EXCRITURA DE TUÑÓN
Aquella cerveza del inolvidable compañero Schiltigheim,
rubia, tan fresca como el mar o los besos.
Lejos, al amparo de unas palmeras,
en el único paisaje abierto a las emociones.
Esa inmensidad de la vida tan pequeña,
apenas una línea o un verso ya puro en horizonte.
Y los soles de colores, islas, la suavidad
solidaria y solitaria que evoca este cigarrillo.
Claro que no me pertenecen estos recuerdos,
pero poco importa, sé que siempre es necesario irse y volver.
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