sábado, 26 de noviembre de 2016

AL COMANDANTE

En ese poema te comparaban con un caballo
y era verdad, si yo te veía galopar.
Lástima que hoy no lo pude encontrar y leer,
sentir por lo menos en algunos versos
que todavía y siempre, ese viento libre.
Un caballo tan fiel y tan enorme...
más testarudo que toda la historia,
con sus dolores, humillaciones, pesares.
¿A dónde se te ocurrió ir ahora, Fidel?
Igual te entiendo, así eran esas crines y vos;
nadie pudo domarte nunca, ni la muerte.
Pero algún día voy a encontrar ese poema,
porque también eras amor y belleza
y sé que nada podrá contra tus relinchos rebeldes.

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