LA LENTITUD DE LOS LIMONES
Aun demasiado verdes, los tímidos limones,
alertas, esperan la llegada del tiempo.
Igual es muy agradable verlos,
y acariciar esa dureza viva en su piel.
Pobrecitos, todavía no comprenden
las rígidas reglas de este mundo.
Su velocidad sin límite, ¡ya!
la falsa necesidad inmediata del goce.
O tal vez sí, y se resisten,
ellos saben que brillarán amarillos, puros de sol.
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