APROXIMACIÓN A UN MUNDO
A riesgo y perdida de lo indefinido
el menor descuido pueden ser un milagro,
o todavía peor.
Incluso al señalar con un dedo,
el ahí ya es un poco más allá;
la mirada se fuga en la contemplación
hacia donde sea y nunca es:
esa mesita abandonada al jardín,
la fatiga de los perros,
y hojas y hojas sobre la tierra.
Será por el merito de la misma nada
o el queso y el dulce
que espera en el centro del plato,
mientras olvido el pensar
entre la rutina del almuerzo.
Inútil tratar de entender,
un buen mordisco
y después el humo libre de cigarro...
apenas el mero estar y sus alrededores.
Pero así se aparece el mundo,
tan igualito
al árbol de todos los días:
siempre distinto del otro lado de la ventana.
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