EXCRITURA DE HEMINGWAY
Acaso desesperado por nada,
cerca de la sombra del árbol de la vereda
el viejo solo y sordo
cada noche bebe su coñac.
Nadie lo quiere ver,
para los mozos es apenas un espectro.
El último cliente, siempre.
Todo lo que tiene es eso: una copa,
y ese lugar limpio y con un poco de luz.
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