lunes, 8 de mayo de 2017

XXVI

Las calles desganadas del barrio,
casi invisibles,
y aquellas más afuera,
tan cerca del cielo y el ocaso.

Una promesa para el caminante,
con sus árboles piadosos,
las veredas rotas,
ya lejos de la escasa realidad.

Esas calles que sueña la penumbra,
inmóvil,
entre estas paredes,
aun son las entrañas de mis versos.

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