viernes, 30 de junio de 2017

17

Camila nació y vivió en los últimos soles,
criatura del amor en el centro del ciclón.
Iluminada por la pasión, condenada,
su escándalo acorrala a los verdugos.
Su pureza, expresión del supremo goce,
recuperó la gracia sublime de la cruz.
Al entregar su alma, encontró el cuerpo
la indefensa eternidad del estar vivo.
Y aun le teme la hipócrita sociedad:
su sexo encandila las noches de luna llena.
16

Abierta al tiempo, la libertad son los cuerpos:
destrozados por el deseo,
arrinconados en sus olores.
Entre fantasmas y lámparas,
bosques y mares salvajes:
yo viajo para estar siempre en tu único lugar.
15

Siempre está ahí todo lo que amamos:
el vino que vierte la tierra,
las alas abiertas del cielo,
los perfumes efímeros de los patios,
una mariposa entre las llamas,
los caballos de las transformaciones,
las lluvias de lujurias,
los soles de tormentas,
esa espuma del único ser,
tu naufragio en la isla de la eternidad.

14

Ni casa ni paciencia ni súplicas,
nunca:
solo huesos delirantes de viajes.
13

La ciudad que abandona a sus árboles
la ciudad que solloza en un jergón
la ciudad que orina las hogueras
la ciudad que calla ese relámpago
la ciudad que oculta los desiertos
la ciudad que aullan lobos tristes
la ciudad que burla a los otoños
la ciudad que defeca primaveras
la ciudad que escupe sus refugios
la ciudad que mastica sus cornisas
la ciudad que crucifica infancias
la ciudad que camina sin huellas
la ciudad que silencia los muros
la ciudad que odia a las palomitas
la ciudad que vomita la ternura
la ciudad que olvidó sus nostalgias
la ciudad que desapareció sus amores
la ciudad cuyos muertos son campanas.
12

El crujido mudo de las soledades
en lo más pálido de las cosas,
su isla zurcida en el naufragio
con la liebre ciega del tiempo,
¿hacia qué fuegos de la piedad?,
ya desaparecidas las ventanas,
las sábanas con su polvo frío,
y entre paréntesis la misma efigie,
el temblor coagulado de su voz:
día tras día, perdido en esa sombra.

jueves, 29 de junio de 2017

11

En las pupilas del viaje
mirás al sol pero es el mar;
el verde rostro de lo profundo,
que puedes ser otro adiós
o elegir el viento o el olvido;
aunque des vuelta la cabeza
y vueles con esa gaviota,
más lejos que sus alas rotas,
ya sabés cuál es el destino:
la mujer que flota en tu fondo.

miércoles, 28 de junio de 2017

10

Oye
a los delirios de la luz,
su secreto,
esa insalvable belleza,
tus venas,
las bestias del deseo,
los sueños,
el don de la ausencia;
ese rayo,
la brisa de las formas;
oye,
al fuego original de Dios
9

¿Quién sabe en qué cielo,
en que historia demente,
va a rugir el relámpago?

¿La ciega reverencia
por los dones del mundo
y sus castigos infernales?

¿Los ojos del fuego
más allá de los huesos,
aun esperando florecer?

¿El secreto golpe de ala
que resplandece en la vida
hasta la madre muerte?
8

Sin otro universo que tu perfume,
solo contra la tierra,
soy la espuma del sexo en el viento.
7

Ya pasó el pájaro de la antorcha,
la tierra vuelve a su misterio;
como un archipiélago de perlas
la muchacha abra sus alas.
Entonces no hay muros ni cerrojos,
no hay llanuras ni montañas;
prisionero de otro horizonte
en la arena respira lo sagrado.
Y desde su adentro guía la noche
la leyenda hechizada de los cuerpos.
6

En las cavernas de cristales
donde abre las venas el relámpago.

Junto a la comarca del viento
cuyo rostro es el grito de los ebrios.

Como el hechizo de la distancia
que repite el eco mudo de una voz.

La belleza de otros mundos
en la dulce prisión de un fantasma.

Los pájaros girando sin fin
y las joyas eternas de la melancolía.
5

Es alguien
que toma un tren por las olas.

Su sueño
junto a una mujer relámpago.

Un golpe de ala
entre los árboles giratorios.

El gran crujido
donde despierta la gracia.

Ese hotel
bajo la tortura de los deseos.

Una historia
que empieza en el para siempre.
4

Vivir para esperar nada.
Con un solo lugar,
una sola voz,
frutas fanáticas,
llamas de pájaros.
Con un resplandor
de río y de piel,
serafines alegres,
plumas del viento
El exorcismo de la lejanía.


3

Un pájaro
siempre más profundo que el cielo.

¿Quién sabe nunca lo que amado?

Una historia,
el sueño abierto para la despedida.
2

No sé dónde he estado.
Acaso en la sangre,
en su vuelo;
preso de hechizos,
amores y odios.
Mi fantasma tan real,
hoteles de fuego,
mar de sudores;
todo es otra poesía.
Siento un color negro,
una súplica muda
o una amenaza;
el terror final del sol.
Ah, ya extraño a la vida.
EXCRITURA DE ENRIQUE MOLINA

1

Siempre recojo alguna palabra,
una gota de lluvia,
una dádiva de la locura.
Soy esa serpiente de fuego,
el tambor de un ataúd,
las crines en la pradera del alma.
Latito a latido,
en las tramas ardientes,
busco mi expresión:
un idioma para las perlas del deseo.

martes, 27 de junio de 2017

20

Me han sumergido para hacerme olvidar
la primitiva tierra uterina,
el nombre del ánima,
ese agujero húmedo en el barro,
su terror original,
la dictadura de las cadáveres,
el estallido de los sexos,
los gusanos de la sintaxis,
el vacío que se rehace en las poesías;
pero este final debe encontrar otro sentido
19

Vi a la gran montaña muerta,
el hielo en el sol,
los edificios podridos,
las calles del asco.
Vi a mi propio cadáver,
sin boca ni dientes,
sin vientre ni ano...
Por fin comienza la revolución.
18

Esa nada no es nada,
no es alguna cosa,
vive de nosotros,
nuestros horrores,
excrementos,
sudores de sueño,
acaso 50 poemas,
los gritos del cuerpo.
17

En el fondo de los átomos perdidos
las ideas,
accidentes y azares,
sin funciones ocultas,
el hombre es un árbol con vísceras,
una inenarrable rareza,
lo ilusión de lo otro,
su voluntad,
ese organismo
hecho por los sueños y para las bestias.

16

Alrededor de los vasos sucios,
sobre el mostrador de cinc,
en la ventana ciega de la noche
entre el cielo y las calles,
bajo el rostro de los techos,
junto a los olores de las sábanas,
oscura en cada aposento,
más adentro de los vientres
la vida engendra algo: otra vida.
15

Apenas con este poco de cuerpo
solo vestido con imágenes,
mil fragmentos desesperados
y el gran horror del origen;
yo, Antonin Artaud, poeta y loco,
comprometo todo mi ser;
sueño las visiones de las furias,
el hervidero de la revuelta
que abre el sexo del espíritu:
la realidad contra la falsa realidad.

lunes, 26 de junio de 2017

14

En el medio del gran vacío,
el pensar hacia lo pleno:
un estado orgánico del ser;
o inclinarse apenas un poco
para oler la propia mierda,
sin repugnancia ni deleite:
apenas el abrir del sentir.
Así, desde el más adentro,
lo turbio, que late la realidad.
Solo parar liberar lo vivo,
la exudación física del espíritu.
13

¿Por qué hay un yo?
¿Por qué la alegría?
¿Por que dolores?
¿Por qué los ojos?
¿Por qué manos?
¿Por qué el por qué?
¿Por qué en la nada
ay, aparece alguien?
12

Tenemos a la palabra para pensar,
imágenes, visiones
distracciones y azares,
pero la razón, siempre, está vacía.
11

Nadie jamás ha escrito un poema
o esculpido una piedra
construido una silla,
pintado un árbol dormido,
silbado una canción,
lavado un redondo tomate,
a no ser para salir de este infierno.

domingo, 25 de junio de 2017

10

En éste,
pero ya es el otro mundo.

Adentro,
siempre también perdido.

Peyote,
vida sagrada en la sangre.

Inmóvil,
sentado junto al padre Sol.

Visiones,
esos temores de la verdad.
9

Señores Lógicos: toda su vida apesta;
ciegos en el más allá,
en los misterios del cuerpo;
así los rayos del espíritu
se pudre en sus sistemas.
Aun no saben que la razón
solo descansa en las nubes;
y sus silogismos son gusanos,
y sus cálculos, fósiles mudos.
Sus pupitres y sus pizarras,
modernos aparatos de tortura.
Negadores de las profecías,
han sepultado la verdad.
Nunca descubrirán la ley que no es ley.
8

Solo sé que no hay Dios
o Biblia
o Evangelio,
ni palabras
que detengan el espíritu.

7

En lugar del querer seguir vivo
permanecer en lo muerto,
aunque no es un estado,
solo la voluntad del vacío:
porque entonces no hay
y no debe haber conciencia.
Así de simple, invisible,
lejos de cualquier mundo
Apenas el paso por el fuego
y la nada y la plenitud.
La única perfección posible:
el dolor absoluto para el estar solo.
6

México es una ciudad de terremotos.
Quiero decir que es un terremoto que no ha terminado
y, por el momento, solo espera su resurrección.
Sus fachadas en hilera forman montañas rusas, toboganes...
Todo el suelo de la ciudad parece a punto de explotar,
minado, aguardando a la primera de las bombas.
No hay una casa que esté derecha,
ni siquiera las ruinas de un campanario.
Y su gente tiembla como las paredes de la ciudad,
también sus sombras parecen resquebrajadas, tan reales.
México es la brutalidad de mis poemas.
5

Solo mientras aun pueda imaginar
que hay un cosa, siquiera una,
en cualquier vidriera,
que es la salvación;
sin dudar la destruiré
para salvarme de ser las cosas,
y así liberar mi cuerpo:
pero lo puro no está en ninguna parte.
4

Hay dioses en el cielo, fuerzas.
Unas sostienen a la vida;
otras, todas las muertes.
La religión es crueldad
para el ser que devora al ser.
Hasta las fieras salvajes,
libres, adoran el sacrificio.
La sangre es contradicción,
un mensaje ajeno al cuerpo.
Heliogábalo lo sabía, sentía
esas rebeliones de lo divino.
Ah, las fuerzas son dioses,
su energía es una metáfora de sol.
3

Poeta amargo y negro,
ya sin lamentos
ni piedad,
un grito cruel,
y el eco repugnante
y el amparo;
apenas levedad:
el seno de una doncella.
2

La risa hipócrita del estupro,
de la anarquía,
sus instituciones,
la palabra del odio;
y el semen maldito
de los cuerpos falsos,
su vitalidad suicida,
esta locura crónica:
Yo voy a cortarme una oreja.
EXCRITURAS DE ARTAUD

1

Para salvarse hay que tocar los objetos negados para invitarlos a destruirse con nosotros.
Solamente en la nada está lo único concreto.
Yo aun no puedo olvidar mis propios huesos.
Siempre al afirmar que no queremos Ser necesitamos reconocer al templo de la creación.
20

Ya llegó toda la noche,
y cierro las ventanas.

Aun siento el esplendor,
tu memoria del jardín.
19

Esa vieja rosa
en la mano del inválido;

su trinchera
entre barro y cadáveres.

¿Será posible
algún día cantar el olvido?

Ah, poesía,
naciste para los dolores;

apenas vida,
imágenes de otros mundos.

18

Siempre delante de mí,
la palabra.

El canto de los mares,
su espuma.

El temblor de la brisa,
sin huellas.

El horizonte tan irreal,
su tentación.

Ya seré parte del cielo,
una gaviota.
17

Ciudades de soles,
lluvia
y nieve.

Arenas de la luz,
mares
y espumas.

Amores del poeta,
imágenes
o plegarias.

sábado, 24 de junio de 2017

16

Los cristales de algún naufrago
en la avenida de la ciudad de las aguas verdes.

Espuma de caballos rengos
sobre la rompiente, imparable, de la soledad.

Lejos hasta de los vientos
ante la torpe y esperada y definitiva catástrofe.

Por suerte, yo no escribo este poema:
solo tiemblo por el frío de los sueños inútiles.
15

Alientos
que al fin se extraviaron
en la noche.

Rumores
que desnudan constelaciones
sin espacio.

Gemidos
que calman las catástrofes
para estallar.

Plenitud
que sueña gaviotas y mares
siempre lejos.

Imágenes
que inventan los fantasmas,
nuestros cuerpos.
14

Extranjero sobre todas las playas de este mundo,
solo habitaré mi nombre.
Lejana está la otra ribera que ilumina el mensaje.
13

Ante esta realidad del desierto,
el lanzamiento de los signos
Esos gritos sordos por el mundo
que retumban en los cielos.
El camino olvida sus huellas,
como cuchillos tristes al sol.
¿Siempre hubo este clamor,
siempre hubo esta furia inútil?
La mirada es otro espejismo
que borra el último horizonte.
Y el exilio empuja los vientos
hacia el vórtice irreal de la nada.
11

Las lluvias peinan el espejo de los banqueros
y aumenta la agónica cotización del sol.
Ya se apuran los esqueletos del odio
aunque estallaron todos los relojes.
De pronto se pudren los grandes edificios,
vomitan sin piedad sus ventanas ciegas.
Pero un pueblo se yergue en mis frases,
todavía desea bailar en el gran terror.
Y en los márgenes lejanos del poema
la humareda de las tantas hazañas,
poco a poco, tizna a las historias perdidas.
Ahora los trigos salvajes invaden la ciudad,
crece la ferocidad celestial de los árboles
y las veredas se erizan de cactus.
Sí, la vida quiere subirse a las tempestades
para que al fin las nubes sangren lo más sagrado.
10

Las campanas,
el muro,
una flor azul
la lluvia,
mi ciudad,
ese perfume,
tu ventana
y todo el exilio.
9

Bajo las alas cerradas de la noche
la imagen ya lanza su grito;
el sollozo de las campanas
sobre la basura del hospicio.
Todo es viscoso y pesado,
apenas una palma invertida
en los signos de la confusión:
el encierro solo es oscuro.
Vos mirás ondular las llamas,
el crujido de las maderas,
los esqueletos de la soledad,
y en la ventana tu mueca perdida.
8

Danza de la imagen
o precipicio dulce,
implorando condena
y acaso dicha.
Adentro de la raíz
ya en otro mundo,
para viajar en flores
hasta dormir amor.
Vientos de piel
en la inmensidad,
palabras o risas,
sus bastones de luz.
Desesperado poema:
la vida de algún cuerpo.
7

En el hilo de la hierba
y la brisa azul.

Confesión de la mirada
y alas invisibles.

Una nueva lengua,
la luz tan fresca de Dios.

6

Aquel que vaga a medianoche,
que halaga a la locura,
pinta lo amargo.

Aquel que regresa a los puertos,
que sube por estrellas,
sueña dolores.

Aquel que encontró un perfume,
que perdió su rostro,
y la voz del exilio.
.
5

Alguien anda
por los confines del mundo
con un grito.para mí.
Lejano, retumba
como si fuera mi piel,
un mar de salivas
y lunas rojas,
Desde hace mucho,
miles y miles de siglos.
Siempre me grita,
pero aun no me animo a nacer.

viernes, 23 de junio de 2017

4

Las puertas abiertas del Faro,

¿Adónde van las arenas,
la sabiduría de tanta espuma?

El viento cuenta su vejez
en las playas de este mundo.

Aun no conozco el despertar.
3

Ya llegó el tiempo,

olvida tu nombre,
tu cuerpo, tu alma,

y abrite a la poesía.
2


A lo lejos,
la carrera de nuestros pasos.

Arenas de fuego,
mares celestiales.

Y el sueño de una almendra,
tu perfume.
EXCRITURAS DE SAINT-JOHN PERSE


1

Nieva sobre los dioses,
sobre la escoria,
sobre la fiebre
y las heridas.

Nieva allá lejos,
en la inmensidad;
¡y por fin, la visión
sin forma, tu presencia!


domingo, 11 de junio de 2017

JAIKUX PARA PRIMO LEVI

En la mañana, alguien quema las hojas secas...
Te recuerdo.
SOLUCIÓN FINAL

Han pasado tantos años... y el mismo abismo;
a veces el pozo final asoma entre las escaleras.

Quizás no ya soy, pero ahí ella  me mira;
la última y cercana piel de Olga, su mirada.

Y todavía esas pelusas frías en su cráneo;
y lo sé, apenas es otro número, otro Häftling.

Jamás volvió, imposible, ningún sentido;
solo un descuido, y al fin se cae toda mi vida.
CONCLUSIONES


A nosotros nos pasó lo que pasó,
yo vi el humo frío de los cadáveres.

Casi todos, aunque no todos,
han sido sordos, ciegos, mudos.

Casi todos, aunque no todos,
han sido indolentes, viles, fieras.

Ya sé que ahora juzgar es inútil;
pero desespero: ¿qué es un humano?

sábado, 10 de junio de 2017

El ÚLTIMO

Todavía, antes de dormir, muchas veces volvía al lager;
y entonces veía a aquel viejo húngaro,
el último de los muertos de mi memoria,
los demás ya casi no tenían rostro.
Yacía rígido en el acto del hambriento,
la cabeza bajo el montón de tierra,
el vientre de los huesos en la nieve
y las manos tendidas hacia las patatas.
Ni siquiera lograba cerrar mis propios ojos;
¿podría dormir al llegar?, ¿podría al menos vivir en mi hogar?
CÍRCULOS

Esperábamos pasar de Hungría a Austria sin problemas en la frontera;
pero no fue así, y se enredaba otra vez el imposible regreso.
Así, la mañana del 7 de octubre llegamos a Checoslovaquia,
muy cansados, algo desilusionados, todavía en la misma miseria.
Desde allí, se veían los Besquidios, los mismos montes
que cruzaban, más allá, el lúgubre horizonte de Auschwitz.
Otra lengua, otra moneda, otro camino, y alrededor el viento:
¿estábamos cerrando un círculo o atrapados y perdidos y condenados en él?
NADIE VENDRÁ NUNCA


El aullido aterrado de los perros quizás anuncia la llegada,
pronto vendrán los rusos.
Los alemanes, indignados y eficaces,
ya no advierten nuestros restos y organizan su retiro.
Por fin, sueña la mayoría de nosotros,
todo esto habrá terminado,
y seremos rescatados y libres.
Pero yo creo que esa no es la verdad,
veo los alambres y las púas,
las costillas de los sobrevivientes,
mujeres que no son mujeres,
miradas, para siempre, perdidas en la nada.
Nunca olvidaré ese olor del humo del holocausto en este cielo.
LA PRIMAVERA

Aquí y hoy, nuestra finalidad es llegar a la primavera.
De otras cosas, ahora, no nos preocupamos;
detrás de esta meta no hay otra meta.
Cuando en formación en la plaza de la Lista,
mientras esperamos la hora de ir al trabajo,
y el viento se nos mete por debajo de la ropa,
y recorre tan violento nuestros cuerpos,
y alrededor todo esta gris por la mañana,
en esa oscuridad miramos hacia el cielo
para comentar todos los días la salida del sol;
hoy un poco antes que ayer, hoy más caliente,
dentro de dos meses, dentro de un mes,..
El frío nos dará tregua y tendremos un enemigo menos.

OFERTA Y DEMANDA

Vagan a decenas los desesperados por hambre.
Van provistos una misera ración de pan
que, dolorosamente, han ahorrado en la mañana,
con la insensata esperanza de un trueque ventajoso,
algún desconocedor de las cotizaciones.
Así, algunos, dotados de una increíble paciencia,
logran adquirir media ración del potaje.
A la misma especie pertenecen
los que van a la bolsa a vender su única camisa.
Después el Kapo preguntará por qué andan sin ropa,
los golpeará y les dará otra sucia camiseta.
y antes o después todo va a volver a empezar.


LA CLARIDAD DE LO MÁS OSCURO

En plena oscuridad, a madrugada, me desperté alterado;
quizás porque veía todo con claridad, ahí:
sobre nosotros, desnudos, impotentes, inermes,
unos pocos hombres procuraban la muerte.
El gesto de uno de sus dedos,
así, podía desatar la inmediata destrucción;
todas nuestras energías y voluntades eran inútiles
para prolongar ni un minuto la vida.
Y no me quedaba más remedio que la resignación y dormir.

LA LENGUA DEL LAGER

Nuestra hambre no es la misma sensación
de quien ha perdido una comida;
nuestro modo de tener frío
también exigiría un nombre particular.
Cuando decimos "cansancio"
o "miedo" y "dolor"... hasta "invierno";
no son palabras de hombres libres,
sueltas, tan habituales entre los vivos.
Acá no sabemos qué son nuestras voces.
El lager es un nuevo lenguaje, otro,
casi un ruido: áspero, brutal y exterminador.
UN HÉROE DEL LAGER

El hombre, en voz muy baja, vigilando alrededor,
vuelve a señalar que los alemanes
apenas son cinco o seis,
ahí, a pocos metros en la puerta del lager.
De la nada, ha saltado en el nido de ametralladoras
con un cuchillo en la mano;
y la pelea fulminante y atroz,
otra vez, se repite ante nosotros.
El hombre, transformado en una risa siniestra,
ya es un torbellino de furia.
Nosotros aguardamos el final de la historia;
pero por hoy ha terminado,
y mira al suelo, vacío, perdido,
como asombrado de no ver la sangre y los cadáveres.

SENCILLEZ INCOMPRENSIBLE

Frente a Galina siempre me sentía débil, enfermo y sucio;
era consciente de mi aspecto miserable,
de mis ropas de Auschwitz.
Ella tenía dieciocho, venía de Ucrania,
carecía de preocupaciones, ni sombra de ellas.
Todas las mañanas iba al baño,
lavaba sus ropas y cantaba como una alondra.
Los domingos paseaba con algún soldado,
nunca el mismo, por las murallas.
Una bella campesina, ingenua y pícara;
su confianza en la vida era un escudo invencible;
tan sencilla que, para mí,
resultaba imposible comprender.
Ella me miraba con una mezcla de repugnancia y compasión.

viernes, 9 de junio de 2017

UNA VICTORIA

Esa mujer pudo liberarse, decidir
su propia muerte.
Alguien logró acercarse
y le preguntó: "¿cómo te sentís?;
con su hojita de afeitar
le respondió: "yo ya estoy bien".
Un SS quiso evitarlo
y lo golpeó con su sangre.
Pateada, insultada,
ella, y para siempre, logró vencer.
LA ZONA GRIS

Las simplificaciones son un error,
siempre, y a veces monstruoso.
Esa tarde lo supe, lo vi:
detrás de una simple pelota,
mezclados entre sí,
corrían víctimas y victimarios.
Y juntos festejaban los goles,
y todos presenciábamos ese juego.
IRREGULARIDADES


Todos los de Buna conocían su mascota:
era el más joven de los prisioneros,
Su nombre era Kleine Kiepura,
y todo en él era irregular,
empezando por su presencia.
Apenas si tenía doce años,
aunque en el lager -era una regla-,
no ingresaban niños vivos.
Había crecido demasiado y mal,
el cuerpo achatado y corto,
unos brazos y piernas larguísimas,
una enorme mandíbula...
Nadie lo quería, era un traidor
bien comido y bien vestido.
En verdad, le temíamos, le huíamos.
Él ayudaba al Lager-Kapo, el peor,
el Kapo de todos los Kapos.
Hasta que sufrió una enfermedad,
y entonces vivió junto a nosotros y murió.

EL DOLOR DE LOS SUEÑOS

¿Acaso dolor se olvida en nuestros sueños?
¿Si aparece mi familia,mis amigos,
hasta el perrito de la infancia?
¿Por qué pasa estas preguntas inútiles?
el Lager desvanece las respuestas
ante pedazo viejo de pan
que se mastica lento, desesperado,
cuando ya se apagaron las luces.
Entonces es mejor es no hablar ni dormir,
solo esperar mañana a la revisión de los piojos.
DIOS EN EL LAGER

Poco a poco, en la oscuridad prevalece el silencio
y entonces, desde mi litera, se ve y se oye
al viejo Khun que reza, en voz alta,
aprieta la gorra con las manos sucias
y da gracias a Dios porque hoy no ha sido elegido.
Khun es un insensato: ¿Acaso no advierte
en la litera de al lado, a su derecha,
a Bepo el griego que tiene apenas veinte años
y mañana irá la gas y lo sabe,
y está acostado y mira fijamente al reflejo de la luna,
sin decir, sin pensar en nada?
¿No comprende Khun que sucede una abominación?
Ningún perdón, ninguna expiación ni la gracia,
las palabras no podrán remediar ésto, nunca.
Si yo fuese Dios, escupiría al suelo la oración de Khun.
LA SALVACIÓN

Elías ha sobrevivido a la destrucción del afuera
porque es físicamente indestructible.
Puede trabajar horas y horas sin cansarse,
y apenas se altera esa respiración tan profunda.
También ha resistido a la aniquilación interior,
simplemente, porque es un demente.
Elías, todos lo saben, prospera y triunfa en el Lager;
un buen trabajador, organizador, traicionero.
Por eso siempre está asegurado de las selecciones
y es respetado por los jefes y los compañeros.
Será que el único camino de la salvación,
su horizonte, conduce a la demencia y la brutalidad:
acá -¿solo acá?- es el modelo humano más idóneo.
Pero a veces dudo, no sé si Elías es un individuo feliz.

INSTINTOS

En el Block, desde el fondo llega una queja,
y otra voz, apenas viva, pide silencio.
Ayer alguien robó mi cuchara, la única.
O quizás se me cayó del bolsillo roto
y la perdí; poco importa la diferencia,
tengo hambre y cuando repartan el potaje
¿cómo voy a arreglarme para comer?
Tendré que imitar a los perros
y meter el hocico y la lengua en el cacharro.
¿Y dónde van a mandarme a trabajar hoy?
Al menos el instinto de la limpieza,
como la cuchara, ya ha desaparecido de mí.
Pronto se escuchará el grito del comienzo,
y vamos a arrastrar los pies antes de ver al sol.




jueves, 8 de junio de 2017


MÚSICA DE HUESOS

Una hora tras otra, la primera jornada ya casi llega a su fin.
Junto a la puerta, un banda empieza a tocar Rosamunda,
la famosa canción sentimental,
y, aunque piense y piense, no puedo entender,
En nosotros surge un amago de alivio,
una absurda sensación de bienestar, algo
que nos recuerda a nosotros mismos;
pero la banda ya empezó con una marcha
y aparecen los pelotones de nuestros compañeros...
Vienen en columnas de cinco,
su modo de andar es extraño, inhumano, roto,
como fantoches rígidos que solo tuviesen huesos.
No quiero ver lo que estoy viendo, tampoco entiendo.
Ahora sus pasos marcan escrupulosamente el tiempo de la música.
RITUALES

Mientras viva llevaré esta lacra tatuada,
mi brazo izquierdo es ajeno al cuerpo.
Nos han puesto en fila y, uno por uno,
siguiendo el orden alfabético, resignados,
hemos ido pasando y cumpliendo el rito.
Nadie se sorprendió, ya todo es posible.
Solo hábil funcionario nos ha bautizado,
así que desde ahora me llamo: 174517.

miércoles, 7 de junio de 2017

MERCANCÍAS HUMANAS

Los vagones eran doce, y nosotros seiscientos cincuenta;
en el mío solo éramos cuarenta y cinco.
Uno de los famosos trenes de guerra alemanes,
aquellos de los cuales,
tantas veces, habíamos oído hablar...
Vagones de mercancías,
cerrados desde el exterior,
y dentro hombres, mujeres, niños
en un viaje hacia lo más bajo, el fondo.
Esta vez, claro, era todo distinto: entre los otros estaba yo.


EXCRITURAS DE PRIMO LEVI

DATA DURA

Si apenas tenía veinticuatro años,
poco juicio,
menos experiencia,
un sentido moderado de la rebelión
-pajaritos en la cabeza-,
y caminando por el bosque
al fin me capturó la milicia fascista,
el 13 de noviembre de 1943.
No conocía la historia,
su cuerpo lacerado,
su pan duro;
pero eso ya casi no importa,
solo son datos:
pronto aprendí la doctrina del Lager.
EL SENTIDO

Es imposible saber
qué clase de grito es el mío.
Sin dudas es terrible,
un aullido;
pero algunas veces
me convierte en un niño.
Soledad pura,
hundido en la angustia,
estalla en una esperanza vil
o acaso en  una certeza
absoluta y absurda...
Sea cual fuere
su real significado,
mi grito debe perdurar,
apenas humano,
más allá de todo fin posible.
EXCRITURA DE LA MALDICIÓN


En la inmensidad del sol,
la acequia ya seca,
la pala y el machete,
la maldición de la tierra,
la muda resignación,
la lejanía del cielo,
la promesa del hambre,
la mirada en el vacío,
la  mujer y sus hijos;
nada evitará el castigo,
ni el sacrificio del horizonte.


LA IGLESIA DE LA VIDA

¿Por qué esas campanas, inciertas, dulces,
siempre lejanas,
dueñas del color del cielo,
aun sueñan en la mañana dominical?

¿Será que en el fondo del despiadado poder
hay un miedo vital y feliz,
aquel canto intacto,
el único poder verdadero de la vida?


AUGURIOS DE LOS 70

Ellos, aun durante algunos años,
no tienen precio.
Sus mejillas son frescas y tiernas,
¡están dispuestos!
Ellos se ofrecen a la vida,
todavía son la pasión.
Ay, queridos muchachos,
el último de los cantos civiles...
Pero no será su fe
-el amor humano-
la que al fin triunfe. No,
pronto será desdeñada por el mundo.
REALIDAD DESNUDA

Sé que nunca en mi irrefrenable pasión,
nunca, lo repito,
fui tan cadáver como ahora.

Miro mi cuerpo desnudo;
si real es la realidad,
la revolución ya no es más un sentimiento.
LA EXTINCIÓN 

Yo intento escribir
una poesía en forma de rosa,
aturdido por la hipocresía
por este orden moral,
tanta descolorida violencia
y las pestes en el aire.
Ante las risas de la burguesía,
el auténtico dolor es esta realidad,
Ya se fueron las golondrinas,
las banderas de los sueños,
la vitalidad de los gritos,
y hasta los muchachos
ahora aman al odio.
Solo comprendo una cosa:
la idea del hombre
está a punto de morir.
Así, deshojé otro poema inútil,
la rosa íntima del terror.

LO INEVITABLE

Por lo qué viví
no diría que sufrir es necesario;
apenas es lo inevitable.
EL DIOS MERCANCÍA


Todavía soy aquel hombre antiguo,
que ha leído a los clásicos,
ha recogido uvas en el viñedo,
ha visto salir y ponerse el sol;
y luego vivió en pequeñas ciudades,
entre pícaros, fabuladores y putas,
donde un caserío o una tapia
eran una verdadera obra de arte.
Pero no sé qué hacer con este mundo,
unificado por el neocapitalismo,
tan eficaz , tan veloz, tan falso,
solo creado con la violencia
por la necesidad de producir y consumir.
No puedo adorar a las Mercancías.
EL MITO

Solo tengo el mito de la mansedumbre
y la bondad,
y ése es el mito,
que tanto me gustaría realizar en la vida.

martes, 6 de junio de 2017

LA CONSCIENCIA

Nada se te parece,
eres el sueño de un cuerpo
puro y despreciado.
EL INFINITO

El río, el bosque, el prado y la viña
que protegieron nuestra infancia
y la de nuestras dulces madres
han quedado relegados al pasado,
como un nostalgia paralizada
o un sueño borroso e inmutable.
Por la noche, en los departamentos,
tan confortables, propios y ajenos,
aun sentimos el temblor del tiempo
y todos aquellos años y sus voces,
y así podemos imaginar el sepulcro
en nuestros lugares queridos, infinitos.
BENDICIONES

Aquella tarde los conejos se quedaron sin hierba,
¿La oscuridad del prado
y sus pecados desaparecieron?
Ni siquiera el establo, el vuelo del murciélago.

El muchacho que hablaba con las golondrinas
murió, o se quedó mudo.
Ninguna violeta, ningún aliso.
Pronto también se irán los labios de mi madre.

A pesar de que ha cambiado, irreversible, todo;
todavía me veo joven y pobre
y solo amo a aquellos como yo.
Los burgueses tienen una maldición en el cuerpo.

ADIÓS DEL POETA Y CIUDADANO

El neocapitalismo ha vencido, y aquí estoy,
en una esquina,
como poeta y ciudadano.
He insistido hasta demasiado, tan inútil,
en el gusano de mis dolores,
alzando su cabecita y debatiéndose
con repugnante ingenuidad.
Igual a los partisanos, esa única fe,
pero ya muertos antes del 45;
y lo sé, ha vencido el necapitalismo,
y no estoy aquí.
Poco a poco empezaré a descomponerme
en la luz lacerante del mar,
poeta y ciudadano sumido en el mismo olvido.
¿HISTORIA?


En el principio, el dolor.
Y aquí está,
con el viejo Pasolini,
vacío de sí,
cansado, degradado,
junto a sus plantas,
su madre,
Ya no más poesía
en el neocapitalismo:
la visión ciega en el final.
HAMBRE VITAL

A veces, dentro de nosotros, hay alguna cosa,
algo, digo, inefable; quizás lo oscuro
donde luminosa aparece la vida.
Sé que para mí, no verlo es la esperanza.
Mejor perderme en el afuera,
olvidar, dejarme llevar por mis ojos.
Ya la primavera trae su manto de hierba
y la atonía de los otros sentidos;
una antigua ruina, el sueño de un arco
o de una bóveda romana o románica,
en un prado donde burbujea el sol,
un calor tan calmo como el mar.
Pero el Apocalipsis revienta la consciencia,
su consuelo falso en la lenta agonía.
Y no quiero estar solo, lejos, derrotado.
Tengo un hambre infinita de amor,
ese único amor del cuerpo oculto en las almas.


LA CONDENA

De un día para otro, y cada día más
convertido en un peregrino
de una fe en la que ya no creo;
un valor que destruye todo valor,
que es apenas otra mercancía
Un figura que acepta su deber,
maravillosa adulación del mundo;
y lo único que manifiesta es la fuerza,
la fuerza de los condenados a la derrota

lunes, 5 de junio de 2017

CUERPO DE LA SOLEDAD.


Siempre el sexo es otra escusa.
Por muchos que sean los encuentros,
hasta en el dulcísimo otoño,
por calles abandonadas,
plenos en el deseo,
no son más que momentos de soledad;
apenas un pretexto inútil,
y cuanto más cálido es el cuerpo
que mancha de semen y chau, 
más frío y real es el desierto amado,
el que llena de triste alegría,
como un viento,muy antiguo
que pasa y ni siquiera descubre la piel,
solo el simulacro de un milagro.

INSPIRACIÓN CORPORAL

¿Quién es la persona que ahora escribe: yo?
No lo sé muy bien.
En todo caso,
solo es el dictado de quién sabe qué instintos.
MARGINALES

Una sencilla alegría flota sobre la desesperación.
Mis palabras se amontona en el pecho
con el íntimo temor de estar equivocadas.
¿Anhelando o lamentando la perdida fraternidad?
Nada se puede objetar; todo es histórico.
Yo camino las calles marginales de los barrios
que ya están vacías, y solo escucho a los adioses.

UNA PLEGARIA

El viejo compañero Horacio se te parecía punto por punto.
Era puro como un ángel pero no era un niño bien.
Era infeliz,  y aun tenía esperanza,
Querido Dios,
la idea del poder no existiría sin la idea del mañana,
la consciencia no tendría justificaciones;
te lo suplico,
haznos vivir como las aves del cielo y los lirios del campo.
POÉTICA POLÍTICA

El peor reaccionario es quien es claro,
con sus comas precisas,
su limpieza verbal,
sus vacías preguntas retóricas.
Al igual que las estructuras,
sólidas, sin vacilaciones
Y entre la contigüidad
entre cada palabra,
deja escapar un suspiro,
ese alivio falso y respetable.
Claro que a veces la moda
se impone y cambia:
y larga versos sin sentido
o especula con una grosería.
El debe vender sus productos,
 a sus lectores o clientes,
nunca se anima a molestar....
Jamás puede excederse
o inclinarse a oler su mierda...
su obra tiene la solvencia de los bancos.





RAZONES

El diablo nos tentaba, éramos muchachos.
Los mártires eran cómodos.
El sacrificio era una buena razón.
Ahora ya somos los viejos.
Apenas hay esperanza, solo queda sobrevivir.
Nos han defraudado todos:
el que tiene razón y el que no la tiene...
Somos impotentes, acaso ilusiones.
Y los muchachos ya son el odio.
Pero las palabras aun valen algo, su violencia.
BIOGRAFEMA DE PASOLINI

EL DESEO

De esta vida soy insaciable.
Una cosa única
jamás puede agotarse, nunca.
26

Amar es vida y vida inmortalidad,
una imitación de luz

Las mariposas salen al mediodía
y bailan colores

El azul del cielo olvida la angustia
y pide el paraíso.

El alma abre su momento de fuga
y se balancea en el aire.

No estar despiertos nos haría daño
y entonces soñamos.

Hoy el mundo sucede tan agradable,
lo siento por los muertos.



domingo, 4 de junio de 2017

25

Los condenados contemplan el alba
con diferente gozo.

Me digo que la tierra es muy pequeña
y tanta la angustia.

Dichosos aquellos a quien la pradera
solo les trae una elegía.

Las hojas endebles son testigos mudos
y así morimos.

Pero las formas descubren estas manos
y me posee esa música.

Los condenados contemplan la noche
en mi última mirada.
24

Ven lentamente, Edén;

Ebria del aire
y rocio,

Abiertas
todas las ventanas.

Caen diademas
y luz.

Al fin
las sábanas en azul.

Ese aliento del leopardo.

23

La diferencia es tan grande,
excepto al morir.

Esa luz sobre nuestra mente,
su agua infinita.

A pesar de Adán y la pecado,
cualquiera puede volver.

Bajo la sombra de un árbol,
abierto al alrededor.

Incluso en la noche oscura,
ahí están las estrellas.

Y al ver el mundo en tus ojos.
el alma es el paraíso.
22

Toda mi vida
sin admitir esa herida
que se abría al sol.

Tan perfecta en el árbol,
austero y antiguo,
ahora ya se cierra, suave.

Mi palabra muerta;
pero yo digo:
recién empieza a vivir.
21

Jamás podrá comprender la ciencia
esa luz solitaria en el campo.

Tú solo espera en el césped;
abierto, mira al árbol más lejano.

Pronto escucharás su verdadera voz
y luego avanzará el horizonte.
20

Aquellos que transitan el tiempo de la tumba,
aquellos que recién empiezan hoy;
y que todas las tierras y los mares
ya son incapaces de contener...
Por encima de la luz, muy por encima,
más allá de las conjeturas pueden galopar.
o flotar invisibles entre flores y árboles,
y con dulzura acariciar a mi piel.
Si consigo ver el rostro de los átomos,
¡cuánto más la presencia de la criaturas muertas!
19

Tan lejos de cualquier Dios,
de la palabra,
del mundo
y del tiempo.

Tan cerca en tu presencia,
las mariposas,
la brisa,
los resplandores de mi jardín.
18

Nadie es culpable de nada.
Una pequeña sanguijuela
o un soplo en el corazón
apenas cuentan, son detalles.
Pero es tan poderoso,
el secreto o la amenaza,
y las razones inútiles:
el ser incapaz de morir, todo.
17

Cada uno es su tierra
y su mar.
El partir, la presencia.
16

Al despertar veo a esa flor.
¿Por qué,
Señor, el amor se tan dulce?
15

Esta eternidad es cruel,
un lamento.

Allá estás vos;
yo, aquí.

Y siempre
la puerta cerrada..

La vida
sin hallar esa única llave.
14

Para los hombres
demasiado,

y poco
para Dios.

Hecha de ahoras,
siempre:

a nadie
pertenece la Creación.

sábado, 3 de junio de 2017

13

El partir es todo lo que sabemos del cielo.
Aun queda por ver, lo sé,
si me desvela la inmortalidad.
¿Si todas la penas que voy a tener,
solo sobrevinieran hoy, ahora?
Ese secreto es demasiado grande
y nunca, nadie, podrá asomar su nariz
y las sombras nunca cuentan nada.
Tan inmenso es, único.
tan imposible siquiera de concebir.
El desconsuelo desconoce la gracia:
partir... todo lo que conocemos es el infierno.

12

Si me dijeran que podría tener el cielo,
diría que mi corazón está roto.

En los caminos amarillos de la mañana,
las huellas de otros pasos.

Yo solo miro con los ojos más rápidos,
y después salto el viejo muro.

Así, como quien está en peligro,
me pierdo feliz con las tristes mariposas.,

11

Ten compasión de mí,
belleza,
ya solo veo a la muerte.
10

Mi capullo se abre en el aire,
la actitud de volar.

El deber del sol es escaso,
¿soy yo y la nada?

Apenas invisible la brisa,
siempre tan lejos.

Todo alrededor es bosque,
sombras mudas.

Entre la vida de las formas
y la simple vida.

Ya se cierra mi capullo:
La mente es un preso poderoso,

9

A veces, por las tardes
Dios les permite jugar a los ángeles.
Flameando en oro
hasta extinguirse en más púrpura.

Me encontré a uno,
justo en el recreo del colegio.
Una manzana en el árbol
y la brisa suave y alrededor el cielo.

¿Canté demasiado alto?
Igual me sobrepasaban los pájaros.
Pero miré en el adentro
y vi una herida profunda, sin sangre
8

Apenas somos una flor;
perdónanos,
si queremos acercarnos a Ti.
7


Me vi tan inmóvil
y me pregunté qué hacia allí.
Solté una risa
que sonó como el océano.

Pero no me atreví,
otra vez la puerta, su sombra.
Ay, persiste el pasado,
entre la cortina y la pared.

Y la mariposa
afuera, en la su luz de la tarde.
la libertad del temor.
Huí, jadeante, de la casa.
6

Dicen que no duele
morir.
Solo es un desmayo
y el luego.

5

Esa música ilimitada como todo el espacio,
como el arroyo que se entrega al arroyo.

Un éxtasis independiente de los dioses,
colmado, que también desborda a los hombres.

Cualquier instante controla el mundo,
el destino apenas es el comienzo del rocío.

Las gotas de lluvia olvidan la angustia,
y la brisa, revuelo en los árboles, y una rosa.

Su Voz en mi bosque abre las plegarias,
solo una distancia que se inclina hacia el cielo.

Demasiado feliz en esta suerte de gorrión,
su dedo dorado pide silencio sobre mis labios.


viernes, 2 de junio de 2017

4

Ese carruaje nos llevaba tan solo a nosotros
y a la inmortalidad.

Pasamos por la puerta de una vieja iglesia,
su puerta cerrada.

Pasamos un río, desde la mirada del puente
vi la furia de las aguas.

Pasamos, aun puedo recordar ese instante,
el aire del ocaso.

El rocío ya caía, alrededor, trémulo y frío,
¿todavía es real?

Un caballo salvaje apareció en el camino,
sus ojos más que negros.

La luna apenas si se distinguía, sin brillar...
acaso nos vigilaba.

Nos detuvimos en esa casa parecida a un árbol,
con ramas y sombras.

Desde entonces transcurrieron muchos siglos,
o solo unos pocos días.
3

Sé que hay otro firmamento,
sereno y hermoso.
¡Te lo ruego!,
por favor entra en mi jardín.
2

Si pudiera ser una flor, esperaría tu momento.
Y marchitarme al mirarte.
O la espía más agónica,
atrapada en tus sueños, sin despertar.
Pero este deseo es mudo,
solo pasa y olvida.
Ni siquiera, lejos, un horizonte.
El tiempo nunca ha aliviado el dolor,
como si se dividiese el mar
y mostrase la espuma en un mar aun más lejano.

EXCRITURAS DE EMILY DICKINSON

1

El estar vivo es poder.
Es omnipotencia.

Eso es el cielo,
la verdad

Ser condición de finitud.
¡Y desearlo!

jueves, 1 de junio de 2017

30

Siempre volviendo a lo mismo, siempre.
A las primaveras de lluvias pasajeras
desde tinglados, rotos, junto al río,
los resplandores mínimos del agua,
llamadas de una imaginación sin origen.
Algunos sueños escondidos en las olas,
y las palabras vueltas al revés, plegarias,
ante el descuido de un poco de cielo,
demasiado cerrado, oscuro, apenas
un lucecita más allá de las memorias.
Sin saberlo, solo éramos esas tardes
que acaso no recuperarán nuestros pasos.
29

¿Cuál será tamaño del árbol,
si ya no cabe en las miradas?
28

Estas callecitas
ya estuvieron en algún cielo.

Su recuerdo,
ahora, empieza a suceder.

Al sentarme,
la plaza me contempla.

Tanta quietud,
y el oráculo de las rosas.

Sin palabras,
al fin sentirse en confidencia.

27

Otra vez ahí, sentado, en el hombre
ya puede reconocerse anochecer.
Leerse en él,
su pobre borrador.
¿Alguien casi del todo inventado?
El hombre solo al borde del poema.
26

El hombre que conoce el río, sus costas cenagosas
como en un falso sueño,
el rumor de los mismos lugares,
de nochecitas por arbolar.
Hombre a quien cuida solo la oscuridad,
que dirige palabras al este;
la memoria de la única vuelta
y el deseo de una claridad que no encontrará a nadie.



25

Algo, alguien, su tesoro oculto.
Un lugar para el aire,
apenas un vara de nardo.
La queja gregoriana sin orillas,
y ondula el pasado del maizal.
Lenta, ya se diluye la casa,
la senda que aun regresa sola.
Estas ganas del silencio,
pero se canta, solo suspiros
en las paredes del templo.
Son las voces de otro canto
en busca de notas que se amen.
24

Esa campana,
el lugar para el irte.

Ese aroma,
tu casa, el río.

Al sol,
ningún pasadizo.

Palabras,
solos somos tan poco.
23

Sus pasos solos por lo solo,
más allá de cualquier asombro.

Excéntrico de ciudad,
mariposa ciega en lo oscuro..

Apenas una música,
muda, rota en las sombras.

Desazón, un engaño
dirigido a las últimas nubes.

En la intimidad,
la ausencia de los maizales.

Una fotografía
que no alude a nada, nadie.

Ya sin ninguna luz,
y el agua de los ríos secos

Los pasos sin él, se alejan,
el pasado ya se olvidó su pasado.


22

¿Antes de nosotros cuántos nacieron, cuántos murieron?
Al rocío salíamos temprano con los perros,
lentamente pasábamos del fuego a las palabras.
Nos demorábamos para recoger la luz última,
el viento lineal por su aire siempre redondo.
Salía ese fresquito de los ríos y el horizonte
y abríamos el libro de las figuras del canto, alas.
En el pasado éramos dos más que sombras,
esa rutina natural de los cuerpos bajo el cielo.
Hemos caminado, pero ¿hacia dónde vas ahora, vamos?