viernes, 23 de diciembre de 2016

DEL POETA FRACASADO

Ya lo sabe, hace muchos años,
que no vendrá ese poema perfecto
o al menos digno, auténtico:
un simple mariposa en el papel.
Y casi no le duele, apenas
una sorda sensación de fracaso,
como la acidez después del fernet
o ese tren perdido por un pelo.
Claro que pasó demasiado tiempo
en vano: ilusiones, la esperanza,
un par de ojos azules en el pasado.
Pero también sabe que es así,
aunque todavía no entiende
y la resignación confunde al consuelo:
a todos les toca la misma suerte.
Por eso, ahora, enciende un cigarrillo,
mira a la ventana que lo mira,
deja que el humo olvide sus razones,
sonríe, y su mano suelta otro verso.

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