viernes, 20 de enero de 2017

EXCRITURA DE SAMUEL BECKETT

Sé que estamos acá para siempre, desde siempre,
inmóviles, en este extraño lugar.
No me he parado nunca.
Aunque más sencillo es soltar la muletas
y desplomarse y basta o peor.
Cuando llego a la orilla, me vuelvo
hacia el interior, mi camino.
Alguien creerá que se trata de un círculo,
vacío, absurdo, y se equivoca...
Claro que mejor sería tener un cuerpo
o atribuirme un espíritu;
pero la voz insiste, vuelve a intentar,
nunca hay que esperar que desaparezca:
¿dónde ahora? ¿cuándo ahora? ¿ahora quién?
Sin pensarlo demasiado, apenas puedo escribir yo.

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