Si no es mía,
¿de quién es esta prisión?

A los quince días
ya empezó a sonar el teléfono.
Nadie podía atender.

Despertó, lejos, en la oscuridad;
al rato, en la mesa de luz,
descubrió una pastilla,
cualquiera, así pudo cerrar los ojos.

Solo camina por las veredas sucias y rotas,
ya abandonadas,
casi ocultas.
No es un capricho,
sus pasos necesitan sentir que aun son reales

Durante largas horas mira solo la ruta:
autos, colectivos, camiones...
No sabe hacia dónde van
y él siente un alivio: olvida su destino

Algún día podrá hablar con la locura
y su razón comprenderá a esa magnolia

El documento dice que yo soy argentino,
pero miente,¿qué puede saber?:
yo nací junto al mediterráneo,
entre gitanos, guitarras, mucho vino y sol.

Ella limpia la mugre de los baños
todos las mañanas;
no siente más asco,
su weltanschauung es un inodoro.

Este monoambiente
también puede ser un laberinto;
acaso el peor de todos.

Quizás tanto azul sea la muerte,
piensa el refugiado
y sube al bote
junto a la luz lejana de la luna.

No hay caso, hoy me di por vencido.
En ningún lugar venden un poco de alegría.
¿Será las empresas nos quieren tristes?

Todos esperan la llegada del colectivo:
cansados, rotos, tristes, vencidos...
¿Todos esperan la llegada del colectivo?

Una nueva botella vacía;
mira su vaso inútil
y decide beberse la vida.

No podía morder esa manzana:
era perfecta.

Ya solo miraba fijo, sin ver, al cigarrillo en el cenicero,
el humo sin respuestas,
esos hilos rotos hasta el cielo raso.
Todo lo demás apenas era un simple decorado de la nada

No volverá ese cuerpo,
nunca.
Él abraza a la almohada.

Con todas las persianas bajas
ya no podrá salir el sol.
Adentro, la oscuridad,
solo es la agonía del tiempo.

EXCRITURAS BREVES

Ayer se suicidó otra palabra,
ya quedan pocas.

A CHARLY GARCÍA

¿El mundo es un maldito patio de prisión?

A FRIEDRICH NIETZSCHE

¿Es verdad que hoy se adora el evangelio de la tortura?

A EDGAR BAYLEY

¿Si mirás mejor las sombras,
las aguas volverán a su cauce?

A E.E. CUMMINGS

¿Elamor toda
víaes
unesta
ción máspro
funda
que larazón?

A ALBERTO GIRRI

Aquella pupila,
que no me dejó solo,
que me da su perdón,
¿aun está allí?

A CARLOS SANDBURG

¿Todavía  hay en este mundo
un océano y un cielo de mañanas?

A GIRONDO

Tataconco,
¿soy yo sin vos?

A COLERIGE

¿Hemos aprendido aquella sabiduría diferente?
¿La lluvia primaveral alegra la tierra?
¿En alguna rama la brisa mece una flor?
¿El eterno ruiseñor aun tiene deseos de cantar?

A SAN JUAN DE LA CRUZ

En las cavernas del sentido,
¿tus versos dan calor y luz?

A GREGORY CORSO

¿Los perros aullaron
cuando asesinaron a la bondad?

A NERUDA

Si habla y está presente,
¿ya no te gusta esa mujer?

A JUANA BIGNOZZI

Si aun estamos juntas,
¿abrir una lata de sardinas
no aporta nada
a la historia de la revolución?

A ALVARO MUTIS

¿El grito del Gran Mono
ya se desvanecerá en el olvido?

A LEROI JONES

¿Rezan los prisioneros
para volver a ser hombres?
Cuando ya todo es silencio,
¿suplican a las piedras?

A CARLOS MARX

A ver, barbudo, aclarame esta cuestión:
¿la religión es el opio de los pueblos
o es el llanto de las criaturas oprimidas?

A JOHN DONNE

¿Los misterios del amor
crecen...
en las almas o en el cuerpo?

A FRANCISCO URONDO

Después de lo tanta muerte, dígame la pura verdad,
¿todavía piensa que la vida es lo mejor que conoce?

A NICANOR PARRA

¿Todavía la poesía alcanza para todos?

A EMILY DICKINSON

¿Cuándo llega esa luz,
nos mira la muerte?

A DESCARTES

Si sueño, ¿también existo?

A HOLDERLIN

¿Todas aquellas almas brutales,
que son prisioneras
de la incesante discordia,
en estos tiempos, son desdichadas?

EXCRITURA DE ALGUNAS PREGUNTAS

 A QUEVEDO

¿Aquel fuego de tus venas
aun es polvo enamorado?

15

Esta niebla más la niebla más el dolor
y alrededor otra capa de niebla.
Creo que aun soy un hombre
que exige una dudosa eternidad;
con dolores en la columna,
ya cansado de buscar el cielo.
Pero a veces confío en algo,
una lengua que ilumina palabras
desde un firmamento íntimo,
y desde ahí abajo desde cual nacer,
otra o primera vez en la vida,
hacia eso que llamamos, creo, una tierra.

14

El humo del cigarrillo nubla por un momento mi visión;
el tiempo en la piel de un jaguar,
la escritura en el pétalo,
otro sentido en algún sentido;
apenas puedo descifrar el pulso,
un dejarse ir sin dónde;
alzo mi mano para verla rasar la luz,
una tranquila disgregación se desvanece en signos extraños

13

A veces, ellos también mataban a los caballos;
sin ninguna razón,
salvo la furia.
Mataban a la llanura del viento,
la inmensidad de la luz,
esos árboles azules,
el andar libre del horizonte...
Ellos querían matar la esperanza de la belleza.

12

¿Alguna vez sabré de dónde viene lo que digo?
La noche ha reducido los árboles,
no hay voces en la oscuridad,
apenas palpitan las estrellas
que son las señales visibles,
lejanas, del siempre misterio.
Desde el afuera ya es el adentro,
una ventana de incertidumbre;.
así regresa el temblor del mito,
delante de mis ojos, se desvanecen,
¿el poema debe resolver la ecuación del origen?

11

En cualquier detalle, cualquiera, un relato.
No hay otra manera de ver,
la realidad es una trama;
a veces, agradable, otras brutal,
pero minuciosa y muy tramposa..
Inútil la demostración
o una explicación filosófica.
En ese cenicero roto
o en la pava de todos los días;
claro que no son objetos,
si los acarician las palabras.
Quizás conviene ir a la costanera
y mirar al río, él imagina todas las historias.

10

Sé que la ciudad nos come vivos, siempre.
Miro por la ventana:
mi madre, mi padre, mis hijos...
fantasmas, en la rue Grenete.
También te veo a vos
y entonces se desvanece el poema..
Solo están los árboles
que sospechan la llegada del otoño,
sus hojas en las veredas.
Pero aun no aceptó el afuera,
apenas pellejos frios es mi cuerpo.
En este instante una anciana azul cruza la calle.

9

Puedo, si lo deseo, mover mis piernas;
solo que no sé
a dónde ir.
El único lugar real es el pasado,
sus remordimiento
y las penas.
Mientra estoy parado en un punto,
las huellas lejanas
y tan frías..
Mis raíces, falsas, son el tiempo muerto.

8

Si pudiera escribir que la naturaleza,
silenciosa, no te olvidó,
que siempre vuelve su gracia,
que esta mañana te sonríe;
no alteraría estas lágrimas secas,
la distancia sin consuelo,
la pena de la propia ausencia,
estas flores que ya son mis manos.

7

Yo también caí en la maldita rebeldía,
las clásicas rosas maltrechas,
sus pétalos libress
que son nada.
Después descubrí que había otro sol,
aguas oscuras,
un libro seco
y ese juego,
estúpido, caprichoso,
¡patético?, del pequeño burgués.
Nada quedó de eos placeres solitarios.

6

No nos dejés, vida, que perdure el andar del camino.
Nuestro paso es tan fugaz,
apenas un estornudo;
y para colmo...
el tiempo es sordo...
Mañanas, atardeceres, noches,.
sin ninguna respuesta..
A veces el amor,
otras el odio.
Y ver crecer los árboles,
y perderse al mirar el cielo.
Nunca nada definitivo,
y el olvido ante cualquier distracción..
Somos instantes sin raíz,
una ventana abierta para la brisa.
No nos dejés, vida, ayudanos a conquistar la eternidad.

5

Lo que se mira, se nombra:
una llanura,
un caballo,
algunos árboles,
el horizonte
y el cielo;
lo que se ve, son los latidos.

4

Poco a poco, uno se acostumbra a la belleza
y también al espanto.
A la gratuidad de la luna,
a las vidrieras vacía,
a la melancolía de Sabe
o la rebelión de Artaud.
No se puede hacer casi nada,
quizás solo ver en una flor a un hombre libre.

3

Cuando ya crees no ser
nadie ni nada,
oyes la otra voz,
el nacimiento del poema.

2

Nunca dejés que ella te vea
en el alba desnuda,
en la sombra del ciprés,
en el espejo descuidado,
en tus huellas secas,
en el rincón de un recuerdo,
hasta en la luz más pura
te aguarda, paciente, la muerte.

EXCRITURAS DE JUAN JÓSE SAER

1

Salvo los pájaros, sus voces acariciada por la brisa,
nadie está exento de su tiranía,
sus caprichos y mandatos,
y también sus dulces engaños.
Ella elije el calor o el frío,
conoce a nuestros secretos,
nos delata en cualquier instante..
Ay, somos la inevitable ilusión que nos crea la lengua.

16

Ya terminó la brutal batalla del espíritu;
mis últimas ilusiones huyen,
suspiros sin dientes.
Otra vez los blancos desembarcan,
rendirse a la humillación.
Maldito el cielo,
el sol: cualquier horizonte.,
Nada de cánticos,
apenas un árbol de espanto;
derrotado, vuelvo perdido al otro infierno.

15

La vida en las aventuras de los libros infantiles, ya ignoramos su felicidad.
Ahora estamos en el fondo del fondo del mundo,
olvidamos las miradas humanas,
somos rebaños de mierda;
ya no fantasmas ni espectros,
los bosques han asesinado a sus pájaros y árboles
nuestra magia es convertirnos en huesos
y sin cesar crece la pena, nos devora desesperada el hambre de una nueva vida.

14

En mangas de camisas, ya están cansados a la mañana,
los trabajadores van a perder sus rostros
y resignarse a olvidar el cielo.;
así que es inútil levantar la cabeza,
son máquinas entre las máquinas.
Pero cerca, vos lo escribiste-, pasa el Río,
tan real como el de Heráclito.
Han pasado las horas interminables,
la condena diaria para conseguir el pan.
Pronto terminará otra jornada:
Dios, ten piedad, regala a los trabajadores el agua de la vida.

13

Solo es posible rezar
ante el abismo;
mirar el fondo
y la oscuridad de Dios.

12

Sobre el mar, que es el amor,
me abro a las aguas del cielo
y cierro los ojos al mundo
para lavarme las inmundicias,
y vi elevarse la cruz del consuelo...
Ya desaparecía la tormenta
una señal sin lenguaje
y la revelación infinita,
entre la lluvia asomaba el sol.
Ay, fui condenado al Arco Iris.

11

Sé que todavía está ausente la vida verdadera;
este mundo es un desierto.
Necesito que algo me golpee,
que condenen a la vírgenes,
que el lodo inunde las ciudades,
que torturen a los árboles,
que estallen miles de bombas,
que la rabia rebele a los prisioneros,
que mueren todos los ángeles.
Quizás sea la única manera de aprender a respirar.

10

Pedías ¿desesperado? que venga
la hora del tiempo
que enamora.

Pero llegó la sed de la maldad,
las moscas mugrientas
en los sueños.

Ya ni los dioses adoran al sol,
el camino de la luna
hacia el infinito.

Pedías durante tu luz juvenil,
pasaron tantos años
y yo estoy viejo:


Que venga, suplico desesperado,
ese milagro que libera a la vida.

9

Solo querías reinventar el amor,
volverte loco
y ser feliz.

Pero la crueldad es encantadora,
tan humana,
y desapareciste.

8

Primero traficante de belleza,
luego traficante de armas:
sí, fuiste absolutamente moderno

7

Todas las vidas están usadas,
yo tengo un deber
y aun prefiero el hospital.

No le temo a la muerte,
solo me interesan
los cadáveres de los rebeldes.

6

Para un vida nueva era necesaria la poesía,
que no se descuidara ningún detalle.
No solo imágenes de la luna,
el calor divino de otra piel,
ni las borracheras en la playa
y olvidar a los viejos principios.
Pero hoy ya no importan las vocales,
solo se puede ver el color de los gemidos.

5

Yo sé que vos te quejabas:
"¿a quién me alquilo?"
Y te sobraba razón,
un verso era inútil.
Pero eras afortunado,
ahora todo empeoró,
y la poesía pregunta.
¿a quién me vendo?
Aunque la mayoría,
con suerte, apenas se regala.

4

Cuando decidiste irte...viniste.
Claro que lo sabías,
nunca lo callaste,
ante ese infierno,
buscabas el alma.
Siempre fuiste nuestro, los otros.

3

Los recuerdos inmundos nunca se borran,
¿puedo decir que conseguí la victoria?
Los amigos de la muerte,
el odio de todas las clases,
esos harapos podridos,
los amores que me crucificaron;
pero a veces veo el cielo sin fin,
los hermanos de la libertad.
el perdón por tantas mentiras,
la justicia en los sueños de oro,
el navío que agita banderas hacia el  mañana.

2

Somos prisioneros de la razón,
la salvación no importa,
tampoco la libertad.
Ahora todo tiene un precio,
lástima que no vale nada.
La farsa de esta vida,
ya olvidó a sus actores,
sin el yo no encuentran a su otro.

EXCRITURAS DE RIMBAUD

1

Ay, pobrecito el poeta maldito,
fracasó;
ya nadie escupe a la belleza.

Ahora todos van al shopping,
pasean;
las vidrieras atrapan sus sueños.

EXCRITURA DE LA RECAÍDA.


Otra vez lo mismo y peor,
remordimientos,
dolores,
ese juego patético.
Ni siquiera
la valentía del derrotado,
el cenicero,
los puchos y la ceniza
y punto, basta.
Ya no sirven las excusas,
las pastillas,
el terror ante el espejo,
ninguna metáfora.
En la mesa el vaso triste,
las botellas,
papeles rotos,
el adiós de tantas cosas,
tu cuerpo...
Solo lo peor, lo mismo,
inútil la tristeza,
apenas la resaca,
y el fracaso de otra poesía..

EXCRITURA DE WILLIAM CARLOS WILLIAMS

Cada día debería ser un canto.
Todo está en la voz,
sin ningún fundamento, único.

10

La noche ya no engendrará a mi corazón,
ni el viento
tus cabellos de nieve;
miro lo oscuro
y me rompo en palabras;
robamos estrellas, la liberación de la luna.

9

Ante la razón inútil de las noches,
sus temores, cortaré mis manos.

A pesar de la pala muda,
las suplicas del olvido:

Yo tocaré el violín de tu pelo
para cavar nuestra fosa en el aire.

8

No busques ni en el ojo de la lágrima,
ya estás afuera del tiempo,
perdido en el corazón del bosque,
pero insiste la piel de esa estrella;
inútil, cada latido es ciego,
solo queda la piel fría en el manantial.

7

El ojo de ella abrió la muerte,
su veneno sin verde.

Una rama en la niebla,
el muro de una canción.

No vendrá el verdugo,
los gritos sueñan un patíbulo.

6

Quizás el tú es una gran arboleda,
siempre inquieta,
abierta al sol,
a la inmensidad;
ese amparo,
verde en el temores,
o apenas un hoja
para reconocer la piel.
cuando el yo descubre su sombra.

5

La oscuridad me cortó las manos.
Dios me ordenó beber
a esa sangre sin estrellas,
el frío del desamparo,
las sábanas desnudas,
¿acaso era el morir,
el adiós de la condena?,
y ya no veía nada...
mi alrededor era ciego.
Así descubrí la eternidad, tus ojos.

4

¿Cuándo seremos verdes como la fronda?
Aquí solo se teme,
la melancolía está viva.
Ante los espejos
se ocultan los rostros.
Si centellea algo,
crece nuestro dolor.
Aquí nadie escucha,
la canción es el olvido.
Los corazones miran las sombras,
el tiempo negro que borra a las arboledas..

3

Los chalecos de la locura
lanzan los corazones al cielo;
así responden a la llamada.

2

El soplo nos llega desde el bosque
y besa al tiempo en la boca.

Una palabra acaricia la luna,
ante la mirada sin luz.

El péndulo de los amores tiembla,
entre el siempre y el nunca.

EXCRITURAS DE PAUL CELAN  

1

Cuenta lo que es amargo y te mantiene en vela,
el rocío que una vez imaginaste
y resbalaste lejos de tu alma.
A nadie le llegó al corazón
las campanas de tu melena de luz.
Pero mi silencio escucho a tu silencio
junto a la noche de los adioses.
Hazme amargo, cuéntame la historia de otra vida.

EXCRITURA PERONISTA DE COUNTEE CULLEN


De vacaciones por la asombrosa Capital Federal,
desbordado por la alegría,
recorría las calles, las increíbles avenidas.
En una esquina vi a un porteño
que me miraba fijamente, muy serio.

Yo tenía ocho años, un tucumanito ingenuo,
y él no era ni una pizca más grande que yo.
Entonces le sonreí; pero él me sacó, lentamente,
la lengua y me dijo: "Cabecita negra".

Después conocí a toda la Capital,
desde enero hasta fines de febrero.
y anduve por muchos lugares, innumerables.
Pero de tantas cosas que me sucedieron,
solo recuerdo ese momento, nadie olvida la humillación..

EXCRITURA DE MARIANA MOORE


Supongo que en mi caso la frase suena el revés:
la gracia es la incomprensión del estilo;
y por ese motivo no pude,
aunque me encantan los caracoles,
dedicarles un solo verso.
Quizás será por lo que pasa en mi país
que lo único que puedo ver
en todas las paredes,
es esa baba endemoniada y banal,
tan repugnante, el rastro macabro de las babosas.

EXCRITURA DE LAS BASURAS

No logra hacerle el nudo a la bolsa de basura;
sin dudas juntó demasiada
y se resbalan los bordes de plástico.
Claro que podría buscar otra,
pero por un motivo, ¿orgullo?, se resiste..
Después de varios intentos, inútiles,
a pesar de todo su ingenio;
al fin se da por vencido,
la bolsa queda abierta en su living.
Pero nadie le da importancia,
ni su mujer ni sus hijos.
Durante unos instantes, lejano, la mira,
empieza a percibir sus olores.
Le cuesta quitarse la mugre de los dedos
y se desespera, lo inquieta un pensamiento.
Ya sabe que le preocupa, lo mismo le pasa al mundo.

EXCRITURA DE RYSZARD KAPUSCINSKY


No es una fantasía macabra, es la URSS, Winnicasa.
Cuando terminaron con la masacre,
sobre muchas de las tumbas,
construyeron varias pistas de baile
y, para olvidar lo olvidado,
un largo túnel de risas...
Nunca logró escapar de esa anécdota,
aunque escribió miles,
la mayoría espantosas e inhumanas.
Muchas veces lo pensaba en secreto:
¿su denuncia pública no seria parte de ese plan criminal?

EXCRITURA DE PIER PAOLO PASOLINI

Reclaman por el respeto de los derechos civiles,
por una plantita de marihuana,
por los despidos,
por el aborto libre y gratuito,
por las tarifas,
por la inseguridad,
por la educación,
por el aumento de las jubilaciones,
por el consumo,
por el derecho al trabajo;
en síntesis,
reclaman por un presupuesto digno,
un justo mundo burgués...
pero ¿alguien reclama por el valor sagrado de la vida?

EXCRITURA DE LOS BOLSILLOS MÁGICOS


Uno de los pocos milagros de esta vida:
volver a ponerse, apurado,
un pantalón al azar,
sin ningún motivo,
solo para salir por salir,
ajustarse el cinturón,
meter la mano en el bolsillo
y encontrar, sorprendido, algunos billetes.

EXCRITURA DE SALVATORE QUASIMODO

A lo mejor vos podés tener una respuesta,
tanta es nuestra oscuridad,
tanto es el desconsuelo,
apenas es una preguntita,
decime querido Salvatore:
¿por qué no me traspasa ni un rayo de sol?

EXCRITURA DE PEDRO AZNAR


Mi canto no atraviesa el azul,
ni siquiera una señal.

¿Donde está vos, dónde estoy yo?

Mi canto encadena mi alma,
y se ahoga en el agua.

¿Dónde estás vos, dónde estoy yo?

Mi canto tiembla su sombra,
apenas es llanto.

¿Dónde estás vos, dónde estoy yo?

Mi canto es mudo y ciego,
y olvidó al viento.

¿Dónde estás vos, dónde estoy yo?

Mi canto no tiene melodía,
ya no escucha la luz.

¿Dónde está el canto de nuestro canto?

EXCRITURA DEL AMPARO

Un grupo de jóvenes forman un semicírculo,
en el centro, junto a una vela tímida,
una estatua de la Virgen María.
Con fervor, alegres, ellos cantan
y también recitan o rezan.
Yo prefiero admirar los árboles,
la presencia de algún pájaro
entre el viento suave del parque,
el temblor de las hojas secas,
las palabras libres de un verso.
Quizás las dos escenas sean la misma:
esa búsqueda del amparo necesario para vivir.

EXCRITURA DE CALVEYRA


Solo un borrador en el hombre,
sin sombra.

Sus manos son las páginas,
otro olvido.

El alrededor también mudo,
ni una luz.

Ya no puede ver su cuerpo,
apenas temor.

El hombre tacha a la ausencia,
toda su vida.

EXCRITURA DE CLARICE LISPECTOR

Solo quería ser los otros,
para conocerme yo.
No resultó difícil,
ningún esfuerzo.
Pero fracasé...
y descubrí el engaño
me veo en el espejo:
los otros soy yo, sus latidos.