martes, 6 de marzo de 2018

KUSCH CON VALLEJO

Esa araña que tanto apenaba a César Vallejo;
con su gramática, su miedo y, al caer,
después de amores, camisas y poemas...
alguien
y el simple pisotón.

A él también le dieron muchos palazos;
acá, en París y en la sombra,
pero al menos le escribió a su muerte...
y así
abandonó el mero estar.

Ay de la pobre araña de la tanta pena de César;
con sus patas, su abdomen y el fin,
después el olvido sin un corazón...
nada
ni la ausencia de la telaraña.

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