jueves, 25 de mayo de 2017

13

Nadie sabe qué hacer con el Verbo
que no se puede declinar.
Resulta que lo comprensible,
una vez más, no se comprende.
Los clavos nunca clavan,
la luz busca su sombra,
el viento espanta los barcos,
las ventanas ciegan los cuerpos,
a los astros les falta sal,
las manos agrietan el vacío
que no puede escribir el llanto,
Resulta que los juguetes
ya devoran a los niños.
y la vida no significa vida
y, demasiado sucias,
las aguas olvidan cadáveres.
La palabra solo trae piel de caballos.

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