lunes, 30 de enero de 2017

EXCRITURA DE MARIANNE MORE

Quizás la coraza parece excesiva,
pero si lo molestan,
rápido, se esconde detrás de sus escamas.

Siempre en el silencio, cauteloso,
su movimiento es exactitud.
Y de nada y nunca, no conoce el miedo.

Un alcaucil con cabeza y patas,
y si se lo observa bien:
la réplica de un Leonardo Da Vinci.

Claro que no siempre están solos,
a veces se ablandan
y uno de sus hijitos se les trepa a la cola.

El pangolín también es la gracia,
una fábula aun viva.
Al verlo, tan tranquilo, se equilibra mi alma.

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