EXCRITURA DE MEISTER ECKHART
Sólo sé que la verdad de ese durazno,
ahí, en el borde delgado de la rama,
no se puede pensar, ni siquiera ver...
Acaso en los engaños de mi mente
ese durazno es solo un durazno;
sé que también respira, libre,
solo y confía al sol su piel de sueño.
Lo sé, mañana distrutaré su pulpa;
ese durazno desaparecerá sin rastros;
pero en mi alma todo es el mundo;
tan sencillo, lejos de las palabras:.
sé que es inútil, pero les hablo de Dios.
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