jueves, 25 de mayo de 2017

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Ya se sabe que acá toca el sufrir
y parir monstruos de ternura,
mientras se posa en las terrazas
el ser de todos los pajaritos,
que sopla amarguras de ángeles
como viejas estatuas de Dios
con cagaditas, graffitis y tangos;
ese ayer detenido en tristeza,
días y más días de lluvia
tan grande como pueblo sin pueblo;
apenas paraguas callados,
muecas rotas, solitariadas,
cabezas bajas hasta las veredas,
húmedos pedazos de versos
que a lo mejor algún día...
juntan las cóleras y las furias,
miran el cielo, cruzan las nubes,
y lloran felices abrazados al gran sol.

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