KUSCH CON VALLEJO
Esa araña que tanto apenaba a César Vallejo;
con su gramática, su miedo y, al caer,
después de amores, camisas y poemas...
alguien
y el simple pisotón.
A él también le dieron muchos palazos;
acá, en París y en la sombra,
pero al menos le escribió a su muerte...
y así
abandonó el mero estar.
Ay de la pobre araña de la tanta pena de César;
con sus patas, su abdomen y el fin,
después el olvido sin un corazón...
nada
ni la ausencia de la telaraña.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario