XIX
El recuerdo viene de Balvanera,
una noche
y un nombre.
Alguien nombró una esquina,
los cuchillos
y el entrevero.
También eso de jugarse la suerte,
la esperanza
y ¡ay! el coraje.
No me importan más detalles,
inútiles,
¿para qué?
Así son todas las milongas,
ese temblor
y las bordonas.
Pero cualquier muerte es casual,
pura sombra
y después nada.
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