lunes, 23 de enero de 2017

EXCRITURA DE HAROLDO CONTI

También el álamo,
a veces, le contaba sus historias.

Al caer la tarde,
la brisa juntaba las palabras.

Lejos de este mundo,
como si flotara en el cielo.

Solo algunos pichones
chillaban, no podían volar.

También el álamo,
a veces, lo confundía con su sombra.

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