viernes, 26 de mayo de 2017

19

Siempre cada letra hace su pasión
con su ferocidad ante las puertas.
El silencio busca algo que decir,
esa noche tan clara, la pesadumbre.
Un música lejana sin la distancia,
más allá de los amores y la fiebre.
Eso que justo pasó aquella vez
en esta vez: vinieron, vendrán...
Claro que el aroma de la vida
también es el  aroma de la muerte,
como hablar de los bueyes perdidos
y encontrarlos solos en algún verso.
La idea ya se escapa, no quiere
ni siquiera ese ritmo de los árboles.
Siempre la materia aleja el poema
y la poca verdad, desnuda, en el alma.

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