9
Aquellos boludos salvajes de Rousseau
ahora juegan con los drones;
ya se cansaron de tanto torturar.
Y van de un lado a cualquier otro,
cada vez más rápido;
pero no levantan el culo de la silla.
Solo cuando imaginan a un árbol,
imploran a los demonios:
no soportan el horror de una rica banana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario