lunes, 30 de enero de 2017

EXCRITURA DE PENTADIO

Ante ese hilito tan delgado
que se corta en la sombra,
solo nos queda el consuelo del mar.

Desde la playa, los pies
desnudos y hundidos
en la frescura infinita de la arena.

O escarbar en su orilla,
distraído, sin apuro,
hasta que una almeja abra la mano.

Si se descubre un caracol,
apenas acercar el oído
para viajar, inmóvil, en el misterio.

Ya se sabe, tan delgado...
el engaño es una ola
y el sueño de la brisa en la espuma.

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