EXCRITURA DE SAMUEL BECKETT
Sé que estamos acá para siempre, desde siempre,
inmóviles, en este extraño lugar.
No me he parado nunca.
Aunque más sencillo es soltar la muletas
y desplomarse y basta o peor.
Cuando llego a la orilla, me vuelvo
hacia el interior, mi camino.
Alguien creerá que se trata de un círculo,
vacío, absurdo, y se equivoca...
Claro que mejor sería tener un cuerpo
o atribuirme un espíritu;
pero la voz insiste, vuelve a intentar,
nunca hay que esperar que desaparezca:
¿dónde ahora? ¿cuándo ahora? ¿ahora quién?
Sin pensarlo demasiado, apenas puedo escribir yo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario