TRIPAS DEL ESPANTO
Habría que preguntarle al viejo Poeta
por lo que duele en la camisa
o buscar en el diccionario
a las palabras del tartamudo.
Aunque sea un inmenso día de sol
siempre el caso es el mismo
al salir a la calle y otra vez
el invencible verdugueo del tiempo.
Todos los caminos comunes
miran tristes a los árboles,
¿a dónde está el jilguerito
que canta buen día al desastre?
Quizás las culpas del ser alguien
no conocen las vías muertas
y dicen sin repetir y sin soplar
las condenas macabras de los refranes.
Habría que olvidar a las preguntas;
el Poeta perdió los zapatos
y como le duelen los pies
ya no se le mueve la voz y el llanto.
Así es como lo que nunca se ve
muestra sus ruegos y burlas,
anda por el costado invisible
solo para calmar las tripas y el espanto.
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