domingo, 7 de mayo de 2017

IX

Aunque vengo de una lejana ciudad
pienso (¿ya lo he pensado?)
que este único invierno
ya está en los inviernos antiguos.
Extrañas las calles, y la misma
simple dicha a cada paso.
Alguien, lo sé, regará sus flores
en un patio (¿con un aljibe?)
y olvidará el símbolo del día;
pero nada alrededor, un enigma;
salvo ese perro aun dormido
que también siente mis fríos.
Por suerte, perdido, me detengo
y alzo los ojos; todo es cielo.
Apenas soy una escasa memoria,
un montón de formas ajenas,
acaso un espejo (¿siempre roto?).
Estas miserias son mis bienes,
sé que nadie mira en mis ojos:
una ciudad, veredas, árboles,
las repetidas ilusiones del empezar.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario