sábado, 21 de enero de 2017

LA OTRA RUTA

En el umbral, siempre en su silla de paja, el viejo mira pasar a los autos.
Demasiado larga es la ruta, ni siquiera puede imaginar su final. Hace mucho que no dice una palabra;
apenas, a veces, levanta su brazo para saludar al joven del carrito cuando recién empieza a sentir el sol.
Ya no le queda nada, nadie, todos también pasaron, siguieron otro rumbo. En verdad, los autos no le importan; solo algún camión, inmenso y brilloso, altera un poco sus ojos vacíos. Por suerte olvidó a las tristezas y a las alegrías, ni siquiera piensa...
Sé significa algo secreto, un temor, ese umbral; ahí, ya sentado en su silla.

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