miércoles, 31 de mayo de 2017

17

La verdad apenas hechas de esas imágenes,
como vereda que da al poniente;
desde temprano, siempre, la esperamos
y ahora es de noche
y ni siquiera llegamos a sus pies.
El santo de nuestros sueños
ya se despierta y reza
en un cuerpo fatigado de servir a Dios;
su búsqueda desesperada
hasta en el alto ciprés del campo.
La verdad solo para mirarse a sí misma, ciega.


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