martes, 20 de diciembre de 2016

EL OTRO SOBREVIVIENTE

En la vida nunca le fue mal:
abogado, prestigio, muchos viajes
y pocos problemas familiares.
Tampoco lo afectó, casi nada,
la ausencia inevitable de sus padres.
Ahora disfruta cortar el pasto,
beber y, a veces, comer afuera.
Jamas imagina que cualquier día,
años más o menos, va a morir.
Siempre, solo pensó en él y vivo.

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