EXCRITURA DE CARRIEGO
Ese libro,
vedado.
Un descuido inocente.
Un detalle,
tu olvido
en el rincón de la mesa.
Yo lo abrí,
curioso,
ahora estoy condenado
lunes, 30 de abril de 2018
EXCRITURA SIN ORIGEN
Todavía no decidí en dónde nacer,
ese origen sin miedo.
Si pudiera ser en el mar
o una magnolia,
quizás olvidaría la mundo.
Pero el tiempo siempre engaña,
pasa como el viento.
Además están las distracciones,
calles, avenidas, edificios;
incluso en las plazas,
¡cómo gritan las madres!
Yo ya viví mucho,
demasiados años falsos:
soy un documento,
un nombre, fotos y libros.
No me quejo,
tampoco quiero ser feliz.
Apenas salgo de casa,
me agrada caminar en la noche.
Solo que tengo esa duda...
A veces, no sé, creo en el horizonte.
Todavía no decidí en dónde nacer,
ese origen sin miedo.
Si pudiera ser en el mar
o una magnolia,
quizás olvidaría la mundo.
Pero el tiempo siempre engaña,
pasa como el viento.
Además están las distracciones,
calles, avenidas, edificios;
incluso en las plazas,
¡cómo gritan las madres!
Yo ya viví mucho,
demasiados años falsos:
soy un documento,
un nombre, fotos y libros.
No me quejo,
tampoco quiero ser feliz.
Apenas salgo de casa,
me agrada caminar en la noche.
Solo que tengo esa duda...
A veces, no sé, creo en el horizonte.
domingo, 29 de abril de 2018
EXCRITURA DE CHARLY GARCÍA
¿Cuál será ese justo lugar para mis huesos?
Vi un payaso rojo,
otro blanco,
un acróbata,
y no pude entender.
Si prendo la radio,
no dice nada.
Enredado, soy olvido.
Espero la soledad,
la compañía de los muertos.
A veces me río,
pero es tanto llanto.
Pregunté demasiado,
ya me duele.
Las instituciones aterradas no responden ni al sol.
¿Cuál será ese justo lugar para mis huesos?
Vi un payaso rojo,
otro blanco,
un acróbata,
y no pude entender.
Si prendo la radio,
no dice nada.
Enredado, soy olvido.
Espero la soledad,
la compañía de los muertos.
A veces me río,
pero es tanto llanto.
Pregunté demasiado,
ya me duele.
Las instituciones aterradas no responden ni al sol.
EXCRITURA DEL SOSIEGO
Ayer, a la tarde, compartí un café con Bernardo Soares.
No había casi nadie en el bar.
Regresábamos cansados del trabajo,
veníamos a dejar pasar el tiempo,
Igual, sospecho, carecía de importancia,
solo, a veces, mirábamos el reloj.
Durante dos horas, los dos,
solo observamos a través de la ventana.
Ninguno dijo una sola frase.
Pero creo que fue un encuentro agradable.
Cada uno fumó sus cigarrillos.
Después nos levantamos, por la vereda no pasó Pessoa.
Ayer, a la tarde, compartí un café con Bernardo Soares.
No había casi nadie en el bar.
Regresábamos cansados del trabajo,
veníamos a dejar pasar el tiempo,
Igual, sospecho, carecía de importancia,
solo, a veces, mirábamos el reloj.
Durante dos horas, los dos,
solo observamos a través de la ventana.
Ninguno dijo una sola frase.
Pero creo que fue un encuentro agradable.
Cada uno fumó sus cigarrillos.
Después nos levantamos, por la vereda no pasó Pessoa.
sábado, 28 de abril de 2018
EXCRITURA DE ARTURO CARRERA
Aquella banda de Alejandro,
tan luminosa,
casi perdió sus colores.
Y todo está por diluirse
con su ligera forma,
un gran vidrio sin ojos.
Algunos poemitas, escasos,
diálogos de discoteca,
palabras en el ruido.
Siempre pasa lo que pasa,
pero lo humano,
ya no soporta las ranas.
Esa intimidada del deseo,
su piel de ausencia...
Adios, banda de Alejandro
Aquella banda de Alejandro,
tan luminosa,
casi perdió sus colores.
Y todo está por diluirse
con su ligera forma,
un gran vidrio sin ojos.
Algunos poemitas, escasos,
diálogos de discoteca,
palabras en el ruido.
Siempre pasa lo que pasa,
pero lo humano,
ya no soporta las ranas.
Esa intimidada del deseo,
su piel de ausencia...
Adios, banda de Alejandro
viernes, 27 de abril de 2018
EXCRITURA DEL CHE
El comandante tomó, inapelable, una decisión;
aparentemente trivial,
solitaria, escribir un diario secreto.
Puede ser el disfraz para un registro,
detalles de la experiencia,
una herramienta más para hacer la historia.
A veces, son meras trivialidades,
otras, esos desafíos fatales del paisaje,
pero nunca duda: protege su diario y su vida.
Durante esos pocos minutos, sagrados,
algo lo conmueve,
esa fragilidad que se omite en cada oración.
El comandante cumplió su propia orden;
necesitaba palabras,
el único consuelo para celebrar el silencio del final.
El comandante tomó, inapelable, una decisión;
aparentemente trivial,
solitaria, escribir un diario secreto.
Puede ser el disfraz para un registro,
detalles de la experiencia,
una herramienta más para hacer la historia.
A veces, son meras trivialidades,
otras, esos desafíos fatales del paisaje,
pero nunca duda: protege su diario y su vida.
Durante esos pocos minutos, sagrados,
algo lo conmueve,
esa fragilidad que se omite en cada oración.
El comandante cumplió su propia orden;
necesitaba palabras,
el único consuelo para celebrar el silencio del final.
EXCRITURA DE UN ESPACIO
Hay que juntar tantos cacharros,
trapos, algún recuerdo
y llenar los baldes de agua.
Más complicado es el polvo,
en todos los rincones,
casi escondido, alerta, ¿espía?
No sirve el escobillón,
apenas llega a la miseria.
Después buscar el plumero,
que se lean las palabras.
Nunca pensar en las paredes,
como si la casa fuera de otro.
De vez en cuando, vencido,
hay que intentar una limpieza.
Pero el brillo es inútil,
la mugre aun persiste en el adentro.
Hay que juntar tantos cacharros,
trapos, algún recuerdo
y llenar los baldes de agua.
Más complicado es el polvo,
en todos los rincones,
casi escondido, alerta, ¿espía?
No sirve el escobillón,
apenas llega a la miseria.
Después buscar el plumero,
que se lean las palabras.
Nunca pensar en las paredes,
como si la casa fuera de otro.
De vez en cuando, vencido,
hay que intentar una limpieza.
Pero el brillo es inútil,
la mugre aun persiste en el adentro.
jueves, 26 de abril de 2018
¿EXCRITURA REACCIONARIA?
Con perdón de los mejores científicos
y sus constantes esfuerzos
para descubrir la gran novedad,
digamos que la cosa no anda
o que va para peor...
Igual mañana seguirán los intentos
para avanzar...solo ese botón
y la solución para todos los problemas.
Y siempre más rápido, más,
no hay que perder un segundo
antes del suspiro, el último.
Con respeto, sin argumentos,
quizás conviene un chiste dudoso,
la ocurrencia de un ciego,
temeroso y demasiado sabio,
una pregunta tramposa:
"¿por qué no vamos por la escalera
que ya está completamente inventada?"
martes, 24 de abril de 2018
EXCRITURA DE HUIDOBRO
Ay, la pobre luna herida,
loca,
ya no ve a la noche.
Un castigo del universo,
sus olas,
el temor de los pájaros.
Quiere ser un deshecho,
olvidar,
y desertar del espacio.
Aunque sueña con poetas,
lejanos,
esos cometas ciegos.
Ay, vieja fuente milagrosa,
tan solita...
ni ladridos de los perros.
Ay, la pobre luna herida,
loca,
ya no ve a la noche.
Un castigo del universo,
sus olas,
el temor de los pájaros.
Quiere ser un deshecho,
olvidar,
y desertar del espacio.
Aunque sueña con poetas,
lejanos,
esos cometas ciegos.
Ay, vieja fuente milagrosa,
tan solita...
ni ladridos de los perros.
EXCRITURA SOBRE LAS COMPAÑÍAS
Vi a una rata,
bajó por el cable del televisor,
enorme,
tan silenciosa como veloz.
No supe qué hacer,
esperé,
recordé a Pessoa.
Por suerte no la vio mi perro,
dormía,
acompañaba mi insomnio,
Afuera hacía tanto frío,
tendría hambre
y ya no pensé,
en una de esas se agrandó la familia.
Vi a una rata,
bajó por el cable del televisor,
enorme,
tan silenciosa como veloz.
No supe qué hacer,
esperé,
recordé a Pessoa.
Por suerte no la vio mi perro,
dormía,
acompañaba mi insomnio,
Afuera hacía tanto frío,
tendría hambre
y ya no pensé,
en una de esas se agrandó la familia.
EXCRITURA DE GELMAN
Claro que nunca saben nada de sí mismos,
como el aire,
se meten por el otro país.
Andan por el afuera y el adentro,
dibujan la piel,
ingenuos,
aun creen en la magia.
A veces confunden al mundo
para valer la pena
Y tampoco importa
que estallen sus cristales,
como el amor
o esa paloma al sol,
los sueños ignoran a la miserable realidad
Claro que nunca saben nada de sí mismos,
como el aire,
se meten por el otro país.
Andan por el afuera y el adentro,
dibujan la piel,
ingenuos,
aun creen en la magia.
A veces confunden al mundo
para valer la pena
Y tampoco importa
que estallen sus cristales,
como el amor
o esa paloma al sol,
los sueños ignoran a la miserable realidad
EXCRITURA PATÉTICA
Cada vez más cerca,
en el borde,
el pozo.
El niño ya se aleja,
me nombra,
sonríe.
Su vocecita duele,
lo imagino,
humo.
También mi sombra,
los árboles,
el sol.
Tampoco tengo rostro,
una mueca,
ciego.
Nada en el alrededor,
profundo,
sin fin.
No es una metáfora,
ahí está,
real.
Y quiero dar el paso,
sin palabras,
ser:
cada vez más lejos.
Cada vez más cerca,
en el borde,
el pozo.
El niño ya se aleja,
me nombra,
sonríe.
Su vocecita duele,
lo imagino,
humo.
También mi sombra,
los árboles,
el sol.
Tampoco tengo rostro,
una mueca,
ciego.
Nada en el alrededor,
profundo,
sin fin.
No es una metáfora,
ahí está,
real.
Y quiero dar el paso,
sin palabras,
ser:
cada vez más lejos.
lunes, 23 de abril de 2018
EXCRITURA DEL MANTEL ANTE "LAS MUSAS"
Cada vez que se me ocurre un poema,
mientras lo escribo,
el cigarrillo, ay, se cae del cenicero.
Durante un buen tiempo,
creí, tan ingenuo,
en alguna señal secreta.
Esos misterios que hacen del azar
la auténtica vida,
como en la canción de Lennon.
Pero ahora es distinto:
solo veo quemaduras en el mantel, dolor.
Cada vez que se me ocurre un poema,
mientras lo escribo,
el cigarrillo, ay, se cae del cenicero.
Durante un buen tiempo,
creí, tan ingenuo,
en alguna señal secreta.
Esos misterios que hacen del azar
la auténtica vida,
como en la canción de Lennon.
Pero ahora es distinto:
solo veo quemaduras en el mantel, dolor.
EXCRITURA DE LAS PREGUNTAS
Siempre esas mismas preguntas,
desde chico;
las más elementales,
redundantes:
tantos bombardeos,
los cadáveres en la televisión,
a veces al abrir los ojos,
bajo la ducha,
incluso al mirar
y ver a una plaza,
los árboles,
ese perro solo,
o mientras hago la fila
para el cajero,
las quejas,
el infaltable fastidio,
y ante la luna,
una cucaracha aplastada,
los muertos de frío,
el churrarquito...
Inútiles, siempre
esas preguntas sin ninguna respuesta.
Siempre esas mismas preguntas,
desde chico;
las más elementales,
redundantes:
tantos bombardeos,
los cadáveres en la televisión,
a veces al abrir los ojos,
bajo la ducha,
incluso al mirar
y ver a una plaza,
los árboles,
ese perro solo,
o mientras hago la fila
para el cajero,
las quejas,
el infaltable fastidio,
y ante la luna,
una cucaracha aplastada,
los muertos de frío,
el churrarquito...
Inútiles, siempre
esas preguntas sin ninguna respuesta.
domingo, 22 de abril de 2018
EXCRITURA DE PACO URONDO
Siempre voy detrás del mismo recuerdo,
pero él se aleja.
Soy un perro viejo y miedoso,
necesito su collar.
Solo me detiene algún barcito,
una sed dorada.
Peor aun si me engaña el olvido,
ya empieza a doler.
Y a veces, perdido, creo que es un error:
él me atrapó, para siempre.
Siempre voy detrás del mismo recuerdo,
pero él se aleja.
Soy un perro viejo y miedoso,
necesito su collar.
Solo me detiene algún barcito,
una sed dorada.
Peor aun si me engaña el olvido,
ya empieza a doler.
Y a veces, perdido, creo que es un error:
él me atrapó, para siempre.
EXCRITURA DE LA PROMESA
Desde hace algunas semanas,
la misma promesa.
Bueno, ahora le da risa.
Igual que esa cucaracha,
muerte en la mugre.
Además, recién lo vio,
se puso la remera al revés.
Pero todavía está atento
y busca esos billetes.
Ya va a dejar la botella,
solo hay que esperar,
apenas unos quince minutos:
a las nueve abre el supermercado
Desde hace algunas semanas,
la misma promesa.
Bueno, ahora le da risa.
Igual que esa cucaracha,
muerte en la mugre.
Además, recién lo vio,
se puso la remera al revés.
Pero todavía está atento
y busca esos billetes.
Ya va a dejar la botella,
solo hay que esperar,
apenas unos quince minutos:
a las nueve abre el supermercado
EXCRITURA DE UNA SOGA
En esa soga que cuelga la ropa
apenas se mueven, mudos,
calzoncillos, remeras, pantalones
y los brazos de las camisas.
A veces se inquieta un poquito
el perfil de una par de medias.
Confundidas, todavía caen gotas,
leves, vacilantes, sombras;
pero son distracciones perdidas,
marcas inútiles en la tierra.
Nada más que esos detalles,
y la espera paciente del sol
y el temblor en el alrededor;
o tal vez la ausencia de estos versos..
En esa soga que cuelga la ropa
apenas se mueven, mudos,
calzoncillos, remeras, pantalones
y los brazos de las camisas.
A veces se inquieta un poquito
el perfil de una par de medias.
Confundidas, todavía caen gotas,
leves, vacilantes, sombras;
pero son distracciones perdidas,
marcas inútiles en la tierra.
Nada más que esos detalles,
y la espera paciente del sol
y el temblor en el alrededor;
o tal vez la ausencia de estos versos..
sábado, 21 de abril de 2018
EXCRITURA DEL ASOMBRO
Inmóvil, casi escondido, siempre a la espera.
Tal vez quiere destruir el sentido
y descartar la sorpresa fácil.
Es cierto, no tiene muchos amigos,
o lo confunden con cualquiera.
Aunque entre los niños, los juegos,
él recupera al menos su mirada.
También durante las noches
al oír rezar en los asilos.
Claro que no está nunca en ningún lugar,
imposible, late en todos.
Y apenas pide unos instantes,
pero ¡ay! cada vez es más díficil.
Para colmo, ahora, las películas
aprendieron a burlarlo en las escenas.
Ni siquiera las peores catástrofes...
los miles de cadáveres son una rutina.
No te asombres, vos lo conocés, es el asombro.
Inmóvil, casi escondido, siempre a la espera.
Tal vez quiere destruir el sentido
y descartar la sorpresa fácil.
Es cierto, no tiene muchos amigos,
o lo confunden con cualquiera.
Aunque entre los niños, los juegos,
él recupera al menos su mirada.
También durante las noches
al oír rezar en los asilos.
Claro que no está nunca en ningún lugar,
imposible, late en todos.
Y apenas pide unos instantes,
pero ¡ay! cada vez es más díficil.
Para colmo, ahora, las películas
aprendieron a burlarlo en las escenas.
Ni siquiera las peores catástrofes...
los miles de cadáveres son una rutina.
No te asombres, vos lo conocés, es el asombro.
EXCRITURA DE GIRRI
Todo lo que es, ya se sabe, escapa.
Vórtice de aire
que agita y excede
hasta borrar sus rastros.
No lo entendió Parménides,
quiso ponerle palabras,
el candado de la lógica:
solo temía a su simple verdad.
Ni siquiera el mismo Dios...
lejano, aun no lo comprende.
Todo, esa agüita invisible
entre los dedos del instante.
Y siempre aquí y ahora:
el otro sol del vacío en su plenitud.
Todo lo que es, ya se sabe, escapa.
Vórtice de aire
que agita y excede
hasta borrar sus rastros.
No lo entendió Parménides,
quiso ponerle palabras,
el candado de la lógica:
solo temía a su simple verdad.
Ni siquiera el mismo Dios...
lejano, aun no lo comprende.
Todo, esa agüita invisible
entre los dedos del instante.
Y siempre aquí y ahora:
el otro sol del vacío en su plenitud.
viernes, 20 de abril de 2018
EXCRITURA DE BORGES
Si, al menos, pudiera saber eso
o sentirlo... un eco de tu voz.
Tantas veces la misma escena,
y la certeza del fracaso.
Pero no pierdo la esperanza,
aun salgo al patio abierto,
miro tranquilo el cielo,
detrás de todas esas nubes...
Quiero imaginar a tu rostro,
que me perdonás otra vez.
Después ya cierro los ojos:
¿en qué tiempo sucede la lluvia?
Si, al menos, pudiera saber eso
o sentirlo... un eco de tu voz.
Tantas veces la misma escena,
y la certeza del fracaso.
Pero no pierdo la esperanza,
aun salgo al patio abierto,
miro tranquilo el cielo,
detrás de todas esas nubes...
Quiero imaginar a tu rostro,
que me perdonás otra vez.
Después ya cierro los ojos:
¿en qué tiempo sucede la lluvia?
EXCRITURA DISTRAIDA DE UN ZOMBIE
Ya no sabe ni siquiera la hora,
dónde, se despierta.
La luz, una resto de pesadilla
o aun peor,
un sueño de color rosa.
Pero siempre es la pieza,
esa lamparita sucia.
Solo dura un par de minutos,
buscar el pantalón,
las zapatillas
y salir a ver el patio.
Por suerte, nada nuevo,
los perros ladran,
los vecinos ¿la televisión?
A veces tiembla un pajarito,
no lo quiere oír.
Mejor algo de Hendrix,
que estallen hasta los árboles.
Después recupera el orden:
no pensar y las botellas,
y con las pastillas olvida el reloj.
Ya no sabe ni siquiera la hora,
dónde, se despierta.
La luz, una resto de pesadilla
o aun peor,
un sueño de color rosa.
Pero siempre es la pieza,
esa lamparita sucia.
Solo dura un par de minutos,
buscar el pantalón,
las zapatillas
y salir a ver el patio.
Por suerte, nada nuevo,
los perros ladran,
los vecinos ¿la televisión?
A veces tiembla un pajarito,
no lo quiere oír.
Mejor algo de Hendrix,
que estallen hasta los árboles.
Después recupera el orden:
no pensar y las botellas,
y con las pastillas olvida el reloj.
EXCRITURA DE HÉCTOR VIEL TEMPERLEY
¿Quién otro corre hacia el gran mar?
Me destrozaron las piernas,
los brazos,
los ojos.
¿Dónde brillará su única espuma?
La arena ya es un engaño,
un abismo,
el odio.
¿Por qué es negro el sol del cielo?
Me encerraron la palabra,
sus súplicas,
el aullido.
¿Cuándo nació la agonía de la brisa?
Los médanos de la furia,
las gaviotas asesinas,,
los llantos.
¿Algún día nadaremos con los ángeles?
¿Quién otro corre hacia el gran mar?
Me destrozaron las piernas,
los brazos,
los ojos.
¿Dónde brillará su única espuma?
La arena ya es un engaño,
un abismo,
el odio.
¿Por qué es negro el sol del cielo?
Me encerraron la palabra,
sus súplicas,
el aullido.
¿Cuándo nació la agonía de la brisa?
Los médanos de la furia,
las gaviotas asesinas,,
los llantos.
¿Algún día nadaremos con los ángeles?
EXCRITURA DE HÖLDERDLIN
En la rotonda de San Justo,
debajo del puente,
un alambre cubre las paredes:
nadie puede escribir.
Todos caminan apurados,
temerosos, lejanos, mudos;
muchos colectivos
y autos y autos y autos.
A veces algún perro,
su refugio contra el frío.
Solo yuyitos tristes,
baldosas sucias, silencio,
almas sin un sueño:
el olvido de los dioses.
Quizás ese pasaje,
ya nos anuncie el infierno
o todavía peor: la nada.
Yo trato de evitarlo,
aunque no hay escapatoria.
Lo sé, algo me lo dice:
por allí nunca pasa Hölderlin.
En la rotonda de San Justo,
debajo del puente,
un alambre cubre las paredes:
nadie puede escribir.
Todos caminan apurados,
temerosos, lejanos, mudos;
muchos colectivos
y autos y autos y autos.
A veces algún perro,
su refugio contra el frío.
Solo yuyitos tristes,
baldosas sucias, silencio,
almas sin un sueño:
el olvido de los dioses.
Quizás ese pasaje,
ya nos anuncie el infierno
o todavía peor: la nada.
Yo trato de evitarlo,
aunque no hay escapatoria.
Lo sé, algo me lo dice:
por allí nunca pasa Hölderlin.
jueves, 19 de abril de 2018
EXCRITURA DE JORGE ALEMÁN
No tentarse con el último celular
(bidet incluido),
tampoco el perfume de moda,
ese traje italiano,
las vacaciones
(nenes baratos en la India),
el desodorante
o la toallita infalible,
el auto sin ruedas,
la luna de la televisión.
No creer en las cuotas del goce,
su amor sin intereses,
tampoco en la rabia,
el odio del alma.
Ser un santo
o un idiota: al menos intentar vivir.
No tentarse con el último celular
(bidet incluido),
tampoco el perfume de moda,
ese traje italiano,
las vacaciones
(nenes baratos en la India),
el desodorante
o la toallita infalible,
el auto sin ruedas,
la luna de la televisión.
No creer en las cuotas del goce,
su amor sin intereses,
tampoco en la rabia,
el odio del alma.
Ser un santo
o un idiota: al menos intentar vivir.
EXCRITURA DE OTRAS VIDAS PARALELAS
Derrotados, somos la puta y el poeta del barrio.
Vivías al lado de casa;
apenas una pared.
Vos paseabas en bicicleta;
yo jugaba a la pelota.
Vos eras la más hermosa;
yo leía a Pablo Neruda.
Vos bailabas en Corrientes;
yo recitaba en un bar.
Vos disfrutaste los regalitos;
yo publiqué mis versos
Vos te hiciste varias cirugías;
yo tengo el pelo blanco.
Vos, ahora, vivís encerrada;
yo bajo todas las persianas
Todavía somos vecinos,
ya pasaron los años.
Pero aun nos queda toda una vida por delante, no ésta.
Derrotados, somos la puta y el poeta del barrio.
Vivías al lado de casa;
apenas una pared.
Vos paseabas en bicicleta;
yo jugaba a la pelota.
Vos eras la más hermosa;
yo leía a Pablo Neruda.
Vos bailabas en Corrientes;
yo recitaba en un bar.
Vos disfrutaste los regalitos;
yo publiqué mis versos
Vos te hiciste varias cirugías;
yo tengo el pelo blanco.
Vos, ahora, vivís encerrada;
yo bajo todas las persianas
Todavía somos vecinos,
ya pasaron los años.
Pero aun nos queda toda una vida por delante, no ésta.
EXCRITURA DE MARIO TREJO
Ya enfermo de los países y sus alrededores,
y sus rápidos hoteles.
Luego de la espera
y la prisa.
Luego de la violencia
y el amparo.
El alcohol nocturno de las caricias,
tantos malentendidos.
Luego de huirme
y ver mi cara.
Luego del ser solo
y cierta vez...
Al cabo del hacha del tiempo, su obstinación,
solo estas pocas palabras.
Ya enfermo de los países y sus alrededores,
y sus rápidos hoteles.
Luego de la espera
y la prisa.
Luego de la violencia
y el amparo.
El alcohol nocturno de las caricias,
tantos malentendidos.
Luego de huirme
y ver mi cara.
Luego del ser solo
y cierta vez...
Al cabo del hacha del tiempo, su obstinación,
solo estas pocas palabras.
miércoles, 18 de abril de 2018
EXCRITURA DE SPINETTA
El hielo cubre a las ciudades
y no se puede perforar.
Todos disimulan el frío,
ni preguntan por el sol.
Blanca cada plaza,
los árboles, sus amores.
A veces algún niño,
quiere recuperar el llanto;
pero tanto silencio,
rápido, borra la inocencia.
Tiritan las memorias,
el olvido de sus libros.
Claro que no es el fin
o tampoco importa.
¿Qué congeló tu canción?,
ya nadie escucha rezar al cielo.
El hielo cubre a las ciudades
y no se puede perforar.
Todos disimulan el frío,
ni preguntan por el sol.
Blanca cada plaza,
los árboles, sus amores.
A veces algún niño,
quiere recuperar el llanto;
pero tanto silencio,
rápido, borra la inocencia.
Tiritan las memorias,
el olvido de sus libros.
Claro que no es el fin
o tampoco importa.
¿Qué congeló tu canción?,
ya nadie escucha rezar al cielo.
martes, 17 de abril de 2018
EXCRITURA DE LA SABIDURÍA DE LAS PLAZAS
No es nada fácil tratar de comprender a Georgio Colli
en la placita del barrio;
muchos pibes, y gritan, distraen;
no les importa la sabiduría de los griegos.
Para colmo su análisis de la lógica de Gorgias,
apenas fragmentos casi absurdos.
Pero este sol es tan agradable,
casi indiferente a la brisa fría del otoño.
Por eso me esfuerzo, lo intento
y vuelvo a releer, una vez más, la misma página.
Lástima que justo dos se pelean,
discuten enfurecidos, con gestos violentos,
aunque todo se arregla fácil..
una moneda decide quién sube primero al tobogán.
Entonces ya puedo cerrar el libro:
así es lo que es y no lo que no es: ya aprendí la lección.
No es nada fácil tratar de comprender a Georgio Colli
en la placita del barrio;
muchos pibes, y gritan, distraen;
no les importa la sabiduría de los griegos.
Para colmo su análisis de la lógica de Gorgias,
apenas fragmentos casi absurdos.
Pero este sol es tan agradable,
casi indiferente a la brisa fría del otoño.
Por eso me esfuerzo, lo intento
y vuelvo a releer, una vez más, la misma página.
Lástima que justo dos se pelean,
discuten enfurecidos, con gestos violentos,
aunque todo se arregla fácil..
una moneda decide quién sube primero al tobogán.
Entonces ya puedo cerrar el libro:
así es lo que es y no lo que no es: ya aprendí la lección.
EXCRITURA DE VINICIUS DE MORAES
Un gemido de flor, mi patria.
Caminos desolados,
sed,
playas blancas,
montes íntimos y dulces.
Y tanta triste alegría,
apenas esperanza.
Yo quisiera llamarte alondra,
ternura,
perdume de cabellos,
hambre.
Y tanta danza soñada,
apenas ilusión.
Mi patria, semilla de saudades.
Un gemido de flor, mi patria.
Caminos desolados,
sed,
playas blancas,
montes íntimos y dulces.
Y tanta triste alegría,
apenas esperanza.
Yo quisiera llamarte alondra,
ternura,
perdume de cabellos,
hambre.
Y tanta danza soñada,
apenas ilusión.
Mi patria, semilla de saudades.
lunes, 16 de abril de 2018
EXCRITURA DE MARIANNE MOORE
No son , Carlitos, las cosas mismas;
son ideas.
El hipopótamo que trepa, pesado,
a la orilla.
La cáscara dura del coco
o la piel
casi inmortal, del elefante.
Una lengua
para las huellas, peludas.
¿Será la piel
más frágil que la falsa belleza?
Ese tronco,
viejo, del árbol que perdió la raíz.
Solo observaciones,
datos del sentido sin el sentido.
No son, nunca,
las cosas ni tampoco las ideas mismas,
solo es ver y no ver.
No son , Carlitos, las cosas mismas;
son ideas.
El hipopótamo que trepa, pesado,
a la orilla.
La cáscara dura del coco
o la piel
casi inmortal, del elefante.
Una lengua
para las huellas, peludas.
¿Será la piel
más frágil que la falsa belleza?
Ese tronco,
viejo, del árbol que perdió la raíz.
Solo observaciones,
datos del sentido sin el sentido.
No son, nunca,
las cosas ni tampoco las ideas mismas,
solo es ver y no ver.
EXCRITURA DE LEONORA CARRINGTON
Debo aclarar que mis sentidos han sido destruidos por la edad,
ya tengo noventa y nueve años.
También mi madre se está poniendo vieja,
pronto cumple los ciento veinte.
Pero aun mi largo y oscuro cabello es suave,
soy bella como el andar de un gato.
A veces recuerdo un patio limpio y hermoso, aun lo veo,
la sirvienta con sus niños hambrientos.
Aprendí que los valores son de lo más extraño,
cambian tan rápido que nadie se entera.
Algún día encontraré la forma de salir de aquí,
lo sabré por la nieve, los cerezos...
Ahora, alrededor, el bosque está lleno de anémonas silvestres,
y hay tantas palabras, y todas significan algo.
Debo aclarar que mis sentidos han sido destruidos por la edad,
ya tengo noventa y nueve años.
También mi madre se está poniendo vieja,
pronto cumple los ciento veinte.
Pero aun mi largo y oscuro cabello es suave,
soy bella como el andar de un gato.
A veces recuerdo un patio limpio y hermoso, aun lo veo,
la sirvienta con sus niños hambrientos.
Aprendí que los valores son de lo más extraño,
cambian tan rápido que nadie se entera.
Algún día encontraré la forma de salir de aquí,
lo sabré por la nieve, los cerezos...
Ahora, alrededor, el bosque está lleno de anémonas silvestres,
y hay tantas palabras, y todas significan algo.
EXCRITURA DE LORCA
La antigua voz, ¿está aquí bebiendo a mi sangre?
Ya no pregunto ni deseo,
quemás mi lengua:
la luna es una castigo.
Alguien detuvo todos los trenes;
los barcos, sin orillas.
Solo veo perros rabiosos en el viento,
árboles de ramas heridas;
nadie puede saltar ni sonreír,
los escombros son relojes.
Derretido, el sol
con la agonía en los ojos.
Al menos quiero llorar un niño;
voz de hojalata, quiero mi libertad, mi amor humano.
La antigua voz, ¿está aquí bebiendo a mi sangre?
Ya no pregunto ni deseo,
quemás mi lengua:
la luna es una castigo.
Alguien detuvo todos los trenes;
los barcos, sin orillas.
Solo veo perros rabiosos en el viento,
árboles de ramas heridas;
nadie puede saltar ni sonreír,
los escombros son relojes.
Derretido, el sol
con la agonía en los ojos.
Al menos quiero llorar un niño;
voz de hojalata, quiero mi libertad, mi amor humano.
domingo, 15 de abril de 2018
EXCRITURA DEL VOMITADOR
Ahora cualquier cosa le provoca vomitos, y negros:
los comentarios en la verdulería,
las inútiles señales de tránsito,
el gendarme gentil en cada esquina,
las madres que gritan a sus hijos,
la portada de los diarios,
tanta redundancia de lugares comunes,
las zapatillas de moda,
los alambres de púas en las casas del barrio,
esos versos que no puede escribir,
el rostro estúpido en el espejo, el suyo...
hasta los niños al salir del jardín.
Claro que no hay ningún remedio,
pero al menos por ahora resiste: vomita en soledad.
Ahora cualquier cosa le provoca vomitos, y negros:
los comentarios en la verdulería,
las inútiles señales de tránsito,
el gendarme gentil en cada esquina,
las madres que gritan a sus hijos,
la portada de los diarios,
tanta redundancia de lugares comunes,
las zapatillas de moda,
los alambres de púas en las casas del barrio,
esos versos que no puede escribir,
el rostro estúpido en el espejo, el suyo...
hasta los niños al salir del jardín.
Claro que no hay ningún remedio,
pero al menos por ahora resiste: vomita en soledad.
EXCRITURA DE EUGENIO MONTALE
Durante mis primerísimos años, una primavera,
con mi padres visitamos a un tío extraño,
lejano, un apartado del mundo.
No puedo recordar su rostro,
tampoco el motivo del encuentro;
quizás un negocio o una simple distracción,
que los chicos conocieran el campo,
dejarlos correr sin vigilancia.
Después no supe más, nunca pregunté.
Era un campo despojado, ni siquiera un caballo,
pero en un galpón sucio tenía un loro.
A mi hermano le dio miedo,
prefirió cansarse entre los pastos
Y charlé con él muchas horas:
enigmático, sorprendente, muy simpático.
También nos mirábamos a los ojos
casi como si fuéramos amigos...
Creo que se llamaba Chorlito o Chicholín.
Ya ha pasado mucho tiempo en la vida
y aun no olvido ese momento;
esas palabras con plumas y colores,
muchas veces, demasiadas, me salvan del silencio.
Durante mis primerísimos años, una primavera,
con mi padres visitamos a un tío extraño,
lejano, un apartado del mundo.
No puedo recordar su rostro,
tampoco el motivo del encuentro;
quizás un negocio o una simple distracción,
que los chicos conocieran el campo,
dejarlos correr sin vigilancia.
Después no supe más, nunca pregunté.
Era un campo despojado, ni siquiera un caballo,
pero en un galpón sucio tenía un loro.
A mi hermano le dio miedo,
prefirió cansarse entre los pastos
Y charlé con él muchas horas:
enigmático, sorprendente, muy simpático.
También nos mirábamos a los ojos
casi como si fuéramos amigos...
Creo que se llamaba Chorlito o Chicholín.
Ya ha pasado mucho tiempo en la vida
y aun no olvido ese momento;
esas palabras con plumas y colores,
muchas veces, demasiadas, me salvan del silencio.
sábado, 14 de abril de 2018
viernes, 13 de abril de 2018
EXCRITURA DE ODISEO ELYTIS
Para los que viven con odio y con sangre;
los árboles arrebatos por el viento,
las aguas turbias,
la nieve despiadada,
los frutos sin sus semillas,
el silencio de las montañas,
las nubes de los aullidos
el miedo del camino,
así hasta llegar el pozo sin fondo,
cuando caen en la cruz de la desesperanza.
Para los que viven con odio y con sangre;
los árboles arrebatos por el viento,
las aguas turbias,
la nieve despiadada,
los frutos sin sus semillas,
el silencio de las montañas,
las nubes de los aullidos
el miedo del camino,
así hasta llegar el pozo sin fondo,
cuando caen en la cruz de la desesperanza.
EXCRITURA DE RAÚL GONZALEZ TUÑÓN
Después que me habló de un tal Kant
le eché cocaína en el vaso.
Mi generación está perdida, o peor:
nuestra tristeza es de hierro.
Yo solo me río y a veces sobrevivo,
y nunca ando con un reloj.
Pero ella aun no cae del cielo,
su alma tiene un slogan.
Sin darse cuenta mata mariposas,
cuando quiere ser inteligente.
Al menos frecuenta este bar de rabiosos,
en una de esas se saca el corpiño.
A mi el tiempo no me apura,
sé que a la madrugada ocurren los milagros.
Después que me habló de un tal Kant
le eché cocaína en el vaso.
Mi generación está perdida, o peor:
nuestra tristeza es de hierro.
Yo solo me río y a veces sobrevivo,
y nunca ando con un reloj.
Pero ella aun no cae del cielo,
su alma tiene un slogan.
Sin darse cuenta mata mariposas,
cuando quiere ser inteligente.
Al menos frecuenta este bar de rabiosos,
en una de esas se saca el corpiño.
A mi el tiempo no me apura,
sé que a la madrugada ocurren los milagros.
EXCRITURA PARA EPICURO
No niego que fuiste una persona honesta,
y además, agradable, tolerante, valiente;
pero si no le temo a los dioses
ni a las fatalidades del destino,
y creo que es fácil lo bueno,
al igual que soportar lo malo;
perdoná, Epicuro, pero me sentiría raro,
casi te diría como un flor de boludo...¿feliz?
No niego que fuiste una persona honesta,
y además, agradable, tolerante, valiente;
pero si no le temo a los dioses
ni a las fatalidades del destino,
y creo que es fácil lo bueno,
al igual que soportar lo malo;
perdoná, Epicuro, pero me sentiría raro,
casi te diría como un flor de boludo...¿feliz?
EXCRITURA DEL PERO
Siempre aparece el maldito pero,
ante lo que sea;
una sonrisa encantada
o un llanto roto,
la grandeza del sol
o la melancolía lluviosa.
No se lo puede evitar,
casi una condena:
soberbio frente al sí,
temoroso al negar;
casi como si fuera ajeno...
Pero ahí está -¿lo ves?-, nunca falla.
Siempre aparece el maldito pero,
ante lo que sea;
una sonrisa encantada
o un llanto roto,
la grandeza del sol
o la melancolía lluviosa.
No se lo puede evitar,
casi una condena:
soberbio frente al sí,
temoroso al negar;
casi como si fuera ajeno...
Pero ahí está -¿lo ves?-, nunca falla.
jueves, 12 de abril de 2018
EXCRITURA DEL HUMO
Y si vendiera a todos mis libros,
digamos, cada uno a 50 pesos.
quizás podría comprar cigarros
durante un par de años, o casi.
No lo prohibe ninguna ley,
al menos por ahora.
Ni hablar si agrego la tele;
hasta tres atados por día.
Así, mientras tanto, tranquilo,
acaso logre pensar en algo.
Claro que nada me garantiza
la estabilidad de los precios;
aunque mucho peor es lo otro:
el mismo humo sin las cenizas.
Solo falta tomar la decisión...
total, la comida apenas es un detalle.
Y si vendiera a todos mis libros,
digamos, cada uno a 50 pesos.
quizás podría comprar cigarros
durante un par de años, o casi.
No lo prohibe ninguna ley,
al menos por ahora.
Ni hablar si agrego la tele;
hasta tres atados por día.
Así, mientras tanto, tranquilo,
acaso logre pensar en algo.
Claro que nada me garantiza
la estabilidad de los precios;
aunque mucho peor es lo otro:
el mismo humo sin las cenizas.
Solo falta tomar la decisión...
total, la comida apenas es un detalle.
miércoles, 11 de abril de 2018
EXCRITURA DE LA CORDURA
Es rarísimo que pase un solo día
sin pensar un poco en ellos;
aunque solo estuve unas semanas,
de golpe, por cualquier motivo:
sus miradas rotas y sin fondo,
algún grito rabioso a la enfermera,
terror y pureza, sin palabras.
No es que lo pienso, están ahí;
por lo general en el patio,
perdidos a la sombra de un banco
con esos mates lavados y fríos,
largas horas esperando al cigarrillo.
Así se dividen el tiempo,
esa ansiedad y el humo efímero
y la ilusión de una comida rica.
Con ellos aprendía a dar vueltas,
una tras otra y no detenerse:
sí, todo era mucho más sencillo.
El amigable Tomás tenía sesenta,
más de la mitad internado;
me dijo que peor era el Borda,
que escribió más de mil poemas,
no sabe por donde andarán;
él todavía escucha esas voces,
igual que su padre, desde chico,
pero ríe con sus tres o cuatro dientes.
Raro, en cualquiera lugar, tan lejos...
ni un día, aun no entiendo la cordura.
Es rarísimo que pase un solo día
sin pensar un poco en ellos;
aunque solo estuve unas semanas,
de golpe, por cualquier motivo:
sus miradas rotas y sin fondo,
algún grito rabioso a la enfermera,
terror y pureza, sin palabras.
No es que lo pienso, están ahí;
por lo general en el patio,
perdidos a la sombra de un banco
con esos mates lavados y fríos,
largas horas esperando al cigarrillo.
Así se dividen el tiempo,
esa ansiedad y el humo efímero
y la ilusión de una comida rica.
Con ellos aprendía a dar vueltas,
una tras otra y no detenerse:
sí, todo era mucho más sencillo.
El amigable Tomás tenía sesenta,
más de la mitad internado;
me dijo que peor era el Borda,
que escribió más de mil poemas,
no sabe por donde andarán;
él todavía escucha esas voces,
igual que su padre, desde chico,
pero ríe con sus tres o cuatro dientes.
Raro, en cualquiera lugar, tan lejos...
ni un día, aun no entiendo la cordura.
EXCRITURA DEL PRESENTE
A veces el presente es demasiado largo;
los taxis lentos por la avenida,
la vidriera absurda de una santería,
paredes sepultada por afiches,
un perro que escarba, inútil, la basura,
ese viejo con su café en el bar,
una nena junto a una maceta seca,
la fila, interminable, para entrar al cajero,
el mendigo dormido a la sombra,
mucha humedad solitaria en las piernas,
otra vez esa frase en la cabeza,
el cielo que olvida su color,
un diario abandonado en el colectivo.
No pasa nada, tan insoportable, pero pasa.
A veces el presente es demasiado largo;
los taxis lentos por la avenida,
la vidriera absurda de una santería,
paredes sepultada por afiches,
un perro que escarba, inútil, la basura,
ese viejo con su café en el bar,
una nena junto a una maceta seca,
la fila, interminable, para entrar al cajero,
el mendigo dormido a la sombra,
mucha humedad solitaria en las piernas,
otra vez esa frase en la cabeza,
el cielo que olvida su color,
un diario abandonado en el colectivo.
No pasa nada, tan insoportable, pero pasa.
martes, 10 de abril de 2018
EXCRITURA DE SAER
Un tronco seco que está por morir,
las cenizas frías,
ya ciego.
No soporto el cómodo sillón,
las manos ajenas,
su vaso dorado.
Ando con los pies desnudos,
la casa es eterna
y el invierno.
El llanto en los pasillos oscuros,
pero veo estrellas,
el balcón.
Todavía no despierto del sueño vacío.
Un tronco seco que está por morir,
las cenizas frías,
ya ciego.
No soporto el cómodo sillón,
las manos ajenas,
su vaso dorado.
Ando con los pies desnudos,
la casa es eterna
y el invierno.
El llanto en los pasillos oscuros,
pero veo estrellas,
el balcón.
Todavía no despierto del sueño vacío.
lunes, 9 de abril de 2018
EXCRITURA DE YVES BONNEFOY
El cielo, rápido, se extingue en el charco seco;
ninguna realidad es tan evidente,
el sol olvidó la breve lluvia de verano.
Tampoco, inevitable, permanece la tarde;
los frutos caen, se pudren, solitarios.
Pero algo ha perturbado a mis sentidos,
este alrededor al borde del tiempo,
las sombras lentas de las lejanas arboledas
o el canto que despide a un pájaro.
Aunque solo es un simple paseo,
mientras mis pasos ya reconocen el retorno
y apenas distingo si aun existo en este camino.
El cielo, rápido, se extingue en el charco seco;
ninguna realidad es tan evidente,
el sol olvidó la breve lluvia de verano.
Tampoco, inevitable, permanece la tarde;
los frutos caen, se pudren, solitarios.
Pero algo ha perturbado a mis sentidos,
este alrededor al borde del tiempo,
las sombras lentas de las lejanas arboledas
o el canto que despide a un pájaro.
Aunque solo es un simple paseo,
mientras mis pasos ya reconocen el retorno
y apenas distingo si aun existo en este camino.
EXCRITURA DE LA FELICIDAD
Por un rato vamos a olvidarnos de la realidad,
del infierno de Sartre y sus variantes,
esa espina justo en la planta del pie
que duele la eternidad del alma.
Vamos a intentar con el otro;
no digo un gran festejo,
pero al menos una mirada,
como si fuera un detalle de Dios.
Veamos, por ejemplo, los caniches en el exilio:
¡cómo saltan, lo besan, y la risa del Viejo!,
nunca se cansan de jugar...
Resulta más fácil de lo que se cree,
digo, que seamos felices de verdad por un ratito.
Por un rato vamos a olvidarnos de la realidad,
del infierno de Sartre y sus variantes,
esa espina justo en la planta del pie
que duele la eternidad del alma.
Vamos a intentar con el otro;
no digo un gran festejo,
pero al menos una mirada,
como si fuera un detalle de Dios.
Veamos, por ejemplo, los caniches en el exilio:
¡cómo saltan, lo besan, y la risa del Viejo!,
nunca se cansan de jugar...
Resulta más fácil de lo que se cree,
digo, que seamos felices de verdad por un ratito.
domingo, 8 de abril de 2018
EXCRITURA DEL KUARAY
Anda muy cansado el antiguo Kuaray.
Paciencia nunca le faltó,
esperó y esperó muchos siglos;
pero después de tanto trabajo,
cuando quiso ser la luz...
¿Para qué engendró la humanidad?
Ni su padre le responde
al asomarse a la tanta miseria.
Sin la compañía de su madre,
solo, se consuela con las palmeras,
los animales salvajes, el azúcar.
Al menos descansa si está nublado;
esconde su llanto y su vergüenza.
Anda cansado, pero pronto será olvido.
Anda muy cansado el antiguo Kuaray.
Paciencia nunca le faltó,
esperó y esperó muchos siglos;
pero después de tanto trabajo,
cuando quiso ser la luz...
¿Para qué engendró la humanidad?
Ni su padre le responde
al asomarse a la tanta miseria.
Sin la compañía de su madre,
solo, se consuela con las palmeras,
los animales salvajes, el azúcar.
Al menos descansa si está nublado;
esconde su llanto y su vergüenza.
Anda cansado, pero pronto será olvido.
sábado, 7 de abril de 2018
EXCRITURA DE SILVIO MATTONI
La luz acaricia las hojas del paraíso,
pero la mirada es de otro.
¿Podré ser esa tenue trivialidad,
el encanto de una metamorfosis?
Falta poco para que llegue la tarde;
aunque insisten las preguntas,
tantos años en este mismo cuerpo.
Sé que lo importante es la vida,
ese niño dios, cuya única gloria,
gratuita, solo es el juego con el mundo.
La luz acaricia las hojas del paraíso,
pero la mirada es de otro.
¿Podré ser esa tenue trivialidad,
el encanto de una metamorfosis?
Falta poco para que llegue la tarde;
aunque insisten las preguntas,
tantos años en este mismo cuerpo.
Sé que lo importante es la vida,
ese niño dios, cuya única gloria,
gratuita, solo es el juego con el mundo.
viernes, 6 de abril de 2018
EXCRITURA DE LOS ZÓCALOS DE LA TV
El presidente de Malasia disolvió todos los secretos,
Doña Chela se quebró la cadera, otra vez,
nuevo celular con bidet,
bombardean a la ciudad de los niños,
alerta: por primera vez besó a su amada sin asco;
festejos por el hambre en África,
un automóvil insultó y agredió a su dueño,
larga agonía de la imaginación,
un gliptodonte jubilado vomito a un gorrión de fuego.
El presidente de Malasia disolvió todos los secretos,
Doña Chela se quebró la cadera, otra vez,
nuevo celular con bidet,
bombardean a la ciudad de los niños,
alerta: por primera vez besó a su amada sin asco;
festejos por el hambre en África,
un automóvil insultó y agredió a su dueño,
larga agonía de la imaginación,
un gliptodonte jubilado vomito a un gorrión de fuego.
EXCRITURA DE UNA UVA
No sé para qué salí al jardín,
ahora me arrepiento;
es que, sin aviso, de golpe
vi la agonía de una uva.
Sola, en lo frío del pasto,
lejos de todo consuelo:
apenas su pellejo, mudo;
y alrededor, un vacío
que anuncia la naturaleza.
A pesar de las palabras,
su adiós ya es mi destino.
No sé porqué necesito su sabor.
No sé para qué salí al jardín,
ahora me arrepiento;
es que, sin aviso, de golpe
vi la agonía de una uva.
Sola, en lo frío del pasto,
lejos de todo consuelo:
apenas su pellejo, mudo;
y alrededor, un vacío
que anuncia la naturaleza.
A pesar de las palabras,
su adiós ya es mi destino.
No sé porqué necesito su sabor.
EXCRITURA DE CAMUS
Durante un largo, muy largo tiempo creí en tu libertad,
ese sacrifico gratuito del existir.
Lástima que ya no puedo sonreír como Sísifo,
al fin perdí y para siempre
la fuerza para levantar una piedra y caer...
De todos modos, no me quejo,
sé que son fatales las burlas de los dioses.
Pero vos, Camus, confundiste al absurdo con ideas vanas.
Durante un largo, muy largo tiempo creí en tu libertad,
ese sacrifico gratuito del existir.
Lástima que ya no puedo sonreír como Sísifo,
al fin perdí y para siempre
la fuerza para levantar una piedra y caer...
De todos modos, no me quejo,
sé que son fatales las burlas de los dioses.
Pero vos, Camus, confundiste al absurdo con ideas vanas.
EXCRITURA DEL CURURÚ
Solitos en la agonía de tanto frío,
los únicos sobrevivientes
después de la gran catástrofe.
¿Dónde está el Cururú?
Los niños aun quieren crecer,
sentir su fuego salvador
para volver a asar a los peces.
¿Dónde está el Cururú?
Ellos creen en la antigua leyenda
andan entre pestes y ruinas
hasta encontrar el nuevo mundo.
Ay, el Cururú ya abandonó la tierra
Solitos en la agonía de tanto frío,
los únicos sobrevivientes
después de la gran catástrofe.
¿Dónde está el Cururú?
Los niños aun quieren crecer,
sentir su fuego salvador
para volver a asar a los peces.
¿Dónde está el Cururú?
Ellos creen en la antigua leyenda
andan entre pestes y ruinas
hasta encontrar el nuevo mundo.
Ay, el Cururú ya abandonó la tierra
jueves, 5 de abril de 2018
EXCRITURA DE ALVARO DE CAMPOS
Nunca hice de mí lo único que podía hacer: nada.
Algunos centenares de versos,
felices, infelices...inútiles.
Acá, sobre esta mesa,
junto a la compañía del cigarro.
Me puse una máscara sin piolines,
cualquiera, y me aleja de la vida.
Igual todo se termina, ¿no?,
también mi única ventana,
la calle que empuja a los otros,
la resignación de esta tarde,
mis patéticas ilusiones,
el solo de estar solo,
acá, indiscreto entre los objetos.
Mi conciencia no miente,
así que me levanto
y el cristal me diluye en el alrededor,
o me encierro otra vez
y ni siquiera sé dónde estoy.
Pero el dueño del kiosco se asoma a la puerta,
me saluda con la mano abierta,
fuma, tan tranquilo,
quizás los dos somos el mismo humo,
entonces escribo una palabra
y el universo se reconstruye con su triste esperanza.
Nunca hice de mí lo único que podía hacer: nada.
Algunos centenares de versos,
felices, infelices...inútiles.
Acá, sobre esta mesa,
junto a la compañía del cigarro.
Me puse una máscara sin piolines,
cualquiera, y me aleja de la vida.
Igual todo se termina, ¿no?,
también mi única ventana,
la calle que empuja a los otros,
la resignación de esta tarde,
mis patéticas ilusiones,
el solo de estar solo,
acá, indiscreto entre los objetos.
Mi conciencia no miente,
así que me levanto
y el cristal me diluye en el alrededor,
o me encierro otra vez
y ni siquiera sé dónde estoy.
Pero el dueño del kiosco se asoma a la puerta,
me saluda con la mano abierta,
fuma, tan tranquilo,
quizás los dos somos el mismo humo,
entonces escribo una palabra
y el universo se reconstruye con su triste esperanza.
EXCRITURA DEL DERROTADO
Dígame, ¿en dónde me duele este país?
El médico no dijo nada,
solo me miró.
Me acosté en una camilla
y reviso mi pecho
y mi estómago
y mis piernas cansadas
y mis ojos.
Todo estaba en orden,
mi cuerpo perfecto.
Antes de despedirme con una sonrisa,
algo perturbado,
dijo que debía estar tranquilo,
distraerme,
a veces son puras fantasías;
además, no necesitaba remedios;
Yo me acomodé la ropa
y entonces volví a preguntar:
¿cuánto tiempo más me queda de vida?
Dígame, ¿en dónde me duele este país?
El médico no dijo nada,
solo me miró.
Me acosté en una camilla
y reviso mi pecho
y mi estómago
y mis piernas cansadas
y mis ojos.
Todo estaba en orden,
mi cuerpo perfecto.
Antes de despedirme con una sonrisa,
algo perturbado,
dijo que debía estar tranquilo,
distraerme,
a veces son puras fantasías;
además, no necesitaba remedios;
Yo me acomodé la ropa
y entonces volví a preguntar:
¿cuánto tiempo más me queda de vida?
EXCRITURA DEL CONSERVADOR REVOLUCIONARIO
Yo extraño a los colectivos, los de antes,
ruidosos, calurosos, dramáticos...
ni hablar de los subtes.
También a los fósforos y las velas,
y escuchar el nuevo del Flaco;
solo, a la noche del jardín.
dormirme así, soñar.
¿Todavía en algún bar, dudoso,
hay tipos que discuten el viaje a la luna?
No sé nada de este tiempo,
hace años que se me rompió el reloj.
Aunque todos los días son distintos,
o eso es lo que dicen...
Yo extraño a mis muertos.
Así que mejor unos mates amargos
y mirar por la ventana, muy lejos, el futuro.
Yo extraño a los colectivos, los de antes,
ruidosos, calurosos, dramáticos...
ni hablar de los subtes.
También a los fósforos y las velas,
y escuchar el nuevo del Flaco;
solo, a la noche del jardín.
dormirme así, soñar.
¿Todavía en algún bar, dudoso,
hay tipos que discuten el viaje a la luna?
No sé nada de este tiempo,
hace años que se me rompió el reloj.
Aunque todos los días son distintos,
o eso es lo que dicen...
Yo extraño a mis muertos.
Así que mejor unos mates amargos
y mirar por la ventana, muy lejos, el futuro.
miércoles, 4 de abril de 2018
EXCRITURA DE LEVINAS
Siempre atrapado en su desnudez,
el rostro y su miseria.
Él suplica otra mirada,
la conciencia de su olvido.
Pero es extraño, ajeno...
si hasta niega sus rasgos.
Sea el propio o el otro,
no tiene escapatoria.
Ahí está, casi invisible,.
desnudo, atrapado siempre;
y así nos muestra a la única verdad.
Siempre atrapado en su desnudez,
el rostro y su miseria.
Él suplica otra mirada,
la conciencia de su olvido.
Pero es extraño, ajeno...
si hasta niega sus rasgos.
Sea el propio o el otro,
no tiene escapatoria.
Ahí está, casi invisible,.
desnudo, atrapado siempre;
y así nos muestra a la única verdad.
EXCRITURA DE PARMÉNIDES
Si lo que es, es, y lo que no es...
cuando aparecen los cadáveres colateras
o queman la esquina de un mendigo;
quizás debiera cambiarme los lentes.
O al distraerme con la televisión
y las imágenes gritan el odio
-igual que en las redes sociales-;
quizás lo mejor sería cerrar bien los ojos.
Aclaro, no se trata de filosofía
.menos una crítica al viejo Parménides-;
pero es tan, tan dificil;
quizá la idiotez es la gran respuesta.
O a lo mejor, la cosa es al revés
y ya los antiguos conocían esta trampa
frente al oráculo del presente;
quizás ya no es lo que es, y lo que no...es todo.
Si lo que es, es, y lo que no es...
cuando aparecen los cadáveres colateras
o queman la esquina de un mendigo;
quizás debiera cambiarme los lentes.
O al distraerme con la televisión
y las imágenes gritan el odio
-igual que en las redes sociales-;
quizás lo mejor sería cerrar bien los ojos.
Aclaro, no se trata de filosofía
.menos una crítica al viejo Parménides-;
pero es tan, tan dificil;
quizá la idiotez es la gran respuesta.
O a lo mejor, la cosa es al revés
y ya los antiguos conocían esta trampa
frente al oráculo del presente;
quizás ya no es lo que es, y lo que no...es todo.
EXCRITURA DE LEÓNIDAS LAMBORGHINI
Después de tantos años, lo mismo:
la burla del sentido.
Lo prohibido, está prohibido;
lo enfermo, enfermo...
Solo los viejos recursos del vacio
¿alguien soporta el silencio?
El nuevo solicitante, un chasco,
sus consignas descolocadas.
Basta, ya no poetizar más;
ninguna palabra viva, solo puteadas.
Después de tantos años, lo mismo:
la burla del sentido.
Lo prohibido, está prohibido;
lo enfermo, enfermo...
Solo los viejos recursos del vacio
¿alguien soporta el silencio?
El nuevo solicitante, un chasco,
sus consignas descolocadas.
Basta, ya no poetizar más;
ninguna palabra viva, solo puteadas.
martes, 3 de abril de 2018
EXCRITURA DE DIONISO
Oh, Dios de las contradicciones,
con tus bucles y tu cornamenta,
sin ninguna patria, solo la tierra.
Armonía de lo más absurdo,
la benevolencia, la crueldad,
y la pureza y el sublime éxtasis
Gracia y orgía de la sabiduría,
tan eterno como efímero,
simple ser, libre, de las cadenas.
Cantar del encanto del cantar,
alucinación exacta del deseo:
única vida de todas nuestras vidas.
Oh, Dios del cielo más imposible,
ya nadie recuerda tus virtudes,
¡Por favor, vuelve a darnos la Fe!
.
Oh, Dios de las contradicciones,
con tus bucles y tu cornamenta,
sin ninguna patria, solo la tierra.
Armonía de lo más absurdo,
la benevolencia, la crueldad,
y la pureza y el sublime éxtasis
Gracia y orgía de la sabiduría,
tan eterno como efímero,
simple ser, libre, de las cadenas.
Cantar del encanto del cantar,
alucinación exacta del deseo:
única vida de todas nuestras vidas.
Oh, Dios del cielo más imposible,
ya nadie recuerda tus virtudes,
¡Por favor, vuelve a darnos la Fe!
.
EXCRITURA DE LAS CERTEZAS
Por el a veces,
apenas,
el tanto
y el tan poco.
Ante es así,
su pelllejo
y la mueca
de los horrores.
La cucaracha,
este pucho,
el mate
y la hornalla.
Con el don
seminal,
y sus llagas,
frondosas.
Entre soles
o lluvias,
cada día
con su aliento.
Por la dicha
humana,
y frágil:
la palabra sí
Por el a veces,
apenas,
el tanto
y el tan poco.
Ante es así,
su pelllejo
y la mueca
de los horrores.
La cucaracha,
este pucho,
el mate
y la hornalla.
Con el don
seminal,
y sus llagas,
frondosas.
Entre soles
o lluvias,
cada día
con su aliento.
Por la dicha
humana,
y frágil:
la palabra sí
lunes, 2 de abril de 2018
EXCRITURA DE MALVINAS
Él sabe que aun no volvió, nunca.
En la isla de La Matanza
vigila cada movimiento
siempre con la campera verde,
incluso al mendigar...
cuando el enemigo era la limosna.
Ya no tiene más el pelo corto,
ahora se quedó pelado.
Andar sin el casco, qué pena,
ni siquiera eso...
Pero tampoco importa
solo que es mucho el frío,
y aun escucha a esas agonías,
estruendo y silencio,
el olvido de tantos cadáveres.
Dicen que pasó, mentira,
él todavía guarda los borcegos
y cuando mira al cielo,
¿dónde están los aviones?
Igual no habla con los vivos;
total, nadie lo puede entender.
Nunca volvió, vive en Villa Insuperable.
Él sabe que aun no volvió, nunca.
En la isla de La Matanza
vigila cada movimiento
siempre con la campera verde,
incluso al mendigar...
cuando el enemigo era la limosna.
Ya no tiene más el pelo corto,
ahora se quedó pelado.
Andar sin el casco, qué pena,
ni siquiera eso...
Pero tampoco importa
solo que es mucho el frío,
y aun escucha a esas agonías,
estruendo y silencio,
el olvido de tantos cadáveres.
Dicen que pasó, mentira,
él todavía guarda los borcegos
y cuando mira al cielo,
¿dónde están los aviones?
Igual no habla con los vivos;
total, nadie lo puede entender.
Nunca volvió, vive en Villa Insuperable.
EXCRITURA DE BUKOWSKY
No sé cuánto dormí,
cuando desperté ya era de noche.
Oí el teléfono,
pero llené la bañera.
Después, aburrido, atendí;
ella colgó.
El teléfono sonó otra vez,
y busqué otra cerveza.
Era solo el fin,
no valía pena un reproche;
me sequé las bolas...
ver las estúpidas noticias,
dejar que se acomodara el sillón,
solo un día muy largo.
No sé cuánto dormí,
cuando desperté ya era de noche.
Oí el teléfono,
pero llené la bañera.
Después, aburrido, atendí;
ella colgó.
El teléfono sonó otra vez,
y busqué otra cerveza.
Era solo el fin,
no valía pena un reproche;
me sequé las bolas...
ver las estúpidas noticias,
dejar que se acomodara el sillón,
solo un día muy largo.
EXCRITURA DE FRAY LUIS DE LEÓN
Apenas la vida, el alma, ¿el cuerpo y el sentido?
Los pasos sin huellas,
el camino es la caída.
Pero nada es visible,
solo la fiera muerte.
Siempre fuera de Él
o por Él: las tinieblas.
Alrededor los muros,
un fondo sin el fondo.
No se puede salir del profundo abismo, este mundo.
Apenas la vida, el alma, ¿el cuerpo y el sentido?
Los pasos sin huellas,
el camino es la caída.
Pero nada es visible,
solo la fiera muerte.
Siempre fuera de Él
o por Él: las tinieblas.
Alrededor los muros,
un fondo sin el fondo.
No se puede salir del profundo abismo, este mundo.
EXCRITURA DE MILES DAVIS
¡Dioses!, que nunca nos falten tus chillidos,
al igual que la yerba,
los cigarrillos y un árbol en la ventana.
Claro que resulta indispensable
dejar libre a la lengua adentro de la trompeta,
aunque nadie comprenda nada
o justo por eso y por la felicidad.
Es que la palabra ya es un hartazgo,
sin la garantía de tu sonido;
porque así empieza el engaño,
desde la pantalla, el miedo y sus muecas.
Pero jamás vamos a olvidar
lo que el fondo y tu salida roban al silencio,
al aspirar y escupir con fuerza
el inevitable porque sí de cualquier vida.
Por supuesto, lo sabías desde siempre
y encontraste la fórmula:
eso que puede llamarse ser latidos de la música.
¡Dioses!, que nunca nos falten tus chillidos,
al igual que la yerba,
los cigarrillos y un árbol en la ventana.
Claro que resulta indispensable
dejar libre a la lengua adentro de la trompeta,
aunque nadie comprenda nada
o justo por eso y por la felicidad.
Es que la palabra ya es un hartazgo,
sin la garantía de tu sonido;
porque así empieza el engaño,
desde la pantalla, el miedo y sus muecas.
Pero jamás vamos a olvidar
lo que el fondo y tu salida roban al silencio,
al aspirar y escupir con fuerza
el inevitable porque sí de cualquier vida.
Por supuesto, lo sabías desde siempre
y encontraste la fórmula:
eso que puede llamarse ser latidos de la música.
domingo, 1 de abril de 2018
EXCRITURA DE UN AA
A esta hora, mis compañeros,
reunidos en la mesa,
contentos o tristes,
comparten sus miserias,
aunque también ríen.
Apenas un par de horas,
todos los días, siempre.
Puedo ver sus caras:
ellos quieren vivir,
son uno solo en el dolor.
Raúl hablará de su familia,
Juan de su soledad...
Y pasarán la canastita,
tomarán mate o café.
A esta hora, yo abro otra botella.
A esta hora, mis compañeros,
reunidos en la mesa,
contentos o tristes,
comparten sus miserias,
aunque también ríen.
Apenas un par de horas,
todos los días, siempre.
Puedo ver sus caras:
ellos quieren vivir,
son uno solo en el dolor.
Raúl hablará de su familia,
Juan de su soledad...
Y pasarán la canastita,
tomarán mate o café.
A esta hora, yo abro otra botella.
EXCRITURA DEL ABANDONO
Sé que en mi casa hay ratas,
andan entre mis papeles,
suben por los cables,
rapidísimas, silenciosas.
No descubrí a su refugio
y tampoco me interesa.
Algún día serán muchas,
por todos lados, felices.
Pero todo está en orden,
no alteran mis tareas.
Quizás podemos convivir,
nadie sabe nada en esta vida.
Sé que en mi casa hay ratas,
andan entre mis papeles,
suben por los cables,
rapidísimas, silenciosas.
No descubrí a su refugio
y tampoco me interesa.
Algún día serán muchas,
por todos lados, felices.
Pero todo está en orden,
no alteran mis tareas.
Quizás podemos convivir,
nadie sabe nada en esta vida.
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