EXCRITURA DE CAMILA, DE ENRIQUE MOLINA
Las instituciones son un fetiche para exorcizar el horror.
El arrullo cómplice de las palomas en la iglesia:
Camila ya se siente la hembra en la vida
y el cura Ladislao rompe siglos de encierro.
A uno y otro los unen las visiones, el llamado carnal.
El deseo se consagra en las verdaderas campanas
y por fin se redimen los pecados del mundo.
Después huyen, perdidos, lejos de la salvación;
pero es demasiado bello, y todos festejan su sangre.
La sociedad, como siempre, se organiza para matar el amor.
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