viernes, 3 de noviembre de 2017

DE ÚLTIMA

Ya no hay mucho que decir.
Lento, el hastío
y la extinción del deseo.
¿Nombrar una rosa
no es peor que un insulto?
Hasta el cigarrillo,
solito, se consume.
El aire y las estrellas,
¡la luna!...pavadas.
El origen estéril,
el final ya pasó hace rato.
Quejas patéticas,
apenas la cobardía.
Mejor, escuchar a los muertos.

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