EXCRITURA DE QUEVEDO
En las brumas de la luz
casi desfalleciente,
ya llega la otra vez noche,
tan tímida, certera;
no la anulan los versos,
tampoco los amores
que son solo recuerdos,
esa vela temblorosa.
Claro eso no es lo peor
mañana saldrá el sol,
el círculo sin fin,
su misterio rutinario.
y él evita a las muecas
junto al abismo;
inútil anotar una idea,
la última, solo un par de versos,
que tramposas las palabras
casi como respirar.
Solo es otra jornada,
lejana a la ilusoria eternidad.
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