jueves, 5 de enero de 2017

EXCRITURA DE WANG WEI

Como siempre, entre los bambúes, ocultas,
las palabras de las lavanderas.
Los sauces mantienen el silencio
y poco a poco, sobre las piedras,
las ropas limpian sus pequeñas manos.
Todo se diluye en el aire otoñal,
el rumor invisible de una paloma,
la espuma tan frágil en la orilla
Ya llega lento, otra vez, el mediodía
junto al final de la tarea cotidiana.
Pero el agua aun piensa en el cielo:
ante la soledad espera el consuelo del sol.

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