martes, 30 de mayo de 2017

12

Ese temblor de la mano,
en ese gesto,
apenas al nacer,
ya está toda la muerte.

No se trata de una queja,
menos un lamento,
tan simple,
como el simple irse..

Pero también esta la casa,
su puerta abierta,
una ventana,
la noche de una palmera.

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