sábado, 28 de enero de 2017

PALMERAS REALES

Tengo miedo, seguro que una de estas noches
en algún sueño, descuidado, aparecen las palmeras.
Hace ya varios años que las veo crecer,
flacas y tristes en el Camino de Cintura
o en Ciudad Evita, tan desamparadas, al sol.
También acá nomás, en la placita de mi barrio.
Pero todavía ninguna es suficientemente real.
Aunque a veces, de regreso, en el colectivo,
con viento en los ojos se escapan por la ventanilla
para alcanzar hasta el más cielo, otro
o el mismo, ya cansado de andar por el piso.
Por suerte, regreso cansado y me baño y comer
y ya ni se me ocurre pensar en ellas.
Igual, por las dudas, enciendo la tele para poder dormir.
No quiero el vértigo de esas miradas, tengo miedo.

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