EXCRITURA DE CARLOS DRUMMOND DE ANDRADE
Al compañero Sposato
El agua está podrida en este mundo
y mi mano, más sucia.
No sirve la excusa de un jabón
o un gesto.
Tampoco esconder su vergüenza,
la propia humillación.
De prisa, abrirla y cortar, ¡ahora!,
sin una queja.
Ya vendrá esa otra mano, victoriosa,
el puño de la dignidad.
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