EXCRITURA DE HORACIO GONZÁLEZ
Es cierto, en verdad solo se trata de las formas
o el fluir enredado del relato y el pensar.
Ambiciones inalcanzables en el dolor de la memoria,
un sentimiento que no nos pertenece y excede.
El ensayo de algún juego junto a otras voces,
pasarles un trapito mojado para recuperar su brillo.
Claro que tampoco, siempre sucede lo posible;
aunque demasiadas veces no lo entiende y es feliz.
Apenas sustitutos del tiempo, lo que es
real y primero y deviene siempre en indeterminación.
Mejor intentar la tranquilidad de la conciencia:
saber que el único saber es no saber, poco o mucho.
lunes, 31 de octubre de 2016
HIPÓTESIS DE LAS EXCRITURAS
Una de las tantas conclusiones de El museo de la novela de la eterna es que las novelas -en particular las del siglo XIX, ¿o todas?- solo pueden ser un prólogo de la vida, incluyendo a la literatura que es más o menos lo mismo, acaso un poco más real.
Pero, acertada o no, a esa hipótesis sin fundamento de las excrituras le preocupa más otra cuestión, otra consecuencia inevitable y bastante obvia de sus delirios gratuitos... Si como afirma Macedonio, la muerte no existe: ¿la vida también será apenas un prólogo?
Una de las tantas conclusiones de El museo de la novela de la eterna es que las novelas -en particular las del siglo XIX, ¿o todas?- solo pueden ser un prólogo de la vida, incluyendo a la literatura que es más o menos lo mismo, acaso un poco más real.
Pero, acertada o no, a esa hipótesis sin fundamento de las excrituras le preocupa más otra cuestión, otra consecuencia inevitable y bastante obvia de sus delirios gratuitos... Si como afirma Macedonio, la muerte no existe: ¿la vida también será apenas un prólogo?
EXCRITURA INMÓVIL
Solo puchos y cenizas y botellas,
ahí, sobre la mesa,
y vueltas y vueltas en la mente;
sin moverse,
apenas una mueca,
ese viejo remordimiento,
todo el fracaso:
cada una de las paredes.
Imposible abandonar esa silla,
mejor otro cigarrillo,
contemplar sus cenizas,
otro trago dorado;
recién empieza otra día,
y en la ventana la soledad del jardín.
Solo puchos y cenizas y botellas,
ahí, sobre la mesa,
y vueltas y vueltas en la mente;
sin moverse,
apenas una mueca,
ese viejo remordimiento,
todo el fracaso:
cada una de las paredes.
Imposible abandonar esa silla,
mejor otro cigarrillo,
contemplar sus cenizas,
otro trago dorado;
recién empieza otra día,
y en la ventana la soledad del jardín.
domingo, 30 de octubre de 2016
EPIFANÍA MUDA
Nadie por las calles del barrio,
así, siempre, las mañanas del domingo.
Solo algunos restos de la noche:
botellas rotas y basura en las veredas.
En su cabeza ya late una metáfora;
pero mejor ignorarla... apenas el mirar.
Así, sin alegría ni tristeza,
solo caminar, sin rumbo, ya llega el sol.
Nadie por las calles del barrio,
así, siempre, las mañanas del domingo.
Solo algunos restos de la noche:
botellas rotas y basura en las veredas.
En su cabeza ya late una metáfora;
pero mejor ignorarla... apenas el mirar.
Así, sin alegría ni tristeza,
solo caminar, sin rumbo, ya llega el sol.
EXCRITURA DE LAS CENIZAS
Perdidas las batallas con el cuerpo,
la piel ya olvidó su alma.
¿Quién esos amargos tan solo
y apenas puede fumar?
La ventana oculta al árbol
ni un soplo de piedad en el viento
Al mirar fijo las cenizas,
aun espera escuchar otra voz.
Pero el cuerpo cree en las palabras,
el don de sentir la ausencia.
Perdidas las batallas con el cuerpo,
la piel ya olvidó su alma.
¿Quién esos amargos tan solo
y apenas puede fumar?
La ventana oculta al árbol
ni un soplo de piedad en el viento
Al mirar fijo las cenizas,
aun espera escuchar otra voz.
Pero el cuerpo cree en las palabras,
el don de sentir la ausencia.
sábado, 29 de octubre de 2016
viernes, 28 de octubre de 2016
jueves, 27 de octubre de 2016
ENCUESTA DE LA EXCRITURAS
A las excrituras les duelen las piernas,
los brazos,
el pecho y la espalda;
pero la cabeza
no sabe
o no contesta,
ni siquiera los latidos,
abren los ojos,
ciegos,
y solo imaginan
más allá del cielo raso,
otra cama,
el mismo silencio del dolor...
Mejor así,
ahora la poesía agoniza en las encuestas.
A las excrituras les duelen las piernas,
los brazos,
el pecho y la espalda;
pero la cabeza
no sabe
o no contesta,
ni siquiera los latidos,
abren los ojos,
ciegos,
y solo imaginan
más allá del cielo raso,
otra cama,
el mismo silencio del dolor...
Mejor así,
ahora la poesía agoniza en las encuestas.
EXCRITURA DEL NO TIENE CASO
Cada día que pasa le pertenece a otro, cualquiera.
Tampoco espera nada, ni siquiera
un milagro o sentarse en el colectivo.
Hace mucho se olvidó del amor
y tiene miedo y en secreto se odia.
A veces piensa con tristeza en sus cordones,
aunque prefiere dejarlos sueltos...
Todos los niños le resultan extraños,
evita mirarlos y se mantiene alejado:
sospecha que le robaron el alma.
La última vez que se animó a llorar,
sus lágrimas ya estaban secas y sucias;
así que con una palita las tiró a la basura.
No tiene caso, nunca logrará entender a esta vida.
Cada día que pasa le pertenece a otro, cualquiera.
Tampoco espera nada, ni siquiera
un milagro o sentarse en el colectivo.
Hace mucho se olvidó del amor
y tiene miedo y en secreto se odia.
A veces piensa con tristeza en sus cordones,
aunque prefiere dejarlos sueltos...
Todos los niños le resultan extraños,
evita mirarlos y se mantiene alejado:
sospecha que le robaron el alma.
La última vez que se animó a llorar,
sus lágrimas ya estaban secas y sucias;
así que con una palita las tiró a la basura.
No tiene caso, nunca logrará entender a esta vida.
EXCRITURA DE CHANDLER ¿O KAFKA?
Sé que no es la botella de whisky;
peor, la ventana en la noche.
La luna está en cuarto menguante,
su luz es un parche en la pared.
Esos gusanos, lentos, se arrastran
sobre mi pecho.
Estaría mejor en la cama;
pero allí hay un animal, oscuro,
en la parte de abajo, y me espera.
Sé que saldrá, se encorvará
y vendrá el aullido
que no será oído por nadie, ni por mí.
Sé que no es la botella de whisky;
peor, la ventana en la noche.
La luna está en cuarto menguante,
su luz es un parche en la pared.
Esos gusanos, lentos, se arrastran
sobre mi pecho.
Estaría mejor en la cama;
pero allí hay un animal, oscuro,
en la parte de abajo, y me espera.
Sé que saldrá, se encorvará
y vendrá el aullido
que no será oído por nadie, ni por mí.
miércoles, 26 de octubre de 2016
CONSUELO DE UN POETA MENOR
Una vez más esa tristeza:
los versos cansados,
casi sin vida.
Ya no sirve insistir,
¿para qué?
Siempre lejos las musas
y el cielo,
su inmensidad.
Ahí, desde el balcón,
sin sombra,
la tarde muda
y mira al viejo árbol,
tan silencioso,
pero aleja su deseo,
otra metáfora
tan obvia...
Basta de palabras,
el fracaso es un gran obra.
Una vez más esa tristeza:
los versos cansados,
casi sin vida.
Ya no sirve insistir,
¿para qué?
Siempre lejos las musas
y el cielo,
su inmensidad.
Ahí, desde el balcón,
sin sombra,
la tarde muda
y mira al viejo árbol,
tan silencioso,
pero aleja su deseo,
otra metáfora
tan obvia...
Basta de palabras,
el fracaso es un gran obra.
EXCRITURA DE PASOLINI
Ya no puedo fingir que no lo sé;
éste es mi estado: no tendré paz, nunca.
Subo a mi jardín, todo de piedra,
apenas una pobre cosa indefensa y desnuda.
Me acerco, la pura actitud de la naturaleza;
¿por qué no tiemblo de alegría o angustia?
A veces mi fe es un descampado,
el fervor de una sangre sin amor.
La realidad se impuso, indolente y brutal,
y el dolor, poco a poco, me aleja de la vida.
Ese oscuro sentimiento me envenena;
lo sé, en mí late el demonio de la rabia.
Ya no puedo fingir que no lo sé;
éste es mi estado: no tendré paz, nunca.
Subo a mi jardín, todo de piedra,
apenas una pobre cosa indefensa y desnuda.
Me acerco, la pura actitud de la naturaleza;
¿por qué no tiemblo de alegría o angustia?
A veces mi fe es un descampado,
el fervor de una sangre sin amor.
La realidad se impuso, indolente y brutal,
y el dolor, poco a poco, me aleja de la vida.
Ese oscuro sentimiento me envenena;
lo sé, en mí late el demonio de la rabia.
martes, 25 de octubre de 2016
A NIETZSCHE
Ya casi ciego, caminaba sin destino y desesperado,
y anotaba sin dudar sus ideas más feroces.
Pronto, lo presentía, vendría la oscuridad;
el consuelo final para los dolores de su cuerpo.
Si soñaba con ser el enemigo de los hombres,
no podía perder ni siquiera un segundo, una palabra.
Claro que después no entendía sus pensamientos;
pero lo embriagaba la música sublime de la confusión.
Ya casi ciego, caminaba sin destino y desesperado,
y anotaba sin dudar sus ideas más feroces.
Pronto, lo presentía, vendría la oscuridad;
el consuelo final para los dolores de su cuerpo.
Si soñaba con ser el enemigo de los hombres,
no podía perder ni siquiera un segundo, una palabra.
Claro que después no entendía sus pensamientos;
pero lo embriagaba la música sublime de la confusión.
lunes, 24 de octubre de 2016
EXCRITURA DE UNA FRASE DE KAFKA
Siempre releía sus escritos sin entender por qué y para qué;
no le importaba la intimidad del estilo
y menos aún las inútiles correcciones,
mejor era cerrar el cuaderno y tratar de dormir.
Pero al enfrentar a esa frase, entre tantas palabras,
algo quiso tachar a su pensamiento:
"nada en común con este mundo",
y no era dolor o tristeza, solo un simple impulso.
O quizás se había equivocado, desde siempre;
y recién en esas pocas palabras, patéticas,
todas las frases adquirían un sentido,
ese que solo él, absurdo, no podía ver en toda su vida.
Y aunque viviera en el más alejado de los rincones
o apenas respirara, lo mortificaba la duda.
Solo podía sospechar que era una trampa irreal,
como su rostro, quizás lo sabría al leer las palabras de su muerte. .
Siempre releía sus escritos sin entender por qué y para qué;
no le importaba la intimidad del estilo
y menos aún las inútiles correcciones,
mejor era cerrar el cuaderno y tratar de dormir.
Pero al enfrentar a esa frase, entre tantas palabras,
algo quiso tachar a su pensamiento:
"nada en común con este mundo",
y no era dolor o tristeza, solo un simple impulso.
O quizás se había equivocado, desde siempre;
y recién en esas pocas palabras, patéticas,
todas las frases adquirían un sentido,
ese que solo él, absurdo, no podía ver en toda su vida.
Y aunque viviera en el más alejado de los rincones
o apenas respirara, lo mortificaba la duda.
Solo podía sospechar que era una trampa irreal,
como su rostro, quizás lo sabría al leer las palabras de su muerte. .
A RAYMOND CARVER
Algunos señuelos para el trolling,
una libreta y la lapicera.
en la orilla pasan todos los días.
Siempre el arte es la espera,
de lo que sea, paradito ahí;
y ese brillo que acaricia las aguas.
También lo saben los peces
que se esconden en las aguas
o en la frase íntima de otra voz.
Apenas dejar que algo ocurra,
abrirse al vacío del tiempo
y olvidar la vida mientras se vive.
Algunos señuelos para el trolling,
una libreta y la lapicera.
en la orilla pasan todos los días.
Siempre el arte es la espera,
de lo que sea, paradito ahí;
y ese brillo que acaricia las aguas.
También lo saben los peces
que se esconden en las aguas
o en la frase íntima de otra voz.
Apenas dejar que algo ocurra,
abrirse al vacío del tiempo
y olvidar la vida mientras se vive.
EXCRITURA DE LA AMARGA RUTINA
Ya empiezan los olores de otro día;
el pan tostado,
los árboles abiertos
y se asoma triste la misma rutina:
algo de sol y el mismo cielo.
Yo me olvido del afuera,
la ventana es ciega.
Solo quiero el humo de un cigarro
que busca esa espuma
entre la yerba sin esperanza,
apenas esa poca verdad para el cuerpo.
Ya empiezan los olores de otro día;
el pan tostado,
los árboles abiertos
y se asoma triste la misma rutina:
algo de sol y el mismo cielo.
Yo me olvido del afuera,
la ventana es ciega.
Solo quiero el humo de un cigarro
que busca esa espuma
entre la yerba sin esperanza,
apenas esa poca verdad para el cuerpo.
domingo, 23 de octubre de 2016
EXCRITURA DE PABLO RAMOS
Creo que alguna vez
voy a decir lo que tengo para decir, o nunca.
Por el momento mi linternita
para andar por la casa mientras todos duermen.
Y también esa frase budista:
cada uno lleva adentro una prisión.
Alguna vez, sí, es lo único,
otra cosa no tengo, y no la entiendo muy bien.
Igual, ya puse la pava y silba,
es que duele demasiado el silencio.
Porque hay días, pocos,
en que también odio a mis propios hijos.
Pero por suerte, a veces
me olvido ...de mí, de todo, y eso me ayuda.
Ay, ¿para qué pensar?
son tan tontas razones del insomnio y la muerte.
Creo que alguna vez
voy a decir lo que tengo para decir, o nunca.
Por el momento mi linternita
para andar por la casa mientras todos duermen.
Y también esa frase budista:
cada uno lleva adentro una prisión.
Alguna vez, sí, es lo único,
otra cosa no tengo, y no la entiendo muy bien.
Igual, ya puse la pava y silba,
es que duele demasiado el silencio.
Porque hay días, pocos,
en que también odio a mis propios hijos.
Pero por suerte, a veces
me olvido ...de mí, de todo, y eso me ayuda.
Ay, ¿para qué pensar?
son tan tontas razones del insomnio y la muerte.
ILUSIÓN DE LAS EXCRITURAS
A nadie pueden engañar, ya todos conocen tonto su secreto:
las excrituras son apenas otro vicio.
Pero no lo pueden evitar,
caen una y otra vez, como ahora,
inútiles, en las tontas de las palabras.
Y aunque parezca un juego,
así se alejan un poco más del sentido de sin sentido,
hasta de las frases de la calle,
ese vacío del ruido cotidiano,
la irrupción de las muecas gritonas
o hallar un slogans entre las miguitas de pan
que revindican las rimas del odio.
A su manera, sufren o algo parecido,
y tratan de pensar en otra cosa, cualquiera,
ampararse en las voces compañeras;
por eso su única ilusión es olvidar esta lengua,
quedarse a vivir en un verso, liberadas o mudas:
es imposible ocultar esta agonía invisible , el miedito a la catástrofe.
A nadie pueden engañar, ya todos conocen tonto su secreto:
las excrituras son apenas otro vicio.
Pero no lo pueden evitar,
caen una y otra vez, como ahora,
inútiles, en las tontas de las palabras.
Y aunque parezca un juego,
así se alejan un poco más del sentido de sin sentido,
hasta de las frases de la calle,
ese vacío del ruido cotidiano,
la irrupción de las muecas gritonas
o hallar un slogans entre las miguitas de pan
que revindican las rimas del odio.
A su manera, sufren o algo parecido,
y tratan de pensar en otra cosa, cualquiera,
ampararse en las voces compañeras;
por eso su única ilusión es olvidar esta lengua,
quedarse a vivir en un verso, liberadas o mudas:
es imposible ocultar esta agonía invisible , el miedito a la catástrofe.
sábado, 22 de octubre de 2016
viernes, 21 de octubre de 2016
CÁSCARAS DE TRISTEZA
A veces, como ahora, suele ocurrir.
Mientras pela las papas,
no lo puede evitar y llora.
Claro que sin ninguna razón,
como si las lágrimas
también fueran su propia cáscara.
Pero, por suerte, dura un ratito,
hasta dejar el cuchillo
y encender a la televisión.
Después, de golpe , ya se olvidó;
o por fin se hunde
en la olla y se convierte en puré.
A veces, como ahora, suele ocurrir.
Mientras pela las papas,
no lo puede evitar y llora.
Claro que sin ninguna razón,
como si las lágrimas
también fueran su propia cáscara.
Pero, por suerte, dura un ratito,
hasta dejar el cuchillo
y encender a la televisión.
Después, de golpe , ya se olvidó;
o por fin se hunde
en la olla y se convierte en puré.
EXCRITURA DE LAS TESIS DE WALTER BENJAMIN
Lo lamento, amado Benjamin,
el huracán destrozó las alas
y el espanto del último ángel.
A pelo y contrapelo, ahora,
la historia -cualquiera-,
solo es documento de barbarie.
Aquel tigre no puede saltar,
perdió su calendario
y se arrastra detrás de la moda.
La tradición de los oprimidos,
muda y olvidada,
no sabe aun si puede sobrevivir.
Lo lamento, ya no hay reglas;
el Tiempo ya pasó
y se llevó las lágrimas del mesías.
Lo lamento, amado Benjamin,
el huracán destrozó las alas
y el espanto del último ángel.
A pelo y contrapelo, ahora,
la historia -cualquiera-,
solo es documento de barbarie.
Aquel tigre no puede saltar,
perdió su calendario
y se arrastra detrás de la moda.
La tradición de los oprimidos,
muda y olvidada,
no sabe aun si puede sobrevivir.
Lo lamento, ya no hay reglas;
el Tiempo ya pasó
y se llevó las lágrimas del mesías.
EXCRITURA DE BAUDELAIRE
A un insospechado lector francés.
Solo tu pequeño río,
espejo pobre y triste de aquel cisne.
Aun veo al viejo París
una mañana bajo el ingrato cielo.
Sus olores perdidos
y los reproches de las flores a Dios.
Todos los recuerdos
me aplastan como rocas, y el deseo.
Vencedores y vencidos,
ay, en tus callecitas se esconde mi alma.
A un insospechado lector francés.
Solo tu pequeño río,
espejo pobre y triste de aquel cisne.
Aun veo al viejo París
una mañana bajo el ingrato cielo.
Sus olores perdidos
y los reproches de las flores a Dios.
Todos los recuerdos
me aplastan como rocas, y el deseo.
Vencedores y vencidos,
ay, en tus callecitas se esconde mi alma.
EXCRITURA DE LA ESPERANZA POÉTICA
Lo sé,
me queda esa palabra;
y algún día vendrá;
no la voy a decir
ni escribir, ¿para qué?
Será como un sabor,
una manzana;
o acaso un amparo
ante el viento.
No tengo ninguna duda,
aun vale la espera;
lejos de las metáforas,
junto al silencio.
Acaso sea la última,
solo ella en todo el cuerpo,
lo sé.
Lo sé,
me queda esa palabra;
y algún día vendrá;
no la voy a decir
ni escribir, ¿para qué?
Será como un sabor,
una manzana;
o acaso un amparo
ante el viento.
No tengo ninguna duda,
aun vale la espera;
lejos de las metáforas,
junto al silencio.
Acaso sea la última,
solo ella en todo el cuerpo,
lo sé.
EXCRITURA DE GIRONDO
Aquí
o en cualquier lugar,
entre árboles y muebles,
sin deseos de irme ni quedarme;
el aire inmóvil.
Aquí,
perdido en la ventana,
un sapo rodeado de insectos
que giran y desaparecen
en mí, mudos.
Aquí,
solo y aun peor,
apenas la sombra de una sombra,
ni siquiera
con mi esqueleto.
Aquí
o en cualquier lugar,
entre árboles y muebles,
sin deseos de irme ni quedarme;
el aire inmóvil.
Aquí,
perdido en la ventana,
un sapo rodeado de insectos
que giran y desaparecen
en mí, mudos.
Aquí,
solo y aun peor,
apenas la sombra de una sombra,
ni siquiera
con mi esqueleto.
jueves, 20 de octubre de 2016
EXCRITURA DE ERRICO MALATESTA
De milagro, a los catorce años salvó su vida;
Errico era insolente y no respetaba al Rey.
Después vivió alucinado en cada revuelta,
en el exilio y muchas, demasiadas, cárceles.
Pero también soñó con el lejano Dorado
y decidió viajar a la remota Patagonia:
con el oro podría financiar la revolución:
una nueva vida para toda la humanidad.
Algunos dicen que su aventura fue un fracaso
y que murió, derrotado, preso del fascismo.
Nada resulta más inexacto y más tonto:
su mirada brilla en el viento del fin del mundo.
De milagro, a los catorce años salvó su vida;
Errico era insolente y no respetaba al Rey.
Después vivió alucinado en cada revuelta,
en el exilio y muchas, demasiadas, cárceles.
Pero también soñó con el lejano Dorado
y decidió viajar a la remota Patagonia:
con el oro podría financiar la revolución:
una nueva vida para toda la humanidad.
Algunos dicen que su aventura fue un fracaso
y que murió, derrotado, preso del fascismo.
Nada resulta más inexacto y más tonto:
su mirada brilla en el viento del fin del mundo.
EXCRITURA DE UN REY VERDADERO
Orllie Antoine, harto de la locura de este mundo,
en 1860 se proclama Rey de la Araucaría.
Los gobiernos ignoran la realidad del decreto
y entonces él decide extender sus dominios.
Por supuesto, poco tiempo después lo traicionan
y lo juzgan y condenan a una tonta prisión.
Luego, libre y desterrado, todos se burlan de él;
pero el vuelve, cruza la cordillera y recupera su trono.
En los manuales se encuentra otra historia,
más sensata, más creíble, seria y documentada.
A mí no me importa, solo una cosa lamento:
siempre quise ser un súbdito de un rey verdadero.
Orllie Antoine, harto de la locura de este mundo,
en 1860 se proclama Rey de la Araucaría.
Los gobiernos ignoran la realidad del decreto
y entonces él decide extender sus dominios.
Por supuesto, poco tiempo después lo traicionan
y lo juzgan y condenan a una tonta prisión.
Luego, libre y desterrado, todos se burlan de él;
pero el vuelve, cruza la cordillera y recupera su trono.
En los manuales se encuentra otra historia,
más sensata, más creíble, seria y documentada.
A mí no me importa, solo una cosa lamento:
siempre quise ser un súbdito de un rey verdadero.
TIEMPOS DEL POEMA
Siempre llega tarde el poema;
o equivoca el destino
o pasa de largo, desesperado.
Sus versos se pierden al andar,
entre calles y avenidas,
se distraen con el silencio.
¿Cúántos se olvidaron al fondo,
entre las pelusas del bolsillo?
Y acaso era los más bellos.
Todos disimulan su desolación:
algunos cantan, otros gritan,
y dejan abiertas a las ventanas.
Así que yo escribo sin razón,
el verso que se me ocurre,
cualquiera, o una frase suelta.
Pero la espera nunca es inútil,
aunque se cierren los ojos
y el tiempo, el poema es llegar.
Siempre llega tarde el poema;
o equivoca el destino
o pasa de largo, desesperado.
Sus versos se pierden al andar,
entre calles y avenidas,
se distraen con el silencio.
¿Cúántos se olvidaron al fondo,
entre las pelusas del bolsillo?
Y acaso era los más bellos.
Todos disimulan su desolación:
algunos cantan, otros gritan,
y dejan abiertas a las ventanas.
Así que yo escribo sin razón,
el verso que se me ocurre,
cualquiera, o una frase suelta.
Pero la espera nunca es inútil,
aunque se cierren los ojos
y el tiempo, el poema es llegar.
miércoles, 19 de octubre de 2016
EXCRITURA DE BORGES
Aquel patio derrama todo el cielo en la casa.
Pero esta noche, la luna
ya no encontrará su íntimo espacio.
Y la parra y el viejo aljibe
apenas soportan tanta desolación.
Todo lo imagina el poeta ciego,
como si los versos lejanos fueran de otro.
Serena, la eternidad oculta las estrellas y su final.
Aquel patio derrama todo el cielo en la casa.
Pero esta noche, la luna
ya no encontrará su íntimo espacio.
Y la parra y el viejo aljibe
apenas soportan tanta desolación.
Todo lo imagina el poeta ciego,
como si los versos lejanos fueran de otro.
Serena, la eternidad oculta las estrellas y su final.
EXCRITURA DE ROSA LUXEMBURGO
La libertad
solo reservaba a las voces del Partido,
por numerosas que sean,
aunque griten,
no es nada.
La libertad
siempre es únicamente para todos.
No por fanatismo
ni resignación,
solo por justicia.
La libertad
solo puede nacer de los amores,
cartas desesperadas,
despedidas,
siempre es piel.
La libertad
no es la certeza de ninguna bandera.
Vos lo sabías,
saliste a las calles
para aplastar la opresión.
La libertad
nunca puede ser un privilegio para nadie.
Depende de ella,
a cada instante,
la felicidad de los pueblos.
La libertad
solo reservaba a las voces del Partido,
por numerosas que sean,
aunque griten,
no es nada.
La libertad
siempre es únicamente para todos.
No por fanatismo
ni resignación,
solo por justicia.
La libertad
solo puede nacer de los amores,
cartas desesperadas,
despedidas,
siempre es piel.
La libertad
no es la certeza de ninguna bandera.
Vos lo sabías,
saliste a las calles
para aplastar la opresión.
La libertad
nunca puede ser un privilegio para nadie.
Depende de ella,
a cada instante,
la felicidad de los pueblos.
EXCRITURA DE JEAN GENET
La santidad conduce al cielo por el camino del pecado.
Solo el amor más ardiente
deja que pase un rayo
y aparezca Dios en las celdas.
El vértigo de vueltas
y fluye hacia la eternidad,
cuando me transportan las palabras.
Igual el sentido es indecible,
así que mejor me callo
y camino con los pies descalzos.
Mi cristal brilla de escarcha,
para un condenado es su poca alegría.
Toda fealdad reposa en la belleza: el encanto es la desdicha.
La santidad conduce al cielo por el camino del pecado.
Solo el amor más ardiente
deja que pase un rayo
y aparezca Dios en las celdas.
El vértigo de vueltas
y fluye hacia la eternidad,
cuando me transportan las palabras.
Igual el sentido es indecible,
así que mejor me callo
y camino con los pies descalzos.
Mi cristal brilla de escarcha,
para un condenado es su poca alegría.
Toda fealdad reposa en la belleza: el encanto es la desdicha.
martes, 18 de octubre de 2016
lunes, 17 de octubre de 2016
EXCRITURA DE LUIS O. TEDESCO
Apenas de pasada, no se asuste,
piénselo como brasa, resto de otra fiesta.
Con alambres, gendarmes y juristas
nos dejaron afuera y en la maleza sucia.
Fuimos más que un sueño
y alguna foto de Evita y el General.
Y ese conventillo, la Patria,
sin razones nos parte, siempre, la memoria.
Ahora dicen que sobramos,
que ni hacemos falta del brazo servil...
Pero, solo un ratito, piénselo:
todavía nuestra voz fantasea en la esperanza.
Apenas de pasada, no se asuste,
piénselo como brasa, resto de otra fiesta.
Con alambres, gendarmes y juristas
nos dejaron afuera y en la maleza sucia.
Fuimos más que un sueño
y alguna foto de Evita y el General.
Y ese conventillo, la Patria,
sin razones nos parte, siempre, la memoria.
Ahora dicen que sobramos,
que ni hacemos falta del brazo servil...
Pero, solo un ratito, piénselo:
todavía nuestra voz fantasea en la esperanza.
EXCRITURA DE ELÍAS CANETTI
Cada individuo es un temblor
solo en la masa crece el sentido de las esperanzas.
Con o sin razón, allí,
como una revelación estalla la pura vida.
El fuego de la sangre,
la íntima inmensidad del exceso y el destino.
Lejos de las palabras,
en ese vórtice despiadado del amor original.
Entre cantos, bailes y sudores,
todos perdidos encuentran otro cuerpo: el único.
La eternidad sin tiempo,
el instante por venir que derrota a la muerte.
Pero ya casi nunca ocurre,
y cada cual se olvida, se engaña con falsos consuelos.
Cada individuo es un temblor
solo en la masa crece el sentido de las esperanzas.
Con o sin razón, allí,
como una revelación estalla la pura vida.
El fuego de la sangre,
la íntima inmensidad del exceso y el destino.
Lejos de las palabras,
en ese vórtice despiadado del amor original.
Entre cantos, bailes y sudores,
todos perdidos encuentran otro cuerpo: el único.
La eternidad sin tiempo,
el instante por venir que derrota a la muerte.
Pero ya casi nunca ocurre,
y cada cual se olvida, se engaña con falsos consuelos.
MENSAJES DE LO OSCURO
Aferrado con los puños al alambre del puente, solo,
no para de gritar a los autos de la avenida.
Desde acá, lejana, se escucha la voz,
aunque apenas se entienden, rotas, sus palabras.
Ya ha pasado más de una hora
y, para colmo, el viento le arrebató la gorra.
A veces calla un instante y levanta la cabeza,
como si buscara el sentido en la la luz de la luna.
Muchos lo miran y sonríen;
otros intentan comprender lo incomprensible.
En el aire flota una forma de miedo.
Nadie está a salvo y lo saben: ese sermón es el fin.
Pero ahora decide abandonar su lugar;
de a poco, al alejarse, su figura es parte de otra noche.
Aferrado con los puños al alambre del puente, solo,
no para de gritar a los autos de la avenida.
Desde acá, lejana, se escucha la voz,
aunque apenas se entienden, rotas, sus palabras.
Ya ha pasado más de una hora
y, para colmo, el viento le arrebató la gorra.
A veces calla un instante y levanta la cabeza,
como si buscara el sentido en la la luz de la luna.
Muchos lo miran y sonríen;
otros intentan comprender lo incomprensible.
En el aire flota una forma de miedo.
Nadie está a salvo y lo saben: ese sermón es el fin.
Pero ahora decide abandonar su lugar;
de a poco, al alejarse, su figura es parte de otra noche.
domingo, 16 de octubre de 2016
EXCRITURA DE LO AUSENTE
Regresa, perdido en las viejas palabras rotas,
a su último camino.
Cada segundo se hunde en otro tiempo...
no pasa nunca.
El cuerpo se olvida de los olores
o cae una lágrima.
Tampoco puede mirar el cielo, tiembla
y alguien grita.
Adentro de la tristeza, el durazno más dulce
ya estalla en su soledad.
Regresa, perdido en las viejas palabras rotas,
a su último camino.
Cada segundo se hunde en otro tiempo...
no pasa nunca.
El cuerpo se olvida de los olores
o cae una lágrima.
Tampoco puede mirar el cielo, tiembla
y alguien grita.
Adentro de la tristeza, el durazno más dulce
ya estalla en su soledad.
EXCRITURA PARA JACOBO FIJMAN
Ya no puede sonreír el poeta:
las aguas grises inundaron a las colinas.
Por los pasillos, hasta aturdir,
las palabras persiguen sus versos.
Nada lo puede evitar,
ni la sordera de tantas pastillas.
Así que trata de estar así,
a oscuras, y mirar fijo la pared.
A veces viene una paloma
y con sus alas abre el cielo de la ventana.
Ya no puede sonreír el poeta:
las aguas grises inundaron a las colinas.
Por los pasillos, hasta aturdir,
las palabras persiguen sus versos.
Nada lo puede evitar,
ni la sordera de tantas pastillas.
Así que trata de estar así,
a oscuras, y mirar fijo la pared.
A veces viene una paloma
y con sus alas abre el cielo de la ventana.
LAS MOSCAS DE LA CABEZA
Ahora, ya perdido del otro lado,
solo piensan las moscas de la cabeza.
Quietas, aprietan sus mil ojos,
para no ver las palabras en las sombras.
A veces vuelan, dan vueltas
y tratan de escapar o romperse las alas.
Pero saben que no hay salida,
ninguna; apenas ese zumbido en el silencio.
Ahora, ya perdido del otro lado,
solo piensan las moscas de la cabeza.
Quietas, aprietan sus mil ojos,
para no ver las palabras en las sombras.
A veces vuelan, dan vueltas
y tratan de escapar o romperse las alas.
Pero saben que no hay salida,
ninguna; apenas ese zumbido en el silencio.
sábado, 15 de octubre de 2016
NINO, EL NIÑO ASESINO.
Al lado de mi casa, al salir,
cada día, asombrado
veo al pequeño Nino.
Hijo de la verdulera,
dueño de la vereda y el universo.
Como los niños, todos
-y un poquito más-,
suele ser inocente y despiadado.
No respeta a nadie,
no obedece ninguna orden.
Nunca se entiende qué dice;
pero sé. y es increíble,
que le teme a mi perro.
Pero ayer, por suerte,
se hicieron amigos.
Nino se había lastimado una mano
y mi perro, sin dudar,
le dio un par de lambeteadas.
Tan simple... una hermosura.
Espero, lo deseo,
que ese hecho insignificante
¡ay! no cambie las cosas.
Pude ver el fuego en tus ojitos,
la gran rebelión de los ángeles
y su anhelada venganza.
Vamos, Nino, mi adorable asesino,
de una vez y por siempre,
destruí todo este horrible mundo.
Te lo pido por favor,
yo y también mi perro Pipo.
Al lado de mi casa, al salir,
cada día, asombrado
veo al pequeño Nino.
Hijo de la verdulera,
dueño de la vereda y el universo.
Como los niños, todos
-y un poquito más-,
suele ser inocente y despiadado.
No respeta a nadie,
no obedece ninguna orden.
Nunca se entiende qué dice;
pero sé. y es increíble,
que le teme a mi perro.
Pero ayer, por suerte,
se hicieron amigos.
Nino se había lastimado una mano
y mi perro, sin dudar,
le dio un par de lambeteadas.
Tan simple... una hermosura.
Espero, lo deseo,
que ese hecho insignificante
¡ay! no cambie las cosas.
Pude ver el fuego en tus ojitos,
la gran rebelión de los ángeles
y su anhelada venganza.
Vamos, Nino, mi adorable asesino,
de una vez y por siempre,
destruí todo este horrible mundo.
Te lo pido por favor,
yo y también mi perro Pipo.
GOTITAS DE LAS EXCRITURAS
Inmóviles, apenas en el cristal de la ventana,
esas gotitas miran a la verdad de la tristeza.
Tan parecidas a las soñadas por Cortázar,
ellas resisten con las plegarias de los secretos.
No les importa el frío, tampoco le temen
a la inevitable salida del sol y el falso final.
Esas gotitas también saben desaparecer...
Yo les escribo sin entender, como a mis lágrimas.
Inmóviles, apenas en el cristal de la ventana,
esas gotitas miran a la verdad de la tristeza.
Tan parecidas a las soñadas por Cortázar,
ellas resisten con las plegarias de los secretos.
No les importa el frío, tampoco le temen
a la inevitable salida del sol y el falso final.
Esas gotitas también saben desaparecer...
Yo les escribo sin entender, como a mis lágrimas.
EXCRITURA DE MAROSA DI GIORGIO
Hay una sola muñeca con el alma de cristal.
Recién al salir a mi jardín, la vi
en la inmensidad del aire de las noches.
Sobre ella pende una mariposa lila
y otra azul, más grande, invisible.
Entre las perlas perfumadas de la cajita,
sus ojos abren las alas y las estrellas.
Vestida de organza y porcelana,
ella vive en la magia profunda del estío.
Me pregunto: ¿cuándo se habrá contagiado de Dios?
Hay una sola muñeca con el alma de cristal.
Recién al salir a mi jardín, la vi
en la inmensidad del aire de las noches.
Sobre ella pende una mariposa lila
y otra azul, más grande, invisible.
Entre las perlas perfumadas de la cajita,
sus ojos abren las alas y las estrellas.
Vestida de organza y porcelana,
ella vive en la magia profunda del estío.
Me pregunto: ¿cuándo se habrá contagiado de Dios?
EXCRITURA DE LA DESESPERACIÓN
En el afuera, la música transparente de la lluvia
ya oscurece la mañana;
en el adentro, ni el eco de una voz.
Es curioso, todavía funciona
el recurso de la naturaleza solidaria,
De todos modos qué importa,
si el estar es la nada en una silla,
Solo la espera del mate,
el cigarrillo que desea ser humo.
Inútiles los pensamientos,
las preguntas mudas de la ventana.
El tiempo es el pasado,
la condena ausente de cada recuerdo.
Aunque salga el sol
no es posible el milagro de la vida.
Así es la desesperación,
más allá del adentro y el afuera,
ni el grito de los truenos detiene el fluir del dolor.
En el afuera, la música transparente de la lluvia
ya oscurece la mañana;
en el adentro, ni el eco de una voz.
Es curioso, todavía funciona
el recurso de la naturaleza solidaria,
De todos modos qué importa,
si el estar es la nada en una silla,
Solo la espera del mate,
el cigarrillo que desea ser humo.
Inútiles los pensamientos,
las preguntas mudas de la ventana.
El tiempo es el pasado,
la condena ausente de cada recuerdo.
Aunque salga el sol
no es posible el milagro de la vida.
Así es la desesperación,
más allá del adentro y el afuera,
ni el grito de los truenos detiene el fluir del dolor.
viernes, 14 de octubre de 2016
LA OTRA BALANZA DE UN BALANCE
Ya peso
y pienso lo mismo que a los quince años.
Despacito,
para no caer, intento flotar al andar.
Algunas tardes,
lamento amores junto a los pájaros.
Medio sordo,
todavía espero escuchar la luz de la luna.
Y al despertar,
agradezco a la vida y también a la muerte.
A veces,
siento que puedo tocar a una palabra.
Fue y es,
lo sé, un don milagroso del espanto.
Ya viejo,
solo confío en la voz de mis últimos huesos.
Ya peso
y pienso lo mismo que a los quince años.
Despacito,
para no caer, intento flotar al andar.
Algunas tardes,
lamento amores junto a los pájaros.
Medio sordo,
todavía espero escuchar la luz de la luna.
Y al despertar,
agradezco a la vida y también a la muerte.
A veces,
siento que puedo tocar a una palabra.
Fue y es,
lo sé, un don milagroso del espanto.
Ya viejo,
solo confío en la voz de mis últimos huesos.
EPIFANÍA DE LAS EXCRITURAS
Al fondo de la casa, tan tímidas,
otra vez llegaron varias torcacitas.
Pipo las vio y no les ladró,
Niní tampoco... Y era la alegría.
Una se detuvo en el laurel
y me miraba. Ay, mi vida.
Así pasamos, eternos, unos minutos.
Después abrió sus alas,
tan profundo es el adentro del cielo.
Volví adentro con mis perros,
pleno, quería escribir estas palabras.
Al fondo de la casa, tan tímidas,
otra vez llegaron varias torcacitas.
Pipo las vio y no les ladró,
Niní tampoco... Y era la alegría.
Una se detuvo en el laurel
y me miraba. Ay, mi vida.
Así pasamos, eternos, unos minutos.
Después abrió sus alas,
tan profundo es el adentro del cielo.
Volví adentro con mis perros,
pleno, quería escribir estas palabras.
ESAS VUELTAS DE LA VIDA
Durante doce lejanos años había ido a ese colegio.
Pero el enorme patio parecía el mismo,
ni siquiera habían cambiado los horribles azulejos.
Sí, durante ese tiempo no la había pasado bien.
y ahora, al reanudar las dudas de sus pasos,
no pudo evitar el recuerdo de ese cartel, al recibirse:
Un hombre nuevo para Dios y la patria.
Ya habían pasado más de dos largas décadas,...
Preguntó dónde se reunía el grupo de AA,
allá, le dijeron, y caminó hacia la vieja sala de música.
Durante doce lejanos años había ido a ese colegio.
Pero el enorme patio parecía el mismo,
ni siquiera habían cambiado los horribles azulejos.
Sí, durante ese tiempo no la había pasado bien.
y ahora, al reanudar las dudas de sus pasos,
no pudo evitar el recuerdo de ese cartel, al recibirse:
Un hombre nuevo para Dios y la patria.
Ya habían pasado más de dos largas décadas,...
Preguntó dónde se reunía el grupo de AA,
allá, le dijeron, y caminó hacia la vieja sala de música.
DIAGNÓSTICO DE LA ESPERA
Mientras esperan se esquivan las miradas;
cada uno con sus papeles,
algún bolso, el miedo a saber.
Yo escribo para no pensar
o dejo que me distraigan las paredes.
Después de todo, ¿qué importa un diagnóstico?
Alguien sale del consultorio,
ninguna señal en su rostro.
Solo serán unos pocos minutos,
preguntas, vocabulario técnico, gestos nulos.
Desde la ventana llega el sol,
pero su luz es extraña, lastima.
Creo que el próximo es mi número,
sé que la verdad suele ser apenas otro error.
Mientras esperan se esquivan las miradas;
cada uno con sus papeles,
algún bolso, el miedo a saber.
Yo escribo para no pensar
o dejo que me distraigan las paredes.
Después de todo, ¿qué importa un diagnóstico?
Alguien sale del consultorio,
ninguna señal en su rostro.
Solo serán unos pocos minutos,
preguntas, vocabulario técnico, gestos nulos.
Desde la ventana llega el sol,
pero su luz es extraña, lastima.
Creo que el próximo es mi número,
sé que la verdad suele ser apenas otro error.
UNA EXCRITURA DE LAS PREGUNTAS INÚTILES
No es la angustia
ni el dolor;
pero, ¿ese jilguerito todavía mira al cielo?
No son los fármacos
ni los tragos;
pero, ¿cómo se llama aquella flor azul?
No es la desdicha
ni el miedo;
pero, ¿qué canta el silencio de esta brisa?
No son preguntas
ni dudas;
pero, ¿quién puede soportar a su sombra?
No es la angustia
ni el dolor;
pero, ¿ese jilguerito todavía mira al cielo?
No son los fármacos
ni los tragos;
pero, ¿cómo se llama aquella flor azul?
No es la desdicha
ni el miedo;
pero, ¿qué canta el silencio de esta brisa?
No son preguntas
ni dudas;
pero, ¿quién puede soportar a su sombra?
UNA DISTRACCIÓN DE LA EXCRITURAS
En algún lugar olvidó a su distraída cabeza,
a cualquiera le puede pasar.
Por suerte, así es más sencilla la vida;
aunque se asusten algunos tontos.
Además, ya no le tiene miedo al espejo
y el corazón late más contento.
Pero sabe que esa no es la solución;
si alguien la encuentra...está perdido.
Solo confía en los perros vagabundos,
la esperanza pura de su olfato,
y que el hambre no tenga piedad de su mirada.
En algún lugar olvidó a su distraída cabeza,
a cualquiera le puede pasar.
Por suerte, así es más sencilla la vida;
aunque se asusten algunos tontos.
Además, ya no le tiene miedo al espejo
y el corazón late más contento.
Pero sabe que esa no es la solución;
si alguien la encuentra...está perdido.
Solo confía en los perros vagabundos,
la esperanza pura de su olfato,
y que el hambre no tenga piedad de su mirada.
RUIDOS MUDOS
Ya ni siquiera puede decir que no
a la insistencia de esas voces;
al balancear la cabeza,
apretar aun más los ojos,
o escupir la palma de sus manos.
No quiere mirar por la ventana;
lejos, un pez en la nieve,
y el frío que le quema su sombra.
Sus pasos olvidan las huellas,
hasta la muerte es inútil.
El silencio le estalló en la lengua.
Ya ni siquiera puede decir que no
a la insistencia de esas voces;
al balancear la cabeza,
apretar aun más los ojos,
o escupir la palma de sus manos.
No quiere mirar por la ventana;
lejos, un pez en la nieve,
y el frío que le quema su sombra.
Sus pasos olvidan las huellas,
hasta la muerte es inútil.
El silencio le estalló en la lengua.
EXCRITURA DE SAMUEL WOOD
Todo lo que fue...
y el destello de cada momento.
Ese ritual engañoso
que la lengua no puede entender.
Un fuego profundo,
figuras mudas, lo que se opone.
Siempre vence lo pasado,
el barro muerto de cada camino.
Todo, como si nada,
versitos para un simple funeral.
La memoria es una herida:
ni el olvido nos salva de esta vida.
Todo lo que fue...
y el destello de cada momento.
Ese ritual engañoso
que la lengua no puede entender.
Un fuego profundo,
figuras mudas, lo que se opone.
Siempre vence lo pasado,
el barro muerto de cada camino.
Todo, como si nada,
versitos para un simple funeral.
La memoria es una herida:
ni el olvido nos salva de esta vida.
jueves, 13 de octubre de 2016
AUSENCIA DE LA MELANCOLÍA
Un cansancio demasiado Girondo,
ninguna sed
ni luz
y el mundo mudo y más adentro.
Los latidos sordos en las paredes,
el tiempo en las fotos,
esas huellas,
los huecos borrosas de alguien.
La ventana quiere transparencia;
pero el limonero,
lejano,
también se olvida de la realidad.
Tampoco el humo del cigarrillo,
sus vueltas
rotas...
nada se parece un poco a la vida.
Solo los restos ajeno del cuerpo
ya sin sombra;
los versos,
antes de bajar la última persiana.
Un cansancio demasiado Girondo,
ninguna sed
ni luz
y el mundo mudo y más adentro.
Los latidos sordos en las paredes,
el tiempo en las fotos,
esas huellas,
los huecos borrosas de alguien.
La ventana quiere transparencia;
pero el limonero,
lejano,
también se olvida de la realidad.
Tampoco el humo del cigarrillo,
sus vueltas
rotas...
nada se parece un poco a la vida.
Solo los restos ajeno del cuerpo
ya sin sombra;
los versos,
antes de bajar la última persiana.
FALSA METAMORFOSIS
Demasiado pesado,
el cielo se cayó sobre su espalda.
Inmóvil y final,
apenas pueden caminar los pies.
Con las palabras rotas,
también los huesos olvidan su forma.
Ni siquiera tiembla
al aspirar la tierra de los gusanos.
Antes de arrastrarse
el cuerpo se disuelve en el aire.
Ya no es sus latidos,
solo el vuelo de una mariposa ciega.
Demasiado pesado,
el cielo se cayó sobre su espalda.
Inmóvil y final,
apenas pueden caminar los pies.
Con las palabras rotas,
también los huesos olvidan su forma.
Ni siquiera tiembla
al aspirar la tierra de los gusanos.
Antes de arrastrarse
el cuerpo se disuelve en el aire.
Ya no es sus latidos,
solo el vuelo de una mariposa ciega.
miércoles, 12 de octubre de 2016
A AMY WINEHOUSE
Sos, hasta la eternidad, la más hermosa.
Tus piernas de Popotito,
ay, me calientan más que mil soles.
Si alguien te trató mal...
seguro es un hijo de puta
y no entiende que no se entiende nada.
Pero yo solo quería decirte, cosita,
que siempre te voy a amar
y no importa lo que digan los idiotas.
Me gustaría llenarte de vida,
soñar en tus pestañas
y chuparte desde los pies hasta el cielo.
Es que todos sabían que eras un ángel,
la más pura belleza,
y nadie se bancó a tu pollerita ridícula,
Por favor, dejame entrar a tu locura,
perderme entre tus tetas:
Amy, sos para siempre la más linda.
Si este mundo te trató mal,
no te pongas triste, mi nena,
casi nadie entiende que no se entiende nada.
Sos, hasta la eternidad, la más hermosa.
Tus piernas de Popotito,
ay, me calientan más que mil soles.
Si alguien te trató mal...
seguro es un hijo de puta
y no entiende que no se entiende nada.
Pero yo solo quería decirte, cosita,
que siempre te voy a amar
y no importa lo que digan los idiotas.
Me gustaría llenarte de vida,
soñar en tus pestañas
y chuparte desde los pies hasta el cielo.
Es que todos sabían que eras un ángel,
la más pura belleza,
y nadie se bancó a tu pollerita ridícula,
Por favor, dejame entrar a tu locura,
perderme entre tus tetas:
Amy, sos para siempre la más linda.
Si este mundo te trató mal,
no te pongas triste, mi nena,
casi nadie entiende que no se entiende nada.
EXCRITURA DE JUANELE
Si pudiéramos responder a las voces en la vibración del aire;
pero ese sentido no está, ahora, ni siquiera en él,
y hasta la melancolía del río es un enigma,
eso invisible que se hace y deshace en su propia forma.
Cada uno de estos momentos sin un nombre,
su latido, oscuro, se libera en sus versos.
Además, ve otra vez el color que no llega a ser flor.
O lo que huye, en una frágil rama celeste.
Pero no abandona el misterio de la orilla,
desde ahí puede imaginar el universo,
ese sauce tan alto que va y viene sin detenerse,
y él quisiera ser el vacilar de su sombra.
¿Esa nubecita que cae no inventa a lo desconocido?
Hay en la sombra una mirada, afuera de él,
como un tejido desgarrándose en la vieja danza...
Quizás, así, habrá que llegar vencidos al cauce de la eternidad.
Si pudiéramos responder a las voces en la vibración del aire;
pero ese sentido no está, ahora, ni siquiera en él,
y hasta la melancolía del río es un enigma,
eso invisible que se hace y deshace en su propia forma.
Cada uno de estos momentos sin un nombre,
su latido, oscuro, se libera en sus versos.
Además, ve otra vez el color que no llega a ser flor.
O lo que huye, en una frágil rama celeste.
Pero no abandona el misterio de la orilla,
desde ahí puede imaginar el universo,
ese sauce tan alto que va y viene sin detenerse,
y él quisiera ser el vacilar de su sombra.
¿Esa nubecita que cae no inventa a lo desconocido?
Hay en la sombra una mirada, afuera de él,
como un tejido desgarrándose en la vieja danza...
Quizás, así, habrá que llegar vencidos al cauce de la eternidad.
ESCRITURA DE J. O. GIANUZZI
Cada nuevo día vuelve a pedir perdón,
aguanta, empuja, lo empujan, calla y grita.
Claro que también lo aman y lo odian.
Además tiene un nombre y una mascota.
Nada extraño, una vida como cualquiera.
Pero el sentido ya perdió su oportunidad;
y todo es confusión... ningún consuelo.
Así que no necesita colaboración:
sin dudas, él es el único autor de su miseria.
Cada nuevo día vuelve a pedir perdón,
aguanta, empuja, lo empujan, calla y grita.
Claro que también lo aman y lo odian.
Además tiene un nombre y una mascota.
Nada extraño, una vida como cualquiera.
Pero el sentido ya perdió su oportunidad;
y todo es confusión... ningún consuelo.
Así que no necesita colaboración:
sin dudas, él es el único autor de su miseria.
martes, 11 de octubre de 2016
EXCRITURA DE PESSOA
Apenas salir a caminar un rato por Lisboa,
andar tus huellas,
encontrar esa tristeza.
Un paseo sin ningún rumbo,
casi libres o muertos
hasta gastar la máscara.
Vos vas con tu viejo sombrero,
yo llevo una bufanda:
no necesitamos conversar.
Al fina, claro, nos extraviamos
para sentir la vida...
pero justo aparece un dolor.
Ya no pensar más, ni en la sombra del ser,
olvidarse de la poesía
y volver sin compañía, solos.
Apenas salir a caminar un rato por Lisboa,
andar tus huellas,
encontrar esa tristeza.
Un paseo sin ningún rumbo,
casi libres o muertos
hasta gastar la máscara.
Vos vas con tu viejo sombrero,
yo llevo una bufanda:
no necesitamos conversar.
Al fina, claro, nos extraviamos
para sentir la vida...
pero justo aparece un dolor.
Ya no pensar más, ni en la sombra del ser,
olvidarse de la poesía
y volver sin compañía, solos.
lunes, 10 de octubre de 2016
A CECILIA BERIAS
Será una manera tonta de creerme una variante de Proust
o apenas otro de mis inofensivos juegos literarios;
no lo sé ni me importa, pero siempre
-nunca falla- que escucho a Silvio Rodriguez oigo tu voz.
Además, los dos caminamos por Alem y la noche.
Vos usabas ese camperón de jean tan desteñido
y cantabas, desafinadísima, la de la casa y el sillón.
¡Cómo nos reíamos, Ceci, de vos y de mí...de todo!
Después, sentaditos en el cordón, había que esperar.
A veces me dabas besos con tus pestañas en la mejilla
o me inventabas rulos ridículos en la barba.
Y todo era real, como el último perfume de tu cuello.
Pero antes de tomar el colectivo, lo confieso,
necesitaba ver tus ojos: eran mi cielo mejor, el paraíso.
Así que ahora, aunque hayan pasado mil años,
ya sé, solo pongo esa canción y te tomo otra vez de la mano.
Será una manera tonta de creerme una variante de Proust
o apenas otro de mis inofensivos juegos literarios;
no lo sé ni me importa, pero siempre
-nunca falla- que escucho a Silvio Rodriguez oigo tu voz.
Además, los dos caminamos por Alem y la noche.
Vos usabas ese camperón de jean tan desteñido
y cantabas, desafinadísima, la de la casa y el sillón.
¡Cómo nos reíamos, Ceci, de vos y de mí...de todo!
Después, sentaditos en el cordón, había que esperar.
A veces me dabas besos con tus pestañas en la mejilla
o me inventabas rulos ridículos en la barba.
Y todo era real, como el último perfume de tu cuello.
Pero antes de tomar el colectivo, lo confieso,
necesitaba ver tus ojos: eran mi cielo mejor, el paraíso.
Así que ahora, aunque hayan pasado mil años,
ya sé, solo pongo esa canción y te tomo otra vez de la mano.
EXCRITURA DE JUAN GELMAN
Una vez más todos los sueños rotos por la realidad;
otra vez, ay, los compañeros rotos...
Aquellos soles de tanto fervor
andan desparramados, tristes, al borde de la patria.
¿Acaso se repite la misma historia?
Cada pregunta duele en los huesos de la esperanza.
Pero los pedacitos se volverán a juntar;
así que no cambia la consigna: habrá que soñar mejor.
Una vez más todos los sueños rotos por la realidad;
otra vez, ay, los compañeros rotos...
Aquellos soles de tanto fervor
andan desparramados, tristes, al borde de la patria.
¿Acaso se repite la misma historia?
Cada pregunta duele en los huesos de la esperanza.
Pero los pedacitos se volverán a juntar;
así que no cambia la consigna: habrá que soñar mejor.
domingo, 9 de octubre de 2016
LA RESISTENCIA DE LOS DOMINGOS
En una de las tantas plazas polvorientas del barrio
cerca de veinte, o más, preparan un asadito.
Desde la ventana, en la penumbra fresca,
mientras pienso en mi desgano los veo, oigo sus risas.
Apenas distingo con claridad el color de las ropas,
pelos despeinados, brillos, son chicos y chicas sin edad.
No sé porqué me acuerdo de Bretch, un verso:
"La esperanza es la solidaridad del oprimido por el oprimido"
Ahora, sin aviso, llega el viento roto de un aplauso
y me pregunto si aun tengo ese libro, al menos el poema.
Ya todos parados cantan la Marcha conocida por todos,
desafinados, y algunos gritan como oprimidos solidarios.
Así que por el momento no voy a bajar la persiana,
el solcito de la siesta da para más, hasta para ir a la plaza.
En una de las tantas plazas polvorientas del barrio
cerca de veinte, o más, preparan un asadito.
Desde la ventana, en la penumbra fresca,
mientras pienso en mi desgano los veo, oigo sus risas.
Apenas distingo con claridad el color de las ropas,
pelos despeinados, brillos, son chicos y chicas sin edad.
No sé porqué me acuerdo de Bretch, un verso:
"La esperanza es la solidaridad del oprimido por el oprimido"
Ahora, sin aviso, llega el viento roto de un aplauso
y me pregunto si aun tengo ese libro, al menos el poema.
Ya todos parados cantan la Marcha conocida por todos,
desafinados, y algunos gritan como oprimidos solidarios.
Así que por el momento no voy a bajar la persiana,
el solcito de la siesta da para más, hasta para ir a la plaza.
PEREGRINO MODERNO
Juntar al pasar alguna de esas piedritas perdidas,
y olvidar a los automóviles,
al sol siempre solo detrás de los edificios.
A cada minuto patear una palabra,
y después a todas.
Arrodillado, como un lobo, aullar a un semáforo.
Solo detenerse a respirar los árboles;
y verse al partir, feliz,
en el fondo de los charcos sucios del cordón.
A veces, comer algún gladiolo de un jardín
y esquivar la sombra.
Andar sin rumbo hasta que el adentro sea desierto.
Juntar al pasar alguna de esas piedritas perdidas,
y olvidar a los automóviles,
al sol siempre solo detrás de los edificios.
A cada minuto patear una palabra,
y después a todas.
Arrodillado, como un lobo, aullar a un semáforo.
Solo detenerse a respirar los árboles;
y verse al partir, feliz,
en el fondo de los charcos sucios del cordón.
A veces, comer algún gladiolo de un jardín
y esquivar la sombra.
Andar sin rumbo hasta que el adentro sea desierto.
OTRA VENGANZA
Ya son demasiados los mismos errores,
las traiciones,
sus viejas trampas inútiles y falsas.
El tiempo pasó hace un largo rato
y se enreda
en el humo del último cigarrillo.
Hasta lastima cualquier recuerdo;
o la luz
que ahora llega tan suave desde el sol.
Ningún piolín suelto en la trama,
ni un indicio.
Solo aburre esperar el desenlace obvio.
Por suerte no es el príncipe Hamlet,
no tiene dudas:
nada le impide vengar a su propia vida.
Ya son demasiados los mismos errores,
las traiciones,
sus viejas trampas inútiles y falsas.
El tiempo pasó hace un largo rato
y se enreda
en el humo del último cigarrillo.
Hasta lastima cualquier recuerdo;
o la luz
que ahora llega tan suave desde el sol.
Ningún piolín suelto en la trama,
ni un indicio.
Solo aburre esperar el desenlace obvio.
Por suerte no es el príncipe Hamlet,
no tiene dudas:
nada le impide vengar a su propia vida.
TRAMPAS DEL JUEGO
Un buen día decidió hacerle caso a Blaise Pascal.
Y apostó y perdió;
ni las cartas, los caballos, la lotería, el bingo.
Ahora quiere jugar a la ruleta rusa.
Contra la mala suerte,
ya se compró ese revolver,
tan liviano, le cuesta creer que sea real.
Por las dudas,
aunque nunca hizo trampa,
le coloca todas las balas; y como siempre
el temblor antes de tirar la ficha.
No cierra los ojos, la luna tan blanca.
Ahora sabe que va a ser el ganador...y Pascal también.
Un buen día decidió hacerle caso a Blaise Pascal.
Y apostó y perdió;
ni las cartas, los caballos, la lotería, el bingo.
Ahora quiere jugar a la ruleta rusa.
Contra la mala suerte,
ya se compró ese revolver,
tan liviano, le cuesta creer que sea real.
Por las dudas,
aunque nunca hizo trampa,
le coloca todas las balas; y como siempre
el temblor antes de tirar la ficha.
No cierra los ojos, la luna tan blanca.
Ahora sabe que va a ser el ganador...y Pascal también.
sábado, 8 de octubre de 2016
EXCRITURA DE E.E. CUMMINGS
Cuando el uno se convierte en dos es la dicha.
Ya no acontece la muerta
y la cantidad explota en la belleza.
Uno es el canto del ángel;
el otro, los coros del diablo.
Así la vida crece adentro de la felicidad.
Todo se pierde y se encuentra.
Los cuerpos se abren al milagro.
Entonces los dos se convierten en millones de sueños.
Cuando el uno se convierte en dos es la dicha.
Ya no acontece la muerta
y la cantidad explota en la belleza.
Uno es el canto del ángel;
el otro, los coros del diablo.
Así la vida crece adentro de la felicidad.
Todo se pierde y se encuentra.
Los cuerpos se abren al milagro.
Entonces los dos se convierten en millones de sueños.
ASTROLOGÍA PERONISTA
Será por culpa de la comida del zonzo,
tantos hogares sin trabajo
y el aburrimiento fácil de los tristes poetas
que yo, nacido en las orlas del kitsch,
en pleno conurbano bonaerense,
madrugo al patio de las noches
para contar una por una a las estrellas.
Pero asomado al tapial del fondo
el viejo compañero Tito dice que no:
siempre lo que importa es el Movimiento
-esas constelaciones que iluminan al Plaza-
y bailar y saltar, y perderse y encontrarse;
por lo menos mientras al sueño
van llegando los bombos y los cantitos.
Así charlamos un rato largo y después
nos quedamos dormidos mirando la luna,
justo cuando el General vuelve a salir al balcón.
Será por culpa de la comida del zonzo,
tantos hogares sin trabajo
y el aburrimiento fácil de los tristes poetas
que yo, nacido en las orlas del kitsch,
en pleno conurbano bonaerense,
madrugo al patio de las noches
para contar una por una a las estrellas.
Pero asomado al tapial del fondo
el viejo compañero Tito dice que no:
siempre lo que importa es el Movimiento
-esas constelaciones que iluminan al Plaza-
y bailar y saltar, y perderse y encontrarse;
por lo menos mientras al sueño
van llegando los bombos y los cantitos.
Así charlamos un rato largo y después
nos quedamos dormidos mirando la luna,
justo cuando el General vuelve a salir al balcón.
viernes, 7 de octubre de 2016
TIEMPOS MUERTOS
Cada día que pasa, pasa,
y después de sus frases inútiles
vuelve a recordar ese gesto,
el decidido y último de Pavese.
Ahora mira la ventana,
los árboles detrás de las rejas;
nada más que eso, una caída
y el mismo humo del cigarro.
Podría releer a Pessoa
y deshacerse con su compañía.
O quedarse así, adentro,
disfrutar del blanco cielo raso.
Aun no se anima...o duda.
Será la cobardía o la anhedonia;
pero además, ¿para qué?,
si en verdad ni pasan los días.
Pero peores son los versos
que se consuelan con la queja;
el pan todavía es el pan
y la luna, tan blanca, tan lejana.
Cada día que pasa, pasa,
y después de sus frases inútiles
vuelve a recordar ese gesto,
el decidido y último de Pavese.
Ahora mira la ventana,
los árboles detrás de las rejas;
nada más que eso, una caída
y el mismo humo del cigarro.
Podría releer a Pessoa
y deshacerse con su compañía.
O quedarse así, adentro,
disfrutar del blanco cielo raso.
Aun no se anima...o duda.
Será la cobardía o la anhedonia;
pero además, ¿para qué?,
si en verdad ni pasan los días.
Pero peores son los versos
que se consuelan con la queja;
el pan todavía es el pan
y la luna, tan blanca, tan lejana.
EXCRITURA DE KARL KRAUS
En mi ciudad, en todas las esquinas, querido Karl,
cualquier charla
suma un nuevo capítulo a tu desdichada obra.
Cada lugar común aplata, a cada instante, la vida;
da miedito,
y son demasiado los que festejan la estupidez.
Los pescados encerrados en la trampa de las redes:
gritos mudos,
o frases rotas para ocultar la mueca más tonta.
Parece que sí, hace rato se fueron los últimos días;
ni siquiera,
aunque no faltan, escuchamos a las víctimas.
Tampoco yo, lo reconozco, me animo a dar ese paso
y callar, para siempre.
Hasta el silencio, querido Karl, es puro ruido.
A veces en un sueño vuelvo a encender tu antorcha,
pero también es inútil:
ya no quedan ni las cenizas de alguna palabrita.
En mi ciudad, en todas las esquinas, querido Karl,
cualquier charla
suma un nuevo capítulo a tu desdichada obra.
Cada lugar común aplata, a cada instante, la vida;
da miedito,
y son demasiado los que festejan la estupidez.
Los pescados encerrados en la trampa de las redes:
gritos mudos,
o frases rotas para ocultar la mueca más tonta.
Parece que sí, hace rato se fueron los últimos días;
ni siquiera,
aunque no faltan, escuchamos a las víctimas.
Tampoco yo, lo reconozco, me animo a dar ese paso
y callar, para siempre.
Hasta el silencio, querido Karl, es puro ruido.
A veces en un sueño vuelvo a encender tu antorcha,
pero también es inútil:
ya no quedan ni las cenizas de alguna palabrita.
CERTEZA FINAL DE LAS EXCRITURAS
Sin ninguna duda, lo sabe,
hace rato camina para borrar sus huellas.
Además, ayer se trepó a un árbol
y sin querer se resbaló del último cielo.
A veces grita su nombre a las alcantarillas,
pero no responde ni el silencio.
Ahora mira a sus zapatos
y siente a los cordones ahorcar la realidad.
Ya no soporta los pájaros,
aprieta sus oídos para evitar sus cantos.
Lejos, al fin aparece un puente;
agradecido sonríe, del otro lado no hay nada.
Sin ninguna duda, lo sabe,
hace rato camina para borrar sus huellas.
Además, ayer se trepó a un árbol
y sin querer se resbaló del último cielo.
A veces grita su nombre a las alcantarillas,
pero no responde ni el silencio.
Ahora mira a sus zapatos
y siente a los cordones ahorcar la realidad.
Ya no soporta los pájaros,
aprieta sus oídos para evitar sus cantos.
Lejos, al fin aparece un puente;
agradecido sonríe, del otro lado no hay nada.
jueves, 6 de octubre de 2016
A LOS SOBREVIVIENTES
Ya se olvidó de la desesperación.
No escucha
ni ve, pero aun camina.
Nada podrá detenerlo,
nadie, hasta llegar
al precipicio y entrar a la casa.
Esas paredes cuidan su pasado,
tantos cadáveres
que todavía lamentan vida.
Sentado frente al jardín
solo mira un árbol.
A veces conversa con su sombra.
Ya se olvidó de la desesperación.
No escucha
ni ve, pero aun camina.
Nada podrá detenerlo,
nadie, hasta llegar
al precipicio y entrar a la casa.
Esas paredes cuidan su pasado,
tantos cadáveres
que todavía lamentan vida.
Sentado frente al jardín
solo mira un árbol.
A veces conversa con su sombra.
martes, 4 de octubre de 2016
UN BALANCE ARBITRARIO
Escuchame apenas un poquito, pelotudo:
leíste lo que quisiste, a los mejores;
viste el primer gol inolvidable de Nahuel,
hiciste mil veces la revolución en Epuyén
conociste a Ceci, a Flor, a Del;
te sonrió la más hermosa puta de Praga;
tenés un autógrafo trucho del Diego;
viste a Fellini, a Wenders, ¡a Favio!,
ni hablar de los Beatles y Miles Davis,
volviste borracho por las calles de la Quebrada;
tu viejo te hizo los mejores asados del mundo;
cantaste la Marcha en la casa de gobierno;
y una noche le diste la mano a Charly García.
Decíme, ¿todavía querés más, Gustavito?
Bueno, entonces aguantá y no te quejes...viví.
Escuchame apenas un poquito, pelotudo:
leíste lo que quisiste, a los mejores;
viste el primer gol inolvidable de Nahuel,
hiciste mil veces la revolución en Epuyén
conociste a Ceci, a Flor, a Del;
te sonrió la más hermosa puta de Praga;
tenés un autógrafo trucho del Diego;
viste a Fellini, a Wenders, ¡a Favio!,
ni hablar de los Beatles y Miles Davis,
volviste borracho por las calles de la Quebrada;
tu viejo te hizo los mejores asados del mundo;
cantaste la Marcha en la casa de gobierno;
y una noche le diste la mano a Charly García.
Decíme, ¿todavía querés más, Gustavito?
Bueno, entonces aguantá y no te quejes...viví.
EXCRITURA DE ATAHUALPA O UN PEREGRINO
Mi destino, será.
En el adentro
y último:
el silencio de la guitarra
Ya perdido y lejos,
no sé
si apenitas soy piedra
en el camino.
Nunca llego
ni tampoco me voy;
ni siquiera
puedo soñar el río.
Mi destino, será.
En el adentro,
y último:
el silencio de la guitarra.
Mi destino, será.
En el adentro
y último:
el silencio de la guitarra
Ya perdido y lejos,
no sé
si apenitas soy piedra
en el camino.
Nunca llego
ni tampoco me voy;
ni siquiera
puedo soñar el río.
Mi destino, será.
En el adentro,
y último:
el silencio de la guitarra.
ROPERO DE LAS EXCRITURAS
Apenas el velador y la luz rota
y ese cansancio de otro cuerpo, sin sueños.
Para colmo, en el espejo
la burla de las viejas costillas mudas.
Así que antes que la rutina
quizás conviene esconderse en el ropero.
Ahí la realidad cuelga sin ganas
en las siluetas liberadas de las perchas.
Claro que no ve se casi nada,
¿pero no es un alivio olvidar las formas?
Solo hay que aguantar esa oscuridad
para que sea otra y demasiado tarde o lejos.
Después, con cuidado, abrir las puertas
y dejar salir solo a los zapatos, y que se jodan.
Apenas el velador y la luz rota
y ese cansancio de otro cuerpo, sin sueños.
Para colmo, en el espejo
la burla de las viejas costillas mudas.
Así que antes que la rutina
quizás conviene esconderse en el ropero.
Ahí la realidad cuelga sin ganas
en las siluetas liberadas de las perchas.
Claro que no ve se casi nada,
¿pero no es un alivio olvidar las formas?
Solo hay que aguantar esa oscuridad
para que sea otra y demasiado tarde o lejos.
Después, con cuidado, abrir las puertas
y dejar salir solo a los zapatos, y que se jodan.
domingo, 2 de octubre de 2016
sábado, 1 de octubre de 2016
EXCRITURA BAJO EL VOLCÁN
No hay remedio, solo en la penumbra de algún barcito,
perdido y casi infeliz,
es posible intentar una excritura de Malcom Lowry.
De todas maneras, es verdad que cualquier hospital,
cuando cayó el sol,
también puede ser el fondo brutal de Cuernavaca.
El volcán son esos gemidos rotos de cada noche,
la vieja sed que arde;
y cada desesperación apenas otro trago del Cónsul.
Tan solo son reales los temblores de las alucinaciones,
por eso su música preferida,
ahora, es el sonido sordo de las camillas en el pasillo.
Igual no hay que lamentarse, así fue y es esta vida:
al final se pierde, siempre;
pero la enfermera, ay, se olvida de escuchar sus latidos.
No hay remedio, solo en la penumbra de algún barcito,
perdido y casi infeliz,
es posible intentar una excritura de Malcom Lowry.
De todas maneras, es verdad que cualquier hospital,
cuando cayó el sol,
también puede ser el fondo brutal de Cuernavaca.
El volcán son esos gemidos rotos de cada noche,
la vieja sed que arde;
y cada desesperación apenas otro trago del Cónsul.
Tan solo son reales los temblores de las alucinaciones,
por eso su música preferida,
ahora, es el sonido sordo de las camillas en el pasillo.
Igual no hay que lamentarse, así fue y es esta vida:
al final se pierde, siempre;
pero la enfermera, ay, se olvida de escuchar sus latidos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)