EXCRITURA SEMINAL
Verdes aun, varios tomates insisten en el nacer;
solo necesitan del agua, el sol y apenas una pocas palabras.
Recién, entre las hojas acaricié su piel,
demasiado joven, tensa, sin marcas de ninguna historia.
A pesar del milagro, sentí algo de pena
o una inocencia ajena ante esa pura confianza de la vida.
Sé que pronto cambiará su color y su destino;
ya no serán una ilusión: caerán, ellos también, en la realidad.
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