VERGÜENZA DE NO SER.
Ya no encontrás ninguna mentira más,
salvo la costumbre del abandono.
Y así andás, lejos y encerrado,
dándole otra vuelta a la soledad;
ni te acordás de vestirte
o darte un ducha... ninguna.
Cerca tenés la caja de pastillas,
pero gana la cobardía y tu miseria.
Hoy va a ser igual que ayer, lo sabés,
ni siquiera estás en el fondo de la vida.
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