lunes, 29 de mayo de 2017

2

Ahora pueda verla, espejarse de ella,
el agua en la sombra del hombre.

Un chorro que vierte viviendo,
seguir vivo, seguir estando vivo.

Un anochecer ajeno a la ciudad,
y el suave acaecer de una música.

Eas palabras de un cañadon,
en el misterio entrecerrado de ramas.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario