaco,
distracciones de lluvias,
calles, muchas palabras y mentiras.
Pero nadie me reclama nada,
solo, a veces, esa tos inútil.
Será que no me animé a apostar,
que siempre antes me ganó este miedo.
Perder sin tirar los dados, apenas vivir;
esa oculta traición del tiempo.
Yo debo algo más que cincuenta años,
jornadas aburridas de tabaco,
distracciones de lluvias,
calles, muchas palabras y mentiras.
Pero nadie me reclama nada,
solo, a veces, esa tos inútil.
Será que no me animé a apostar,
que siempre antes me ganó este miedo.
martes, 17 de julio de 2018
EXCRITURA DE ARTAUD SOBRE VAN GOGH
Ese muro invisible entre el sentir y el realizar;
pero él solo pintaba campos
o árboles o viejos puentes,
a veces un barcito
y su soledad, la noche.
Aunque alrededor y también adentro,
siempre asomaban fuegos.
Él, no se daba cuenta,
su pincel atravesaba el muro.
¿Quién podía soportar esa visión?
Nadie aceptaba el desafío,
la magia era muy peligrosa:
la buena sociedad se defendió de su locura.
Después se arrancó una oreja,
ya no quería oír más a los colores.
Claro que es conocida la historia,
sus telas cotizan los límites.
Así, para sentir el realizar, vivió nuestro suicidado,
Ese muro invisible entre el sentir y el realizar;
pero él solo pintaba campos
o árboles o viejos puentes,
a veces un barcito
y su soledad, la noche.
Aunque alrededor y también adentro,
siempre asomaban fuegos.
Él, no se daba cuenta,
su pincel atravesaba el muro.
¿Quién podía soportar esa visión?
Nadie aceptaba el desafío,
la magia era muy peligrosa:
la buena sociedad se defendió de su locura.
Después se arrancó una oreja,
ya no quería oír más a los colores.
Claro que es conocida la historia,
sus telas cotizan los límites.
Así, para sentir el realizar, vivió nuestro suicidado,
lunes, 16 de julio de 2018
EXCRITURA FILOSÓFICA DEL FÚTBOL
No sé cuántos años hace que lo conozco,
un vecino más del barrio.
Cualquier ropa que usa:
pantalones, remeras, buzos...
todas, con los colores de Boca.
Creo que hasta al respirar
le llega el aire de la bombonera.
Siempre que nos cruzamos, al azar,
solo charlamos de fútbol.
A veces contentos, otras tristes,
pero con la certeza del campeonato;
además, con los nuevos refuerzos.
Después yo sigo mi camino,
y apenas recuerdo su sonrisa:
pícara, cómplice, amable.
Pero me pierdo, no lo puedo evitar,
entre los grandes pensamientos...
No sé ni siquiera su nombre,
él no se imagina cómo envidio su bondad.
No sé cuántos años hace que lo conozco,
un vecino más del barrio.
Cualquier ropa que usa:
pantalones, remeras, buzos...
todas, con los colores de Boca.
Creo que hasta al respirar
le llega el aire de la bombonera.
Siempre que nos cruzamos, al azar,
solo charlamos de fútbol.
A veces contentos, otras tristes,
pero con la certeza del campeonato;
además, con los nuevos refuerzos.
Después yo sigo mi camino,
y apenas recuerdo su sonrisa:
pícara, cómplice, amable.
Pero me pierdo, no lo puedo evitar,
entre los grandes pensamientos...
No sé ni siquiera su nombre,
él no se imagina cómo envidio su bondad.
EXCRITURA DE JOAO CABRAL DE MELO NETO
En el centro, un santo anda sin andas, sereno.
No acepta que nadie de la procesión,
cantando, lo cargue en sus hombros.
El camina decidido hacia un altar verdadero,
a los tumbos, todo piedra y silencio.
Las tropas vigilan cada uno de sus pasos,
ya conocen el destino del iluminado.
Ninguno siente culpa, tampoco pena,
con un grito disolverán la lenta procesión.
Todos creen que el santo escapará,
pero justo se detiene y se entrega a la ley.
Ahora las calles son un desierto,
apenas un milagro para cumplir La Palabra.
Inútiles las esposas, armas, órdenes;
el santo camina, feliz, delante de la tropa.
Las rejas y los muros serán su única bendición.
En el centro, un santo anda sin andas, sereno.
No acepta que nadie de la procesión,
cantando, lo cargue en sus hombros.
El camina decidido hacia un altar verdadero,
a los tumbos, todo piedra y silencio.
Las tropas vigilan cada uno de sus pasos,
ya conocen el destino del iluminado.
Ninguno siente culpa, tampoco pena,
con un grito disolverán la lenta procesión.
Todos creen que el santo escapará,
pero justo se detiene y se entrega a la ley.
Ahora las calles son un desierto,
apenas un milagro para cumplir La Palabra.
Inútiles las esposas, armas, órdenes;
el santo camina, feliz, delante de la tropa.
Las rejas y los muros serán su única bendición.
domingo, 15 de julio de 2018
EXCRITURA DE GELMAN
Los tramos del estar vivo son apenas papelitos,
entre el pensar y el sentir.
Así se escapan las criaturas
para eludir la pena y la humillación,
esas flores apagadas
cansadas de tantas costumbres,
los desesperos del amor
y miles y miles de versos inútiles.
Entonces se mezclan las mismas imágenes:
nubes, bosques, furias...
Pero todo el mundo que no es,
siempre enfrenta a las piedras de las injusticias.
Los tramos del estar vivo son apenas papelitos,
entre el pensar y el sentir.
Así se escapan las criaturas
para eludir la pena y la humillación,
esas flores apagadas
cansadas de tantas costumbres,
los desesperos del amor
y miles y miles de versos inútiles.
Entonces se mezclan las mismas imágenes:
nubes, bosques, furias...
Pero todo el mundo que no es,
siempre enfrenta a las piedras de las injusticias.
EXCRITURA DE LUIS O. TEDESCO
Apenas el silbido de la arboleda,
lo más leve,
el patio
y los cigarrillos.
Ni la medianera es real,
solo ladrillos,
el límite,
lo mudo al morir.
Tampoco el viejo limonero,
ya seco,
una sombra
y el pasto indolente.
Así pierdo la voz del alma,
soy inasible,
instantes,
un verso:
el ángel triste de un hombre triste.
Apenas el silbido de la arboleda,
lo más leve,
el patio
y los cigarrillos.
Ni la medianera es real,
solo ladrillos,
el límite,
lo mudo al morir.
Tampoco el viejo limonero,
ya seco,
una sombra
y el pasto indolente.
Así pierdo la voz del alma,
soy inasible,
instantes,
un verso:
el ángel triste de un hombre triste.
sábado, 14 de julio de 2018
EXCRITURA DE PASOLINI
Tuviste mucha suerte, amado Pier Paolo;
morir en ese descampado.
Claro que hace rato la veías venir,
eras otro condenado más.
Algo te hablaba entre tanto ruido,
¿la rabia?; y filmaste salomé.
También demostraste el gran teorema,
pero no sirvió de nada.
Y hasta lo viste en tu adorada juventud,
ese adiós al cuerpo sagrado.
Ahora todos le dicen neoliberalismo,
lo mismo, más destructivo.
Tuviste suerte en esa efímera pasión,
¡que importa la muerte!
Ay, querido Pier Paolo, si todavía vivieras,
serías un asqueroso burgués.
Tuviste mucha suerte, amado Pier Paolo;
morir en ese descampado.
Claro que hace rato la veías venir,
eras otro condenado más.
Algo te hablaba entre tanto ruido,
¿la rabia?; y filmaste salomé.
También demostraste el gran teorema,
pero no sirvió de nada.
Y hasta lo viste en tu adorada juventud,
ese adiós al cuerpo sagrado.
Ahora todos le dicen neoliberalismo,
lo mismo, más destructivo.
Tuviste suerte en esa efímera pasión,
¡que importa la muerte!
Ay, querido Pier Paolo, si todavía vivieras,
serías un asqueroso burgués.
viernes, 13 de julio de 2018
EXCRITURA DE UN LECTOR DE VALLEJO
El lector sonríe, perdido, al pensar esas imágenes:
la carne del llanto,
la fruta del gemido.
Quizás son las pastillas, -¿cuántas tomó?-,
que alteran los versos de Vallejo:
no hay toz hablada,
que no llegue a bruma.
Todavía no se da por vencido, insiste,
acaricia las palabras con miedo:
quiero decir muchísimo
y me atollo
Apenas sostiene, desconcertado, el libro
que lo aturde con su clamor último:
¡Vámonos, estoy herido,
vámonos a comer yerba!
El lector intenta olvidar sus inútiles pensamientos.
El lector sonríe, perdido, al pensar esas imágenes:
la carne del llanto,
la fruta del gemido.
Quizás son las pastillas, -¿cuántas tomó?-,
que alteran los versos de Vallejo:
no hay toz hablada,
que no llegue a bruma.
Todavía no se da por vencido, insiste,
acaricia las palabras con miedo:
quiero decir muchísimo
y me atollo
Apenas sostiene, desconcertado, el libro
que lo aturde con su clamor último:
¡Vámonos, estoy herido,
vámonos a comer yerba!
El lector intenta olvidar sus inútiles pensamientos.
jueves, 12 de julio de 2018
EXCRITURA DE HUIDOBRO
Pronto, lo sabemos, llega el pozo de las lágrimas;
aunque levantes las manos mudas,
un toldito en la frente,
y cierres los ojos para no ver más allá.
Sabemos que el camino nunca es derecho,
los monos reclaman su venganza,
una emboscada de gritos
y ya no sirve comprar el mejor ataúd.
Hasta los dulces pájaros de los atardeceres;
apenas pueden con su esqueleto,
el lamento de sus plumas
y solo cantan para olvidarse de la muerte del cielo.
Pronto, lo sabemos, llega el pozo de las lágrimas;
aunque levantes las manos mudas,
un toldito en la frente,
y cierres los ojos para no ver más allá.
Sabemos que el camino nunca es derecho,
los monos reclaman su venganza,
una emboscada de gritos
y ya no sirve comprar el mejor ataúd.
Hasta los dulces pájaros de los atardeceres;
apenas pueden con su esqueleto,
el lamento de sus plumas
y solo cantan para olvidarse de la muerte del cielo.
miércoles, 11 de julio de 2018
martes, 10 de julio de 2018
lunes, 9 de julio de 2018
domingo, 8 de julio de 2018
EXCRITURA DE LA RESIGNACIÓN
Creo que tengo cinco o seis lectores en todo el mundo,
y no sé si está bien o mal.
A Nabokov les gustaban las mariposas,
a Gelman, los Particulares,
a Hemingway, las corridas de toros,
a Dinensen, los africanos,
a Pessoa, los falsos heterónimos...
A mí, absolutamente nada;
creo que solo puedo escribir para esos cinco o seis lectores.
Creo que tengo cinco o seis lectores en todo el mundo,
y no sé si está bien o mal.
A Nabokov les gustaban las mariposas,
a Gelman, los Particulares,
a Hemingway, las corridas de toros,
a Dinensen, los africanos,
a Pessoa, los falsos heterónimos...
A mí, absolutamente nada;
creo que solo puedo escribir para esos cinco o seis lectores.
EXCRITURA DE MARK TWAIN
Sin ser un pitagórico, anduvo siempre entre números.
Miles de ocurrencias inverosímiles,
ríos y bromas,
todas historias infinitas.
Pero ya cerca del fin
multiplicó 2 x 2,
el resultado, claro, fue 44.
No pudo detenerse,
necesitaba conocer el gran secreto.
Y dentro de ese mundo
el misterio lo llevo a otros,
también disparatados,
increíbles,
pero, ay, tan crueles:
esos enigmas de la fragilidad,
el abismo de ser humano, ante la incertidumbre del horror.
Sin ser un pitagórico, anduvo siempre entre números.
Miles de ocurrencias inverosímiles,
ríos y bromas,
todas historias infinitas.
Pero ya cerca del fin
multiplicó 2 x 2,
el resultado, claro, fue 44.
No pudo detenerse,
necesitaba conocer el gran secreto.
Y dentro de ese mundo
el misterio lo llevo a otros,
también disparatados,
increíbles,
pero, ay, tan crueles:
esos enigmas de la fragilidad,
el abismo de ser humano, ante la incertidumbre del horror.
EXCRITURA DE ARNALDO CALVEYRA
Del hombre en la inmovilidad
y su mirada:
el agua de la fuente,
ningún alrededor,
solo ese transcurrir.
Todas las tardes,
ahí, afuera del tiempo.
Las ondulaciones tan leves,
sin imágenes
o la gota de un reflejo
entre tanto olvido.
El hombre detrás del hombre
ya está lejos,
así cuida las palabras
hasta que desaparezca el poema.
viernes, 6 de julio de 2018
EXCRITURA DE TU FU
El fondo mágico de las estrellas en la charca,
y la mirada inocente del sapo.
Ahora la noche es íntima quietud;
cerca, el amanecer de la guerra.
Aun no logro entender las sombras,
este refugio de árboles, tan altos,
para amparar a los cadáveres;
¿puedo sentir en la brisa
el temblor de miles y miles de cuerpos?
Ya el sapo saltó, para siempre, a las aguas negras.
El fondo mágico de las estrellas en la charca,
y la mirada inocente del sapo.
Ahora la noche es íntima quietud;
cerca, el amanecer de la guerra.
Aun no logro entender las sombras,
este refugio de árboles, tan altos,
para amparar a los cadáveres;
¿puedo sentir en la brisa
el temblor de miles y miles de cuerpos?
Ya el sapo saltó, para siempre, a las aguas negras.
miércoles, 4 de julio de 2018
EXCRITURA DE UN SOLO
En pocos segundos serán las nueve de la noche,
pero no tengo apetito,
tampoco quiero ver la televisión
o entrar al Facebook,
¿para qué?;
solo escribo por escribir
para saber que ya son las nueve y cinco
y solo esperar que pase otro día,
un ratito más,
que se caliente la pieza
para quitarme la ropa,
acostarme, prender el velador
sin ninguna esperanza, solo cansancio;
leer otra vez a Vallejo,
y que esos golpes tan fuertes
sean los heraldos de algún sueño,
olvidarme de mí unas horas
hasta despertar en otro lugar, cualquiera, muy lejos.
En pocos segundos serán las nueve de la noche,
pero no tengo apetito,
tampoco quiero ver la televisión
o entrar al Facebook,
¿para qué?;
solo escribo por escribir
para saber que ya son las nueve y cinco
y solo esperar que pase otro día,
un ratito más,
que se caliente la pieza
para quitarme la ropa,
acostarme, prender el velador
sin ninguna esperanza, solo cansancio;
leer otra vez a Vallejo,
y que esos golpes tan fuertes
sean los heraldos de algún sueño,
olvidarme de mí unas horas
hasta despertar en otro lugar, cualquiera, muy lejos.
martes, 3 de julio de 2018
EXCRITURA DE ROBERTO JUARROZ
La experiencia revelada de lo infinito en lo finito,
lo imposible en lo posible,
quizás el pensamiento de una rosa.
Así se imponen las palabras en tu poesía,
te engañan con sus juegos,
su consuelo para olvidar a los huesos.
Pero en el fondo del vivir, fatal,
siempre ese aullido desesperado ante la luna, ciega.
La experiencia revelada de lo infinito en lo finito,
lo imposible en lo posible,
quizás el pensamiento de una rosa.
Así se imponen las palabras en tu poesía,
te engañan con sus juegos,
su consuelo para olvidar a los huesos.
Pero en el fondo del vivir, fatal,
siempre ese aullido desesperado ante la luna, ciega.
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