PEPE
Ahi baja el buen Pepe del colectivo.
Viene con tres bolsas repletas,
el alimento para sus perros;
¡Tiene quince! (pero le mataron dos).
Mira a los alrededores del barrio,
no entiende la maldad de los vecinos.
Y ya renueva su marcha cotiana,
el consuelo íntimo de su sacrificio.
Cuando se le cierren los ojos
él espera encontrar su recompensa;
en eso piensa mientras estudia
a la metafísca de Conny Mendez
Ahora Pope dobla la esquina
sin dejar un rastro a la humanidad,
lo esperan sus perros y nadie,
abre la puerta al corazón del universo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario