21
Solo ante el baldío,
de pie,
para deletrear el cielo
miércoles, 31 de mayo de 2017
20
Bajo el hombre triste, más adentro,
tan lentamente,
el consuelo del poema;
Un sollozo de agua
al revés del cielo,
Solo el niño escucha la orilla,
a punto de miedo,
el otro reflejar.en el reflejo.
Justo el crepúsculo
entre las piedras mudas..
Aun más triste, el hombre,
caído en una coma,
ya olvida la lengua libre de los juncos.
Bajo el hombre triste, más adentro,
tan lentamente,
el consuelo del poema;
Un sollozo de agua
al revés del cielo,
Solo el niño escucha la orilla,
a punto de miedo,
el otro reflejar.en el reflejo.
Justo el crepúsculo
entre las piedras mudas..
Aun más triste, el hombre,
caído en una coma,
ya olvida la lengua libre de los juncos.
19
Acá, y siempre perdida en mi memoria,
la caricia de la lámpara, llama viva;
apenas unas pocas sílabas
juntan la eternidad de los deseos.
¿Para qué encender la luz
si el llamado viene de la casa?
Ese aroma que mira al crepúsculo
ya imaginado en su ventana,
sin el reflejo de esta nieve, un rezo,
el poema comenzado en otro hemisferio.
Acá, y siempre perdida en mi memoria,
la caricia de la lámpara, llama viva;
apenas unas pocas sílabas
juntan la eternidad de los deseos.
¿Para qué encender la luz
si el llamado viene de la casa?
Ese aroma que mira al crepúsculo
ya imaginado en su ventana,
sin el reflejo de esta nieve, un rezo,
el poema comenzado en otro hemisferio.
17
La verdad apenas hechas de esas imágenes,
como vereda que da al poniente;
desde temprano, siempre, la esperamos
y ahora es de noche
y ni siquiera llegamos a sus pies.
El santo de nuestros sueños
ya se despierta y reza
en un cuerpo fatigado de servir a Dios;
su búsqueda desesperada
hasta en el alto ciprés del campo.
La verdad solo para mirarse a sí misma, ciega.
La verdad apenas hechas de esas imágenes,
como vereda que da al poniente;
desde temprano, siempre, la esperamos
y ahora es de noche
y ni siquiera llegamos a sus pies.
El santo de nuestros sueños
ya se despierta y reza
en un cuerpo fatigado de servir a Dios;
su búsqueda desesperada
hasta en el alto ciprés del campo.
La verdad solo para mirarse a sí misma, ciega.
martes, 30 de mayo de 2017
9
Ya entrada la mañana,
el fino rocío sobre esos rosales
y el incendio de cielo.
Tienes a los pájaros,
el lugar donde al fin volaron
y en alguna parte el yo.
El tiempo a destiempo,
estas pocas palabras en lo solo
y el hilo invisible de luz.
Poco importa el poema,
el juego musical de los versos
y la infinita distancia.
Ya entrada la mañana,
el fino rocío sobre esos rosales
y el incendio de cielo.
Tienes a los pájaros,
el lugar donde al fin volaron
y en alguna parte el yo.
El tiempo a destiempo,
estas pocas palabras en lo solo
y el hilo invisible de luz.
Poco importa el poema,
el juego musical de los versos
y la infinita distancia.
8
Vuelto en jardín el hombre solo.
Enfrentado a una realidad de luz,
esa espera frágil en el suceder.
Así pasa el tiempo en el afuera,
más adentro que el otro tiempo.
Ni los árboles ni todas las flores,
el aire apenas impone susurros:
decidirse a escribir un poema,
la antigua magia de la curación.
En esta hora que aprieta tu silencio,
siento las palabras como un niño.
Vuelto en jardín el hombre solo.
Enfrentado a una realidad de luz,
esa espera frágil en el suceder.
Así pasa el tiempo en el afuera,
más adentro que el otro tiempo.
Ni los árboles ni todas las flores,
el aire apenas impone susurros:
decidirse a escribir un poema,
la antigua magia de la curación.
En esta hora que aprieta tu silencio,
siento las palabras como un niño.
7
Palabras, las tardes miradas desde un rincón,
detenidas en un niño.
Descuidos del andar inmóvil,
alrededor o adentro,
abierto a todo el tiempo
y esos perdidos paisaje natales.
El contemplar arboles
que de a poco, casi al borde,
ya oscurecen el regazo.
¿Hay fantasmas en las flores,
y el jardín, luz en la luz?
Otra lengua, incógnita.
Apenas imágenes,el poema siempre por llegar.
Palabras, las tardes miradas desde un rincón,
detenidas en un niño.
Descuidos del andar inmóvil,
alrededor o adentro,
abierto a todo el tiempo
y esos perdidos paisaje natales.
El contemplar arboles
que de a poco, casi al borde,
ya oscurecen el regazo.
¿Hay fantasmas en las flores,
y el jardín, luz en la luz?
Otra lengua, incógnita.
Apenas imágenes,el poema siempre por llegar.
6
No te olvidas que fuimos esas imágenes.
Del calor de las velas,
del labio que ausenta el rezo,
del ciervo acosada por la jauría,
del miedo que se apretuja entre tus manos,
del regreso por los maizales,
del llamado afuera del tiempo,
del plato blanco reluciente,
del calorcito que subía del regazo,
del paisaje en la fuga, que ahora es nadie,
del libro por venir,
del silencio que te encuentra,
del muerto que serás algún día,
del viento en esta nada,
del comienzo y el final de la frase.
No te olvides de estar en todas partes, perdido.
No te olvidas que fuimos esas imágenes.
Del calor de las velas,
del labio que ausenta el rezo,
del ciervo acosada por la jauría,
del miedo que se apretuja entre tus manos,
del regreso por los maizales,
del llamado afuera del tiempo,
del plato blanco reluciente,
del calorcito que subía del regazo,
del paisaje en la fuga, que ahora es nadie,
del libro por venir,
del silencio que te encuentra,
del muerto que serás algún día,
del viento en esta nada,
del comienzo y el final de la frase.
No te olvides de estar en todas partes, perdido.
lunes, 29 de mayo de 2017
domingo, 28 de mayo de 2017
EXCRITURAS DE ARNALDO CALVEYRA
1
Las casas que volvían se han parado,
esa vida pasada en la mirada.
Será este frío, o la infancia.
Pero el aroma sigue transpirando raíz,
un canal silencioso en la noche.
La hora en que los campos
por un instante solo son un álamo.
Apenas las frágiles visiones,
desesperadas, sin las palabras.
Pero llegan las calandrias salvajes,
su presencia real a mi alrededor.
Las casas, después, siempre calladas,
volando salen afuera en el más adentro.
1
Las casas que volvían se han parado,
esa vida pasada en la mirada.
Será este frío, o la infancia.
Pero el aroma sigue transpirando raíz,
un canal silencioso en la noche.
La hora en que los campos
por un instante solo son un álamo.
Apenas las frágiles visiones,
desesperadas, sin las palabras.
Pero llegan las calandrias salvajes,
su presencia real a mi alrededor.
Las casas, después, siempre calladas,
volando salen afuera en el más adentro.
sábado, 27 de mayo de 2017
31
Tuviste tanto tiempo a tu muerte
y así crecí para tu ser.
Pasé por vos a los hermosos días,
al calor de tu animal.
Siempre supiste el ésto que hay,
solo imposibles.
Desde muy chico por vos creado,
me rebelé de vos.
No sé cómo escribiste mi cuerpo,
apenas un chirlo.
Así que decidí escribir a tus ojos,
adentro de poemas.
Tu vida fue más que mis yoes,
vos lavaste mis pañales.
Yo desciendo y asciendo tus pechos,
sin temor, gracia pura.
Tuviste tanto tiempo a tu muerte
y así crecí para tu ser.
Pasé por vos a los hermosos días,
al calor de tu animal.
Siempre supiste el ésto que hay,
solo imposibles.
Desde muy chico por vos creado,
me rebelé de vos.
No sé cómo escribiste mi cuerpo,
apenas un chirlo.
Así que decidí escribir a tus ojos,
adentro de poemas.
Tu vida fue más que mis yoes,
vos lavaste mis pañales.
Yo desciendo y asciendo tus pechos,
sin temor, gracia pura.
28
Claro que nadie puede saber el decir del no decir.
Igual sucede con el mirar;
cualquier mirada se va, inventa sueños.
O el típico velorio del solo.
En realidad, quiero decir: cenizas y luz.
El pañuelito todo roto
en ese cofre del más secreto.
Para el adentro siempre llora la risa,
las humillaciones y la ventana:
esas piedras convertidas en la flor.
Y el silencio no se aguanta los aullidos,
tantos animales del amor.
Aunque eso tampoco importa,
hasta el cielo suele ser de mentira.
Pero los practicantes del afuera del espejo
ya descubrirán a los otros en su cuerpo: la poesía.
Claro que nadie puede saber el decir del no decir.
Igual sucede con el mirar;
cualquier mirada se va, inventa sueños.
O el típico velorio del solo.
En realidad, quiero decir: cenizas y luz.
El pañuelito todo roto
en ese cofre del más secreto.
Para el adentro siempre llora la risa,
las humillaciones y la ventana:
esas piedras convertidas en la flor.
Y el silencio no se aguanta los aullidos,
tantos animales del amor.
Aunque eso tampoco importa,
hasta el cielo suele ser de mentira.
Pero los practicantes del afuera del espejo
ya descubrirán a los otros en su cuerpo: la poesía.
26
Abandonaron el más poder de ese niño,
lo mataron
y no se dio cuenta casi nadie.
Sin saber qué lo trajo
a la tierra que no lo esperó;
él tuvo poco tiempo:
apenas brazos, pelos, asombros.
A veces comía hormigas
o plantas
o volcanes aun encendidos.
Pero la mariposa de las sombras,
todos, lo escupieron sin asco;
los conocidos antifaces del miedo,
indiferencias, muchas furias.
Su belleza, insoportable..
Patearon sus juguetes,
las arpilleras soñadas de su realeza,
y ya no se puede abrigar su frío
y el espanto es todo la esperanza.
¡Ay, difícil pelear al corazón de los odios!
Abandonaron el más poder de ese niño,
lo mataron
y no se dio cuenta casi nadie.
Sin saber qué lo trajo
a la tierra que no lo esperó;
él tuvo poco tiempo:
apenas brazos, pelos, asombros.
A veces comía hormigas
o plantas
o volcanes aun encendidos.
Pero la mariposa de las sombras,
todos, lo escupieron sin asco;
los conocidos antifaces del miedo,
indiferencias, muchas furias.
Su belleza, insoportable..
Patearon sus juguetes,
las arpilleras soñadas de su realeza,
y ya no se puede abrigar su frío
y el espanto es todo la esperanza.
¡Ay, difícil pelear al corazón de los odios!
25
Puedo escribir la palabra amor,
ternura, hueso, tigre.
O comprar un juguete a mi hijo,
ya sido, un color.
Soñar un llanto para mi madre,
el sol y la pobreza.
Creer lo que nunca podré saber,
el único silencio.
Pero la poesía solo come la vida,
sin dioses, intocable.
Amores, ternuras, huesos, tigres,
movimientos de lo real.
Puedo escribir la palabra amor,
ternura, hueso, tigre.
O comprar un juguete a mi hijo,
ya sido, un color.
Soñar un llanto para mi madre,
el sol y la pobreza.
Creer lo que nunca podré saber,
el único silencio.
Pero la poesía solo come la vida,
sin dioses, intocable.
Amores, ternuras, huesos, tigres,
movimientos de lo real.
24
Solo una rosa sostiene este mundo.
Por más anuncios que le pongan
la nada propia es inútil;
un fierro que todavía arde,
no golpeado, en llagas de amor.
Cada rostro es la tierra,
clamor de sol y oleaje de luna;
lejos de tantos odios,
atrásalante emperrados corazones.
Miles y miles de pedazos
que aun sangran para encontrar paz.
Solo una rosa sostiene este mundo.
Por más anuncios que le pongan
la nada propia es inútil;
un fierro que todavía arde,
no golpeado, en llagas de amor.
Cada rostro es la tierra,
clamor de sol y oleaje de luna;
lejos de tantos odios,
atrásalante emperrados corazones.
Miles y miles de pedazos
que aun sangran para encontrar paz.
22
La sombra vuelve a andar,
las calles con olores desconocidos.
Un estupor cada mirada,
esa llaga que enferma de amor.
En medio de los corazones,
un temblor como último presagio
Tu palabra en las paredes,
sangre, solo escribe el miedo.
Nadie puede irse
ni quedarse, todo es oscuridad.
El sol olvida las miserias,
ya huyeron los animales del placer.
La sombra vuelve a andar,
las calles con olores desconocidos.
Un estupor cada mirada,
esa llaga que enferma de amor.
En medio de los corazones,
un temblor como último presagio
Tu palabra en las paredes,
sangre, solo escribe el miedo.
Nadie puede irse
ni quedarse, todo es oscuridad.
El sol olvida las miserias,
ya huyeron los animales del placer.
viernes, 26 de mayo de 2017
21
El dolor y el amor vacían a los astros
que nunca se van, no tienen deudas.
Sin permiso recorren adentros
o escapan si se distrae la mirada.
Todo el cielo, mudo, es cómplice:
siempre se calla sus secretos.
En la trastienda de las lenguas
nadie se anima a fijar las leyes,
a muchos les preocupan los ruidos,
otros, fabrican cera y mástiles.
Pero a ninguna la importa la verdad
cuando despiertan de algún sueño
y la madrugada avanza con el sol
y acaricia a los muertos y los vivos.
Así transcurren los tantos tiempos
hasta la mutación de los amantes en luz.
El dolor y el amor vacían a los astros
que nunca se van, no tienen deudas.
Sin permiso recorren adentros
o escapan si se distrae la mirada.
Todo el cielo, mudo, es cómplice:
siempre se calla sus secretos.
En la trastienda de las lenguas
nadie se anima a fijar las leyes,
a muchos les preocupan los ruidos,
otros, fabrican cera y mástiles.
Pero a ninguna la importa la verdad
cuando despiertan de algún sueño
y la madrugada avanza con el sol
y acaricia a los muertos y los vivos.
Así transcurren los tantos tiempos
hasta la mutación de los amantes en luz.
20
No sé si soy el fantasma que me visita
o lo visito yo, cuando puedo ser niño.
Esas trampas de lo que no escribo
para volver a la primera casa, a irme
y equivocarme con amores y dolores.
Apenas interrupciones de otro aire
que agita las nubes de aquel cielo,
como fulgores de hojas en la plaza
que crepitan si máma me llama, grita
y mi nombre es distinto, casi poesía.
Pero el sol todavía debe ser el mismo,
el que brilla sobre los árboles, la patria.
Un caballito que golpea en mis versos,
el de la calesita, y me obliga a dar vueltas.
No sé si soy el fantasma que me visita
o lo visito yo, cuando puedo ser niño.
Esas trampas de lo que no escribo
para volver a la primera casa, a irme
y equivocarme con amores y dolores.
Apenas interrupciones de otro aire
que agita las nubes de aquel cielo,
como fulgores de hojas en la plaza
que crepitan si máma me llama, grita
y mi nombre es distinto, casi poesía.
Pero el sol todavía debe ser el mismo,
el que brilla sobre los árboles, la patria.
Un caballito que golpea en mis versos,
el de la calesita, y me obliga a dar vueltas.
19
Siempre cada letra hace su pasión
con su ferocidad ante las puertas.
El silencio busca algo que decir,
esa noche tan clara, la pesadumbre.
Un música lejana sin la distancia,
más allá de los amores y la fiebre.
Eso que justo pasó aquella vez
en esta vez: vinieron, vendrán...
Claro que el aroma de la vida
también es el aroma de la muerte,
como hablar de los bueyes perdidos
y encontrarlos solos en algún verso.
La idea ya se escapa, no quiere
ni siquiera ese ritmo de los árboles.
Siempre la materia aleja el poema
y la poca verdad, desnuda, en el alma.
Siempre cada letra hace su pasión
con su ferocidad ante las puertas.
El silencio busca algo que decir,
esa noche tan clara, la pesadumbre.
Un música lejana sin la distancia,
más allá de los amores y la fiebre.
Eso que justo pasó aquella vez
en esta vez: vinieron, vendrán...
Claro que el aroma de la vida
también es el aroma de la muerte,
como hablar de los bueyes perdidos
y encontrarlos solos en algún verso.
La idea ya se escapa, no quiere
ni siquiera ese ritmo de los árboles.
Siempre la materia aleja el poema
y la poca verdad, desnuda, en el alma.
18
Entre una piedra y el fulgor
o la lluvia y un barco,
la poesía se puso a trabajar
y no cierra la ventana.
Sin respeto por los domingos,
contra las viejas sombras,
el odio de las bestias,
como pobre de este mundo.
Una distancia que es milagro,
alrededor de golondrinas,
con ojos de arboleda
y su pensar en cada mano.
Por resplandor de ausencias
bajo un cielo del sur,
más abajo que la tierra,
en las formas de los huesos.
Entre el fulgor y la lluvia
o un barco y una piedra,
solita con su ternura,
y justo en el medio de vos,
de mí, para recobrar los latidos.
Entre una piedra y el fulgor
o la lluvia y un barco,
la poesía se puso a trabajar
y no cierra la ventana.
Sin respeto por los domingos,
contra las viejas sombras,
el odio de las bestias,
como pobre de este mundo.
Una distancia que es milagro,
alrededor de golondrinas,
con ojos de arboleda
y su pensar en cada mano.
Por resplandor de ausencias
bajo un cielo del sur,
más abajo que la tierra,
en las formas de los huesos.
Entre el fulgor y la lluvia
o un barco y una piedra,
solita con su ternura,
y justo en el medio de vos,
de mí, para recobrar los latidos.
17
Un buitre me vigila las entrañas.
No las devora, observa
y ama, como un niño sin sol
el adentro de las muchas penas.
Vencido en su gran derrota,
su furia junta las noches,
catástrofes de mi soledad,
y siglos y siglos sin abrazos.
Él no sabe que yo lo sé,
disimulo su presencia ajena,
aunque sienta sus alas
sus desesperados ojitos.
A veces piensa con sus garras,
como si fuera un humano,
la ilusión de los restos,
esa sangre negra de poemas muertos.
Un buitre me vigila las entrañas.
No las devora, observa
y ama, como un niño sin sol
el adentro de las muchas penas.
Vencido en su gran derrota,
su furia junta las noches,
catástrofes de mi soledad,
y siglos y siglos sin abrazos.
Él no sabe que yo lo sé,
disimulo su presencia ajena,
aunque sienta sus alas
sus desesperados ojitos.
A veces piensa con sus garras,
como si fuera un humano,
la ilusión de los restos,
esa sangre negra de poemas muertos.
16
Cuidado con el país que existe.
Ya no se vive todos los días,
peor las noches, sin pájaros, mudas.
Durante el día aparece el muro,
la sed que no bebe
y los estorbos del camino,
pestes, llantos, ombúes flaquitos.
Amenazas del sí contra el sí,
esas alma más cobardes,
impiadosas, rotas, cascotes
en las traiciones de las batallas.
Las ternuras pisoteadas,
hundidas en el fondo del retrete.
Cuidado con el país que no existe.
Cuidado con el país que existe.
Ya no se vive todos los días,
peor las noches, sin pájaros, mudas.
Durante el día aparece el muro,
la sed que no bebe
y los estorbos del camino,
pestes, llantos, ombúes flaquitos.
Amenazas del sí contra el sí,
esas alma más cobardes,
impiadosas, rotas, cascotes
en las traiciones de las batallas.
Las ternuras pisoteadas,
hundidas en el fondo del retrete.
Cuidado con el país que no existe.
jueves, 25 de mayo de 2017
15
¡Qué extraño bicho el del ser humano!,
cualquier piedra tiene que ver con él.
Esa alma que ta vez alzó vuelo,
ya dada, despojada, temblando coraje.
Apenas un animal de baldío
que come pastos secos, sin crecer.
Su ojo convertido en lo mirado
no necesita causa ni perdón.
Muchas veces también es inmortal
y causa daños,y no toca el amor.
Lo único que no pierde es la pérdida,
el cuerpo que nunca sabe, pasa.
Cierto resulta el vivir y cada vida,
aunque a solas, muda, lo piensa la piedra.
¡Qué extraño bicho el del ser humano!,
cualquier piedra tiene que ver con él.
Esa alma que ta vez alzó vuelo,
ya dada, despojada, temblando coraje.
Apenas un animal de baldío
que come pastos secos, sin crecer.
Su ojo convertido en lo mirado
no necesita causa ni perdón.
Muchas veces también es inmortal
y causa daños,y no toca el amor.
Lo único que no pierde es la pérdida,
el cuerpo que nunca sabe, pasa.
Cierto resulta el vivir y cada vida,
aunque a solas, muda, lo piensa la piedra.
14
Ese olor a miseria debajo de la cama
no duerme, abre pensamientos.
En cada luz de la noche
un cadáver extranjero, una piedra.
Yo intento escribir en el olvido
las dulzuras sufridas de las cosas;
o fundar otros pueblos,
míos, con soles sin preguntas.
A veces fumo y el humo
solo es visible en las cenizas.
Pero ni siquiera en sueños,
y peor la mugre del más adentro.
Habrá que mundar la burla de la luna.
Ese olor a miseria debajo de la cama
no duerme, abre pensamientos.
En cada luz de la noche
un cadáver extranjero, una piedra.
Yo intento escribir en el olvido
las dulzuras sufridas de las cosas;
o fundar otros pueblos,
míos, con soles sin preguntas.
A veces fumo y el humo
solo es visible en las cenizas.
Pero ni siquiera en sueños,
y peor la mugre del más adentro.
Habrá que mundar la burla de la luna.
13
Nadie sabe qué hacer con el Verbo
que no se puede declinar.
Resulta que lo comprensible,
una vez más, no se comprende.
Los clavos nunca clavan,
la luz busca su sombra,
el viento espanta los barcos,
las ventanas ciegan los cuerpos,
a los astros les falta sal,
las manos agrietan el vacío
que no puede escribir el llanto,
Resulta que los juguetes
ya devoran a los niños.
y la vida no significa vida
y, demasiado sucias,
las aguas olvidan cadáveres.
La palabra solo trae piel de caballos.
Nadie sabe qué hacer con el Verbo
que no se puede declinar.
Resulta que lo comprensible,
una vez más, no se comprende.
Los clavos nunca clavan,
la luz busca su sombra,
el viento espanta los barcos,
las ventanas ciegan los cuerpos,
a los astros les falta sal,
las manos agrietan el vacío
que no puede escribir el llanto,
Resulta que los juguetes
ya devoran a los niños.
y la vida no significa vida
y, demasiado sucias,
las aguas olvidan cadáveres.
La palabra solo trae piel de caballos.
11
Siempre el triste corazón de la piedra,
esa voz que no deja dormir.
Hemos aprendido a tenernos, perdernos,
pero aun no salimos al espacio,
por los alrededores de la impaciencia,
las vacilaciones o temblores ciegos.
Y hace frío en esta zona del país,
donde solo quedan las siluetas mudas
que cuelgan de los viejos dioses,
demasiadas llantos rabiosos,
sangres negras peor que pesadillas,
y nosotros todavía en la piedra del poema.
Siempre el triste corazón de la piedra,
esa voz que no deja dormir.
Hemos aprendido a tenernos, perdernos,
pero aun no salimos al espacio,
por los alrededores de la impaciencia,
las vacilaciones o temblores ciegos.
Y hace frío en esta zona del país,
donde solo quedan las siluetas mudas
que cuelgan de los viejos dioses,
demasiadas llantos rabiosos,
sangres negras peor que pesadillas,
y nosotros todavía en la piedra del poema.
9
El poema todavía busca a su tripulación
y lo que no se puede nombrar, nunca.
Aparta el amor con una mano
y con la otra, al sueño y la locura.
Solo quiere ser una aventura de niños,
esa dulzura triste más que el otoño.
Después flotará en cualquier charco
para viajar el agüita infinita del cordón.
El puro y sucio más allá de la palabra,
y obligará al futuro a volver una y otra vez.
El poema todavía busca a su tripulación
y lo que no se puede nombrar, nunca.
Aparta el amor con una mano
y con la otra, al sueño y la locura.
Solo quiere ser una aventura de niños,
esa dulzura triste más que el otoño.
Después flotará en cualquier charco
para viajar el agüita infinita del cordón.
El puro y sucio más allá de la palabra,
y obligará al futuro a volver una y otra vez.
7
Todavía el verso cava en las poesías,
se calcinan para inventar el horizonte;
y alrededor y adentro del mundo
la sombra arde en la palabra coraje.
Con ojos de hermosura aun escondida
donde siempre es el nacimiento,
la mierda y la sangre de otro futuro
que no olvida el latir y el gritar;
ese sentir más animal del espanto
hasta estallar amor en el baldío o país.
Todavía el verso cava en las poesías,
se calcinan para inventar el horizonte;
y alrededor y adentro del mundo
la sombra arde en la palabra coraje.
Con ojos de hermosura aun escondida
donde siempre es el nacimiento,
la mierda y la sangre de otro futuro
que no olvida el latir y el gritar;
ese sentir más animal del espanto
hasta estallar amor en el baldío o país.
6
Ya se sabe que acá toca el sufrir
y parir monstruos de ternura,
mientras se posa en las terrazas
el ser de todos los pajaritos,
que sopla amarguras de ángeles
como viejas estatuas de Dios
con cagaditas, graffitis y tangos;
ese ayer detenido en tristeza,
días y más días de lluvia
tan grande como pueblo sin pueblo;
apenas paraguas callados,
muecas rotas, solitariadas,
cabezas bajas hasta las veredas,
húmedos pedazos de versos
que a lo mejor algún día...
juntan las cóleras y las furias,
miran el cielo, cruzan las nubes,
y lloran felices abrazados al gran sol.
Ya se sabe que acá toca el sufrir
y parir monstruos de ternura,
mientras se posa en las terrazas
el ser de todos los pajaritos,
que sopla amarguras de ángeles
como viejas estatuas de Dios
con cagaditas, graffitis y tangos;
ese ayer detenido en tristeza,
días y más días de lluvia
tan grande como pueblo sin pueblo;
apenas paraguas callados,
muecas rotas, solitariadas,
cabezas bajas hasta las veredas,
húmedos pedazos de versos
que a lo mejor algún día...
juntan las cóleras y las furias,
miran el cielo, cruzan las nubes,
y lloran felices abrazados al gran sol.
miércoles, 24 de mayo de 2017
5
Claro que aquí también nacieron dulces hijos,
cada vez que canta versos la ciudad.
Sonidos que apenas se mueven
para brindar la tanta fatiga.
Así el tiempo ido se tropieza
en el estar y vuelve a serme.
Esas calladas distancias del sí
entre la gracia y su vacío, lo inmenso.
Siempre pedazos de la porfía,
picos que picotean las ventanas.
Y claro que también la poca sopa triste,
porque, seguro, que habrá más penas y olvido.
Claro que aquí también nacieron dulces hijos,
cada vez que canta versos la ciudad.
Sonidos que apenas se mueven
para brindar la tanta fatiga.
Así el tiempo ido se tropieza
en el estar y vuelve a serme.
Esas calladas distancias del sí
entre la gracia y su vacío, lo inmenso.
Siempre pedazos de la porfía,
picos que picotean las ventanas.
Y claro que también la poca sopa triste,
porque, seguro, que habrá más penas y olvido.
4
Ya vuelve la belleza de tu cuello
podrido y algas en la boca;
o todavía los dibujos en la celda
con sus desesperos, su sombra.
Ese penar de los pañales
donde mío solo es el dolor,
entre música de perros,
apenas temblores, y vidita rota.
Memoria frágil que pregunta
al tigre muerto de los juguetes.
Mi dedo aun moja su sangre, tu ser.
Ya vuelve la belleza de tu cuello
podrido y algas en la boca;
o todavía los dibujos en la celda
con sus desesperos, su sombra.
Ese penar de los pañales
donde mío solo es el dolor,
entre música de perros,
apenas temblores, y vidita rota.
Memoria frágil que pregunta
al tigre muerto de los juguetes.
Mi dedo aun moja su sangre, tu ser.
3
A cualquier hora, siempre vuelan gaviotas;
nadie se salva de existir.
Los ángeles del horizonte,
a veces, le arrancan las alas.
Y me crece el sufrimiento,
el silencio del sol bajo otro sol.
Apenas algún grito,
como la naranja en un niño,
detrás de ese metal de espanto
donde no hay directores:
la música es piedra y humo.
Ninguna huella en el cielo;
al mirar, solo viento de cenizas.
Por eso cuido que no se me caiga el amor.
A cualquier hora, siempre vuelan gaviotas;
nadie se salva de existir.
Los ángeles del horizonte,
a veces, le arrancan las alas.
Y me crece el sufrimiento,
el silencio del sol bajo otro sol.
Apenas algún grito,
como la naranja en un niño,
detrás de ese metal de espanto
donde no hay directores:
la música es piedra y humo.
Ninguna huella en el cielo;
al mirar, solo viento de cenizas.
Por eso cuido que no se me caiga el amor.
lunes, 22 de mayo de 2017
OSVALDO LAMBORGHINI
¿Aun puedo hablar
la lengua que nadie puede entender, mía?
¿Ya sabemos que sobramos?
¿Que ahora el ser es apenas otra parodia?
¿Y la locura no es juventud?
¿Ni las pasiones son el último intento?
¿Ya se calló la música?
¿También las braguetas y los corpiños?
¿Solo somos lo que fuimos?
¿A quien le importa lo que importa?
¿Me asomo al balcón
para tirarme, pero tampoco existe el destino?
¿Aun puedo hablar
la lengua que nadie puede entender, mía?
¿Ya sabemos que sobramos?
¿Que ahora el ser es apenas otra parodia?
¿Y la locura no es juventud?
¿Ni las pasiones son el último intento?
¿Ya se calló la música?
¿También las braguetas y los corpiños?
¿Solo somos lo que fuimos?
¿A quien le importa lo que importa?
¿Me asomo al balcón
para tirarme, pero tampoco existe el destino?
domingo, 21 de mayo de 2017
CÉSAR VALLEJO
¿Hoy no he de preguntar
si ya dejé ese traje de la injusticia y el olvido?
¿Tampoco si no he tenido madre,
ni súplica, ni sírvete, algún versito, nonada?
¿Ha triunfado otra ay
contra nadie, un filo, químicamente puro?
¿Y me duelo sin entender,
hondo, y cualquier causa carece de causa?
¿Hubimos de esplendor,
su oro en desgracia moqueando humillación?
¿Por entre estos dientes,
humeando, al fin salió mi raíz y mi piedra?
¿Todavía tengo esa forma
rota, camisa sin mañana, su estruendo mudo?
¿Hay golpes tan fuertes
como el del odio de Dios y los Cristos del alma?
¿Hoy no he de preguntar
si ya dejé ese traje de la injusticia y el olvido?
¿Tampoco si no he tenido madre,
ni súplica, ni sírvete, algún versito, nonada?
¿Ha triunfado otra ay
contra nadie, un filo, químicamente puro?
¿Y me duelo sin entender,
hondo, y cualquier causa carece de causa?
¿Hubimos de esplendor,
su oro en desgracia moqueando humillación?
¿Por entre estos dientes,
humeando, al fin salió mi raíz y mi piedra?
¿Todavía tengo esa forma
rota, camisa sin mañana, su estruendo mudo?
¿Hay golpes tan fuertes
como el del odio de Dios y los Cristos del alma?
FERNANDO PESSOA
¿Ser ni siquiera la nada,
solo una figura,
sin vida
ni muerte;
o esa cosa perdida,
una idea
inútil
y fea;
un cigarro,
la ceniza,
humo
aire;
y querer
querer que no,
tampoco
la tristeza;
ninguna máscara,
su ausencia,
lejana,
vacía,
o cualquiera,
nadie,
todos, lo mismo:
apenas un sueño en trance?
¿Ser ni siquiera la nada,
solo una figura,
sin vida
ni muerte;
o esa cosa perdida,
una idea
inútil
y fea;
un cigarro,
la ceniza,
humo
aire;
y querer
querer que no,
tampoco
la tristeza;
ninguna máscara,
su ausencia,
lejana,
vacía,
o cualquiera,
nadie,
todos, lo mismo:
apenas un sueño en trance?
EMILY DICKINSON
¿Aun dentro de mí, cabalgan los pájaros?
¿Las revelaciones rompen el color,
puro oro extinguiéndose en púrpura?
¿Nosotros seremos la flor?
¿Algún día podré encontrar el olvido,
esa gota que cae y abraza mi angustia?
¿Al fin alienta un leopardo?
¿Vivo otro firmamento sereno y hermoso
y sin pensar camino dentro del enigma?
¿Hay un más allá, como apenas una música?
¿Aun dentro de mí, cabalgan los pájaros?
¿Las revelaciones rompen el color,
puro oro extinguiéndose en púrpura?
¿Nosotros seremos la flor?
¿Algún día podré encontrar el olvido,
esa gota que cae y abraza mi angustia?
¿Al fin alienta un leopardo?
¿Vivo otro firmamento sereno y hermoso
y sin pensar camino dentro del enigma?
¿Hay un más allá, como apenas una música?
HUGO MUJICA
¿Soy acaso solo ese amor
con que no amo,
el alba todavía ciega?
¿Un oído apretado
contra su caracola,
atrapado en el desierto?
¿El recinto de la llamada
y después morir,
el silencio del hacer?
¿Un espejo de la nada,
su otro lado,
el reflejar propio y lejano?
¿El dolor de tanto soñar
que a veces,
a veces parte la vida?
¿Soy el eco de la plegaria,
su miedo a perder
la luna en la única noche?,
¿Soy acaso solo ese amor
con que no amo,
el alba todavía ciega?
¿Un oído apretado
contra su caracola,
atrapado en el desierto?
¿El recinto de la llamada
y después morir,
el silencio del hacer?
¿Un espejo de la nada,
su otro lado,
el reflejar propio y lejano?
¿El dolor de tanto soñar
que a veces,
a veces parte la vida?
¿Soy el eco de la plegaria,
su miedo a perder
la luna en la única noche?,
sábado, 20 de mayo de 2017
DIANA BELLESSI
¿Adonde se detiene la mirada encuentra al asombro?
¿El otro lado como un simple doblez
que no crece, empuja
a los indicios de belleza o pánico
para recordarnos algo del acá?
¿Los jazmines reincidentes de marzo
y la luna que rehacen la ilusión,
un verano de lo eterno
hasta inclinar caricias de sol?
¿El ensueño del humo de la salamdra
en el invierno de casa,
a ciegas, flotando,
como una niebla triste del cielo?
¿Primero lejos y luego bien adentro,
con los ojos abiertos
en la incierta luciérnaga, frágil,
deshaciendo el goce quieto?
¿Nunca vemos lo visible,
más bien sentimos lo que muestra el Es,
guiñando, oliendo, amando,
y a veces solo cenizas?
¿Adonde va, sin pensar, y se lava la única mirada?
¿Adonde se detiene la mirada encuentra al asombro?
¿El otro lado como un simple doblez
que no crece, empuja
a los indicios de belleza o pánico
para recordarnos algo del acá?
¿Los jazmines reincidentes de marzo
y la luna que rehacen la ilusión,
un verano de lo eterno
hasta inclinar caricias de sol?
¿El ensueño del humo de la salamdra
en el invierno de casa,
a ciegas, flotando,
como una niebla triste del cielo?
¿Primero lejos y luego bien adentro,
con los ojos abiertos
en la incierta luciérnaga, frágil,
deshaciendo el goce quieto?
¿Nunca vemos lo visible,
más bien sentimos lo que muestra el Es,
guiñando, oliendo, amando,
y a veces solo cenizas?
¿Adonde va, sin pensar, y se lava la única mirada?
JUAN CARLOS BUSTRIAZO ORTIZ
¿Puedes venirte con tu aire de miel
a cuajarme las serpientes?
¿Por el monte lejos de fieros
ruidos de herviderías,
¡ay!, soterrados relámpagos?
¿Con una calandria reventona
o un caballo de alma dorada,
a mi amoratado silencio?
¿Para la tan resplandora noche
que solo llueve a Dios,
alambrada sombra de luna?
¿Entre lo entrepálido y movido
bajo lo hermoso y temible
y lo a la vista y recóndito?
¿Puedes venirte a la amarga grande
y cantar con los tizones?
¿Puedes venirte con tu aire de miel
a cuajarme las serpientes?
¿Por el monte lejos de fieros
ruidos de herviderías,
¡ay!, soterrados relámpagos?
¿Con una calandria reventona
o un caballo de alma dorada,
a mi amoratado silencio?
¿Para la tan resplandora noche
que solo llueve a Dios,
alambrada sombra de luna?
¿Entre lo entrepálido y movido
bajo lo hermoso y temible
y lo a la vista y recóndito?
¿Puedes venirte a la amarga grande
y cantar con los tizones?
viernes, 19 de mayo de 2017
EXCRITURA DE HOMERO Y POUND
¿Los vientos soplan el llanto?
¿Son la poesía de la batalla?
¿O la nave en las olas del infierno?
¿Humo de los cadáveres?
¿Hechizos de la memoria?
¿Murmuran las ánimas?
¿-Nadie clama a los dioses?
¿Pasaron tantos siglos?
¿Quién escucha las voces?
¿Acaso es arte de la usura?
¿Será culpa de los otros?
¿Esta visión también es ciega?
¿Qué es lo que se puede ver?
Pobres poetas, solo tiene sus versos.
¿Los vientos soplan el llanto?
¿Son la poesía de la batalla?
¿O la nave en las olas del infierno?
¿Humo de los cadáveres?
¿Hechizos de la memoria?
¿Murmuran las ánimas?
¿-Nadie clama a los dioses?
¿Pasaron tantos siglos?
¿Quién escucha las voces?
¿Acaso es arte de la usura?
¿Será culpa de los otros?
¿Esta visión también es ciega?
¿Qué es lo que se puede ver?
Pobres poetas, solo tiene sus versos.
ARNALDO CALVEYRA
¿Apenas instante, la mirada inútil?
¿En borrador
sentado cerca de la sombra?
¿Ausencia por poco?
¿Un elemento falta en el aire?
¿Acaso sentido?
¿La palabra
frente a la mañana? ¿Ajena
entre las hojas rotas?
¿Ante los oráculos, ese orden?
¿El ritmo?
¿Soy el chorro de la fuente en la plaza?
¿Apenas instante, la mirada inútil?
¿En borrador
sentado cerca de la sombra?
¿Ausencia por poco?
¿Un elemento falta en el aire?
¿Acaso sentido?
¿La palabra
frente a la mañana? ¿Ajena
entre las hojas rotas?
¿Ante los oráculos, ese orden?
¿El ritmo?
¿Soy el chorro de la fuente en la plaza?
T. S. ELIOT
¿En el comienzo está el fin?
¿Esa luz
cae ahora sobre los campos?
¿Aun duerme
la dalia en su silencio?
¿Las casas
se levantan y desmoronan?
¿Apenas pies
subiendo y bajando, siempre?
¿El miedo
al miedo es nuestro Dios?
¿Estoy aquí,
o allá, o en cualquier lugar?
¿Será engaño la única sabiduría?
¿En el comienzo está el fin?
¿Esa luz
cae ahora sobre los campos?
¿Aun duerme
la dalia en su silencio?
¿Las casas
se levantan y desmoronan?
¿Apenas pies
subiendo y bajando, siempre?
¿El miedo
al miedo es nuestro Dios?
¿Estoy aquí,
o allá, o en cualquier lugar?
¿Será engaño la única sabiduría?
jueves, 18 de mayo de 2017
GABRIELA MISTRAL
¿Vamos las dos, sintiéndonos,
sabiéndonos, sin saber,
para cumplir un castigo o un voto?
¿Vamos por un monte negro
que se contonea, late,
siempre, hasta llegar a otro monte?
¿Vamos en grumos de oro,
ese vellón de los fuegos
subiendo entre piedras despiertas?
¿Vamos como los desesperados
que perdieron signo y palabra,
apenas gajos pisados de nueva vid?
¿Vamos cruzando a las noches,
y por tu cara pasan árboles
y me paro y te miro y te ofrezco?
¿Vamos abrazadas al jadear,
en la sangre pura del aire
que vive y muere solo en la gracia?
¿Vamos las dos, sintiéndonos,
sabiéndonos, sin saber,
para cumplir un castigo o un voto?
¿Vamos por un monte negro
que se contonea, late,
siempre, hasta llegar a otro monte?
¿Vamos en grumos de oro,
ese vellón de los fuegos
subiendo entre piedras despiertas?
¿Vamos como los desesperados
que perdieron signo y palabra,
apenas gajos pisados de nueva vid?
¿Vamos cruzando a las noches,
y por tu cara pasan árboles
y me paro y te miro y te ofrezco?
¿Vamos abrazadas al jadear,
en la sangre pura del aire
que vive y muere solo en la gracia?
MANUEL PUIG
¿Los nenes
no rompen las plantas de las macetas?
¿Te quedó lindo el punto cruz?
¿Tan grande...
no es mucho trabajo limpiar la casa?
¿Ella tiene dos sirvientas?
¿Vos creés
que acá nadie se va a enterar?
¿No querés ir al cine?
¿Me das
un poco de albahaca, romero y perejil?
¿No te dice nada de ella?
¿Un hombre
cuanto más lo tratás, más te gusta?
¿Estás segura que no sospecha?
¿Vos sabés
cómo lavar esa alfombra de la abuela?
¿El tiempo pasa volando, no?
¿Los nenes
no rompen las plantas de las macetas?
¿Te quedó lindo el punto cruz?
¿Tan grande...
no es mucho trabajo limpiar la casa?
¿Ella tiene dos sirvientas?
¿Vos creés
que acá nadie se va a enterar?
¿No querés ir al cine?
¿Me das
un poco de albahaca, romero y perejil?
¿No te dice nada de ella?
¿Un hombre
cuanto más lo tratás, más te gusta?
¿Estás segura que no sospecha?
¿Vos sabés
cómo lavar esa alfombra de la abuela?
¿El tiempo pasa volando, no?
miércoles, 17 de mayo de 2017
FRANCISCO MADARIAGA
¿Las uvas del sexo de la aurora
siempre son más claras que el esplendor más claro?
¿Un hada bellísima, fanática, feroz,
puesta sobre las sombras para salvar amores?
¿Luces fuertes de tantas plantas
en la tela de la vida hecha de magia y frutos?
¿O el mar que parece una joya
o las palmeras engarzadas en un breve suspiro?
¿Aun existen seres adoradores de la tierra,
del cuerpo de la tierra, las lenguas de la tierra?
¿Sueños de potrillos celestes
ante el asombro y la temeridad del fuego?
¿Esos niños que vomitan la seda
en los tachos de las almas de nuestras bestias?
¿Será que la Aparición duerme en el poniente
con los ojos rasgados por el perfume de los ángeles?
¿Las uvas del sexo de la aurora
siempre son más claras que el esplendor más claro?
¿Un hada bellísima, fanática, feroz,
puesta sobre las sombras para salvar amores?
¿Luces fuertes de tantas plantas
en la tela de la vida hecha de magia y frutos?
¿O el mar que parece una joya
o las palmeras engarzadas en un breve suspiro?
¿Aun existen seres adoradores de la tierra,
del cuerpo de la tierra, las lenguas de la tierra?
¿Sueños de potrillos celestes
ante el asombro y la temeridad del fuego?
¿Esos niños que vomitan la seda
en los tachos de las almas de nuestras bestias?
¿Será que la Aparición duerme en el poniente
con los ojos rasgados por el perfume de los ángeles?
EXCRITURA DE LEÓNIDAS LAMBORGHINI
¿Cuando escribe
ya no entiende qué desea?
¿Cuando escribe
ya no sabe qué pensar?
¿Cuando escribe
ya no sabe qué hacer?
¿Cuando escribe
ya no sabe qué decir?
¿Cuando escribe
ríe y también llora?
¿Cuando escribe
usa pañales descartables?
¿Cuándo escribe
masturba las palabras?
¿Cuando escribe
ya no sabe lo que no escribe?
¿Cuando escribe
ya no entiende qué desea?
¿Cuando escribe
ya no sabe qué pensar?
¿Cuando escribe
ya no sabe qué hacer?
¿Cuando escribe
ya no sabe qué decir?
¿Cuando escribe
ríe y también llora?
¿Cuando escribe
usa pañales descartables?
¿Cuándo escribe
masturba las palabras?
¿Cuando escribe
ya no sabe lo que no escribe?
J. O. GIANNUZZI
¿El mundo acrecienta su miedo
y las tripas de su necesidad
y apenas es simple usura?
¿La vida empieza a rabiar, aúlla,
empuja, hasta estrellarse
contra una condena inútil?
¿Abrazados a lo desnudo, lejos,
aun opone la callada ideología
la pantalla negra de la televisión?
¿Alguien golpea la pared infinita,
cautivo, sin oír las señales
dentro de su pecho enfermo?
¿En la desvanecida luna, mía,
ni un mínimo hipócrita de fe,
apenas la utopía de un crimen?
¿Por estos días y estas calles,
casi aniquilado, llegaré a tiempo
para morir sin asco ni locura?
¿Solo habla mi máscara histriónica,
su burla, apaleada por la época,
un mero error de la carnadura?
¿Esa dalia que se balancea, ahí,
en la ventana neurótica del sol
todavía respira un leve equilibrio?
¿El mundo acrecienta su miedo
y las tripas de su necesidad
y apenas es simple usura?
¿La vida empieza a rabiar, aúlla,
empuja, hasta estrellarse
contra una condena inútil?
¿Abrazados a lo desnudo, lejos,
aun opone la callada ideología
la pantalla negra de la televisión?
¿Alguien golpea la pared infinita,
cautivo, sin oír las señales
dentro de su pecho enfermo?
¿En la desvanecida luna, mía,
ni un mínimo hipócrita de fe,
apenas la utopía de un crimen?
¿Por estos días y estas calles,
casi aniquilado, llegaré a tiempo
para morir sin asco ni locura?
¿Solo habla mi máscara histriónica,
su burla, apaleada por la época,
un mero error de la carnadura?
¿Esa dalia que se balancea, ahí,
en la ventana neurótica del sol
todavía respira un leve equilibrio?
EXCRITURAS DE LAS PREGUNTAS
BASHO
¿Algún día romperá las piedras
el canto de la cigarra?
¿La primavera,
abrirá su palacio?
¿O se intimida
ante el rostro de las flores?
¿La brisa estremece la glicina,
sus sombras?
¿Dónde está la campana
que llegaba hasta mí?
¿Las alas de la mariposa
ya olvidaron a las orquídeas?
¿Solo florece la melancolía
en el cerezo?
¿Detrás de la neblina
la montaña es la montaña?
¿El cielo
y la vida, son reales?
¿Apenas ese caballo, mudo
lejos del único invierno?
BASHO
¿Algún día romperá las piedras
el canto de la cigarra?
¿La primavera,
abrirá su palacio?
¿O se intimida
ante el rostro de las flores?
¿La brisa estremece la glicina,
sus sombras?
¿Dónde está la campana
que llegaba hasta mí?
¿Las alas de la mariposa
ya olvidaron a las orquídeas?
¿Solo florece la melancolía
en el cerezo?
¿Detrás de la neblina
la montaña es la montaña?
¿El cielo
y la vida, son reales?
¿Apenas ese caballo, mudo
lejos del único invierno?
lunes, 15 de mayo de 2017
domingo, 14 de mayo de 2017
sábado, 13 de mayo de 2017
viernes, 12 de mayo de 2017
XXVII
Las aves marinas,
que regresan a la velocidad de Dios,
en mi última cabeza.
Sitiado por la eternidad,
mi cuerpo olvida su resentimiento,
solo imagina el sol.
Vitrales de la espuma,
la ventana irreal del hospital,
herida de la orilla.
Ya necesito dormir,
vengo de comulgar y estoy en éxtasis.
Al fin se abre el cielo.
Las aves marinas,
que regresan a la velocidad de Dios,
en mi última cabeza.
Sitiado por la eternidad,
mi cuerpo olvida su resentimiento,
solo imagina el sol.
Vitrales de la espuma,
la ventana irreal del hospital,
herida de la orilla.
Ya necesito dormir,
vengo de comulgar y estoy en éxtasis.
Al fin se abre el cielo.
XXVI
Alguien, además de Dios,
cuida este mundo.
Un simple hombre
que toma la vida en broma.
Sin compañía,
en la elefantería de Península Valdéz.
Su única obligación,
siempre mirar hacia el mar.
Así pasa el invierno,
todos los días del año.
Y en las mañanas de sol
apoya su zapatilla
sobre el vientre de un gran macho.
Solo Dios se ríe, él lo sabe.
Alguien, además de Dios,
cuida este mundo.
Un simple hombre
que toma la vida en broma.
Sin compañía,
en la elefantería de Península Valdéz.
Su única obligación,
siempre mirar hacia el mar.
Así pasa el invierno,
todos los días del año.
Y en las mañanas de sol
apoya su zapatilla
sobre el vientre de un gran macho.
Solo Dios se ríe, él lo sabe.
jueves, 11 de mayo de 2017
XIX
Ya no grito que perdí mis botas
o que muero.
Ni siquiera las busco, camino
o borro mis huellas.
Tampoco cuando sueño que te vas
o volvés a sonreír.
Creo que me quitaste el fuego
o el cuerpo o el alma.
La vida es una pileta con violetas
o un florero roto.
Pero sé que cada día es un verano
y lo demás, invierno.
Ya no grito que perdí mis botas
o que muero.
Ni siquiera las busco, camino
o borro mis huellas.
Tampoco cuando sueño que te vas
o volvés a sonreír.
Creo que me quitaste el fuego
o el cuerpo o el alma.
La vida es una pileta con violetas
o un florero roto.
Pero sé que cada día es un verano
y lo demás, invierno.
XV
Yo he nacido de verdad
una vez y otra vez,
tantas, demasiadas veces,
como espuma en el mar.
Y decidí, por capricho
y la sal de las olas,
no morir en una cama.
Una, dos, tres, cuatro,
cinco veces o siempre
voy a jugar al león,
haré reir a las hembras
a los cachorritos...
y así será el estar vivo
hasta terminar el tiempo
Pero morir en la cama, no.
Yo he nacido de verdad
una vez y otra vez,
tantas, demasiadas veces,
como espuma en el mar.
Y decidí, por capricho
y la sal de las olas,
no morir en una cama.
Una, dos, tres, cuatro,
cinco veces o siempre
voy a jugar al león,
haré reir a las hembras
a los cachorritos...
y así será el estar vivo
hasta terminar el tiempo
Pero morir en la cama, no.
XIV
El agua rueda desde Dios
y se desliza y se bifurca,
una tarde de verano,
un día que no existe,
y yo me baño en el río
entre las largas crines
y la cola de los caballos
Dios habla en el agua,
salta, salpica, sueña
ondulaciones brilando,
y siento mi cuerpo
abierto contra el sol,
nado entre crines y colas,
galopo, libre, hasta el cielo.
El agua rueda desde Dios
y se desliza y se bifurca,
una tarde de verano,
un día que no existe,
y yo me baño en el río
entre las largas crines
y la cola de los caballos
Dios habla en el agua,
salta, salpica, sueña
ondulaciones brilando,
y siento mi cuerpo
abierto contra el sol,
nado entre crines y colas,
galopo, libre, hasta el cielo.
miércoles, 10 de mayo de 2017
X
Siempre busco a ese arroyo
que conocí en mi infancia.
¡Qué verde era el tiempo
allá abajo...por primera vez!
A veces lo cruzaba un galope
o una sombra de víboras;
me puse botas de cuero,
pero no me animé a entrar.
Junto a mi asombro de niño,
un puente, el viento y el campo,
y en el fondo sin otro fondo
algo ardiendo más que el sol.
Hasta me olvidé del cielo,
las suaves nubes de ángeles;
lejos flotando la mirada
en las ondulaciones vivas.
Todavía busco a ese arroyo
que aun corre en mis sueños.
Allá abajo y tan verde
por primera vez...vi mi muerte.
Siempre busco a ese arroyo
que conocí en mi infancia.
¡Qué verde era el tiempo
allá abajo...por primera vez!
A veces lo cruzaba un galope
o una sombra de víboras;
me puse botas de cuero,
pero no me animé a entrar.
Junto a mi asombro de niño,
un puente, el viento y el campo,
y en el fondo sin otro fondo
algo ardiendo más que el sol.
Hasta me olvidé del cielo,
las suaves nubes de ángeles;
lejos flotando la mirada
en las ondulaciones vivas.
Todavía busco a ese arroyo
que aun corre en mis sueños.
Allá abajo y tan verde
por primera vez...vi mi muerte.
VII
Allá atrás, en mi nuca,
vi el estridente desierto de este mundo,
una ruidosa eternidad de disfraces.
¿Nunca morirá esa sensación de que el demonio
puede servirse de los cielos y los peces y el viento?
Me cubre una armadura de mariposas;
voy hacia lo que menos conocí en la vida,
voy hacia mi cuerpo.
Allá atrás, en mi nuca,
vi el estridente desierto de este mundo,
una ruidosa eternidad de disfraces.
¿Nunca morirá esa sensación de que el demonio
puede servirse de los cielos y los peces y el viento?
Me cubre una armadura de mariposas;
voy hacia lo que menos conocí en la vida,
voy hacia mi cuerpo.
VI
No perdona.
Así es esta tierra en todos lados;
cuando me paro, salgo y me pierdo.
Hace años
amanece gris y el viento trae penas,
y mis ojos no ven más que edificios..
Apenas hay luz,
lejos, entre las hojas de los álamos
o en algún cuadro de el Escorial.
Para nacer
mi cabeza cruza el fuego del mundo,
pero con una serpentina de agua....
Y le pide socorro..
No perdona.
Así es esta tierra en todos lados;
cuando me paro, salgo y me pierdo.
Hace años
amanece gris y el viento trae penas,
y mis ojos no ven más que edificios..
Apenas hay luz,
lejos, entre las hojas de los álamos
o en algún cuadro de el Escorial.
Para nacer
mi cabeza cruza el fuego del mundo,
pero con una serpentina de agua....
Y le pide socorro..
martes, 9 de mayo de 2017
IV
Soy un nadador de las únicas aguas;
en el pecho,
en los ojos,
la transparencia frágil de la bendición,
Soy un nadador por el misterio,
los mares
o el universo
hacia el encuentro de la Orilla.
Soy un nadador que ama la vida,
contra la corriente,
pleno de aire;
Señor,solo quiero flotar en tu piedad.
Soy un nadador de las únicas aguas;
en el pecho,
en los ojos,
la transparencia frágil de la bendición,
Soy un nadador por el misterio,
los mares
o el universo
hacia el encuentro de la Orilla.
Soy un nadador que ama la vida,
contra la corriente,
pleno de aire;
Señor,solo quiero flotar en tu piedad.
III
Si alguna vez pudiera estornudar el alma
y ver el miedo de sus ojos.
Pero corre el agua del arroyo...
y solo puedo llover.
Y al caer las hojas secas del otoño,
me arrastra la tristeza.
Peor en las avenidas tan alteradas,
ni siquiera un bocinazo.
O frente a los enormes departamentos
cuando oigo a la muerte.
Eso sí, cada vez que vuelve a salir este sol:
soy un trompetista de la luz.
Si alguna vez pudiera estornudar el alma
y ver el miedo de sus ojos.
Pero corre el agua del arroyo...
y solo puedo llover.
Y al caer las hojas secas del otoño,
me arrastra la tristeza.
Peor en las avenidas tan alteradas,
ni siquiera un bocinazo.
O frente a los enormes departamentos
cuando oigo a la muerte.
Eso sí, cada vez que vuelve a salir este sol:
soy un trompetista de la luz.
lunes, 8 de mayo de 2017
XXVI
Las calles desganadas del barrio,
casi invisibles,
y aquellas más afuera,
tan cerca del cielo y el ocaso.
Una promesa para el caminante,
con sus árboles piadosos,
las veredas rotas,
ya lejos de la escasa realidad.
Esas calles que sueña la penumbra,
inmóvil,
entre estas paredes,
aun son las entrañas de mis versos.
Las calles desganadas del barrio,
casi invisibles,
y aquellas más afuera,
tan cerca del cielo y el ocaso.
Una promesa para el caminante,
con sus árboles piadosos,
las veredas rotas,
ya lejos de la escasa realidad.
Esas calles que sueña la penumbra,
inmóvil,
entre estas paredes,
aun son las entrañas de mis versos.
XXV
Ya olvidé quién soy.
Camino entre las monótonas paredes,
galerías sin centro, apenas polvo
que recuerda la usura ciega de los días..
Pero sé que hay otro.
Perdido, solo, en cualquier pasaje
que se bifurca en el mismo encierro,
las redes mudas de las piedras eternas.
El dolor nos busca, incesante,
y juntos seremos el Monstruo.
Ya olvidé quién soy.
Camino entre las monótonas paredes,
galerías sin centro, apenas polvo
que recuerda la usura ciega de los días..
Pero sé que hay otro.
Perdido, solo, en cualquier pasaje
que se bifurca en el mismo encierro,
las redes mudas de las piedras eternas.
El dolor nos busca, incesante,
y juntos seremos el Monstruo.
XX
¡Ah!, si al menos en esta mañana,
además de sol, hubiera olvido.
El olor del café y el diario,
la ausencia de una voz
junto al gato y la ventana.
La miserable rutina del día,
símbolo secreto de toda eternidad.
Pero lo que se nombre, siempre,
solo oculta el nombre.
Tan ignorante del amor,
apenas las campanas del consuelo,
sin cuándo ni por qué las últimas cosas.
¡Ah!, si al menos en esta mañana,
además de sol, hubiera olvido.
El olor del café y el diario,
la ausencia de una voz
junto al gato y la ventana.
La miserable rutina del día,
símbolo secreto de toda eternidad.
Pero lo que se nombre, siempre,
solo oculta el nombre.
Tan ignorante del amor,
apenas las campanas del consuelo,
sin cuándo ni por qué las últimas cosas.
XIX
El recuerdo viene de Balvanera,
una noche
y un nombre.
Alguien nombró una esquina,
los cuchillos
y el entrevero.
También eso de jugarse la suerte,
la esperanza
y ¡ay! el coraje.
No me importan más detalles,
inútiles,
¿para qué?
Así son todas las milongas,
ese temblor
y las bordonas.
Pero cualquier muerte es casual,
pura sombra
y después nada.
El recuerdo viene de Balvanera,
una noche
y un nombre.
Alguien nombró una esquina,
los cuchillos
y el entrevero.
También eso de jugarse la suerte,
la esperanza
y ¡ay! el coraje.
No me importan más detalles,
inútiles,
¿para qué?
Así son todas las milongas,
ese temblor
y las bordonas.
Pero cualquier muerte es casual,
pura sombra
y después nada.
XVIII
Apenas murmura el verso, enmudece:
uno peleó contra los godos, otro en Paraguay.
Al repetirlos, la tradicional evocación
ya solo es dolor de otra ausencia.
Esa memoria de las glorias, sus mayores,
acaso es un mero tópico, un consuelo:
Él sabe que al igual que este mundo
esas batallas, inútiles, también son irreales.
Apenas murmura el verso, enmudece:
uno peleó contra los godos, otro en Paraguay.
Al repetirlos, la tradicional evocación
ya solo es dolor de otra ausencia.
Esa memoria de las glorias, sus mayores,
acaso es un mero tópico, un consuelo:
Él sabe que al igual que este mundo
esas batallas, inútiles, también son irreales.
XVII
En las limpias luces de cualquier tarde,
absurdo, no puede evitar la rutina.
El hombre dispone los libros
en los soñados anaqueles:
el cuero, la tela, papeles sueltos.
Inútil, imagina un orden
y acaso confía en la magia.
El hombre, que está ciego,
demora el tacto de cada volumen.
Ya son, apenas, meros objetos;
lejanas huellas en la memoria:
perdidas felicidades del destino
Nadie puede ver eso que él no ve,
esa costumbre dolorosa de otro, su castigo.
En las limpias luces de cualquier tarde,
absurdo, no puede evitar la rutina.
El hombre dispone los libros
en los soñados anaqueles:
el cuero, la tela, papeles sueltos.
Inútil, imagina un orden
y acaso confía en la magia.
El hombre, que está ciego,
demora el tacto de cada volumen.
Ya son, apenas, meros objetos;
lejanas huellas en la memoria:
perdidas felicidades del destino
Nadie puede ver eso que él no ve,
esa costumbre dolorosa de otro, su castigo.
domingo, 7 de mayo de 2017
XVI
Hacia cualquier azar
abiertas las calles y el ensueño.
El oro último
en el pájaro de la arboleda.
Voces de los patios,
esquinas tristes de compadritos.
Esa mano del mendigo
ya extiende una herida, el ocaso.
¿Todavía soy aquél,
ese ingenuo fervor de arrabal?
Otro en mis pasos,
y la memoria apenas consuelo.
En esta penumbra
así olvido la cárcel del presente.
Hacia cualquier azar
abiertas las calles y el ensueño.
El oro último
en el pájaro de la arboleda.
Voces de los patios,
esquinas tristes de compadritos.
Esa mano del mendigo
ya extiende una herida, el ocaso.
¿Todavía soy aquél,
ese ingenuo fervor de arrabal?
Otro en mis pasos,
y la memoria apenas consuelo.
En esta penumbra
así olvido la cárcel del presente.
XV
Acaso la hormiga que pisamos,
sin pensar, es esencial;
un parte esencial de la Creación.
Igual que aquella luciérnaga
-titilante, tan inqueta-,
que apenas ilumina este instante.
Remoto en el jardín,
mi respiración apenas un misterio;
y miro la simple noche
y la oscuridad también me mira.
El silencio es un verso:
aquí son demasiadas las estrellas,
tan poco ser un hombre.
Acaso la hormiga que pisamos,
sin pensar, es esencial;
un parte esencial de la Creación.
Igual que aquella luciérnaga
-titilante, tan inqueta-,
que apenas ilumina este instante.
Remoto en el jardín,
mi respiración apenas un misterio;
y miro la simple noche
y la oscuridad también me mira.
El silencio es un verso:
aquí son demasiadas las estrellas,
tan poco ser un hombre.
XIII
Aquella vida de las plantas
en el jardín;
misterioso es el recuerdo.
El sueño de la enredadera
-también los míos-,
todavía confunde mis noches.
La plegaria de un gorrión;
una hendija
ante la reja de los caminos.
Azar o fatalidad o consuelo,
los días
que regresan son los adioses.
Tan real es esta penumbra,
su aroma,
y la brisa suave en la mirada.
Más altas que todo el cielo
las palmeras,
el ahora y el siempre, su sombra.
Aquella vida de las plantas
en el jardín;
misterioso es el recuerdo.
El sueño de la enredadera
-también los míos-,
todavía confunde mis noches.
La plegaria de un gorrión;
una hendija
ante la reja de los caminos.
Azar o fatalidad o consuelo,
los días
que regresan son los adioses.
Tan real es esta penumbra,
su aroma,
y la brisa suave en la mirada.
Más altas que todo el cielo
las palmeras,
el ahora y el siempre, su sombra.
XII
Ya brilla otro día en Barranca Yaco,
la luna se perdió en la memoria
y los campos muertos de hambre y de sed.
Anticipo de su propio funeral
en la altura se hamaca el coche
y un cuerpo busca sin temor su última sombra.
Las ánimas, hombres y caballos
lo saben, medita el General
y sonríe; morir (como este sol) es la vida...
El griterío, los puñales, la pólvora;
acaso solo sea el simple destino:
pero ¿quién ha de matar la pasión de su alma?
Ya brilla otro día en Barranca Yaco,
la luna se perdió en la memoria
y los campos muertos de hambre y de sed.
Anticipo de su propio funeral
en la altura se hamaca el coche
y un cuerpo busca sin temor su última sombra.
Las ánimas, hombres y caballos
lo saben, medita el General
y sonríe; morir (como este sol) es la vida...
El griterío, los puñales, la pólvora;
acaso solo sea el simple destino:
pero ¿quién ha de matar la pasión de su alma?
XI
Ya sé que algún día todo será Tlön.
Siglos y siglos de idealismo
no han dejado de influir en la realidad.
Pero yo no hago caso,
no temo la lenta desintegración
y reviso sin apuro
en un hotel de Adrogué
una curiosa traducción de Browne.
Veo los últimos árboles, su luz,
ese oro de los otoños.
Acaso sean irreales, un consuelo:
magia es la materia.
Esta ventana mira por mis ojos.
Regreso a mi escritorio.
el universo es otro juego mental, inútil.
Ya sé que algún día todo será Tlön.
Siglos y siglos de idealismo
no han dejado de influir en la realidad.
Pero yo no hago caso,
no temo la lenta desintegración
y reviso sin apuro
en un hotel de Adrogué
una curiosa traducción de Browne.
Veo los últimos árboles, su luz,
ese oro de los otoños.
Acaso sean irreales, un consuelo:
magia es la materia.
Esta ventana mira por mis ojos.
Regreso a mi escritorio.
el universo es otro juego mental, inútil.
X
Vivos, este hombre y sus almas,
en la forma vaga de la tiniebla,
apenas recuerdos de un otro.
Pero es Buenos Aires, siempre,
y esta penumbra ciega no duele,
solo es un engaño de la Sombra.
Tanto andar, lejano y perdido,
sin haber encontrado mi centro;
y aun no ha muerto el animal,
sus pasos recorren esta sangre.
Quizás la vejez sea la dicha,
al menos pronto ya no seré yo.
Todo esto debería atemorizarme
pero la amenaza es suave y fatal.
Entre mis cosas, aquí, lo espero,
con las letras sagradas de mis libros.
Vivos, este hombre y sus almas,
en la forma vaga de la tiniebla,
apenas recuerdos de un otro.
Pero es Buenos Aires, siempre,
y esta penumbra ciega no duele,
solo es un engaño de la Sombra.
Tanto andar, lejano y perdido,
sin haber encontrado mi centro;
y aun no ha muerto el animal,
sus pasos recorren esta sangre.
Quizás la vejez sea la dicha,
al menos pronto ya no seré yo.
Todo esto debería atemorizarme
pero la amenaza es suave y fatal.
Entre mis cosas, aquí, lo espero,
con las letras sagradas de mis libros.
IX
Aunque vengo de una lejana ciudad
pienso (¿ya lo he pensado?)
que este único invierno
ya está en los inviernos antiguos.
Extrañas las calles, y la misma
simple dicha a cada paso.
Alguien, lo sé, regará sus flores
en un patio (¿con un aljibe?)
y olvidará el símbolo del día;
pero nada alrededor, un enigma;
salvo ese perro aun dormido
que también siente mis fríos.
Por suerte, perdido, me detengo
y alzo los ojos; todo es cielo.
Apenas soy una escasa memoria,
un montón de formas ajenas,
acaso un espejo (¿siempre roto?).
Estas miserias son mis bienes,
sé que nadie mira en mis ojos:
una ciudad, veredas, árboles,
las repetidas ilusiones del empezar.
Aunque vengo de una lejana ciudad
pienso (¿ya lo he pensado?)
que este único invierno
ya está en los inviernos antiguos.
Extrañas las calles, y la misma
simple dicha a cada paso.
Alguien, lo sé, regará sus flores
en un patio (¿con un aljibe?)
y olvidará el símbolo del día;
pero nada alrededor, un enigma;
salvo ese perro aun dormido
que también siente mis fríos.
Por suerte, perdido, me detengo
y alzo los ojos; todo es cielo.
Apenas soy una escasa memoria,
un montón de formas ajenas,
acaso un espejo (¿siempre roto?).
Estas miserias son mis bienes,
sé que nadie mira en mis ojos:
una ciudad, veredas, árboles,
las repetidas ilusiones del empezar.
sábado, 6 de mayo de 2017
VIII
Si existiera en el tiempo
cada día un símbolo,
y sentir en el sueño la vigilia.
Algo más que el café,
la rutina de su olor
tan lejano como la piel.
O los oros del otoño
al mirar la tarde,
sus huellas y su agonía.
Al menos ese rostro
que pasa y queda y es cristal,
oscuro como de lluvia.
Pero solo es otro engaño,
los versos y el olvido:
la atroz maravilla del enigma.
Si existiera en el tiempo
cada día un símbolo,
y sentir en el sueño la vigilia.
Algo más que el café,
la rutina de su olor
tan lejano como la piel.
O los oros del otoño
al mirar la tarde,
sus huellas y su agonía.
Al menos ese rostro
que pasa y queda y es cristal,
oscuro como de lluvia.
Pero solo es otro engaño,
los versos y el olvido:
la atroz maravilla del enigma.
EXCRITURAS DE BORGES
I
Al buscar un tiempo en esta tarde
bajo la perdida piel, que vibra,
por el olvido de algunas calles
con su humilde fervor de patios,
puertas abiertas, el aljibe, la parra
y la ilusión de luz en el poniente;
todo ya ciego en toda la memoria.
hoy, cualquier día, la eternidad,
pienso, encerrado, en un tigre,
su libertad y la jaula de estos versos.
I
Al buscar un tiempo en esta tarde
bajo la perdida piel, que vibra,
por el olvido de algunas calles
con su humilde fervor de patios,
puertas abiertas, el aljibe, la parra
y la ilusión de luz en el poniente;
todo ya ciego en toda la memoria.
hoy, cualquier día, la eternidad,
pienso, encerrado, en un tigre,
su libertad y la jaula de estos versos.
viernes, 5 de mayo de 2017
40. "Todo se escurre entre los opuestos, y depende de su equilibrio. Si no hay equilibrio es difícil cosechar un fruto"
A. Monsanto Company
B. Singenta A G
C. Rodolfo Kusch
ADVERTENCIA
Acá, en la vida, la única opción es el fruto. Pero la verdad nunca produce ganancias, siempre se trata de germinar.
FINAL DEL FORMULARIO
A. Monsanto Company
B. Singenta A G
C. Rodolfo Kusch
ADVERTENCIA
Acá, en la vida, la única opción es el fruto. Pero la verdad nunca produce ganancias, siempre se trata de germinar.
FINAL DEL FORMULARIO
jueves, 4 de mayo de 2017
miércoles, 3 de mayo de 2017
36. "¿Quién es el sujeto del sueño?"
A. Calderón de la Barca
B. Lewis Carroll
C. Walter Benjamin
ADVERTENCIA
Si usted cree estar despierto, probablemente dude entre las opciones A y B; pero si se anima a ver la realidad del sueño -lo impensable-, después de comprender la sutileza de su error, un angelito mesiánico le dirá la respuesta.
A. Calderón de la Barca
B. Lewis Carroll
C. Walter Benjamin
ADVERTENCIA
Si usted cree estar despierto, probablemente dude entre las opciones A y B; pero si se anima a ver la realidad del sueño -lo impensable-, después de comprender la sutileza de su error, un angelito mesiánico le dirá la respuesta.
31. "La destrucción es, pues, una de las leyes de la naturaleza, al igual que la creación"
A. El Marqués de Sade
B. Joseph Schumpeter
C. El Guernica de Picasso
ADVERTENCIA
¿A quién no le gustaría engañarse un poco y, a modo de consuelo, elegir la opción C? Lástima que, sabiéndolo o no, B es casi una copia del parlamento brutal de un personaje de A...Si usted me lo permite, le aclaro que no una cuestión de la naturaleza, tampoco una ley, apenas una trampa criminal; o mejor: es el capitalismo, estúpido.
A. El Marqués de Sade
B. Joseph Schumpeter
C. El Guernica de Picasso
ADVERTENCIA
¿A quién no le gustaría engañarse un poco y, a modo de consuelo, elegir la opción C? Lástima que, sabiéndolo o no, B es casi una copia del parlamento brutal de un personaje de A...Si usted me lo permite, le aclaro que no una cuestión de la naturaleza, tampoco una ley, apenas una trampa criminal; o mejor: es el capitalismo, estúpido.
30. " Al fin, ¿quién es culpable de la vida grotesca, del alma manchada con sangra de carmín"
A. Blaise Pascal
B. Soren Kierkegaard
C. Homero Manzi
ADVERTTENCIA
Si intenta responder a esta pregunta, es probable que se equivoque, como al elegir a las opciones A o B. Hágame caso, sea más humilde, más sensible, más pueblo, y escuche al dolor del poeta, ¿me explico?
A. Blaise Pascal
B. Soren Kierkegaard
C. Homero Manzi
ADVERTTENCIA
Si intenta responder a esta pregunta, es probable que se equivoque, como al elegir a las opciones A o B. Hágame caso, sea más humilde, más sensible, más pueblo, y escuche al dolor del poeta, ¿me explico?
29. "Parece una necesidad del sujeto encubrirse. ¿De dónde le viene al sujeto esta necesidad, la necesidad de representarse o revestirse, de fabricarse un máscara? ¿De dónde procede esta especie de desdoblamiento, sino de algo inserto en el sujeto mismo y a lo que podemos llamar yo?"
A. Jacques Lacan
B. María Zambrano
C. Fernando Pessoa
ADVERTENCIA
No se apresure, no es la opción A (la correcta es la B); aunque le confieso que me parece más auténtico el nombre de la C, vivo, sin límites, muchos yo.
A. Jacques Lacan
B. María Zambrano
C. Fernando Pessoa
ADVERTENCIA
No se apresure, no es la opción A (la correcta es la B); aunque le confieso que me parece más auténtico el nombre de la C, vivo, sin límites, muchos yo.
28. "Las noticias acerca de una cultura americana se reducen a hacernos saber que se trataba de una cultura natural, que habría de perecer tan pronto el espíritu se acercara a ella. América se ha revelado siempre, y sigue revelándose, impotente tanto en lo físico como en lo espiritual."
A. G. F. Hegel
B.Un ignorante brutal
C. Un colonialista hipócrita.
ADVERTENCIA
En este caso se trata de un ejemplo deliberado de sinonimia; pero como todo lo real es racional, elija -sin pensarlo- a la opción A.
A. G. F. Hegel
B.Un ignorante brutal
C. Un colonialista hipócrita.
ADVERTENCIA
En este caso se trata de un ejemplo deliberado de sinonimia; pero como todo lo real es racional, elija -sin pensarlo- a la opción A.
martes, 2 de mayo de 2017
25. " Matar a un europeo es matar a dos pájaros de un tiro, suprimir a la vez a un opresor y a un oprimido: quedan un hombre muerto y un hombre libre."
A. Un esclavo africano
B. Un terrorista musulmán
C. J. P. Sartre.
ADVERTENCIA
Ay, qué curioso y sencillo es el fanatismo occidental, cualquiera es capaz de cualquier cosa, no lo pueden evitar... Por supuesto, la opción es la C.
A. Un esclavo africano
B. Un terrorista musulmán
C. J. P. Sartre.
ADVERTENCIA
Ay, qué curioso y sencillo es el fanatismo occidental, cualquiera es capaz de cualquier cosa, no lo pueden evitar... Por supuesto, la opción es la C.
24. "Las únicas palabras para describir la naturaleza que me han contentado siempre son las que se usan en los cuentos de hadas, tales como encanto, hechizo, atracción...Ellas expresan todo lo arbitrario y misterioso de los hechos"
A. C. K. Chesterton
B. Los hermanos Grimm
C. El brujito de la Tribu
ADVERTENCIA
No se deje engañar, la opción es la A; basta con leer cualquier manual de física moderna para saber que, además, siempre será la correcta.
A. C. K. Chesterton
B. Los hermanos Grimm
C. El brujito de la Tribu
ADVERTENCIA
No se deje engañar, la opción es la A; basta con leer cualquier manual de física moderna para saber que, además, siempre será la correcta.
23. a." El hombre reclama en la mayor parte de las circunstancias la ayuda de sus semejantes y en vano puede esperarla solo de su benevolencia. La conseguirá con mayor seguridad interesando en su favor el egoísmo de los otros y haciéndoles ver que es ventajoso para ellos hacer lo que les pide. Quien propone a otro un trato le está haciendo una de esas proposiciones. Dame lo que necesito y tendrás lo que deseas, es el sentido de cualquier oferta, y así obtendremos de los demás la mayor parte de los servicios que necesitamos. No es la benevolencia la que nos procura el alimento, sino la consideración de su propio interés. No invocamos sus sentimientos humanitarios sino su egoísmo."
A. Un avaro
B. Un usurero.
C. Adam Smith
ADVERTENCIA
Si no sabe la respuesta, jódase, yo sí la sé....después de todo, este mundo funciona así, ¿no?. Siempre hay que optar por lo peor de los otros para poder ganar y triunfar en y sobre la vida.
23.b. "Veo una multitud inenarrable de hombres, iguales y semejantes, que giran sin descanso sobre sí mismos con el único objetivo de satisfacer sus pequeños y vulgares placeres que llenan sus almas. Cada uno de ellos vive aparte, ajeno al destino de todos los demás. Respecto del resto de sus conciudadanos, están junto a ellos sin verlos; los tocan sin sentirlos; solo existe en sí y para sí mismo. Si le queda una familia, se puede decir que ya no le queda una patria. Encima de todos ellos se eleva un poder inmenso y tutelar que se encarga, él solo, de garantizar sus placeres y de velar por ellos. Este poder es absoluto, minucioso, regular, previsor y apacible. Parecería un poder paternal si, como éste, tuviera como objetivo preparar a los hombres para la edad viril; por el contrario, sin embargo, solo busca fijarlos irrevocablemente en la infancia. No le disgusta que los ciudadanos gocen, siempre y cuando piensen en gozar. Trabaja con gusto para hacerlos felices, pero quiere ser el único agente y el único árbitro. Proporciona su seguridad, provee sus necesidades, facilita sus goces, gestiona sus asuntos importantes, dirige su industria, regula sus sucesiones, divide su herencia. ¡Ah, si pudiera liberarlos totalmente de la incomodidad de pensar y del dolor de vivir!"
A. Alexis de Tocqueville
B. Slavov Zizek
C. Byung-Chul Han
ADVERTENCIA
¡Epa!, no se apure, el presente siempre cita al pasado. Aunque usted sea culto y sospeche de las opciones B y C; primero, más antigua y más sabia, como si nos estuviera viendo a todos, está la opción A. Tal vez la peor y, pronto, la completo realidad.
A. Un avaro
B. Un usurero.
C. Adam Smith
ADVERTENCIA
Si no sabe la respuesta, jódase, yo sí la sé....después de todo, este mundo funciona así, ¿no?. Siempre hay que optar por lo peor de los otros para poder ganar y triunfar en y sobre la vida.
23.b. "Veo una multitud inenarrable de hombres, iguales y semejantes, que giran sin descanso sobre sí mismos con el único objetivo de satisfacer sus pequeños y vulgares placeres que llenan sus almas. Cada uno de ellos vive aparte, ajeno al destino de todos los demás. Respecto del resto de sus conciudadanos, están junto a ellos sin verlos; los tocan sin sentirlos; solo existe en sí y para sí mismo. Si le queda una familia, se puede decir que ya no le queda una patria. Encima de todos ellos se eleva un poder inmenso y tutelar que se encarga, él solo, de garantizar sus placeres y de velar por ellos. Este poder es absoluto, minucioso, regular, previsor y apacible. Parecería un poder paternal si, como éste, tuviera como objetivo preparar a los hombres para la edad viril; por el contrario, sin embargo, solo busca fijarlos irrevocablemente en la infancia. No le disgusta que los ciudadanos gocen, siempre y cuando piensen en gozar. Trabaja con gusto para hacerlos felices, pero quiere ser el único agente y el único árbitro. Proporciona su seguridad, provee sus necesidades, facilita sus goces, gestiona sus asuntos importantes, dirige su industria, regula sus sucesiones, divide su herencia. ¡Ah, si pudiera liberarlos totalmente de la incomodidad de pensar y del dolor de vivir!"
A. Alexis de Tocqueville
B. Slavov Zizek
C. Byung-Chul Han
ADVERTENCIA
¡Epa!, no se apure, el presente siempre cita al pasado. Aunque usted sea culto y sospeche de las opciones B y C; primero, más antigua y más sabia, como si nos estuviera viendo a todos, está la opción A. Tal vez la peor y, pronto, la completo realidad.
21. "El nazismo no inventó nada, su creatividad fue nula, todo lo recibió de la civilización"
A. Joseph Gobinau
B. Hermann Göring
C. Raúl Zaffaroni
ADVERTENCIA
No importa la opción correcta, pero si desea acertar elija la C... Ya se sabe qué significa la civilización, como diría Cavafis, la solución son los bárbaros.
A. Joseph Gobinau
B. Hermann Göring
C. Raúl Zaffaroni
ADVERTENCIA
No importa la opción correcta, pero si desea acertar elija la C... Ya se sabe qué significa la civilización, como diría Cavafis, la solución son los bárbaros.
lunes, 1 de mayo de 2017
17. "Una gran fuerza impulsa mi voz y otra más grande la retiene."
A. Carlos Gardel
B. Mercedes Sosa.
C. Séneca.
ADVERTENCIA
Si usted es argentino debe elegir la opción A o B, o las dos y listo; en cualquier otro caso, no queda más remedio que la trágica opción correcta. También se puede silbar y caminar tranquilo sin ningún destino...y ver qué pasa, ¿no?
A. Carlos Gardel
B. Mercedes Sosa.
C. Séneca.
ADVERTENCIA
Si usted es argentino debe elegir la opción A o B, o las dos y listo; en cualquier otro caso, no queda más remedio que la trágica opción correcta. También se puede silbar y caminar tranquilo sin ningún destino...y ver qué pasa, ¿no?
15. "Hizo que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos, se les imprimiese una marca en la mano derecha y en la frente y que nadie pudiese comprar y vender sin el que tuviera la marca, el nombre de la bestia o el número de su nombre"
A. Apocalipsis, 13
B. Coca-Cola
C. Mastercard
ADVERTENCIA
Ya es demasiado tarde, las opciones B y C (y cuántas más) son sinónimos de la A. En verdad, la única opción que no existe ninguna opción.
A. Apocalipsis, 13
B. Coca-Cola
C. Mastercard
ADVERTENCIA
Ya es demasiado tarde, las opciones B y C (y cuántas más) son sinónimos de la A. En verdad, la única opción que no existe ninguna opción.
13. "El pasado que se destruye no se recupera jamás. La destrucción del pasado es quizás el mayor de los crímenes. Actualmente la conservación de lo poco que queda debería convertirse en una idea fija"
A. Simone Weil
B. Walter Benjamin
C. Un osito panda
ADVERTENCIA
Si quiere acertar, entre las opciones A y B, elija la primera; aunque la más poética y urgente es la C . Además, ya todos somos osos panda sin la esperanza de una foto en las remeras.
A. Simone Weil
B. Walter Benjamin
C. Un osito panda
ADVERTENCIA
Si quiere acertar, entre las opciones A y B, elija la primera; aunque la más poética y urgente es la C . Además, ya todos somos osos panda sin la esperanza de una foto en las remeras.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)