martes, 31 de enero de 2017

EXCRITURA DE THOMAS BENHARD

Todo lo que él veía y tocaba era enfermizo.
Un mundo solo en agonía, triste,
incluso cuando parecía estar sano.
Creía que la vida estaba en la cabeza,
y afuera no había nada. O peor.
Pero todo, en el fondo, también era distinto;
y hacerse comprender, imposible.
¿Por qué que sacrificarse a la comedia,
a una actuación exterior para vivir?
Nuestra vida, decía él, no es naturaleza,
no es para nosotros más que una molestia.
Si al menos existiera la comunicación,
tal vez habría alguna esperanza...
Enfermo, un absurdo triste, así era el mundo.
Además, el ser humano no era capaz,
ni siquiera un instante, de estar con el otro,
salvo cuando éste ya había muerto
y se encontraba verdaderamente dentro de él.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario