EXCRITURA DE LAS PALABRAS
Compulsivas,
todavía insisten sus muecas y sus ruidos.
Rotas o perdidas,
nunca aprenden de su rutinario fracaso.
Inútiles,
simples garabatos en el aire del olvido.
Siempre,
a pesar del engaño del tiempo, ese sordo
Y resistentes
hasta en el gesto final de los cadáveres.
Sí, las palabras,
arrojadas afuera del sueño del paraíso.
Pero ¿quién sabe,
a lo mejor entre ellas aun pueden conversar?
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