miércoles, 4 de enero de 2017

EXCRITURA DEL MARTÍN FIERRO

Al romperse la viguela
solo las orejas sordas.

Miseria del otro canto
y todavía el mismo.

Un desvelo de la tierra
que sepulta a la derrota.

Coplas sin ese vientito
para seguir a la esperanza.

Así enmude un poco más
el consuelo del espanto.

Nadie recuerda el rodeo
ni el coraje de su toro.

Los males no importan
cuando la risa es el llanto.

La historia busca un facón
al resignar su destino.

Inútiles todas las quejas
que apenas son el olvido.

Ni siquiera ese consuelo
al saberse hermanos.

Y además en este acá,
ya no hay quién se ponga

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