EXCRITURA DE ARTURO CARRERA
Lejos, las ranas del estanque
con sus bolsas resonadoras.
Los últimos horneros
y los pájaros de roncas voces.
Un movimiento oscuro
en los árboles y en todo el cielo.
El sentido del fueguito
que ya se enciende, estalla.
Todo parece una queja,
pero solo es anochecer: carpe noctem
miércoles, 31 de agosto de 2016
EXCRITURA DE MOLLY BLOOM
Sí,
no hay nada como un beso
que descubre el alma.
Lejos, otra vez,
entre las memorias.
La trampa de las palabras,
su verdadera piel.
Y las sabanas tibias,
y el temblor de esos labios.
El sabor es un flor eterna,
todas las primaveras.
Dios te regaló la saliva,
y no existe más sed.
Dormida o despierta
la dulzura ya aleja la felicidad,
no..
Sí,
no hay nada como un beso
que descubre el alma.
Lejos, otra vez,
entre las memorias.
La trampa de las palabras,
su verdadera piel.
Y las sabanas tibias,
y el temblor de esos labios.
El sabor es un flor eterna,
todas las primaveras.
Dios te regaló la saliva,
y no existe más sed.
Dormida o despierta
la dulzura ya aleja la felicidad,
no..
EXCRITURA DE SILENO
Ayer, cuando volvía del trabajo,
me crucé al viejo Sileno en la avenida.
Venía cargado de bolsas con botellas,
todas del shopping de San Justo.
Al llamarlo, con fastidio
detuvo el apuro agitado de sus pasos.
Me temblaban las piernas;
pero no largó una espantosa carcajada.
Nos miramos un ratito,
el gordo solo se encogió de hombros.
Y al cambiar la luz del semáforo
se fue: ya no tiene nada que decir, a nadie.
Ayer, cuando volvía del trabajo,
me crucé al viejo Sileno en la avenida.
Venía cargado de bolsas con botellas,
todas del shopping de San Justo.
Al llamarlo, con fastidio
detuvo el apuro agitado de sus pasos.
Me temblaban las piernas;
pero no largó una espantosa carcajada.
Nos miramos un ratito,
el gordo solo se encogió de hombros.
Y al cambiar la luz del semáforo
se fue: ya no tiene nada que decir, a nadie.
EXCRITURA DE JOSÉ PORTOLAGO
El silencio chilla en toda la soledad
bajo la decapitación de la luna.
Hay ángeles de cemento
que gritan las noticias del día.
Árboles alucinados
miran pasar la sangre de los vagones.
El viento tiene un fusil
y apunta al corazón del horizonte.
Yo quiero ser un gusano
en una botella y soñar un verso para alguien.
El silencio chilla en toda la soledad
bajo la decapitación de la luna.
Hay ángeles de cemento
que gritan las noticias del día.
Árboles alucinados
miran pasar la sangre de los vagones.
El viento tiene un fusil
y apunta al corazón del horizonte.
Yo quiero ser un gusano
en una botella y soñar un verso para alguien.
martes, 30 de agosto de 2016
DIÁLOGOS EXCLUSIVOS DE LAS EXCRITURAS
Alguna vez tenía que ocurrir y por suerte ahí estaba nuestro enviado especial. El hombre de rostro más que pícaro conocía a Evita, claro; ella, días después, supo que se trataba de Raúl Damonte, el irreverente Copi.
-Disculpe, no creo que me conozca, pero me gustaría hablar con usted.
-¿Qué necesita, compañero?
-Nada, solo hablar.
-¡Qué afortunado!Diga nomás.
-¿Usted no leyó mis libros, no?
-Creo que no, tengo poco tiempo y...
-Yo escribí una obra sobre usted, hace mucho. Usted ya no estaba, o sí, bah, todavía no lo sé.
-No entiendo.
-Bueno, decían que usted ya no estaba.
-Ajá, no quiero mandarme la parte, pero muchos escribieron...y la verdad me importa poco.
-Es que mi obra causó un gran escándalo. Inclusive en Francia.
-¿No me diga?
-A sus simpatizantes no les agrado mucho que digamos.
-Yo no tengo simpatizantes, no soy Racing Club.
-Entiendo...es que me gustaría que la leyera.
-¿Es peronista o antiperonista?
-No sabría qué decirle.
-Pero usted la escribió, ¿y no lo sabe?
-Es que tiene mucho humor.
-Ah, una comedia, me gustan.
-No, otro tipo de humor. Más ambiguo, medio negro.
-¿Negro?
-Un poco atrevido.
-Algo como... "Viva el cáncer"
-No, no, bueno. Aunque en algo se podría decir que se parece.
-Entonces usted es un contrera, déjeme tranquila, tengo mucho que hacer.
-No quise...soy apenas un escritor.
-Váyase a cagar; seguro que es otro gorila, como todos.
-No quería importunarla.
-¡Importunarla! Así no hablan mis cabecitas.
-¿No la va a leer? Igual se la dejo.
-Será para los cartoneros, ¿qué le parece?
-No estaría mal.
-Igual no se preocupe, los peores gorilas son los nuestros. Vaya tranquilo.
-Aunque no me crea, yo la admiro.
-Lástima, pero no soy una estrella de cine. Así que chau.
-Adiós, señora.
Antes de retirarse Copi la observó durante un rato. Evita seguía leyendo cartas y tomaba notas en una libreta destartalada; a veces estiraba la mano buscando un teléfono ausente. Copy no entendía el gesto y al fin se fue algo triste; pero, a los pocos días, Paquito le contó que Evita se rió, y mucho, cuando leyó su obra.
Alguna vez tenía que ocurrir y por suerte ahí estaba nuestro enviado especial. El hombre de rostro más que pícaro conocía a Evita, claro; ella, días después, supo que se trataba de Raúl Damonte, el irreverente Copi.
-Disculpe, no creo que me conozca, pero me gustaría hablar con usted.
-¿Qué necesita, compañero?
-Nada, solo hablar.
-¡Qué afortunado!Diga nomás.
-¿Usted no leyó mis libros, no?
-Creo que no, tengo poco tiempo y...
-Yo escribí una obra sobre usted, hace mucho. Usted ya no estaba, o sí, bah, todavía no lo sé.
-No entiendo.
-Bueno, decían que usted ya no estaba.
-Ajá, no quiero mandarme la parte, pero muchos escribieron...y la verdad me importa poco.
-Es que mi obra causó un gran escándalo. Inclusive en Francia.
-¿No me diga?
-A sus simpatizantes no les agrado mucho que digamos.
-Yo no tengo simpatizantes, no soy Racing Club.
-Entiendo...es que me gustaría que la leyera.
-¿Es peronista o antiperonista?
-No sabría qué decirle.
-Pero usted la escribió, ¿y no lo sabe?
-Es que tiene mucho humor.
-Ah, una comedia, me gustan.
-No, otro tipo de humor. Más ambiguo, medio negro.
-¿Negro?
-Un poco atrevido.
-Algo como... "Viva el cáncer"
-No, no, bueno. Aunque en algo se podría decir que se parece.
-Entonces usted es un contrera, déjeme tranquila, tengo mucho que hacer.
-No quise...soy apenas un escritor.
-Váyase a cagar; seguro que es otro gorila, como todos.
-No quería importunarla.
-¡Importunarla! Así no hablan mis cabecitas.
-¿No la va a leer? Igual se la dejo.
-Será para los cartoneros, ¿qué le parece?
-No estaría mal.
-Igual no se preocupe, los peores gorilas son los nuestros. Vaya tranquilo.
-Aunque no me crea, yo la admiro.
-Lástima, pero no soy una estrella de cine. Así que chau.
-Adiós, señora.
Antes de retirarse Copi la observó durante un rato. Evita seguía leyendo cartas y tomaba notas en una libreta destartalada; a veces estiraba la mano buscando un teléfono ausente. Copy no entendía el gesto y al fin se fue algo triste; pero, a los pocos días, Paquito le contó que Evita se rió, y mucho, cuando leyó su obra.
lunes, 29 de agosto de 2016
EXCRITURA DE GIRRI
Es inútil esa alegría,
tan efímera, que propaga el entendimiento.
Cualquier respuesta es falsa.
A pesar del tanto pensar,
cada paso regresa a la incertidumbre.
O la angustia de una mueca en el silencio.
En el temblor de esta tierra
solo atravesamos lo único desconocido,
el cuerpo invisible de Dios.
Apenas algunos recuerdos,
la forma del origen de la nostalgia
anterior a lo creado: la esperanza de la palabra.
Es inútil esa alegría,
tan efímera, que propaga el entendimiento.
Cualquier respuesta es falsa.
A pesar del tanto pensar,
cada paso regresa a la incertidumbre.
O la angustia de una mueca en el silencio.
En el temblor de esta tierra
solo atravesamos lo único desconocido,
el cuerpo invisible de Dios.
Apenas algunos recuerdos,
la forma del origen de la nostalgia
anterior a lo creado: la esperanza de la palabra.
domingo, 28 de agosto de 2016
EXCRITURA DEMASIADO OBVIA DE UNA METAMORFOSIS FALLIDA
Después de un largo rato
con la mirada fija
en ese vértice del techo,
colgado de la telaraña;
desde las últimas tripas
sintió cómo le crecían piernas
o patas flacas y peludas...
y no quiso mirar más.
Todavía no se animaba
a ese simple pisotón, al caer
-ya rendido en el piso-,
tan firme como final
para eliminar a su propio bicho.
Después de un largo rato
con la mirada fija
en ese vértice del techo,
colgado de la telaraña;
desde las últimas tripas
sintió cómo le crecían piernas
o patas flacas y peludas...
y no quiso mirar más.
Todavía no se animaba
a ese simple pisotón, al caer
-ya rendido en el piso-,
tan firme como final
para eliminar a su propio bicho.
LOS HUESOS DEL IDIOTA
Desesperado, por todos lados
el idiota ve huesos humanos bajo la tierra.
Muchos, demasiados, sin sepultura;
y no quiere mirar y los siente en sus huesos.
Si estaba tan tranquilo
en el jardín con su pino, los pájaros y su perro...
Y no puede -¿cómo?- comprender
por qué esas babas son tibias y en sus ojos.
Por suerte, arriba está el cielo
tan azul y profundo como el milagro del mar.
Pero no, en el fondo también y es peor:
ni siquiera un idiota como él encuentra un consuelo.
Desesperado, por todos lados
el idiota ve huesos humanos bajo la tierra.
Muchos, demasiados, sin sepultura;
y no quiere mirar y los siente en sus huesos.
Si estaba tan tranquilo
en el jardín con su pino, los pájaros y su perro...
Y no puede -¿cómo?- comprender
por qué esas babas son tibias y en sus ojos.
Por suerte, arriba está el cielo
tan azul y profundo como el milagro del mar.
Pero no, en el fondo también y es peor:
ni siquiera un idiota como él encuentra un consuelo.
LUCIÉRNAGAS DE LAS EXCRITURAS
Aunque no tengan la menor duda, las excrituras ya informaron a las autoridades impertinentes para investigar el caso: las luciérnagas que se encienden en la literatura de Luis Sagasti son las que dejó entrar Spencer Holst al Salón de baile escondido de Versalles.
Por lo tanto, aun queda la esperanza, o el último de los espejos de la magia, si se toman las medidas adecuadas, de que en lugar de la actual oscuridad de las palabras se reproduzcan pequeñas lucecitas voladoras.
Igual, hay que prestar un poco de atención. Ahora el abismo es como un vértigo sin caída, esos videos berretas de las redes. Esas lucecitas pueden ser drones, y ellos no vienen de la imaginación y chau literatura.
Aunque no tengan la menor duda, las excrituras ya informaron a las autoridades impertinentes para investigar el caso: las luciérnagas que se encienden en la literatura de Luis Sagasti son las que dejó entrar Spencer Holst al Salón de baile escondido de Versalles.
Por lo tanto, aun queda la esperanza, o el último de los espejos de la magia, si se toman las medidas adecuadas, de que en lugar de la actual oscuridad de las palabras se reproduzcan pequeñas lucecitas voladoras.
Igual, hay que prestar un poco de atención. Ahora el abismo es como un vértigo sin caída, esos videos berretas de las redes. Esas lucecitas pueden ser drones, y ellos no vienen de la imaginación y chau literatura.
sábado, 27 de agosto de 2016
EXCRITURA DE NICANOR PARRA
Por suerte, los poetas ya se bajaron del Olimpo,
aunque nunca supieran que vivían en ese lugar.
Claro que siempre fueron hombres como todos
o nadie: apenas árboles que intentan crecer.
Nunca, es imposible, dijeron las cosas como son...
porque las cosas nada tiene que ver con la poesía.
De todas manera, la metáfora nunca engaña;
siempre un otro las sueña para cualquier verso.
Pero ahora, Nicanor, los poetas no pueden reír:
todos miran al Olimpo, tan lejano, y llora su canto.
Por suerte, los poetas ya se bajaron del Olimpo,
aunque nunca supieran que vivían en ese lugar.
Claro que siempre fueron hombres como todos
o nadie: apenas árboles que intentan crecer.
Nunca, es imposible, dijeron las cosas como son...
porque las cosas nada tiene que ver con la poesía.
De todas manera, la metáfora nunca engaña;
siempre un otro las sueña para cualquier verso.
Pero ahora, Nicanor, los poetas no pueden reír:
todos miran al Olimpo, tan lejano, y llora su canto.
PALOMAS DEL IDIOTA
Ni siquiera es parte del aire
y de tan idiota no se dio cuenta, y todavía vive.
Ayer se acordó de sus babas
pero rápido se olvidó cuando vio a una palomita.
Sola en un gran árbol sol.,
En la madrugada fría ya nadie quedaba en la plaza.
El idiota se acerco feliz y ella
cerró los ojos y cayó para siempre en el pasto.
Eso, por supuesto, no tenía sentido,
si todas las palomas son del cielo y vuelan...
De modo que era una imagen falsa;
además, ¿desde cuándo el idiota va a aceptar la realidad?
Ni siquiera es parte del aire
y de tan idiota no se dio cuenta, y todavía vive.
Ayer se acordó de sus babas
pero rápido se olvidó cuando vio a una palomita.
Sola en un gran árbol sol.,
En la madrugada fría ya nadie quedaba en la plaza.
El idiota se acerco feliz y ella
cerró los ojos y cayó para siempre en el pasto.
Eso, por supuesto, no tenía sentido,
si todas las palomas son del cielo y vuelan...
De modo que era una imagen falsa;
además, ¿desde cuándo el idiota va a aceptar la realidad?
EXCRITURA COYUNTURAL DEL MACRISMO
Ya no puedo soportar ninguna noticia
y menos caminar por las calles.
Por suerte, ya bajé unos diez kilos
y empiezan a asomar las costillas.
Afuera o adentro, apenas se respira:
ahora gobierna la indiferencia y el odio.
En cada rincón amenaza un uniforme
y después te persigue en las pesadillas.
Apenas guardo pelusitas de esperanza
en los bolsillos demasiado rotos.
Igual, no me alarma ni me asombra;
en nada afecta a la verdad de la memoria.
Ya no puedo soportar ninguna noticia
y menos caminar por las calles.
Por suerte, ya bajé unos diez kilos
y empiezan a asomar las costillas.
Afuera o adentro, apenas se respira:
ahora gobierna la indiferencia y el odio.
En cada rincón amenaza un uniforme
y después te persigue en las pesadillas.
Apenas guardo pelusitas de esperanza
en los bolsillos demasiado rotos.
Igual, no me alarma ni me asombra;
en nada afecta a la verdad de la memoria.
EXCRITURAS PATÉTICAS
Si al menos pudiera escribir
o estar ante la ventana,
apretados los ojos
para no ver.
O dar una pitada
muy honda
y desaparecer,
el humo en el aire.
O tener el valor,
bajar de un tirón la cortina,
y al fin olvidar
tantos y tantos "o".
Pero la vida
aun resiste, inútil,
y el laurel mira mis ojos,
como si fuera posible la poesía.
Si al menos pudiera escribir
o estar ante la ventana,
apretados los ojos
para no ver.
O dar una pitada
muy honda
y desaparecer,
el humo en el aire.
O tener el valor,
bajar de un tirón la cortina,
y al fin olvidar
tantos y tantos "o".
Pero la vida
aun resiste, inútil,
y el laurel mira mis ojos,
como si fuera posible la poesía.
EXCRITURA DE LA LLUVIA
Llueve, ya todo es una pura lluvia
como en un poema de Girondo:
sobre las calles y los árboles,
desde los sombreros y las ventanas,
en la pantalla del televisor,
debajo de los zapatos y el planeta.
Adentro y fuera, una enumeración sin fin.
Llueve...yo también solo quiero llover.
Llueve, ya todo es una pura lluvia
como en un poema de Girondo:
sobre las calles y los árboles,
desde los sombreros y las ventanas,
en la pantalla del televisor,
debajo de los zapatos y el planeta.
Adentro y fuera, una enumeración sin fin.
Llueve...yo también solo quiero llover.
viernes, 26 de agosto de 2016
EXCRITURA DE HUGO PADELETTI
Ni opciones ni decisiones.
ni las certezas o el azar;
solo la vida de la tierra y el sol.
El reloj está en el adentro;
y se adelante o se retrase,
a cualquier hora, siempre, es ahora.
Después está lo que ocurre,
si ocurre, y de lo que no...
La semilla crece en la plegaria.
Ni opciones ni decisiones.
ni las certezas o el azar;
solo la vida de la tierra y el sol.
El reloj está en el adentro;
y se adelante o se retrase,
a cualquier hora, siempre, es ahora.
Después está lo que ocurre,
si ocurre, y de lo que no...
La semilla crece en la plegaria.
jueves, 25 de agosto de 2016
IDIOTA ON THE HILL
En el libre espacio de la hierba,
ya sin huesos ni órganos ni cuerpo, feliz,
sin saberlo el idiota se completa en una canción.
Pero ni la escucha, ¿para qué?
Muchos, alrededor, piensan lo correcto:
está loco; girando, girando y girando
las voces lo remontan a una bella colina
y el idiota flota, inmenso, hasta ponerse el sol.
No es en otro mundo, siempre es acá:
apenas una simple y dulce melodía
o esa eternidad que nadie conoce... ¿o si?;
las excrituras saben que ese aire son The Beatles.
En el libre espacio de la hierba,
ya sin huesos ni órganos ni cuerpo, feliz,
sin saberlo el idiota se completa en una canción.
Pero ni la escucha, ¿para qué?
Muchos, alrededor, piensan lo correcto:
está loco; girando, girando y girando
las voces lo remontan a una bella colina
y el idiota flota, inmenso, hasta ponerse el sol.
No es en otro mundo, siempre es acá:
apenas una simple y dulce melodía
o esa eternidad que nadie conoce... ¿o si?;
las excrituras saben que ese aire son The Beatles.
INSPIRACIÓN DE LAS EXCRITURAS
La noche en esta lamparita,
el apenas de su luz y el cielo raso.
Y una voz que trepa y aturde
entre los huesos y las paredes rotas.
Pero no viene una sola frase,
ni ese engaño de otras sombras.
En el fondo dorado del vaso,
tampoco, ya un cuerpo sin palabra.
Y pronto saldrá el sol, y peor:
ningún pretexto para ensuciar el papel
La noche en esta lamparita,
el apenas de su luz y el cielo raso.
Y una voz que trepa y aturde
entre los huesos y las paredes rotas.
Pero no viene una sola frase,
ni ese engaño de otras sombras.
En el fondo dorado del vaso,
tampoco, ya un cuerpo sin palabra.
Y pronto saldrá el sol, y peor:
ningún pretexto para ensuciar el papel
TIEMPOS MUERTOS
Cualquier lugar, ni salir ni entrar
a ningún lado;
el único plan es un shopping,
piel en oferta,
y la burla de los maniquíes
Tampoco la plaza del barrio,
muy cuidada,
con una bolsita
para soretes de perro.
Así otro, cualquier sábado,
apenas un día,
horas idas, ciegas,
total, el tiempo ya pasó.
Por suerte, la pantalla negra,
y la mano
no alcanza el control;
¿o la gran condena?
Pero por ahora él aun sigue ahí,
casi tranquilo,
olvida los sueños
y evita la ventana, ver:
solo su cadáver fuma en la cama.
Cualquier lugar, ni salir ni entrar
a ningún lado;
el único plan es un shopping,
piel en oferta,
y la burla de los maniquíes
Tampoco la plaza del barrio,
muy cuidada,
con una bolsita
para soretes de perro.
Así otro, cualquier sábado,
apenas un día,
horas idas, ciegas,
total, el tiempo ya pasó.
Por suerte, la pantalla negra,
y la mano
no alcanza el control;
¿o la gran condena?
Pero por ahora él aun sigue ahí,
casi tranquilo,
olvida los sueños
y evita la ventana, ver:
solo su cadáver fuma en la cama.
miércoles, 24 de agosto de 2016
EXCRITURA DEL SUMA QAMAÑA
Al parecer, las primeras sorprendes noticias - con escasos o nulos antecedentes- llegaron hace muy poco hasta la ciencia. Durante siglos ni se enteró del buen vivir. O por lo menos eso afirma el antropólogo David Cortés: antes del año 2000, este concepto no existía para los científicos. Por supuesto, ahora ya son muchos los interesados en esta nueva producción del saber.
Pero, como siempre, las excrituras desconfían; no tanto del buen vivir -hasta les agrada-, sino de los posibles aportes de la ciencia y sus investigaciones. Incluso, para ser sinceras, les temen...Es que al margen de las enormes limitaciones que impone la práctica científica -desde lo metodológico hasta lo económico-; la mayor sospecha de las excrituras es que ciencia y bien vivir son categorías incompatibles en esta realidad, y casi enemigos.
Claro que no poseen ninguna certeza, ni se animan a concluir con un afirmación categórica; en verdad, casi ni les importa. Tampoco reivindican la exclusividad o la pureza absoluta ni, menos, abominan de la ciencia como si fuera el gran monstruo de la humanidad. Pero saben, o así surge de la historia, que las academias pueden dar genios; flores, nunca.
Al parecer, las primeras sorprendes noticias - con escasos o nulos antecedentes- llegaron hace muy poco hasta la ciencia. Durante siglos ni se enteró del buen vivir. O por lo menos eso afirma el antropólogo David Cortés: antes del año 2000, este concepto no existía para los científicos. Por supuesto, ahora ya son muchos los interesados en esta nueva producción del saber.
Pero, como siempre, las excrituras desconfían; no tanto del buen vivir -hasta les agrada-, sino de los posibles aportes de la ciencia y sus investigaciones. Incluso, para ser sinceras, les temen...Es que al margen de las enormes limitaciones que impone la práctica científica -desde lo metodológico hasta lo económico-; la mayor sospecha de las excrituras es que ciencia y bien vivir son categorías incompatibles en esta realidad, y casi enemigos.
Claro que no poseen ninguna certeza, ni se animan a concluir con un afirmación categórica; en verdad, casi ni les importa. Tampoco reivindican la exclusividad o la pureza absoluta ni, menos, abominan de la ciencia como si fuera el gran monstruo de la humanidad. Pero saben, o así surge de la historia, que las academias pueden dar genios; flores, nunca.
martes, 23 de agosto de 2016
EXCRITURA DE LA DIVINA COMEDIA
Realmente lo lamento, amado Dante,
pero ya no te alcanzaría -ni ahí-,
la simbología numérica cristina
para los círculos de este infierno.
Y te digo más, tu adorada Beatriz
a las noches trabaja en Camino de Cintura.
Eso sí, y para que no te amargues,
su tarifa está al alcance de casi todos.
Igual no es para preocuparse...
Todavía en tu época, terrible, muchos
creían en la recompensa del paraíso.
Hoy, los que pueden, solo apuestan al dolar.
Realmente lo lamento, amado Dante,
pero ya no te alcanzaría -ni ahí-,
la simbología numérica cristina
para los círculos de este infierno.
Y te digo más, tu adorada Beatriz
a las noches trabaja en Camino de Cintura.
Eso sí, y para que no te amargues,
su tarifa está al alcance de casi todos.
Igual no es para preocuparse...
Todavía en tu época, terrible, muchos
creían en la recompensa del paraíso.
Hoy, los que pueden, solo apuestan al dolar.
EXCRITURA DEL TRABAJO ¿DIGNO?
A pleno sol, con su martillo y su gorrita berreta,
él abre la luminosidad de una gran ventana.
Claro que no es para él. Ese resplandor
quizás lo disfrute algún niño, o cualquiera.
Pero nada lo detiene; y golpea y calcula
los límites exactos para ese pequeño milagro.
La transpiración constante, la insistencia,
ya lo invita a un ensueño absurdo o único.
Así, con su martillo y su gorrita y algo más,
algún día hará otra ventana...y para él será la luz.
Ahora se pasa la mano por la frente y mira:
pucha, solo se ve una polvareda al final de la tarea.
A pleno sol, con su martillo y su gorrita berreta,
él abre la luminosidad de una gran ventana.
Claro que no es para él. Ese resplandor
quizás lo disfrute algún niño, o cualquiera.
Pero nada lo detiene; y golpea y calcula
los límites exactos para ese pequeño milagro.
La transpiración constante, la insistencia,
ya lo invita a un ensueño absurdo o único.
Así, con su martillo y su gorrita y algo más,
algún día hará otra ventana...y para él será la luz.
Ahora se pasa la mano por la frente y mira:
pucha, solo se ve una polvareda al final de la tarea.
lunes, 22 de agosto de 2016
EXCRITURA DE CHARLY
Al revés de esa simple canción,
solo muero los días lunes.
Y miro la pared: vacía.
No se me ocurre qué dibujar.
Sin una profesión, cualquiera,
no puedo entender el mundo.
Ni siquiera una sonrisa
o un crédito para mis lobos.
Hace rato lo despidieron a Dios;
tampoco encuentra un empleo.
Creo que siempre estuve aquí:
ninguna confesión, todo es invierno.
Al revés de esa simple canción,
solo muero los días lunes.
Y miro la pared: vacía.
No se me ocurre qué dibujar.
Sin una profesión, cualquiera,
no puedo entender el mundo.
Ni siquiera una sonrisa
o un crédito para mis lobos.
Hace rato lo despidieron a Dios;
tampoco encuentra un empleo.
Creo que siempre estuve aquí:
ninguna confesión, todo es invierno.
DIÁLOGOS EXCLUSIVOS DE LAS EXCRITURAS
Durante mucho tiempo nuestro informante siguió de cerca a Cesare Pavese. Nunca hablaba con nadie. Pero de casualidad se cruzó con Héctor Viel Temperley. Este es el registro del encuentro; en el laboratorio de las excrituras no lo entendió nadie.
-Perdón, ¿a qué se dedica?
-Creo que soy poeta, o cualquier otra cosa.
-Yo también.
-¿Quién no lo sabe?
-Le parece...Y dígame, ¿por qué está tan feliz?
-¿Feliz? Nunca lo pensé.
-Ah...ya entiendo.
-Qué suerte, yo apenas puedo sentir. Fíjese, esa nube encontró su forma y ya se disuelve: maravilloso.
-Es natural, ¿no?
-No sé, nunca lo supe.
-Tiene razón, pero igual me da asco.
-¿Probó con nadar?
-Bueno, sí...aunque no comprendo.
-Eso déjeselo al cuerpo.
-Pero, ¿Acá...
-Cualquier lugar es bueno.
-Dudo, pero no lo voy a intentar. ¡Qué más da, ya me suicidé!
-No se preocupe, el agua resucita.
-Prefiero no perturbarlo con mis opiniones. Mejor me voy.
-Solo es su ángel.
-¿Cómo?
-Debe luchar y dejarse vencer por él... Ni una palabra más.
-Un gesto.
-Adiós, buen hombre.
-Lástima no haberlo conocido antes, chau.
Preocupado, a cada paso, Pavese se enredaba en los mitos que latían en su cabeza. No podía aceptar la calma de ese ser. ¿Quién de los dos estaba más loco?
Durante mucho tiempo nuestro informante siguió de cerca a Cesare Pavese. Nunca hablaba con nadie. Pero de casualidad se cruzó con Héctor Viel Temperley. Este es el registro del encuentro; en el laboratorio de las excrituras no lo entendió nadie.
-Perdón, ¿a qué se dedica?
-Creo que soy poeta, o cualquier otra cosa.
-Yo también.
-¿Quién no lo sabe?
-Le parece...Y dígame, ¿por qué está tan feliz?
-¿Feliz? Nunca lo pensé.
-Ah...ya entiendo.
-Qué suerte, yo apenas puedo sentir. Fíjese, esa nube encontró su forma y ya se disuelve: maravilloso.
-Es natural, ¿no?
-No sé, nunca lo supe.
-Tiene razón, pero igual me da asco.
-¿Probó con nadar?
-Bueno, sí...aunque no comprendo.
-Eso déjeselo al cuerpo.
-Pero, ¿Acá...
-Cualquier lugar es bueno.
-Dudo, pero no lo voy a intentar. ¡Qué más da, ya me suicidé!
-No se preocupe, el agua resucita.
-Prefiero no perturbarlo con mis opiniones. Mejor me voy.
-Solo es su ángel.
-¿Cómo?
-Debe luchar y dejarse vencer por él... Ni una palabra más.
-Un gesto.
-Adiós, buen hombre.
-Lástima no haberlo conocido antes, chau.
Preocupado, a cada paso, Pavese se enredaba en los mitos que latían en su cabeza. No podía aceptar la calma de ese ser. ¿Quién de los dos estaba más loco?
ALTERNATIVAS DEL IDIOTA
En las alturas, el nuevo idiota
solo espera a la noche para tocar a la luna
o irse sin molestar a nadie,
y que lo confundan con una estrella.
Después le cuesta volver,
le recuerda el insoportable castigo del cuerpo.
Porque el sol es tan distinto;
ni el aire se salva del poder de su fuego.
A veces sobrevuela su jardín,
rápido, no quiere ver a su perro ni al pino.
Si pudiera hundirse en la tierra...
pero las excrituras son incapaces de un milagro.
En las alturas, el nuevo idiota
solo espera a la noche para tocar a la luna
o irse sin molestar a nadie,
y que lo confundan con una estrella.
Después le cuesta volver,
le recuerda el insoportable castigo del cuerpo.
Porque el sol es tan distinto;
ni el aire se salva del poder de su fuego.
A veces sobrevuela su jardín,
rápido, no quiere ver a su perro ni al pino.
Si pudiera hundirse en la tierra...
pero las excrituras son incapaces de un milagro.
domingo, 21 de agosto de 2016
HOY O AYER
Ayer a la noche era la pura y falsa alegría.
Y ahora este dolor de cabeza,
tantos vasos y platos sucios,
y esos restos de ausencia en silencio.
Algo habrá que empezar a hacer,
juntar los cacharros en la cocina
o tirar los puchos y las cenizas al tacho;
pero ya descubrió a la ventana.
Otra vez la mañana, igual a todas.
alegre o triste, ahí, casi una amenaza.
No lo entiende: ¿realmente existió, existe el ayer?
Ayer a la noche era la pura y falsa alegría.
Y ahora este dolor de cabeza,
tantos vasos y platos sucios,
y esos restos de ausencia en silencio.
Algo habrá que empezar a hacer,
juntar los cacharros en la cocina
o tirar los puchos y las cenizas al tacho;
pero ya descubrió a la ventana.
Otra vez la mañana, igual a todas.
alegre o triste, ahí, casi una amenaza.
No lo entiende: ¿realmente existió, existe el ayer?
sábado, 20 de agosto de 2016
EXCRITURA DE RULFO
Cada día te siente más cercano, como si yo también fuera un fantasma de Comala.
No importa que mi ciudad es una interminable cadena de casas, edificios y comercios más o menos modernos, y tampoco que tenga una calle peatonal y hasta un shopping. Cada vez que salgo, todo mi alrededor se disuelve y apenas quedan las sombras de miles de figuras ausentes, y por lo general muy apuradas. Claro que también hay de todo, aunque nada parece estar vivo.
Ni yo, salvo cuando me olvido de mí y puedo viajar a otro lugar...Aunque, para serte sincero, pocas veces pienso en la devastada Comala. Para eso, me sobra con asomarme al balcón. Claro que varias veces, ahí, sentadito, me pongo a releer tu novela; y entonce me pierdo y me encuentro, y de a poco llega la noche y la soledad en lo oscuro se adueña hasta del aire. Así es como te siento, cada día más cercano, justo en ese momento, al dudar de mi propia respiración al cerrar el libro.
Y ahora que lo pienso, no tendría nada de malo irme a conocer Comala, pasar un días, dar una vueltas, comprobar que tampoco pasa nada.
Cada día te siente más cercano, como si yo también fuera un fantasma de Comala.
No importa que mi ciudad es una interminable cadena de casas, edificios y comercios más o menos modernos, y tampoco que tenga una calle peatonal y hasta un shopping. Cada vez que salgo, todo mi alrededor se disuelve y apenas quedan las sombras de miles de figuras ausentes, y por lo general muy apuradas. Claro que también hay de todo, aunque nada parece estar vivo.
Ni yo, salvo cuando me olvido de mí y puedo viajar a otro lugar...Aunque, para serte sincero, pocas veces pienso en la devastada Comala. Para eso, me sobra con asomarme al balcón. Claro que varias veces, ahí, sentadito, me pongo a releer tu novela; y entonce me pierdo y me encuentro, y de a poco llega la noche y la soledad en lo oscuro se adueña hasta del aire. Así es como te siento, cada día más cercano, justo en ese momento, al dudar de mi propia respiración al cerrar el libro.
Y ahora que lo pienso, no tendría nada de malo irme a conocer Comala, pasar un días, dar una vueltas, comprobar que tampoco pasa nada.
UN GORRIÓN IDIOTA
El idiota, otra vez más, se equivocó:
ese no era el edificio más alto de toda la ciudad.
Peor, desde ahí no veía a su pino.
Claro que él podía tirarse, ya nada le podía ocurrir.
Pero la velocidad de los automóviles,
la multitud que iba y venía sin detenerse, nunca,
tantas calles y avenidas, lo mareaban...
Prefirió bajarse de la cornisa y sentarse a la sombra.
Después de un rato apareció un gorrión.
Como él, andaba a los saltitos, seguro y tranquilo,
y lo miró y de pronto voló hasta desaparecer.
¡Qué idiota!, eso era lo que debía hacer: ser lo feliz.
El idiota, otra vez más, se equivocó:
ese no era el edificio más alto de toda la ciudad.
Peor, desde ahí no veía a su pino.
Claro que él podía tirarse, ya nada le podía ocurrir.
Pero la velocidad de los automóviles,
la multitud que iba y venía sin detenerse, nunca,
tantas calles y avenidas, lo mareaban...
Prefirió bajarse de la cornisa y sentarse a la sombra.
Después de un rato apareció un gorrión.
Como él, andaba a los saltitos, seguro y tranquilo,
y lo miró y de pronto voló hasta desaparecer.
¡Qué idiota!, eso era lo que debía hacer: ser lo feliz.
DIÁLOGOS EXCLUSIVOS DE LAS EXCRITURAS
Algo perturbado, nuestro enviado especial nos envió un nuevo y sorprendente -o no tanto- informe. Según sus propias palabras, no se atrevió a traducir el francés de Silvina Ocampo y Jean Genet. En el laboratorio hemos tratado de respectar fielmente cada expresión; o mejor, ser respetuosamente infieles.
-Disculpe, ¿no le molesta que lo miren?
-Al contrario, disfruto más.
-Si usted quiere, lo puedo ayudar.
-Muy amable.
-Sería...un honor. Bueno, me encantaría.
-Es que cuando eyaculo siento a él en mi mano.
-Ah, lo entiendo.
-¿Y usted?
-Soy curiosa, o rara.
-A mi me parece una dama delicada, algo tímida.
-Es que los otros, vio, ya sabe.
-Ni me hable; por suerte yo vivo encarcelado.
-¡Igual que yo! Pero no me importa.
-Claro, porque es libre.
-No sé, o no tanto como usted.
-Apenas soy un angelito del mal.
-Es verdad, la bondad nunca se perdona.
-Peor es el perdón.
-Tiene razón.
-Disculpe, pero su belleza es tan triste, y me conmueve.
-Por la nariz.
-¿Cómo?
-Mi nariz es espantosa.
-Se equivoca, ¿me permitiría besarla?
-...
-...
-Puede venir cuando quiera, si no le disgusta...
-Por favor, yo también gozo al mirarlo. O lo sueño.
-Adiós, tengo que acabar.
-Hasta pronto.
Genet esperó unos pocos minutos y volvió a sacudir su mano, sonreía atrapado por la melancolía. Ella se escondió detrás de una nube; se acordó de una amiga y también empezó a jugar con la tibieza de su sexo.
Algo perturbado, nuestro enviado especial nos envió un nuevo y sorprendente -o no tanto- informe. Según sus propias palabras, no se atrevió a traducir el francés de Silvina Ocampo y Jean Genet. En el laboratorio hemos tratado de respectar fielmente cada expresión; o mejor, ser respetuosamente infieles.
-Disculpe, ¿no le molesta que lo miren?
-Al contrario, disfruto más.
-Si usted quiere, lo puedo ayudar.
-Muy amable.
-Sería...un honor. Bueno, me encantaría.
-Es que cuando eyaculo siento a él en mi mano.
-Ah, lo entiendo.
-¿Y usted?
-Soy curiosa, o rara.
-A mi me parece una dama delicada, algo tímida.
-Es que los otros, vio, ya sabe.
-Ni me hable; por suerte yo vivo encarcelado.
-¡Igual que yo! Pero no me importa.
-Claro, porque es libre.
-No sé, o no tanto como usted.
-Apenas soy un angelito del mal.
-Es verdad, la bondad nunca se perdona.
-Peor es el perdón.
-Tiene razón.
-Disculpe, pero su belleza es tan triste, y me conmueve.
-Por la nariz.
-¿Cómo?
-Mi nariz es espantosa.
-Se equivoca, ¿me permitiría besarla?
-...
-...
-Puede venir cuando quiera, si no le disgusta...
-Por favor, yo también gozo al mirarlo. O lo sueño.
-Adiós, tengo que acabar.
-Hasta pronto.
Genet esperó unos pocos minutos y volvió a sacudir su mano, sonreía atrapado por la melancolía. Ella se escondió detrás de una nube; se acordó de una amiga y también empezó a jugar con la tibieza de su sexo.
viernes, 19 de agosto de 2016
EXCRITURA PARA ANNIE LENNOX
Te voy a mostrar algo bueno,
si puedes abrir tu mente.
Pero nada evitará el dolor:
ni el amor ni sus milagros.
Ante el miedito de la noche,
la crueldad y tantas heridas...
Una brisa dulce y salvaje
para acariciar todo tu cuerpo.
Y en la ilusión del mundo
la voz lejana del encanto.
Te voy a mostrar algo bueno;
a vos, la inmensidad del deseo.
Te voy a mostrar algo bueno,
si puedes abrir tu mente.
Pero nada evitará el dolor:
ni el amor ni sus milagros.
Ante el miedito de la noche,
la crueldad y tantas heridas...
Una brisa dulce y salvaje
para acariciar todo tu cuerpo.
Y en la ilusión del mundo
la voz lejana del encanto.
Te voy a mostrar algo bueno;
a vos, la inmensidad del deseo.
DIALOGO EXCLUSIVO DE LAS EXCRITURAS.
A pesar de que se trataba de seres que desconocía, por algún motivo extraño nuestro enviado especial registró esta conversación. Después le aclaramos que eran Simón Rodriguez y Rodolfo Kusch. ¿Quiénes?, insistió. Así son los periodísticas, incluso los que trabajan para el laboratorio de la excrituras.
-Disculpe, caballero, ¿qué es ese aparatito?
-Mi viejo grabador...uno se encariña con las cosas.
-Ah, ¿y para qué sirve?
-Graba palabras, sonidos, música. Y después se pueden volver a escuchar.
-¿Lo mismo?
-Si, y las veces que quiera.
-¡Qué maravilla!
-Y...o inventamos o erramos, ¿no?
-Perdón, pero usted me conoce.
-También tengo grabadas sus ideas, pero en la cabeza.
-Ajá, y en el aparato qué guardó.
-Voces de indios, sus historias, mitos de la pobre gente.
-No crea; son sabios y hay muchos por acá.
-Puta, y no me quedan pilas...
-¿Pilas?
-Para el aparato, ¿ve?
-En mis tiempos se conversaba. Pero a mí, nada. Si hubiera tenido ese aparato.
-Bueno, a mí tampoco. Así es la vida, ¿no? Solo estar.
-Verdad, caballero, pero los indios también están, cerquita.
-¿De dónde son?
-De todos lados, vamos, yo lo puedo guiar.
-Usted es el guía perfecto, vamos
-A conversar.
-Sí, siempre hay algo para aprender.
Algo cansados, pero con entusiasmo, decidieron salir. Simón, aunque no funcionaba, le pidió que llevara el grabador. Rodolfo se lo entregó como si fuera un objeto sagrado. Iban cansados, los ojos bien abiertos y sin hablar, ni una palabra. Total, se entendían a la perfección.
A pesar de que se trataba de seres que desconocía, por algún motivo extraño nuestro enviado especial registró esta conversación. Después le aclaramos que eran Simón Rodriguez y Rodolfo Kusch. ¿Quiénes?, insistió. Así son los periodísticas, incluso los que trabajan para el laboratorio de la excrituras.
-Disculpe, caballero, ¿qué es ese aparatito?
-Mi viejo grabador...uno se encariña con las cosas.
-Ah, ¿y para qué sirve?
-Graba palabras, sonidos, música. Y después se pueden volver a escuchar.
-¿Lo mismo?
-Si, y las veces que quiera.
-¡Qué maravilla!
-Y...o inventamos o erramos, ¿no?
-Perdón, pero usted me conoce.
-También tengo grabadas sus ideas, pero en la cabeza.
-Ajá, y en el aparato qué guardó.
-Voces de indios, sus historias, mitos de la pobre gente.
-No crea; son sabios y hay muchos por acá.
-Puta, y no me quedan pilas...
-¿Pilas?
-Para el aparato, ¿ve?
-En mis tiempos se conversaba. Pero a mí, nada. Si hubiera tenido ese aparato.
-Bueno, a mí tampoco. Así es la vida, ¿no? Solo estar.
-Verdad, caballero, pero los indios también están, cerquita.
-¿De dónde son?
-De todos lados, vamos, yo lo puedo guiar.
-Usted es el guía perfecto, vamos
-A conversar.
-Sí, siempre hay algo para aprender.
Algo cansados, pero con entusiasmo, decidieron salir. Simón, aunque no funcionaba, le pidió que llevara el grabador. Rodolfo se lo entregó como si fuera un objeto sagrado. Iban cansados, los ojos bien abiertos y sin hablar, ni una palabra. Total, se entendían a la perfección.
EXCRITURA DE LA EXCRITURA
A pesar
de tantos imbéciles y miserables,
cada día más liberado de mí mismo.
A pesar
de tanta desolación y muerte,
cada día más cerca de ningún lugar.
A pesar
de tantos psicólogos y psiquiatras
cada día más enamorado de la locura.
A pesar
de la obviedad de este poema
cada día espero resucitar a una palabra.
A pesar
de tantos imbéciles y miserables,
cada día más liberado de mí mismo.
A pesar
de tanta desolación y muerte,
cada día más cerca de ningún lugar.
A pesar
de tantos psicólogos y psiquiatras
cada día más enamorado de la locura.
A pesar
de la obviedad de este poema
cada día espero resucitar a una palabra.
A JONI MITCHELL
La verdad es que nunca cantás,
son las semillitas
o el agua de tus ojos
en el alma de las mañanas.
Siempre limpiás a la sangre
que florece en el aire,
y tu guitarra tímida
vuelve a estallar en árboles.
El sol mayor es el tono,
sus rayos tan agudos
y tan suaves...
La verdad es que cantás la primavera.
La verdad es que nunca cantás,
son las semillitas
o el agua de tus ojos
en el alma de las mañanas.
Siempre limpiás a la sangre
que florece en el aire,
y tu guitarra tímida
vuelve a estallar en árboles.
El sol mayor es el tono,
sus rayos tan agudos
y tan suaves...
La verdad es que cantás la primavera.
jueves, 18 de agosto de 2016
TEMPERATURA FINAL
Frías, las luces nocturnas en la avenida.
Frías, las huellas perdidas del puente.
Frías, las últimas estrellas vivas.
Frías, las humillaciones sin memoria.
Frías, las pocas miradas...aterradas.
Frías, las razones de una baranda inútil.
Frías, las alas rotas en la caída.
Ya encendió su fuego el cuerpo en el asfalto.
Frías, las luces nocturnas en la avenida.
Frías, las huellas perdidas del puente.
Frías, las últimas estrellas vivas.
Frías, las humillaciones sin memoria.
Frías, las pocas miradas...aterradas.
Frías, las razones de una baranda inútil.
Frías, las alas rotas en la caída.
Ya encendió su fuego el cuerpo en el asfalto.
METAFÍSICA DE LAS EXCRITURAS
Si hay una actitud compartida por la mayoría de los grandes filósofos -desde Sócrates a Heidegger- es su capacidad para formular preguntas y abrir nuevos horizontes al pensamiento. Y sin dudas, la primera y fundante es tan sencilla como abismal: ¿por qué el ser y no la nada?
Ante las actuales y futuras circunstancias del humano y su universo, las excrituras han decidido emplear todos sus esfuerzos para profundizar esa honda actitud, y no ha sido en vano. De ahora en más la gran pregunta es otra, necesariamente más breve y efectiva: ¿por qué esta nada?
Demás está aclarar, para el aprovechamiento didáctico de los próximos manuales de metafísca, que la pregunta de las excrituras tiene su respuesta, tan contundente como decisiva para el futuro del pensamiento occidental. Aunque casi resulta obvia, es imprescindible hacerla explícita: no importa.
Si hay una actitud compartida por la mayoría de los grandes filósofos -desde Sócrates a Heidegger- es su capacidad para formular preguntas y abrir nuevos horizontes al pensamiento. Y sin dudas, la primera y fundante es tan sencilla como abismal: ¿por qué el ser y no la nada?
Ante las actuales y futuras circunstancias del humano y su universo, las excrituras han decidido emplear todos sus esfuerzos para profundizar esa honda actitud, y no ha sido en vano. De ahora en más la gran pregunta es otra, necesariamente más breve y efectiva: ¿por qué esta nada?
Demás está aclarar, para el aprovechamiento didáctico de los próximos manuales de metafísca, que la pregunta de las excrituras tiene su respuesta, tan contundente como decisiva para el futuro del pensamiento occidental. Aunque casi resulta obvia, es imprescindible hacerla explícita: no importa.
LAS ALTURAS DEL IDIOTA
Ahora, ya pleno vacío su cuerpo,
el idiota camina sobre los bordes dudosos y más altos;
vuela como los pajaritos y salta,
contento, de una cornisa resbalosa a otra peor.
Todo lo ve más pequeño y lejano,
aunque a veces sienta más cerca el ahogo del abajo.
Ayer mismo, en el patio de una buena vecina
durante horas y horas vio gritar y llorar a un niño.
Pero, ¿qué es lo que podía hacer?
Por suerte, después de un rato, al fin apareció la madre,
y furiosa, lo tomó de los pelos y le tiró de las orejas.
Al menos así comprendió porqué él era orejudo y cabezón.
Ahora, ya pleno vacío su cuerpo,
el idiota camina sobre los bordes dudosos y más altos;
vuela como los pajaritos y salta,
contento, de una cornisa resbalosa a otra peor.
Todo lo ve más pequeño y lejano,
aunque a veces sienta más cerca el ahogo del abajo.
Ayer mismo, en el patio de una buena vecina
durante horas y horas vio gritar y llorar a un niño.
Pero, ¿qué es lo que podía hacer?
Por suerte, después de un rato, al fin apareció la madre,
y furiosa, lo tomó de los pelos y le tiró de las orejas.
Al menos así comprendió porqué él era orejudo y cabezón.
ROSA DE LAS EXCRITURAS
La mañana encandila a la primera y única rosa:
abierta, una orgullosa diva en su escenario.
Sus pétalos apenas acompañan a la brisa.
Acaso cree, ingenua, en la eternidad de la belleza.
Pero pronto la cubrirá la sombra del laurel
y también llegará oscura la rutina de la noche.
Quizás convenga acercarse y conversar,
o al menos avisarle que no tenga miedito.
Después de todo solo existe en el poema
esa presencia tan plena y vacía: una palabra mágica.
La mañana encandila a la primera y única rosa:
abierta, una orgullosa diva en su escenario.
Sus pétalos apenas acompañan a la brisa.
Acaso cree, ingenua, en la eternidad de la belleza.
Pero pronto la cubrirá la sombra del laurel
y también llegará oscura la rutina de la noche.
Quizás convenga acercarse y conversar,
o al menos avisarle que no tenga miedito.
Después de todo solo existe en el poema
esa presencia tan plena y vacía: una palabra mágica.
DIÁLOGOS EXCLUSIVOS DE LAS EXCRITURAS
Entre tanto papelerío desordenado, justo antes de tirarlos a la basura, nuestro meritorio enviado especial halló un breve diálogo entre Alejandra Pizarnik y Ernest Hemingway. No fue necesaria la traducción, ya que ambos hablaron en castellano.
-¿Se siente bien?
-Miro.
-¿Qué?
-Nada, busco algún abismo...pero acá.
-Ah, a mi me gustaban las corridas de toros.
-Mucha sangre y muerte, sí, casi poesía.
-Puede ser, pero así es la vida, ¿no?
-Nunca supe qué es...
-Bueno, la invito con un whisky.
-Gracias, prefiero tomar otras cosas.
-¿Cosas?
-O palabras, lo que sea.
-¿Seguro que está bien?
-Oh, sí, espléndida.
-Igual no se preocupe, da igual. Lo más importante nunca se debe decir.
-¿Acá tampoco?
-En ningún lugar.
-Claro, el silencio.
-Un iceberg espantoso...
-Una piedra helada, muy loca.
-Exacto. Lástima que me tengo que ir.
-Yo ya me fui, siempre.
-¿Le digo buena suerte?
-Adiós.
Pizarnik, inmóvil, continuó jugando con una muñeca deforme, sin cabeza. Apurado y altivo, Hemingway salió a buscar un maldito bar y una escopeta.
Entre tanto papelerío desordenado, justo antes de tirarlos a la basura, nuestro meritorio enviado especial halló un breve diálogo entre Alejandra Pizarnik y Ernest Hemingway. No fue necesaria la traducción, ya que ambos hablaron en castellano.
-¿Se siente bien?
-Miro.
-¿Qué?
-Nada, busco algún abismo...pero acá.
-Ah, a mi me gustaban las corridas de toros.
-Mucha sangre y muerte, sí, casi poesía.
-Puede ser, pero así es la vida, ¿no?
-Nunca supe qué es...
-Bueno, la invito con un whisky.
-Gracias, prefiero tomar otras cosas.
-¿Cosas?
-O palabras, lo que sea.
-¿Seguro que está bien?
-Oh, sí, espléndida.
-Igual no se preocupe, da igual. Lo más importante nunca se debe decir.
-¿Acá tampoco?
-En ningún lugar.
-Claro, el silencio.
-Un iceberg espantoso...
-Una piedra helada, muy loca.
-Exacto. Lástima que me tengo que ir.
-Yo ya me fui, siempre.
-¿Le digo buena suerte?
-Adiós.
Pizarnik, inmóvil, continuó jugando con una muñeca deforme, sin cabeza. Apurado y altivo, Hemingway salió a buscar un maldito bar y una escopeta.
miércoles, 17 de agosto de 2016
EXCRITURA DE BOHUMIL HRABAL
Por suerte, ya es innecesaria tu fatigosa tarea,
sea en Praga o en cualquier lugar del mundo.
Aquella condena de prensar libros, ahora,
la reemplazó el mercado de las novedades.
Y ante la necesidad de las obras maestras,
alcanza la tele o los resúmenes de la compu.
Ni siquiera se escucha ese molesto chillido
que insinuaba la intromisión de los ratones.
Todo es una soledad despoblada, y ruidosa:
los pensamientos valen si dan buenas ganancias
Por suerte, ya es innecesaria tu fatigosa tarea,
sea en Praga o en cualquier lugar del mundo.
Aquella condena de prensar libros, ahora,
la reemplazó el mercado de las novedades.
Y ante la necesidad de las obras maestras,
alcanza la tele o los resúmenes de la compu.
Ni siquiera se escucha ese molesto chillido
que insinuaba la intromisión de los ratones.
Todo es una soledad despoblada, y ruidosa:
los pensamientos valen si dan buenas ganancias
APUNTES SOBRE EL RIESGO DE LA BELLEZA
Si algo ha mostrado y demostrado la modernidad occidental es la absoluta falta de neutralidad de la belleza; por el contrario, su búsqueda y su presencia aparentemente ingenua se confunde, a menudo, con una misteriosa amenaza.
En buena parte de su obra, Baudelaire advierte acerca de los riesgos de la belleza. (Algo también insinuó Rimbaud). Al parecer, lo bello escapa al control de los humanos: sus efectos -siempre fatales- juegan con la tensión de lo bondadoso y lo maléfico, una fuerza tan dulce como peligrosa.
También el Virgilio imaginado por Broch expresa sus reservas ante la anhelada belleza poética. Una de sus hondas preocupaciones ante su obra maestra e inconclusa radica, precisamente, en esa tentación. Lejos de Platón, la belleza le impide al poeta el verdadero conocimiento.
En este sentido, también podría pensarse en algunos pensamientos de Benjamin, que analiza Susan Burk-Morss, ante el ensueño ficticio de la ciudad; esa fascinación boba frente a las vidrieras que impiden despertar a la realidad del mundo: esas ruinas que atraían y espantaban al ángel de la historia.
Estos pocos ejemplos -simplificados- han adquirido un valor dramático en la criminología y también, ay, en el vértigo superficial de toda nuestra cultura. Quizás un posible remedio sea buscar lo feo, lo más horrible, esas imágenes que repugnan y provocan el vómito liberador; a lo mejor, de esa manera, los humanos empezamos a aceptar nuestra única y deforme humanidad.
Si algo ha mostrado y demostrado la modernidad occidental es la absoluta falta de neutralidad de la belleza; por el contrario, su búsqueda y su presencia aparentemente ingenua se confunde, a menudo, con una misteriosa amenaza.
En buena parte de su obra, Baudelaire advierte acerca de los riesgos de la belleza. (Algo también insinuó Rimbaud). Al parecer, lo bello escapa al control de los humanos: sus efectos -siempre fatales- juegan con la tensión de lo bondadoso y lo maléfico, una fuerza tan dulce como peligrosa.
También el Virgilio imaginado por Broch expresa sus reservas ante la anhelada belleza poética. Una de sus hondas preocupaciones ante su obra maestra e inconclusa radica, precisamente, en esa tentación. Lejos de Platón, la belleza le impide al poeta el verdadero conocimiento.
En este sentido, también podría pensarse en algunos pensamientos de Benjamin, que analiza Susan Burk-Morss, ante el ensueño ficticio de la ciudad; esa fascinación boba frente a las vidrieras que impiden despertar a la realidad del mundo: esas ruinas que atraían y espantaban al ángel de la historia.
Estos pocos ejemplos -simplificados- han adquirido un valor dramático en la criminología y también, ay, en el vértigo superficial de toda nuestra cultura. Quizás un posible remedio sea buscar lo feo, lo más horrible, esas imágenes que repugnan y provocan el vómito liberador; a lo mejor, de esa manera, los humanos empezamos a aceptar nuestra única y deforme humanidad.
EXCRITURA DE MAROSA DE GIORGIO
Para revivir en la edad anaranjada
hay que reencender a las abuelas,
interrogar otra vez al alhelí,
hablar con las mariposas,
mandar aviso a las glicinas,
al humo, tan serio y tan tenue.
Hay que convocar a todos los testigos:
los que sufrieron, los que rieron...
y después, sin apuro, invitar a Dios.
Para revivir en la edad anaranjada
hay que reencender a las abuelas,
interrogar otra vez al alhelí,
hablar con las mariposas,
mandar aviso a las glicinas,
al humo, tan serio y tan tenue.
Hay que convocar a todos los testigos:
los que sufrieron, los que rieron...
y después, sin apuro, invitar a Dios.
EXCRITURA DE LORCA
En el campo de oro, dos bueyes.
Al rimo de las campanillas,
con sus ojos de pájaro
entre la niebla de la mañana.
Nacen viejos, borrachos de luceros,
en busca del eterno vado
por los suaves naranjos del aire.
No recuerdan a sus alas
y suspirando van sus lamentos
y el verano, otra pesada jornada.
Rojos, solos, en el campo de oro.
En el campo de oro, dos bueyes.
Al rimo de las campanillas,
con sus ojos de pájaro
entre la niebla de la mañana.
Nacen viejos, borrachos de luceros,
en busca del eterno vado
por los suaves naranjos del aire.
No recuerdan a sus alas
y suspirando van sus lamentos
y el verano, otra pesada jornada.
Rojos, solos, en el campo de oro.
martes, 16 de agosto de 2016
DESPEDIDA DEL IDIOTA
Al idiota ya no le asombra el sol,
el color del cielo en las ramas más altas del pino
ni las confusas caricias de su perro:
el encanto del jardín dejó de ser su jardín.
Después de mirarse en el espejo
su imagen ya no era ni siquiera el trazo de un error.
Ahora solo vacía su cuerpo, arranca sus órganos
y los arroja, con paciencia, en el tacho de basura.
No siente la pena ni el dolor;
al fin su existencia lograra la razón de la irrealidad
Por momentos, sin querer, cierra los ojos:
todavía persiste el temor de perdurar en algún verso.
Al idiota ya no le asombra el sol,
el color del cielo en las ramas más altas del pino
ni las confusas caricias de su perro:
el encanto del jardín dejó de ser su jardín.
Después de mirarse en el espejo
su imagen ya no era ni siquiera el trazo de un error.
Ahora solo vacía su cuerpo, arranca sus órganos
y los arroja, con paciencia, en el tacho de basura.
No siente la pena ni el dolor;
al fin su existencia lograra la razón de la irrealidad
Por momentos, sin querer, cierra los ojos:
todavía persiste el temor de perdurar en algún verso.
lunes, 15 de agosto de 2016
DIÁLOGO EXCLUSIVO DE LAS EXCRITURAS
En un enorme esfuerzo el laboratorio de la excrituras y su enviado especial, en esta oportunidad, están en condiciones de reproducir el diálogo (o casi) entre Marianne Moore y Giusseppe Ungaretti.
-Perdón, al puedo ayudar, ¿Qué busca entre las hierbas celestes?
-Oh, no... fue mi culpa.
-¿Qué le sucedió?
-Usted se va a reír. Pero perdí mi caracol.
-Ah, comprendo, suele pasar. Igual no debe andar lejos.
-No crea, son tan
-¿Tiene nombre?
-No, o sí. Caracol.
-Ya veo.
-¿Qué?
-Nada, disculpe. Hay que tener cuidado, si alguien lo pisa. Es horrible.
No, él es conocimiento de los principios, y contractil. ¿Me explico?
- Por supuesto.
-Disculpe, pero usted es
-Nadie, un extranjero.
-Yo lo conozco, ¿es verdad que escribía poemas en la guerra?
-¿Y que podía hacer?
-Es verdad, yo con mis animalitos. Así es la vida, ¿no?
-O la muerte...Mire, hay está, y se mueve.
-¿No es bello?
Muy, como si flotara una mañana.
-Verdad. No se arrastra, flota.
-Cuídelo, adiós.
-Siga por ahí, buen amigo, creo que lo espera una estrella.
Mientras Marianne observaba fascinada los movimientos de su caracol; Giusseppe, miraba algunas nubes, murmuraba frases, o apenas palabras.
En un enorme esfuerzo el laboratorio de la excrituras y su enviado especial, en esta oportunidad, están en condiciones de reproducir el diálogo (o casi) entre Marianne Moore y Giusseppe Ungaretti.
-Perdón, al puedo ayudar, ¿Qué busca entre las hierbas celestes?
-Oh, no... fue mi culpa.
-¿Qué le sucedió?
-Usted se va a reír. Pero perdí mi caracol.
-Ah, comprendo, suele pasar. Igual no debe andar lejos.
-No crea, son tan
-¿Tiene nombre?
-No, o sí. Caracol.
-Ya veo.
-¿Qué?
-Nada, disculpe. Hay que tener cuidado, si alguien lo pisa. Es horrible.
No, él es conocimiento de los principios, y contractil. ¿Me explico?
- Por supuesto.
-Disculpe, pero usted es
-Nadie, un extranjero.
-Yo lo conozco, ¿es verdad que escribía poemas en la guerra?
-¿Y que podía hacer?
-Es verdad, yo con mis animalitos. Así es la vida, ¿no?
-O la muerte...Mire, hay está, y se mueve.
-¿No es bello?
Muy, como si flotara una mañana.
-Verdad. No se arrastra, flota.
-Cuídelo, adiós.
-Siga por ahí, buen amigo, creo que lo espera una estrella.
Mientras Marianne observaba fascinada los movimientos de su caracol; Giusseppe, miraba algunas nubes, murmuraba frases, o apenas palabras.
EXCRITURA DE RAÚL CARNOTA
Ay, ese duende quichua
vivo en la sangre...
Algún mistol
supo acunarme,
y una caja y una copla.
Mezclado en tierra
soy un cantor:
el grito de los ranchos.
Nuestras tristezas
buscan sol,
vainas de algarroba.
Sueños del changuito,
flores,
hasta cuando me muera.
Ay, ese duende
me tira de la venas.
Ay, ese duende quichua
vivo en la sangre...
Algún mistol
supo acunarme,
y una caja y una copla.
Mezclado en tierra
soy un cantor:
el grito de los ranchos.
Nuestras tristezas
buscan sol,
vainas de algarroba.
Sueños del changuito,
flores,
hasta cuando me muera.
Ay, ese duende
me tira de la venas.
EXCRITURA DE LEOPOLDO MARECHAL,
No lo sé, o aun no lo puedo entender,
si la patria es un dolor sin bautismo.
Tampoco, después de sus horrores,
si ese dolor todavía no tiene un nombre.
Y me cuesta creer -y mucho-,
en su inocencia de piecitos desnudos...
Ojalá, ante tantas injusticias,
la patria sea el temor que ha despertado.
De todos modos, amado compañero,
por el ahora, igual que usted, ya no hablaré de la patria.
No lo sé, o aun no lo puedo entender,
si la patria es un dolor sin bautismo.
Tampoco, después de sus horrores,
si ese dolor todavía no tiene un nombre.
Y me cuesta creer -y mucho-,
en su inocencia de piecitos desnudos...
Ojalá, ante tantas injusticias,
la patria sea el temor que ha despertado.
De todos modos, amado compañero,
por el ahora, igual que usted, ya no hablaré de la patria.
EXCRITURA DE SZYMBORSKA
El curso de la realidad sigue,
no hay vuelta que darle...
Sucede en Palestina, México,
en los barcos hundidos de refugiados
Hay tanto de todo
que lo que hay de nada,
queda al fin cubierto.
Siempre han pasado estas cosas:
cuando bombardearon a la Plaza,
después de juntar los cadáveres,
el lugar se mantuvo mudo en su sitio.
En las vereditas verdes,
al amanecer el invierno,
transparente, la escarcha brilla.
Ninguna conclusión ni moraleja:
Las sangres secan rápido,
y siempre algún río tan azul,
algunas nubes blancas en el cielo.
El viento empuja a un sombrero
en la parada del colectivo.
Y es inevitable: la imagen da risa.
EXCRITURA (O CASI) DE GIANNUZI
Así son estas cosas, no siempre se da, o casi nunca.
Además, tanta indiferencia en esta mañana
para intentar otra excritura sobre J. O. Giannuzi.
Ninguno de sus deshechos o sus barbitúricos,
la parquedad de recursos como recurso
o esa corbata que aprieta el cuello de la rutina;
apenas leer unas frases sueltas de sus poemas
y alejar para ver si mi cara cambió al espejo,
pero sus palabras también tocan mi cara,
hasta se olvidan la máscara para esta época.
Acaso peor, quién sabe, que todas las suyas juntas.
No sé cuál será su opinión ante este sol,
tan desganado entre la resignación en cada auto.
Ni siquiera una dalia o una violeta, sola, ahí...
esos pequeños y falsos consuelos en la ventana.
Mejor volver a guardar otra vez su obra y resignarse:
si pienso en él, me habla la materia de mi cuerpo: mudo..
Así son estas cosas, no siempre se da, o casi nunca.
Además, tanta indiferencia en esta mañana
para intentar otra excritura sobre J. O. Giannuzi.
Ninguno de sus deshechos o sus barbitúricos,
la parquedad de recursos como recurso
o esa corbata que aprieta el cuello de la rutina;
apenas leer unas frases sueltas de sus poemas
y alejar para ver si mi cara cambió al espejo,
pero sus palabras también tocan mi cara,
hasta se olvidan la máscara para esta época.
Acaso peor, quién sabe, que todas las suyas juntas.
No sé cuál será su opinión ante este sol,
tan desganado entre la resignación en cada auto.
Ni siquiera una dalia o una violeta, sola, ahí...
esos pequeños y falsos consuelos en la ventana.
Mejor volver a guardar otra vez su obra y resignarse:
si pienso en él, me habla la materia de mi cuerpo: mudo..
domingo, 14 de agosto de 2016
EXCRITURA DE GABRIELA MISTRAL
Yo toco un agua silenciosa
como el misterio transparente de un pez.
Un aroma lejano en ráfagas,
todavía esa presencia de los almendros.
Aquel tronco roto, ¿es mi padre?
Busco al menos una palabra y no acierto...
En ese umbral dejé algunos pasos,
alegres, versos que ahora son llagas.
Yo me pregunto o me callo:
y apenas amo lo que tuve sin poder tener.
Yo toco un agua silenciosa
como el misterio transparente de un pez.
Un aroma lejano en ráfagas,
todavía esa presencia de los almendros.
Aquel tronco roto, ¿es mi padre?
Busco al menos una palabra y no acierto...
En ese umbral dejé algunos pasos,
alegres, versos que ahora son llagas.
Yo me pregunto o me callo:
y apenas amo lo que tuve sin poder tener.
EXCRITURA DE CARRIEGO Y OLIVARI
Ciegas ante cada delicada puntada final
las costureritas apenas sienten al sol.
Sus pocas charlas son casi ajenas;
ningún poeta comprende esas palabras rotas.
Después la jornada: la humillación;
ellas siguen a cada uno de sus pasos.
Ya dormidas, se evaporan en las sábanas
y mientras duermes tejen todos sus amores.
Ciegas ante cada delicada puntada final
las costureritas apenas sienten al sol.
Sus pocas charlas son casi ajenas;
ningún poeta comprende esas palabras rotas.
Después la jornada: la humillación;
ellas siguen a cada uno de sus pasos.
Ya dormidas, se evaporan en las sábanas
y mientras duermes tejen todos sus amores.
EXCRITURA DE DIANA BELLESI
El asar une lo que se desune para siempre.
En el amor hay una alianza, secreta,
ese don más allá de las palabras.
Un canción que huye del sentido
para fundar el sentido de los cuerpos.
Animales, plantas, hombres y mujeres:
simples marcas invisibles del vivir.
¿Hay una ley exacta a la hora de lo sagrado?
El asar une lo que se desune para siempre.
En el amor hay una alianza, secreta,
ese don más allá de las palabras.
Un canción que huye del sentido
para fundar el sentido de los cuerpos.
Animales, plantas, hombres y mujeres:
simples marcas invisibles del vivir.
¿Hay una ley exacta a la hora de lo sagrado?
sábado, 13 de agosto de 2016
EXCRITURAS DEL SHOPPING
Así como la milanesa con papas fritas es uno de los grandes inventos de la humanidad; el shopping es de los peores. O el peor. O, para ser pluralistas, pueden leer las estupideces de Beatriz Sarlo en Escenas de la vida posmoderna, y perder estúpidamente su tiempo.
La gran mayoría de los concurrentes pasea sin rumbo solo para ver las mercancías en las vidrieras; un minoría -¿o lo hijos de puta?- reivindica ostensiblemente el consumo. A ninguno, o casi, les preocupa esas tonterías del no lugar, ni nada que se le parezca...apenas son seres humanos felices de caminar en un invisible encierrro.
Para colmo, en la única librería uno busca el último de Luis Gusmán, y lo repite y aclara que se escribe con "s". Después de un rato, con una sonrisa le dicen que no, que ni siquiera figura en la computadora. Pregunto, ¿por qué no se van con el consumo a la recalcada concha de su madre? De onda, y les doy una promoción hasta la eternidad de la mismísima mierda.
Así como la milanesa con papas fritas es uno de los grandes inventos de la humanidad; el shopping es de los peores. O el peor. O, para ser pluralistas, pueden leer las estupideces de Beatriz Sarlo en Escenas de la vida posmoderna, y perder estúpidamente su tiempo.
La gran mayoría de los concurrentes pasea sin rumbo solo para ver las mercancías en las vidrieras; un minoría -¿o lo hijos de puta?- reivindica ostensiblemente el consumo. A ninguno, o casi, les preocupa esas tonterías del no lugar, ni nada que se le parezca...apenas son seres humanos felices de caminar en un invisible encierrro.
Para colmo, en la única librería uno busca el último de Luis Gusmán, y lo repite y aclara que se escribe con "s". Después de un rato, con una sonrisa le dicen que no, que ni siquiera figura en la computadora. Pregunto, ¿por qué no se van con el consumo a la recalcada concha de su madre? De onda, y les doy una promoción hasta la eternidad de la mismísima mierda.
ESCASEZ DE LAS EXCRITURAS
No es nada fácil saber con precisión si cuando Sartre planteaba el problema de la escasez también se refería a la falta del aceite o la manteca. Los filósofos, no lo pueden evitar, tiene que ser demasiado complicados. Para eso les pagan, y a algunos muy bien...
Pero las excrituras creen que sí, ni lo dudan. Y aunque carezcan de un solo argumento les gusta imaginar al gran bizco haciendo las compras con una bolsita y escuchar sus puteadas al no conseguir algo necesario para el proyecto de la cena.
Para colmo, ante esas situaciones, siempre aparecía el fantasma de la cuestión entre la esencia y la existencia, el huevo o la gallina de su puchero francés. Porque si deja de existir el caracú, ¿qué hacemos? Por suerte -si se lo piensa un poco-, él ya se murió; cualquier día de estos deja de existir el agua, y la esencia...a la merde.
No es nada fácil saber con precisión si cuando Sartre planteaba el problema de la escasez también se refería a la falta del aceite o la manteca. Los filósofos, no lo pueden evitar, tiene que ser demasiado complicados. Para eso les pagan, y a algunos muy bien...
Pero las excrituras creen que sí, ni lo dudan. Y aunque carezcan de un solo argumento les gusta imaginar al gran bizco haciendo las compras con una bolsita y escuchar sus puteadas al no conseguir algo necesario para el proyecto de la cena.
Para colmo, ante esas situaciones, siempre aparecía el fantasma de la cuestión entre la esencia y la existencia, el huevo o la gallina de su puchero francés. Porque si deja de existir el caracú, ¿qué hacemos? Por suerte -si se lo piensa un poco-, él ya se murió; cualquier día de estos deja de existir el agua, y la esencia...a la merde.
EXCRITURA DE LUIS SAGASTI
Siempre los secretos hacen funcionar el mundo.
Pero no deberían llamarse así,
mejor no decir ciertas cosas...
Aunque, ya se sabe, cada día es peor:
todo se cuenta hasta la misma nada.
¿Y cuando no haya más secretos, qué pasará?
Creo que la solución sería convertirse en luciérnagas.
Siempre los secretos hacen funcionar el mundo.
Pero no deberían llamarse así,
mejor no decir ciertas cosas...
Aunque, ya se sabe, cada día es peor:
todo se cuenta hasta la misma nada.
¿Y cuando no haya más secretos, qué pasará?
Creo que la solución sería convertirse en luciérnagas.
viernes, 12 de agosto de 2016
EXCRITURA DE JOHN BERGER
La experiencia trata de un simple prado.
Cualquier terreno sirve para verlo:
verde, no demasiado crecida la hierba.
Apenas una zona con límites visibles,
entre lo cercano y lo lejano,
envuelta en un cielo azul y luminoso.
De pronto la tensión de la imagen
desplaza al tiempo de nuestra conciencia.
La experiencia es repentina y alegre,
ya es un prado desinteresado de la realidad.
La experiencia trata de un simple prado.
Cualquier terreno sirve para verlo:
verde, no demasiado crecida la hierba.
Apenas una zona con límites visibles,
entre lo cercano y lo lejano,
envuelta en un cielo azul y luminoso.
De pronto la tensión de la imagen
desplaza al tiempo de nuestra conciencia.
La experiencia es repentina y alegre,
ya es un prado desinteresado de la realidad.
EXCRITURA DE ROBERTO BOLAÑO
Todos los autos son los extranjeros de esta ciudad.
pero ni siquiera tengo idea en dónde estoy;
la última imagen de la realidad, creo,
fue la de un perro junto a una muchacha.
Ella me miró unos instantes, pelirroja,
y después se desvanecieron en las calles.
No me entiendo,¿qué lugar será éste?
El alrededor se desvanece en mis pasos,
la noche muda es la brutalidad de otro crimen.
Aunque, la verdad, no importa estar perdido;
todavía puedo encontrar a la muchacha: lo sé,
en esta ciudad, también soy un auto sin frenos ni luces.
Todos los autos son los extranjeros de esta ciudad.
pero ni siquiera tengo idea en dónde estoy;
la última imagen de la realidad, creo,
fue la de un perro junto a una muchacha.
Ella me miró unos instantes, pelirroja,
y después se desvanecieron en las calles.
No me entiendo,¿qué lugar será éste?
El alrededor se desvanece en mis pasos,
la noche muda es la brutalidad de otro crimen.
Aunque, la verdad, no importa estar perdido;
todavía puedo encontrar a la muchacha: lo sé,
en esta ciudad, también soy un auto sin frenos ni luces.
FLOR DE IDIOTA
En una de sus orejas sucias
al idiota ya le empezó a crecer una flor.
No la había advertido,
la descubrió en la mirada de su perro.
A veces le parece roja,
otras, si cae en una sombra, azul.
Pero eso poco le importa,
a él le gusta acariciar sus pétalos.
Algunos pensarán que es un milagro,
pero las excrituras lo rechazan...
Saben que el idiota sueña ser semilla
y vivir para siempre en las raíces del aire.
En una de sus orejas sucias
al idiota ya le empezó a crecer una flor.
No la había advertido,
la descubrió en la mirada de su perro.
A veces le parece roja,
otras, si cae en una sombra, azul.
Pero eso poco le importa,
a él le gusta acariciar sus pétalos.
Algunos pensarán que es un milagro,
pero las excrituras lo rechazan...
Saben que el idiota sueña ser semilla
y vivir para siempre en las raíces del aire.
EXCRITURA DE LEZAMA LIMA
¿La primera mentira es la unidad primera?
Será necesario distinguir el sentido como proyección inicial y también el otro, la resultante de un origen apenas tonal. O abandonarse a un estar poemático, una forma de vivir sin hacer historia: solo imágenes de la realidad en el tiempo.
Esa vivencia oblicua que el caracol del aire.
¿La primera mentira es la unidad primera?
Será necesario distinguir el sentido como proyección inicial y también el otro, la resultante de un origen apenas tonal. O abandonarse a un estar poemático, una forma de vivir sin hacer historia: solo imágenes de la realidad en el tiempo.
Esa vivencia oblicua que el caracol del aire.
EXCRITURA DE FABIÁN CASAS
Los chicos buscan en el abandono de las vías.
Hace tiempo dejó de pasar el tren
y solo queda el cemento roto del andén.
Uno encuentra un hueso,
largo, sucio; puede ser de perro o...
No sirve para nada, pero brilla al sol.
Después lo tiran entre las basuras;
a ninguno le interesa la arqueología, sea lo que sea.
Los chicos buscan en el abandono de las vías.
Hace tiempo dejó de pasar el tren
y solo queda el cemento roto del andén.
Uno encuentra un hueso,
largo, sucio; puede ser de perro o...
No sirve para nada, pero brilla al sol.
Después lo tiran entre las basuras;
a ninguno le interesa la arqueología, sea lo que sea.
jueves, 11 de agosto de 2016
EXCRITURA DE BECKETT
Después de mucho no pensar
las palabras, al fin, le cortaron la cabeza.
Ya no servía para nada;
la partida había llegado al final, el peor.
Mejor es sentarse a esperar,
siempre la nada tarda en llegar y es muda.
O ni siquiera eso, tal vez
el silencio está roto y para colmo, aturde.
Después de mucho no pensar
las palabras, al fin, le cortaron la cabeza.
Ya no servía para nada;
la partida había llegado al final, el peor.
Mejor es sentarse a esperar,
siempre la nada tarda en llegar y es muda.
O ni siquiera eso, tal vez
el silencio está roto y para colmo, aturde.
EXCRITURA (ANIMAL) DE LA BELLEZA
Claro que muchos, demasiado locos,
ya han escrito sobre la belleza.
Clásicos y románticos,
miles de desesperados en la historia.
A decir verdad, lo sabemos,
aun no podemos responder qué es...
Cualquier cosa suele ser un engaño,
esa manzana, aquella piel...
Algunos hasta llegaron al infierno,
quizás estaba allí.
Inútil, si ni el más allá,
es capaz de revelar su misterio
De modo que el destino,
acaso bello, solo es la derrota.
Y la esperanza es la desesperanza,
ni un jardín con una rosa.
Así que la conclusión es triste,
apenas estas vanas palabras.
Salvo me resignee y mire, ahí
para verla en los ojos de mi perro Pipo.
Claro que muchos, demasiado locos,
ya han escrito sobre la belleza.
Clásicos y románticos,
miles de desesperados en la historia.
A decir verdad, lo sabemos,
aun no podemos responder qué es...
Cualquier cosa suele ser un engaño,
esa manzana, aquella piel...
Algunos hasta llegaron al infierno,
quizás estaba allí.
Inútil, si ni el más allá,
es capaz de revelar su misterio
De modo que el destino,
acaso bello, solo es la derrota.
Y la esperanza es la desesperanza,
ni un jardín con una rosa.
Así que la conclusión es triste,
apenas estas vanas palabras.
Salvo me resignee y mire, ahí
para verla en los ojos de mi perro Pipo.
EXCRITURA DE CARLOS CORREAS
Toda autobiografía es una héterobiografía.
¿Quiénes viven en mí?
Ninguno tiene respuestas.
Alguno ya estará muerto,
otro sera un perverso,
otro un inmaculado
y otro solamente otro.
Además están las avenidas,
los árboles de las plazas,
los zapatos ciegos.
Pero nadie es el culpable.
la verdad es solo una mentira,
Así que para contar mi vida
los intentos son inútiles,
ni siquiera los dioses puede saber quien soy
Toda autobiografía es una héterobiografía.
¿Quiénes viven en mí?
Ninguno tiene respuestas.
Alguno ya estará muerto,
otro sera un perverso,
otro un inmaculado
y otro solamente otro.
Además están las avenidas,
los árboles de las plazas,
los zapatos ciegos.
Pero nadie es el culpable.
la verdad es solo una mentira,
Así que para contar mi vida
los intentos son inútiles,
ni siquiera los dioses puede saber quien soy
DIÁLOGO EXCLUSIVO DE LAS EXCRITURAS
Acaba de llegar a nuestro laboratorio central un nuevo informe del enviado especial de las excrituras. En esta oportunidad se reproduce el esperado encuentro entre San Francisco y Pier Paolo Pasolini.
-¿Quién es usted?
-No importa, hermano.
-¿Hermano? Yo soy la rabia.
-Lo sé, conozco tu Teorema, no temas.
-Creí que eras, por tu vestimenta, un francesito del 68.
-No, siempre anduve así. ¿Para qué más?
-Excúseme, odio a los burgueses.
-Pobres, también sufren
-Son hipócritas, impiadosos, asesinos
-Calma, recuerda que tu fuiste un ruiseñor.
-¡Tenga cuidado, un lobo!
-Solo es una criatura más..
-Ya veo, usted es...
-Soy tu hermano.
-Ah, escuche, ¿acaso no son las campanas de Orvieto?
-...
-...
-Adiós, desesperado poeta.
-Déjame arrodillarte para despedirte.
Al alejarse San Francisco, rodeado de bestias y pájaros, arrastraba con paciencia sus sandalias rotas; y Pasolini, extasiado, empezó a escribir otro poema con la forma de una nube.
Acaba de llegar a nuestro laboratorio central un nuevo informe del enviado especial de las excrituras. En esta oportunidad se reproduce el esperado encuentro entre San Francisco y Pier Paolo Pasolini.
-¿Quién es usted?
-No importa, hermano.
-¿Hermano? Yo soy la rabia.
-Lo sé, conozco tu Teorema, no temas.
-Creí que eras, por tu vestimenta, un francesito del 68.
-No, siempre anduve así. ¿Para qué más?
-Excúseme, odio a los burgueses.
-Pobres, también sufren
-Son hipócritas, impiadosos, asesinos
-Calma, recuerda que tu fuiste un ruiseñor.
-¡Tenga cuidado, un lobo!
-Solo es una criatura más..
-Ya veo, usted es...
-Soy tu hermano.
-Ah, escuche, ¿acaso no son las campanas de Orvieto?
-...
-...
-Adiós, desesperado poeta.
-Déjame arrodillarte para despedirte.
Al alejarse San Francisco, rodeado de bestias y pájaros, arrastraba con paciencia sus sandalias rotas; y Pasolini, extasiado, empezó a escribir otro poema con la forma de una nube.
miércoles, 10 de agosto de 2016
EXCRITURA DE GEORGE STEINER
Solo las excrituras son lo suficiente irrespetuosas para disentir, o casi, con el maestro George Steiner -acaso uno de sus guías. Para colmo, su obra La poesía del pensamiento, como de costumbre, es excelente.
Con su exquisita erudición, Steiner muestra y demuestra el vínculo entre la filosofía y la poesía desde los presocráticos hasta la actualidad. ¿Qué se puede agregar? Nada; solo que las excrituras son caprichosas y quieren ver la cuestión de otra manera: más simple o más radical.
La obra de Steiner marca la relación entre poesía y filosofía enfocando principalmente a la lengua, esa inevitable necesidad que los grandes pensadores muestran en el momento -el más concreto- de expresas sus ideas. No lo pueden evitar, sí o sí deben recurrir a otro uso de la lengua... Pero para las excrituras esa necesidad es más, mucho más profunda, y quizás la palabra adecuada sea primordial.
En verdad, las excrituras sostienen que siempre es la lengua poética la que hace posible un pensamiento más o menos auténtico. La escisión entre filosofía y poesía es un defecto de una mirada externa y meramente formal: la vitalidad del pensar -y ya son varios quienes lo señalan- solo es poesía. Es que mucho de lo se denomina filosofía-la que no dice nada- solo es un comentario de un verdadero hacer poético.
Así que, maestro Steiner, quizás lo correcto sea invertir la propuesta de su libro e investigar si acaso es posible un pensamiento profundo que no sea, simplemente, poesía. Con todo respecto, y a sus órdenes, siempre.
Solo las excrituras son lo suficiente irrespetuosas para disentir, o casi, con el maestro George Steiner -acaso uno de sus guías. Para colmo, su obra La poesía del pensamiento, como de costumbre, es excelente.
Con su exquisita erudición, Steiner muestra y demuestra el vínculo entre la filosofía y la poesía desde los presocráticos hasta la actualidad. ¿Qué se puede agregar? Nada; solo que las excrituras son caprichosas y quieren ver la cuestión de otra manera: más simple o más radical.
La obra de Steiner marca la relación entre poesía y filosofía enfocando principalmente a la lengua, esa inevitable necesidad que los grandes pensadores muestran en el momento -el más concreto- de expresas sus ideas. No lo pueden evitar, sí o sí deben recurrir a otro uso de la lengua... Pero para las excrituras esa necesidad es más, mucho más profunda, y quizás la palabra adecuada sea primordial.
En verdad, las excrituras sostienen que siempre es la lengua poética la que hace posible un pensamiento más o menos auténtico. La escisión entre filosofía y poesía es un defecto de una mirada externa y meramente formal: la vitalidad del pensar -y ya son varios quienes lo señalan- solo es poesía. Es que mucho de lo se denomina filosofía-la que no dice nada- solo es un comentario de un verdadero hacer poético.
Así que, maestro Steiner, quizás lo correcto sea invertir la propuesta de su libro e investigar si acaso es posible un pensamiento profundo que no sea, simplemente, poesía. Con todo respecto, y a sus órdenes, siempre.
JULIUS Y JUANMA
En la abandonada oscuridad del fondo
ya se meten los ojos abiertos del sol.
Desde adentro, en la ventana,
la mirada ya se acostumbra al asombro.
Pero no es ningún secreto milagro,
o sí; solo son Julius y Juanma.
Ellos vienen con pocas herramientas;
la amistad y el amor son invisibles.
Después hay que juntar la basura,
podar, dejar caer una esperanza de semillas.
A lo mejor, incluso, es la verdad
y la vida es el mero estar junto a la tierra.
En la abandonada oscuridad del fondo
ya se meten los ojos abiertos del sol.
Desde adentro, en la ventana,
la mirada ya se acostumbra al asombro.
Pero no es ningún secreto milagro,
o sí; solo son Julius y Juanma.
Ellos vienen con pocas herramientas;
la amistad y el amor son invisibles.
Después hay que juntar la basura,
podar, dejar caer una esperanza de semillas.
A lo mejor, incluso, es la verdad
y la vida es el mero estar junto a la tierra.
EXCRITURAS PLATÓNICAS
Las excrituras no logran entender a Platón. O se resisten. Para ellas, el rigor cuidadoso de su obra es una invitación sigilosamente oculta a la confusión.
En todos los manuales de filosofía, al desarrollar su pensamiento, todos colocan en el punto más alto a la idea del bien. Y nadie parece dudar. Pero, por alguna extraña razón, el mismísimo Platón escribió: "Los bienes más grandes llegan a nosotros a través de la locura". Por lo tanto, solo las manifestaciones de la locura logran expresar esa supuesta y bella idea fundamental para los seres humanos.
Alguien podrá argumentar que no debe confundirse a los bienes terrestres con la idea del bien...Tonterías.
Las excrituras prefieren creer que eso carece de importancia y, ante su incertidumbre, imaginan que Platón era un simple loquito, como cualquiera, y engañó a todos con sus ideas y la seriedad de una academia.
Las excrituras no logran entender a Platón. O se resisten. Para ellas, el rigor cuidadoso de su obra es una invitación sigilosamente oculta a la confusión.
En todos los manuales de filosofía, al desarrollar su pensamiento, todos colocan en el punto más alto a la idea del bien. Y nadie parece dudar. Pero, por alguna extraña razón, el mismísimo Platón escribió: "Los bienes más grandes llegan a nosotros a través de la locura". Por lo tanto, solo las manifestaciones de la locura logran expresar esa supuesta y bella idea fundamental para los seres humanos.
Alguien podrá argumentar que no debe confundirse a los bienes terrestres con la idea del bien...Tonterías.
Las excrituras prefieren creer que eso carece de importancia y, ante su incertidumbre, imaginan que Platón era un simple loquito, como cualquiera, y engañó a todos con sus ideas y la seriedad de una academia.
EXCRITURA DE ALDO OLIVA
La imagen miserable no exprime,
oprime.
La vieja otra vez lava la ropa,
pero no son solo sus manos.
Camisas, pañuelos, bombachas,
trapos sanguinarios y mierda.
El perfil evanescente del estruje
oculta los límites de las vidas
El dolor, aunque sometido a la obra,
drena muerta.
La imagen miserable no exprime,
oprime.
La vieja otra vez lava la ropa,
pero no son solo sus manos.
Camisas, pañuelos, bombachas,
trapos sanguinarios y mierda.
El perfil evanescente del estruje
oculta los límites de las vidas
El dolor, aunque sometido a la obra,
drena muerta.
martes, 9 de agosto de 2016
EXCRITURA DE CONTI
Uno, ya lo sabe, es el invierno
y también, la piel libre del verano.
Aunque el río tiene su cosas,
o a menos sus propios recuerdos.
Serán esas líneas flotantes
que marchan hacia otra nada.
Pero esa mañana era distinto,
como si las islas soñaran un mar.
Él siempre esperó esa fuerza,
y que lo arrastrara el horizonte.
Entonces el saber es la duda,
el desafío esperado de la canoa.
Aunque la realidad es la misma,
un mirarda para llegar hasta el fondo.
Uno, ya lo sabe, es el invierno
y también, la piel libre del verano.
Aunque el río tiene su cosas,
o a menos sus propios recuerdos.
Serán esas líneas flotantes
que marchan hacia otra nada.
Pero esa mañana era distinto,
como si las islas soñaran un mar.
Él siempre esperó esa fuerza,
y que lo arrastrara el horizonte.
Entonces el saber es la duda,
el desafío esperado de la canoa.
Aunque la realidad es la misma,
un mirarda para llegar hasta el fondo.
EXCRITURA DE BATAILLE
En la desesperada búsqueda de lo sagrado
las excrituras suelen encontrar
a las peores chanchadas de Bataille.
Después del asombro o el estremecimiento,
las invade una rara sensación,
como la transhumanación de la piedad.
Apenas dura unos instantes, unas páginas,
después comprenden sin comprender:
ese sacrificio gratuito es su verdadero camino.
En la desesperada búsqueda de lo sagrado
las excrituras suelen encontrar
a las peores chanchadas de Bataille.
Después del asombro o el estremecimiento,
las invade una rara sensación,
como la transhumanación de la piedad.
Apenas dura unos instantes, unas páginas,
después comprenden sin comprender:
ese sacrificio gratuito es su verdadero camino.
EXCRITURA DE ARTAUD
Los ojos hormiguean en este selva.
La ciudad arde y el cielo
ya multiplica su lluvia sobre los pináculos.
La pluma araña un corazón de vida,
el seno negro de la doncella
y su sangre nutricia y tan azul, la sed.
En la lengua monta un caballo salvaje,
pero la amarga obsesión del poeta
solo bebe el dulce vinagre de sus fracasos.
Los ojos hormiguean en este selva.
La ciudad arde y el cielo
ya multiplica su lluvia sobre los pináculos.
La pluma araña un corazón de vida,
el seno negro de la doncella
y su sangre nutricia y tan azul, la sed.
En la lengua monta un caballo salvaje,
pero la amarga obsesión del poeta
solo bebe el dulce vinagre de sus fracasos.
EXCRITURA DE GONZÁLEZ TUÑÓN
Ay, Raúl,
en este encrucijada
ya no hay ningún camino.
Inmovil,
solo querría flotar,
ser espuma de cerveza.
Aunque mire
para los cuatro costados,
ni va ni viene.
Pero nada,
este desierto seco
ni siquiera arena.
Y más adentro
un vacío de confusión,
y sin recuerdos
Ay, Raúl,
estos pocos versos
apneas un paisaje mudo.
Ay, Raúl,
en este encrucijada
ya no hay ningún camino.
Inmovil,
solo querría flotar,
ser espuma de cerveza.
Aunque mire
para los cuatro costados,
ni va ni viene.
Pero nada,
este desierto seco
ni siquiera arena.
Y más adentro
un vacío de confusión,
y sin recuerdos
Ay, Raúl,
estos pocos versos
apneas un paisaje mudo.
DIÁLOGO EXCLUSIVO DE LAS EXCRITURAS
Las excrituras acaban de recibir una primicia exclusiva de un nuevo informe de su enviado especial. En este caso se reproduce un diálogo, al pasar, entre Juan Gelman y César Vallejo-
-¿Querés un Particulares?
-Hum, son fuertes, como golpes...
-¿Te pasa algo?
-Me olvidé la camisa que me iba a poner ayer.
-Y bueno, pasa siempre. ¿Escuchás?
-Espumas.
-Sí, son pajaritos. Lástima que un endecasílabo, ¿no?
-La revolución la escribe un palito, una oreja rota.
- O los fueguitos del sur.
-Y gritar y resucitar.
-Tenés razón, César, chau.
-Buen cigarro, Gracias, me duelen menos los húmeros.
Después de la charla Gelman se metió en un cafecito y pidio un café, bien negro. Vallejo compró un pan y volvió a su habitación con el amor de una indiecita.
Las excrituras acaban de recibir una primicia exclusiva de un nuevo informe de su enviado especial. En este caso se reproduce un diálogo, al pasar, entre Juan Gelman y César Vallejo-
-¿Querés un Particulares?
-Hum, son fuertes, como golpes...
-¿Te pasa algo?
-Me olvidé la camisa que me iba a poner ayer.
-Y bueno, pasa siempre. ¿Escuchás?
-Espumas.
-Sí, son pajaritos. Lástima que un endecasílabo, ¿no?
-La revolución la escribe un palito, una oreja rota.
- O los fueguitos del sur.
-Y gritar y resucitar.
-Tenés razón, César, chau.
-Buen cigarro, Gracias, me duelen menos los húmeros.
Después de la charla Gelman se metió en un cafecito y pidio un café, bien negro. Vallejo compró un pan y volvió a su habitación con el amor de una indiecita.
lunes, 8 de agosto de 2016
DESTIEMPOS DE LA CIENCIA
Nada es más cierto para la excrituas que la afirmación -casi un lugar común- acerca de que la ciencia siempre llega tarde: cuántos desvelos y angustias se había ahorrado el pobre y sufrido entenado de Juan José Saer; si hubiera leído la conferencia magistral de Claude Levi Strauss donde sostiene y argumenta con elegancia y solidez que todos somos caníbales.
Nada es más cierto para la excrituas que la afirmación -casi un lugar común- acerca de que la ciencia siempre llega tarde: cuántos desvelos y angustias se había ahorrado el pobre y sufrido entenado de Juan José Saer; si hubiera leído la conferencia magistral de Claude Levi Strauss donde sostiene y argumenta con elegancia y solidez que todos somos caníbales.
OTRA INÚTIL APOLOGÍA DEL ENSAYO
Ante la abrumadora circulación de papers, tesinas y tesis que ha impuesto, -"casi naturalmente"- el ámbito académico y que busca propagarse por otros sectores de la formación educativa. Y para peor -salvo las excepciones del caso- con pobres, evidente y limitadísímas "verdades cientíticas", cada día resulta más apremiante recuperar ese sabor sabor de incertidumbre y prepotencia del ensayo.
Ya se sabe que a las excrituras los fundamentos lógicos y racionales le producen bostesos; así que se limitarán a señalar que solo el ensayo -en un mundo donde todo funciona con precisión y exactitud hacia la destrucción-, su escritura carnal y abierta y polémica puede intentar otra manera de pensamiento, otra forma, más densa, menos complaciente, para entender esta realidad.
Y en este sentido, nuestra aparente inferioridad latinoamericana tan cultora de este género, debe aprovechar su tradición para, en parte, abandonar las fórmulas eficaces y fatales de las incesantes "producciones de los países centrales" e indagar en eso que no se quiera pensar, en sus riesgos, desde el adentro más doloroso y desprolijo: apenas este presente y su futuro angustiante. Sin despreciar otros saberes, sin ningunaearlos, siempre en el ensayo se despliega una escritura que no se resigna al fracaso, el que sea. Es que lo impulsa, como diría Horacio Gonzáles, una fibra íntima y moral.
Cabe mencionar, aunque su perspectiva es otra, la última novela de Ricardo Piglia El camino de Ida; allí, entre otros aspectos, se puede observar -además de una minoría selecta y casi aislado con sus consecuencias-, cómo se ha convertido el campo intelectual en una variante estúpida de la soberbia. Esa que se encierra y no escucha, como pretendía Kusc, a la sabiduría del pueblo. Demás está decir que si las cosas siguen así bastará un sola conclusión para cerrar el informe: todo se irá al desastre y se dará por concluido el ensayo de la vida.
Ante la abrumadora circulación de papers, tesinas y tesis que ha impuesto, -"casi naturalmente"- el ámbito académico y que busca propagarse por otros sectores de la formación educativa. Y para peor -salvo las excepciones del caso- con pobres, evidente y limitadísímas "verdades cientíticas", cada día resulta más apremiante recuperar ese sabor sabor de incertidumbre y prepotencia del ensayo.
Ya se sabe que a las excrituras los fundamentos lógicos y racionales le producen bostesos; así que se limitarán a señalar que solo el ensayo -en un mundo donde todo funciona con precisión y exactitud hacia la destrucción-, su escritura carnal y abierta y polémica puede intentar otra manera de pensamiento, otra forma, más densa, menos complaciente, para entender esta realidad.
Y en este sentido, nuestra aparente inferioridad latinoamericana tan cultora de este género, debe aprovechar su tradición para, en parte, abandonar las fórmulas eficaces y fatales de las incesantes "producciones de los países centrales" e indagar en eso que no se quiera pensar, en sus riesgos, desde el adentro más doloroso y desprolijo: apenas este presente y su futuro angustiante. Sin despreciar otros saberes, sin ningunaearlos, siempre en el ensayo se despliega una escritura que no se resigna al fracaso, el que sea. Es que lo impulsa, como diría Horacio Gonzáles, una fibra íntima y moral.
Cabe mencionar, aunque su perspectiva es otra, la última novela de Ricardo Piglia El camino de Ida; allí, entre otros aspectos, se puede observar -además de una minoría selecta y casi aislado con sus consecuencias-, cómo se ha convertido el campo intelectual en una variante estúpida de la soberbia. Esa que se encierra y no escucha, como pretendía Kusc, a la sabiduría del pueblo. Demás está decir que si las cosas siguen así bastará un sola conclusión para cerrar el informe: todo se irá al desastre y se dará por concluido el ensayo de la vida.
EXCRITURA MONTAIGNE
Creo, y lo siento, que en los seres humanos
nada falta más que la constancia,
solo la feliz inconstancia es lo vital.
Hasta los buenos autores, obstinados,
hacen mal en afirmar una lógica solidez:.
un Principio General que solo es un engaño.
Nosotros no vamos... somos llevados
como tantas cosas que flotan a la deriva,
ya dulcemente, o con violencia, en las aguas.
Creo, y lo siento, que en los seres humanos
nada falta más que la constancia,
solo la feliz inconstancia es lo vital.
Hasta los buenos autores, obstinados,
hacen mal en afirmar una lógica solidez:.
un Principio General que solo es un engaño.
Nosotros no vamos... somos llevados
como tantas cosas que flotan a la deriva,
ya dulcemente, o con violencia, en las aguas.
EXCRITURA DE CHARLY
Esas hojas que al fin deciden caer
junto a los que más no pueden...
Todos los cambios; lo mismo;
y el eco pálido de una voz y siempre.
El aturdido tic tac del reloj
que hace tanto bien, y tanto mal.
Sin tristezas, otro domingo
olvida amores, odios, amarguras, miel
En su mano no hay una pistola,
solo aprieta remordimientos del pasado.
Incluso ese gesto al cerrar los ojos,
vuelven a caer las hojas.
Sensual, el deseado desamparo,
ya puede imaginar el mar en primavera.
Esas hojas que al fin deciden caer
junto a los que más no pueden...
Todos los cambios; lo mismo;
y el eco pálido de una voz y siempre.
El aturdido tic tac del reloj
que hace tanto bien, y tanto mal.
Sin tristezas, otro domingo
olvida amores, odios, amarguras, miel
En su mano no hay una pistola,
solo aprieta remordimientos del pasado.
Incluso ese gesto al cerrar los ojos,
vuelven a caer las hojas.
Sensual, el deseado desamparo,
ya puede imaginar el mar en primavera.
¿DESPEDIDA DEL IDIOTA?
Desde hace unos muy largos días
la figura del idiota desapareció de todas las excrituras.
Sin ninguna explicación, sorpresivo;
ni en el jardín ni en la luna llena de las noches.
Claro que puede ser un chiste,
dudoso, o el cansancio ante tantas palabras falsas.
Pero no está por ningún lado,
y ya no hay rastros ni de sus asquerosas babas.
Habrá que aceptar lo inaceptable,
ya sabe que las soluciones siempre son provisorias.
Aunque todavía queda una sospecha.
fijar la vista al fondo de sus letras y recuperar la cama: real.
Desde hace unos muy largos días
la figura del idiota desapareció de todas las excrituras.
Sin ninguna explicación, sorpresivo;
ni en el jardín ni en la luna llena de las noches.
Claro que puede ser un chiste,
dudoso, o el cansancio ante tantas palabras falsas.
Pero no está por ningún lado,
y ya no hay rastros ni de sus asquerosas babas.
Habrá que aceptar lo inaceptable,
ya sabe que las soluciones siempre son provisorias.
Aunque todavía queda una sospecha.
fijar la vista al fondo de sus letras y recuperar la cama: real.
EXCRITURAS DEL REMORDIMIENTO
Unos minutos, una mirada delatora
al alrededor de la oscuridad,.
antes de volver otra vez a dormir;
Con un poco de suerte
las pesadillas no volverán,
tampoco ese rostro
y ese dolor eterno en la sonrisa.
Apenas es una imagen,
la sangre de un viejo fantasma
que recorre su sangre,
y a veces grita en sus latidos.
Pero ya no debe temer,
nadie lo llevará a esa celda sucia,
nadie destrozará su cuerpo,
no dirá nada, no la nombrará...
Solo despertó, otra vez, en su memoria.
Unos minutos, una mirada delatora
al alrededor de la oscuridad,.
antes de volver otra vez a dormir;
Con un poco de suerte
las pesadillas no volverán,
tampoco ese rostro
y ese dolor eterno en la sonrisa.
Apenas es una imagen,
la sangre de un viejo fantasma
que recorre su sangre,
y a veces grita en sus latidos.
Pero ya no debe temer,
nadie lo llevará a esa celda sucia,
nadie destrozará su cuerpo,
no dirá nada, no la nombrará...
Solo despertó, otra vez, en su memoria.
EXCRITURA DE FRANCISCO URONDO
Una gallina torpe, débil, poco interesante;
mi memora ha muerto, ni se queja:
ya no puede con sus malos sentimientos.
Pasé desapercibido, con falsa humildad,
algunos -pocos- me recuerdan con cariño
y yo tropiezo cada día herido de pura nada.
Me dan bastante asco los libros bien escritos,
el frágil consuelo del alcohol y la carne.
Ni la suerte ni el tonto destino me importan.
Si me lo permite mi poca cobardía,
preferiría no seguir más, basta;
la vida no me conoce: solo cansancio y dolor.
Una gallina torpe, débil, poco interesante;
mi memora ha muerto, ni se queja:
ya no puede con sus malos sentimientos.
Pasé desapercibido, con falsa humildad,
algunos -pocos- me recuerdan con cariño
y yo tropiezo cada día herido de pura nada.
Me dan bastante asco los libros bien escritos,
el frágil consuelo del alcohol y la carne.
Ni la suerte ni el tonto destino me importan.
Si me lo permite mi poca cobardía,
preferiría no seguir más, basta;
la vida no me conoce: solo cansancio y dolor.
domingo, 7 de agosto de 2016
EXCRITURA DE VALLEJO
Todos los días y mi esqueleto son testigos:
todavía no recuerdo la fecha exacta de mi muerte.
Pero no ocurrirá en París, y menos
una de esas tardecitas de otoño con aguacero.
Y aunque pega muy duro esta soledad
sé que verme más solo es mi camino o una soga.
Solo recuerdo esa piedra negra sobre la blanca:
estos versos que me han puesto tan mal: todavía vivo.
Todos los días y mi esqueleto son testigos:
todavía no recuerdo la fecha exacta de mi muerte.
Pero no ocurrirá en París, y menos
una de esas tardecitas de otoño con aguacero.
Y aunque pega muy duro esta soledad
sé que verme más solo es mi camino o una soga.
Solo recuerdo esa piedra negra sobre la blanca:
estos versos que me han puesto tan mal: todavía vivo.
EXCRITURA DE CÁTULO CASTILLO
El olvido arrastra a la vida
como un gris caracol sin sueños.
Hasta el hondo se subleva,
pero la maldición es una lágrima.
Una absurda y fugaz herida,
y lastima y ni el barro...
Solo ese rezongo lerdo,
su gotera que tiembla y aturde.
Ya sé, no me digás, tenés razón:
todo es una curda, la última, y nada más.
El olvido arrastra a la vida
como un gris caracol sin sueños.
Hasta el hondo se subleva,
pero la maldición es una lágrima.
Una absurda y fugaz herida,
y lastima y ni el barro...
Solo ese rezongo lerdo,
su gotera que tiembla y aturde.
Ya sé, no me digás, tenés razón:
todo es una curda, la última, y nada más.
UNA ONTOLOGÍA DE LAS EXCRITURAS
Ya lo escribió sin ambages el poeta César Fernández Moreno: "El ser tiene cara de loco"; pero parece que casi nadie le prestó atención, salvo las desdichadas excrituras o el idiota.
Aunque, en realidad, seguramente todos lo saben y lo evitan, les da miedito enfrentar esa mirada: tan honda, sin fondo, esas chispitas del caos original.
O peor, no se animan a dejar que la piel empiece a florecer y busque la vieja luz del sol para que el adentro encuentre su raíz en el humus del alma.
Claro que algunos pueden asustarse, y pensar en Hölderin, Artaud, Pizarnik...Lástima que el asunto es justo al revés: los locos fueron los otros, esos que son nada.
Y veces es tan clarito, tan liviano, ahí nomás, esos colores de mariposas flotando con sus vueltas en el aire abierto del jardín...
Pero será que solo así se puede sobrevivir en éste y en cualquiera de los mundos posibles. De lo contrario, el efecto es mortal; apenas queda el dolor silenciosos de los pasillos de los manicomios para sentir el milagro de la vida.
Ya lo escribió sin ambages el poeta César Fernández Moreno: "El ser tiene cara de loco"; pero parece que casi nadie le prestó atención, salvo las desdichadas excrituras o el idiota.
Aunque, en realidad, seguramente todos lo saben y lo evitan, les da miedito enfrentar esa mirada: tan honda, sin fondo, esas chispitas del caos original.
O peor, no se animan a dejar que la piel empiece a florecer y busque la vieja luz del sol para que el adentro encuentre su raíz en el humus del alma.
Claro que algunos pueden asustarse, y pensar en Hölderin, Artaud, Pizarnik...Lástima que el asunto es justo al revés: los locos fueron los otros, esos que son nada.
Y veces es tan clarito, tan liviano, ahí nomás, esos colores de mariposas flotando con sus vueltas en el aire abierto del jardín...
Pero será que solo así se puede sobrevivir en éste y en cualquiera de los mundos posibles. De lo contrario, el efecto es mortal; apenas queda el dolor silenciosos de los pasillos de los manicomios para sentir el milagro de la vida.
EXCRITURA DE ALFONSINA STORNI
Miro a las plantas
en la siesta que afloja mis raíces.
Por las venas me circula
el humor negro de los insectos.
Los troncos de plomo,
los hongos en la vejez del muro.
Ya no hay viento...
Las frutas maduras caen a tierra.
Solo un ruido opaco;
pero nada puedo sentir en la mirada.
Miro a las plantas
en la siesta que afloja mis raíces.
Por las venas me circula
el humor negro de los insectos.
Los troncos de plomo,
los hongos en la vejez del muro.
Ya no hay viento...
Las frutas maduras caen a tierra.
Solo un ruido opaco;
pero nada puedo sentir en la mirada.
EXCRITURA DE PAVESE
Entre la vida y la nada,
siempre junto a esa sombra sorda.
Pero ciega, vendrá la muerte
y será un grito callado.
Vendrá como un remordimiento,
otro rostro en el espejo.
Desde el abismo, cada día
nos acompaña y al fin vendrá.
¿Qué es la vida y la nada?
Solo silencio, nunca lo sabremos.
Entre la vida y la nada,
siempre junto a esa sombra sorda.
Pero ciega, vendrá la muerte
y será un grito callado.
Vendrá como un remordimiento,
otro rostro en el espejo.
Desde el abismo, cada día
nos acompaña y al fin vendrá.
¿Qué es la vida y la nada?
Solo silencio, nunca lo sabremos.
sábado, 6 de agosto de 2016
EXCRITURA DE KAFKA
Aquí y allá, en cualquier lugar, en todo lados,
él siempre escucha el canto de Josefina;
en realidad, un chillido inhumano o celestial.
Cuando hace las compras por el barrio,
mientras viaja en subte a la oficina,
o al atender el teléfono durante la noche.
Adentro de su cabeza, ella no cede, eterna.
También sabe -aunque nadie se lo explica-
que solo invade, implacable, a los oídos sordos.
Él ya no lo puede evitar, y casi lo disfruta:
su canto no significa nada, apenas enmudece al sentido.
Aquí y allá, en cualquier lugar, en todo lados,
él siempre escucha el canto de Josefina;
en realidad, un chillido inhumano o celestial.
Cuando hace las compras por el barrio,
mientras viaja en subte a la oficina,
o al atender el teléfono durante la noche.
Adentro de su cabeza, ella no cede, eterna.
También sabe -aunque nadie se lo explica-
que solo invade, implacable, a los oídos sordos.
Él ya no lo puede evitar, y casi lo disfruta:
su canto no significa nada, apenas enmudece al sentido.
viernes, 5 de agosto de 2016
DIÁLOGO IN TRASCENDENTAL
Un enviado cualquiera de las excrituras ha logrado registrar un reciente y único diálogo entre Ezra Pound y Leónidas Lamborghini.
En exclusiva y sin auspiciantes, transcribimos sin cortes este momento llano de la cultura universal y también un poco más, casi un mal chiste.
Pound. Perdón, ¿usted es...
Lamborguini. No, me hago.
Pound. Claro, ya entiendo.
Lamborghini. ¿Qué?
Pound. Todavía nada.
Lamborghini. Chino básico.
Pound. Correcto, la poesía.
Lamborghini. Sí, la distorsión.
Pound. O el idioma cargado de sentido.
Lamborghini. Y no "poetizar" jamás.
Pound. ...
Lamborghini. ...
Pound. Un placer, caballero, adiós.
Lamborghini. Chau, que te vaya bien.
Esperamos algo defraudados nuevos informes de nuestro enviado. Aunque, por suerte, ya hemos perdido hasta el menor contacto con él...y no desearíamos reanudarlo, ¿para qué?
Un enviado cualquiera de las excrituras ha logrado registrar un reciente y único diálogo entre Ezra Pound y Leónidas Lamborghini.
En exclusiva y sin auspiciantes, transcribimos sin cortes este momento llano de la cultura universal y también un poco más, casi un mal chiste.
Pound. Perdón, ¿usted es...
Lamborguini. No, me hago.
Pound. Claro, ya entiendo.
Lamborghini. ¿Qué?
Pound. Todavía nada.
Lamborghini. Chino básico.
Pound. Correcto, la poesía.
Lamborghini. Sí, la distorsión.
Pound. O el idioma cargado de sentido.
Lamborghini. Y no "poetizar" jamás.
Pound. ...
Lamborghini. ...
Pound. Un placer, caballero, adiós.
Lamborghini. Chau, que te vaya bien.
Esperamos algo defraudados nuevos informes de nuestro enviado. Aunque, por suerte, ya hemos perdido hasta el menor contacto con él...y no desearíamos reanudarlo, ¿para qué?
SYSTEMA NATURAE DEL IDIOTA
Lástima que se haya muerto el gran Linneo.
Hubiera sido lindo preguntarle cómo se clasifica al idiota,
o ¿qué lugar ocupa en la taxonomía de los sapiens?
Especialmente así, con la cara llena de baba y barro.
Las excrituras no tienen ni idea;
solo lo observan para olvidarse de pensar,
al menos por un rato, y sin pretensiones científicas
poder delirar una nueva posibilidad en la evolución humana.
Pero justo ahora el idiota grita:
en la bocaza su perro ya agoniza un pobre sapo del jardín,
la espuma desesperada y esas patitas...
Ah, Linneo, seguro que hubieras postulado la especie del homo piedad.
Lástima que se haya muerto el gran Linneo.
Hubiera sido lindo preguntarle cómo se clasifica al idiota,
o ¿qué lugar ocupa en la taxonomía de los sapiens?
Especialmente así, con la cara llena de baba y barro.
Las excrituras no tienen ni idea;
solo lo observan para olvidarse de pensar,
al menos por un rato, y sin pretensiones científicas
poder delirar una nueva posibilidad en la evolución humana.
Pero justo ahora el idiota grita:
en la bocaza su perro ya agoniza un pobre sapo del jardín,
la espuma desesperada y esas patitas...
Ah, Linneo, seguro que hubieras postulado la especie del homo piedad.
JIRAFA MADRINA
a Bibi
Todavía recuerdo esa tarde
cuando mi madrina me llevó al zoológico.
Dormí durante el viaje,
el 55 daba, y da, demasiadas vueltas.
Después los monos, leones, tigres;
me daban tristeza en sus jaulas sucias.
Pero no pude dejar de mirar
el cuello larguísimo de las jirafas.
Interminable...Yo, fascinado,
apretaba su mano hasta llegar al cielo.
Mi madrina era ese sol.
Aunque murió todavía la recuerdo y ella sonríe.
a Bibi
Todavía recuerdo esa tarde
cuando mi madrina me llevó al zoológico.
Dormí durante el viaje,
el 55 daba, y da, demasiadas vueltas.
Después los monos, leones, tigres;
me daban tristeza en sus jaulas sucias.
Pero no pude dejar de mirar
el cuello larguísimo de las jirafas.
Interminable...Yo, fascinado,
apretaba su mano hasta llegar al cielo.
Mi madrina era ese sol.
Aunque murió todavía la recuerdo y ella sonríe.
miércoles, 3 de agosto de 2016
EXCRITURA DE H.I.J.O.S
Justo esa tarde su padre no estaba en casa.
Mientras lo esperaban,
durante siete horas,
torturaban a su madre.
Afuera un montón de personas,
los vecinos del barrio.
Cuando llegó -ni uno-,
nadie fue capaz de decir no entrés.
La hija de cinco años no puede olvidar,
a ella la habían encerrado en el baño, para siempre.
Justo esa tarde su padre no estaba en casa.
Mientras lo esperaban,
durante siete horas,
torturaban a su madre.
Afuera un montón de personas,
los vecinos del barrio.
Cuando llegó -ni uno-,
nadie fue capaz de decir no entrés.
La hija de cinco años no puede olvidar,
a ella la habían encerrado en el baño, para siempre.
martes, 2 de agosto de 2016
LAS NUBES DEL IDIOTA
Además de los pajaritos en las ramas,
al idiota lo fascinan la presencia de las nubes; ahí está,
ya hace más de una hora, sin moverse, y la mirada
perdida en esos algodones celestiales.
Por supuesto que no es extraño,
¿cómo no colgarse en esas blancuras si vive otro mundo?
Lo curioso son sus muecas, casi nerviosas,
como si tratara de imitar la levedad de sus formas.
Perversas, las excrituras se divierten
cuando oscurecen y cubren tenebrosas todo el cielo.
Da pena la cara babeante del idiota,
aunque al rato salta como loco para festejar a la lluvia.
Además de los pajaritos en las ramas,
al idiota lo fascinan la presencia de las nubes; ahí está,
ya hace más de una hora, sin moverse, y la mirada
perdida en esos algodones celestiales.
Por supuesto que no es extraño,
¿cómo no colgarse en esas blancuras si vive otro mundo?
Lo curioso son sus muecas, casi nerviosas,
como si tratara de imitar la levedad de sus formas.
Perversas, las excrituras se divierten
cuando oscurecen y cubren tenebrosas todo el cielo.
Da pena la cara babeante del idiota,
aunque al rato salta como loco para festejar a la lluvia.
EXCRITURA DE CAMILO BLAJAQUIS
La luna llena en la lengua del penal.
Acá abajo todo muy raro,
los espejos desteñidos
me descuelgan seres que anuncian
la venganza del cordero.
Hundido en el sueño del lobo
con la mirada bloqueada,
grito a la reja de los parlantes:
¡en el mar flotan salvavidas pinchados!
Un viento poseído sale a cazar vidas.
La luna llena en la lengua del penal.
Acá abajo todo muy raro,
los espejos desteñidos
me descuelgan seres que anuncian
la venganza del cordero.
Hundido en el sueño del lobo
con la mirada bloqueada,
grito a la reja de los parlantes:
¡en el mar flotan salvavidas pinchados!
Un viento poseído sale a cazar vidas.
lunes, 1 de agosto de 2016
EXCRITURA DE UN ACRÓSTICO PARA VALLEJO
Están tan solitos los peruanos
Sin tu espuma,
Tu pan más triste, que pasa...
Ruegan y suplican
Un poema, otro
Entre tus huesos secos.
Ninguno acepta ese otoño
De París
O el dolor sin tu puro doler.
Madrecitas te sueñan
Un cielo más cercano, real,
De tierra
O de piedras en algún camino.
Están tan solitos los peruanos
Sin tu espuma,
Tu pan más triste, que pasa...
Ruegan y suplican
Un poema, otro
Entre tus huesos secos.
Ninguno acepta ese otoño
De París
O el dolor sin tu puro doler.
Madrecitas te sueñan
Un cielo más cercano, real,
De tierra
O de piedras en algún camino.
EXCRITURA DE SILVINA OCAMPO
La nena que fui todavía vibra en mí,
y sigo siendo una nena.
Hice las cosas que me prohibían,
a escondidas, me gustaba esconderme.
Por eso buscaba a los chicos pobres,
no era inútiles como mis primas,
tan impecables y no sabían robar nada.
Pero la gente siempre me ha perturbado,
nunca son sinceros los otros.
Así que no soy sociable, soy íntima.
Mi inteligencia me la da la sensibilidad.
Todavía, ¡qué suerte!, vibra en mí la nena.
La nena que fui todavía vibra en mí,
y sigo siendo una nena.
Hice las cosas que me prohibían,
a escondidas, me gustaba esconderme.
Por eso buscaba a los chicos pobres,
no era inútiles como mis primas,
tan impecables y no sabían robar nada.
Pero la gente siempre me ha perturbado,
nunca son sinceros los otros.
Así que no soy sociable, soy íntima.
Mi inteligencia me la da la sensibilidad.
Todavía, ¡qué suerte!, vibra en mí la nena.
EXCRITURA DE CÉSAR FERNÁNDEZ MORENO
No hay manera de decir el mar,
si ni siquiera es un hecho.
Quizás podría intentarse con un dibujo
innecesario, rebuscado, que sale
del cielo para abajo y viene
y, desde el horizonte, te rompe los ojos.
El mar es todo lo que no es
y su espuma triunfa sin fisuras.
Solo una sirena, llorando, podría...
pero igual no se lo puede decir.
Solo dejar que nos arrastre una y otra vez
cada vez más adentro, desconocido,
hasta ahogarse en el origen de la lengua.
No hay manera de decir el mar,
si ni siquiera es un hecho.
Quizás podría intentarse con un dibujo
innecesario, rebuscado, que sale
del cielo para abajo y viene
y, desde el horizonte, te rompe los ojos.
El mar es todo lo que no es
y su espuma triunfa sin fisuras.
Solo una sirena, llorando, podría...
pero igual no se lo puede decir.
Solo dejar que nos arrastre una y otra vez
cada vez más adentro, desconocido,
hasta ahogarse en el origen de la lengua.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)