ACLARACIÓN FINAL
Las excrituras han llegado a su fin, ya no volveré a sentarme frente a la pantalla para escribir lo que salía casi sin mediaciones de otros y de mí. Sé que, desde el punto de vista literario, sus logros son escasos y bastante irregulares; de todas maneras era otra -¿cuál?- la intención. Tal vez ha llegado el momento para reencontrarme con las excrituras, de volver a sentirlas y pensarlas, incluso traicionar sus principios y corregir algunas de sus líneas. O no. Por el momento, este es el final de un montón de palabras -algunas, esenciales, ausentes- nacidas de la intensidad del instante, con sus amores y sus espantos.
Gustavo Sánchez.
viernes, 27 de diciembre de 2019
jueves, 26 de diciembre de 2019
EXCRITURA DE LA MÁSCARA
Ya no puede sacarse la vieja máscara,
aunque evite los espejos,
ese infierno en cada mueca.
Demasiados años sin su rostro,
una mirada verdadera,
la sorpresa de una sonrisa.
Su desesperación solo es un piolín,
otra metáfora falsa,
la burla suicida de un poema.
Así que estalla en la palabra nadie;
pero su corazón es sordo:
su vida ni siquiera reconoce el llanto.
lunes, 16 de diciembre de 2019
EXCRITURA DE LUNES
Todos los días son lunes,
no importa el sol
o la lluvia,
tampoco la angustia.
Apenas despierta,
perdido,
la pared es la misma:
ninguna señal,
rincones,
las telas de araña,
la soledad de la lamparita.
Esa nada en el dolor,
solo zapatos tristes,
el cuerpo ajeno...
a la semana,
inútil,
el tiempo le cortó las alas.
sábado, 7 de diciembre de 2019
EXCRITURA DE EL NECRONOMICÓN V
Los Grandes Dioses de la tierra
ya fueron expulsados del cielo.
No toman decisiones,
no pronuncian juicios
Los sacrificios son inútiles,
solo carteles coloridos.
Ha desaparecido el amor,
y el aire respira odio.
Las noches vacías de noche,
los aullidos de la eternidad.
¡Tantos muertos tristes,
tantos monstruos perdidos!
Ni siquiera la ilusión del mar.
o una nube en la montaña.
Ya nadie conoce a lo sagrado:
las multitudes olvidaron el horror.
EXCRITURA DE EL NECRONOMICÓN I
Ya despertó el Dios de la ira en el mundo,
los vagabundos de la noche
no encuentran ningún amparo;
pero somos nosotros los perdidos,
el hechizo capturó los sueños,
la salvación solo es el dinero;
el amor olvido la realidad
y solo puede reinar el odio.
Nuestro Señor aceptó la derrota;
la gran serpiente con ojos de muerte,
vive en nuestros hogares:
todos los días nos seduce por la televisión.
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