lunes, 19 de diciembre de 2016

EXCRITURA DEL REMORDIMIENTO.

Ya no se soportaba más,
y al fin rompió el castigo del espejo:
chau, y a otra cosa.

Aunque a veces lo extraña,
pero apenitas,
cuando se olvida en el mero estar.

O en esa larga espera,
desesperado por un cigarrillo,
cuando ya se aburrió de la película.

También le duele su nombre,
esa uña que sangra
siempre encarnada en cualquier otro.

Pero ya puede dormir bien,
y con suerte, cada noche
los remordimientos son las pesadillas,

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