EL CHICLE DEL ESTAR
Entre el poco tiempo y la eternidad
apenas los chicles del Bocha,
que a pura saliva forma y deforma
un globo transparente y ¡plum!
De pibe le viene esa tonta manía
para apretar con los dientes,
cada instante que se pierde, se va
o se oculta en el más adentro.
Sin pensar en su rota dentadura
las mandíbulas rechazan la razón
y el control inútil del coco,
salvo los vaticinios del basuca.
Así, ya desde bien temprano
el bocha repite el gesto;
no escucha a las advertencias
y menos a los buenos consejos
Simple manera del mero estar,
como si no importara ni la nada,
hasta escupir entre la basura
esa miseria de lo dado y su misterio.
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